#NiUnaMás
«Esta lucha es por todas»: ceremonia colectiva en El Cuarto de Lucía por justicia

El antiguo patio de ladrillos de la Manzana de las Luces recibe a Marta Montero y a Guillermo Pérez, mamá y papá de Lucía, en una tarde de sol en la que por tercer domingo consecutivo se produce un encuentro, que es también un abrazo colectivo a la familia. La lectura de la carta que escribieron para todas las personas que visitan la instalación en las voces de las actrices, dramaturgas y directoras Valeria Correa, Elisa Carricajo, Pilar Gamboa y Laura Paredes —que integran la compañía teatral Piel de lava— y la caricia de la música en la voz de Karen Pastrana, referente del hip hop, fueron el potente marco artístico que una vez más pidió justicia para Lucía. Crónica y fotos de otra jornada cultural contra la violencia patriarcal.
“Hace más de dos semanas que estamos acá —cuenta Marta, micrófono en mano—, salimos a las once del hotel, llegamos a las doce acá, estamos hasta las siete y nos vamos caminando para el hotel de nuevo. Gracias a cada uno de ustedes, por ayudarnos, por acompañarnos, por estar, por confiar en nosotros”. Exige Marta: “Que Lucía no sea un número más, una estadística más, esta lucha es por todas, por las hermanas, las tías. Hoy estuvo la mamá de Ángeles Rawson, que tenía 16 años y la mamá de Daiana García, de 19. Todos tenemos derecho a vivir, nadie tiene derecho a quitarnos la vida. Cuando decimos basta, tenemos que luchar juntos, esto es una lucha colectiva. Si Guillermo, mi hijo Matías y yo hubiéramos salido solos a la calle, no hubiéramos llegado a donde llegamos”.
Y agrega sobre el reclamo de justicia: “Cuando hablamos de una reforma judicial, hablamos de un jury a dos jueces que deben ser destituidos, de eso hablamos. Eso es una reforma judicial auténtica. Estos jueces deben tener un escarmiento y darse cuenta de que la justicia es la que queremos, no es la que ellos nos quieren impartir, nosotros debemos tener justicia como corresponde. Voy a seguir luchando por Lucía y por todas las Lucías que nos han llevado”.
Las actrices de Piel de lava acompañaban a un costado, visiblemente conmovidas y luego leyeron la carta de Marta, Guillermo y Matías a quienes visiten la instalación. Valeria Correa afirmó: “Venimos a acompañar, abrazamos esta causa, pedimos justicia y estamos muy orgullosas y agradecidas por la invitación a ponerle voz a esta carta que nos parece necesaria y fundamental”. Elisa cerró la lectura: “Otra vez muchas gracias por dejarnos leer estas palabras, son muy necesarias en este momento, ojalá se escuchen y repliquen y ocurra la justicia porque así vamos a sanar, estamos sanando ahora”.
Para el cierre del encuentro, la rapera Karen Pastrana sacudió y emocionó con la contundencia de su canto. En un conjuro de palabras, antes de iniciar su participación, Karen pidió permiso: “Acá abajo del cemento está la tierra, la tierra donde estamos, de donde venimos, por donde transitamos. Le pedimos permiso para hacer esta actividad, para llevar adelante estas palabras, para la fuerza que tienen los padres de Lucía y que la transmiten de una manera increíble. Pedimos permiso a los animales, a las aves, a las plantas, a la selva, a los mares, al agua, al fuego, al aire, a nuestra Pachamama querida que nos sostiene para que sigamos avanzando”.
Y arrancó con sus canciones, con el ritmo impregnado en cada rima, una catarata de palabras con la firmeza del acero, sin que falte el resplandor de la ternura. El hip hop, que se nutre de lo genuino, le estalla en la boca y ella lo lanza. Y así se expresa cantando sobre la “suerte”: “Suerte tiene el arte por ser libre y ser eterno / y mala suerte el tiempo que no dura ni un momento / que la suerte es un invento, una excusa, no sé / y que no hay peor suerte que la suerte del mediocre”. Sigue: “Y qué mala suerte tuvo Kevin aquel día cuando al barrio entró a los tiros la gendarmería / cuántos niños muertos más en manos de la policía”. Otra estrofa resuena: “Y qué suerte tuvo ella que se enamoró / que a su amor completamente todo le entregó / que tuvo hijos y con más amor crió y cuidó / pero el maltrato que recibió un día la mató / Eso no es suerte, ni mala ni buena / eso es una mierda / que nuestras cifras rojas alimentan”.
Y termina: “Vivas y libres nos queremos”.
Se refirió Karen al rap como “una manera de meditar, de hacer terapia” y presentó a Paula Varela, integrante del grupo de breaking Superpoderosas Crew. Antes de rapear, Paula aseguró que “estar acá y hacer mi música es mi forma de abrazar a Lucía y decirle que voy a seguir gritando por ella y por todas las que no tienen voz”. Recomendó Karen acercarse a las esquinas y escuchar las rondas de freestyle, donde “están los pibes y las pibas expresándose, diciendo lo que los oprime, los entristece”. Cuenta: “Yo vengo de la generación a la que le decían que teníamos que escribir todo en un diario íntimo, bajo llave. El rap viene a romper con esos candados y anda la palabra suelta por ahí”.
En su tema “Señales”, Karen relata una historia personal. Al poco tiempo de iniciada la pandemia, contrajo covid y también varios miembros de su familia, como su madre, que falleció al poco tiempo. Al llegar casi al final del show, Karen les dijo a Marta y Guillermo que les ofrecía su casa para cuando la necesitaran y también sus virtudes gastronómicas. Marta agradeció e invitó a Karen a participar del evento musical que está armando junto a las chicas de la Campaña Nacional Somos Lucía para octubre, que se cumplen cinco años del asesinato. Luego de aceptar y prometer su presencia, Karen realizó una explicación acerca de los elementos que componen el hip hop: el rap, la danza (el breaking), el dj, y el grafitti. Los cuatro son la base de esta cultura. “Empezamos a rapear desde el momento en que nacemos. Ese es nuestro primer grito”. Luego anunció su próximo tema: “Superpoderosas” y contó que la cancion está inspirada en una bailarina de breaking (b-girl) de Superpoderosas Crew.
“Superpoderosas” merece la categoría de himno feminista. Describe esta serie de situaciones, comenzando por el momento de salir al mundo: “Pateo desde adentro / desde el vientre de mi madre / cuando quise salir a este mundo a rebelarme / desde chica sentí como mi piel les provocaba / el asco a los chetos que con bronca me miraban”. Continúa con el momento del aprendizaje: “Pateando fui al colegio donde me enseñaron bien /a callarme la boca y no pensar diferente / me aprendí de memoria / hasta el himno de Sarmiento / que era un maestro negro que odiaba a los negros”. Sigue con la obligación de ir a misa: “Pateé con mi familia los domingos a la iglesia / para pedir perdón por ser tan pobre y no ser buena”. La búsqueda de un trabajo , otro mal momento: “Pateé ya de más grande / para buscar un laburo / el tipo me miró y me dijo nena, a ver el culo / se me nubló la vista pero nunca vi más claro / y le pateé los huevos al viejo degenerado”. La llegada del ¿amor?: “Un príncipe llegó para sacarme del horror / cuidaba que otro pibe no se ponga alrededor / me regalaba cosas era bueno y protector / pero mucho maquillaje y la ropa ajustada / esas cosas son de putas y él con putas nunca andaba / cuando le pregunté ¿por qué me engañaba? / me dio una trompada y en el piso una patada”.
Y el estribillo rapeado por su voz que retumba enérgica en el micrófono: “¿Cómo no voy a sentirme superpoderosa? ¿Cómo no declararme superpoderosa? ¿Cómo no definirme superpoderosa? Soy superpoderosa porque pude muchas cosas”.
Caía la tarde y las personas que concurrieron a la Manzana de las Luces hicieron fila para ingresar al cuarto de Lucía. En el patio de ladrillos, Marta y Guillermo charlaban con Karen y Paula. Hablaron de ausencias y de señales, Marta volvió a agradecerles y dijo: “Sentí a Lucía en la música”.
#NiUnaMás
Lucía Pérez: la trama de la injusticia

“¿Por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles?” preguntó ayer el abogado Juan Pablo Gallego ante sucesivos cambios de carátulas, sospechosas reprogramaciones de fechas y maniobras que parecen revelar un entramado que busca la impunidad y la negación del femicidio de Lucía, que tenía 16 años. Ocurrió durante una audiencia en el que uno de los acusados pide salidas transitorias. El trasfondo de idas y venidas fue descripto por el abogado: “Lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad”.
Por Claudia Acuña
Hay que explicar lo inexplicable. Desde que el 8 de octubre de este año la Cámara de Casación modificó el segundo fallo por el crimen de Lucía Pérez para negar su femicidio se desató una catarata de maniobras –de alguna manera hay que llamarlas– para intentar liberar a sus femicidas.
El fallo de Casación confirmó la culpabilidad de Juan Pablo Offidani y Matías Farías y los condenó por los delitos de violación agravada por el uso de estupefacientes y por tratarse de una menor de edad, pero no por su crimen: Lucía simplemente se murió. Esta negación del femicidio tiene como consecuencia un disparate jurídico: por un lado, la familia apeló está decisión; pero al mismo tiempo esta apelación no puede avanzar hasta que no se determine el monto de la condena que le correspondería a Farías por esta nueva tipificación. Si es complicado de comprender, imagínense lo que significa para esta familia soportar lo que la obliga a padecer el Poder Judicial. A saber:
- Para poder determinar el monto de la pena que le correspondería a Farías –que en el segundo fallo y luego del juicio anulado había sido condenado por femicidio y por lo tanto a prisión perpetua– podría corresponderle entonces entre 8 y 20 años de prisión. Para establecer exactamente cuánto, de acuerdo a la evaluación de atenuantes y agravantes, se inventó un tribunal compuesto por tres jueces de diferentes juzgados. Serán los responsables de la audiencia de Cesura que, según dictaminó luego de una audiencia donde acordó con las partes –querella y defensa– cómo sería el procedimiento, se realizará el 29 de abril de 2026 y durante tres días.

- Imagen de la audiencia. A la izquierda, el abogado Juan Pablo Gallego. Arriba, la foto principal, la movilización que acompañó a la familia.
- Unos días después la familia recibió una notificación que le comunicaba que esa audiencia se adelantaba a septiembre. Como su abogado, Juan Pablo Gallego, no estaba ni enterado de esta anticipación –y además se encontraba en España para la fecha pautada– se presentó un escrito denunciado esta irregularidad y solicitando se mantenga lo debidamente acordado: 29 de abril de 2026. Así será.
- Un mes después hubo otra novedad: el nuevo fiscal –cuyo rol se supone que es acusatorio– pidió el cese de la prisión de Farías, aun cuando las instancias de apelación y de establecimiento del nuevo monto de pena estaban pendientes de resolución.
- Unos días después llegó el turno de Offidani: solicitó salidas transitorias. La audiencia que se realizó este miércoles en los tribunales de Mar del Plata fue para decidir si las otorgaban o no.
En esa audiencia el doctor Gallego sintetizó lo que todo este proceder judicial despierta como duda “¿por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles? ¿Hay algo más detrás de esta causa que permite forzar tanto los procedimientos judiciales? Si nosotros, como parte querellante, no renunciamos a que se le aplique a ambos la figura de femicidio y eso está todavía en trámite, ¿qué se busca con esto? ¿Qué se fuguen antes de que se resuelva la cuestión central?”
Como respuesta la doctora Romina Merino, abogada defensora de Offidani, propuso: “Miremos para adelante”.
El doctor Gallego replicó:
“Nosotros no vamos a dejar de mirar lo que pasó porque lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad y eso implica una doble responsabilidad del Estado: por tratarse de una menor y por estar frente a una banda que vendía drogas en la puerta de un colegio, delito por el que cumplen una condena ratificada”.
El juez de garantías que debe evaluar el pedido de Offidani tiene ahora cinco días para determinar si cumple o no con los procedimientos necesarios para obtener los beneficios de la libertad transitoria.
En tanto la familia de Lucía sigue esperando justicia.

Matías, el hermano de Lucía y sus padres Guillermo y Marta.
#NiUnaMás
Adiós a Claudia Rodríguez: la Trans andina que propuso politizar el amor

Referente del movimiento trans latinoamericano, activista, poeta, escritora y tanto más, escribió sobre su infancia, la militancia trans, la vida sexual y se autoproclamó Miss Sida en 2007. Claudia Falleció este 29 de Noviembre. Su pelea incluyó al pueblo mapuche, la educación pública, los sin techo, y planteó siempre una filosa crítica al neoliberalismo, que quita posibilidades de vida y las transforma solo en posibilidad de consumo. En uno de sus viajes a la Argentina compartió con la revista MU sus ideas sobre el orgasmo, el feminismo sin resentimiento, la creación, y por qué hay que politizar el amor. Un modo de homenajearla, de recordarla, y a la vez de volver a estar en contacto con un pensamiento y una acción que dejan una sensible huella cultural, artística y política.
Por María del Carmen Varela
Foto: Lina Etchesuri
#NiUnaMás
38º Encuentro Plurinacional: el regreso

Por Claudia Acuña
Fotos Line Bankel
A las doce de la noche parte el micro que nos trae de regreso a Buenos Aires con el grupo de mujeres que lucen imborrables sonrisas y cachetes decorados con purpurina. La noche es para soñar y la mañana para compartir la transmisión de la asamblea que decide en qué ciudad se realizará el próximo encuentro: Córdoba.
Con el festejo llega la ceremonia que preparó la Comisión de Mística.
Estamos todas sentadas en el piso superior del micro mientras una voz encantadora nos cuenta el cuento La cabeza en la bolsa, mientras recorre el angosto pasillo mostrando las ilustraciones que dan vida a esta historia que escribió Marjorie Pouchet: la de una chica rabiosamente tímida que siempre sale a la calle con una bolsa en la cabeza, hasta que un día, regado por sus lágrimas, crece allí un jardín. ¿Qué hará entonces con esa timidez y con esas flores?
Consultar a una amiga.
Algunas compartirán en voz alta lo que ese cuento les resuena; otras sus lágrimas.
Luego, las organizadoras de la colecta para el viaje nos darán dos regalos. Cada una recibirá así una de las serigrafías creadas por el grupo de arte Vivas Nos Queremos y un pedido: que sean expuestas en lugares colectivos. El otro regalo está guardado en un sobre hecho a mano con papel reciclado. Contiene stickers, calcomanías y un papel amarillo donde nos piden que escribamos un deseo que acompañe a nuestras amigas de viaje hasta el próximo Encuentro. Una cajita de cartón recoge los mensajes y de allí cada una extraerá el suyo.
El mío:
“Seguí tus sueños, abrazá tu intuición, aferrate a tus compañeras: todo es posible”. Llegamos.


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