Nota
La 4º marcha del piquete más grande del mundo
Mientras en Gualeguaychú no se hipnotizan con la polarización “campo vs. gobierno” (y cuestionan a ambos), el domingo 27 se producirá la cuarta marcha hacia el Puente Libertador San Martín, frontera a la vez argentino-uruguaya, y de un conflicto que puso al descubierto un modelo económico y de manipulación de poder. Son las marchas más grandes de la historia en defensa de un tema ambiental, con un piquete internacional que lleva un año y medio.
“Esto venía frío-.frío, pero en los últimos días la gente se empezó a prender de un modo impresionante” cuenta Gustavo Rivollier, asambleísta de Gualeguaychú y uno de los organizadores de la marcha que el domingo volverá a superar las 100.000 personas reclamando el retiro de la pastera finlandesa Botnia, instalada en Fray Bentos, que no exhibe riesgo alguno de conmoverse ante el reclamo.
Sin embargo, la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú ya logró, entre otras cosas:
- ·
- correr de la zona a la española ENCE (que se mudó río abajo y ahora amenaza ser una plaga para la zona turística y los productores cercanos a Colonia),
· - hacer visible un modelo de desarrollo económico (en ambas orillas) basado en la ganancia rápida, el monocultivo y la depredación,
· - despertó –como lo había hecho Esquel- a cantidad de poblaciones del país que comenzaron a rechazar emprendimientos mineros formando asambleas ciudadanas,
· - mostró de qué modo una sociedad puede concretar una suerte de autogestión política cuando los “representantes” no representan a nadie. Esto es lo que más temor provoca por ejemplo a los grupos mediáticos y al gobierno, que en estos temas –como en la mayoría, más allá de sus esporádicos teleteatros- no parecen disentir.
Las secretarias y la causa nacional
La primera de estas marchas se produjo el 30 de abril de 2005 y reunió a 30.000 personas en una comunidad de 80.000. Fue la explosión pública de un tema que venía germinando: la contaminación, pero además la sensación de ser víctima de engaños por parte de la dirigencia política tanto argentina como uruguaya.
El conflicto sólo pudo crecer. En el 2006 el gobierno en pleno se instaló en Gualeguaychú: ministros, gobernadores, intendentes bonaerenses (?), todos acompañados por sus asesores de prensa y sus secretarias, conformaron una multitud a la que los gualeguaychenses miraron de lejos mientras Néstor Kirchner prometía convertir lo ambiental, y la cuestión Gualeguaychú, en “causa nacional”. El acto se realizó en el Corsódromo.
La Asamblea resolvió instalarse en la ruta cortando el acceso al puente y nunca volvió a salir.
Rivollier percibe que la sensación al avecinarse el domingo “es de mucha bronca, con el gobierno uruguayo, con el argentino. La sensación con respecto al gobierno nacional es de abandono. No cumplieron las promesas y en todo caso las condicionan a que salgamos de la ruta”.
¿Que promesas? “Llevar la causa a Europa, recorrer parlamentos, denunciar a Botnia y a Finlandia. Pero no sólo no lo hacen, sino que cierra convenios con mineras y con toda clase de empresas que son igual de nocivas. Entonces hay un doble discurso. Te llevo a Europa a dar una vueltita y volvemos todos chochos”.
Rivollier considera que el problema va mucho más allá: “La Presidenta dijo ‘salgan de la ruta’, pero nosotros ya nos hemos convertido en algo más que un rechazo a Botnia, en algo que prendió en muchos lugares y asambleas en todo el país, que se plantan justamente frente a la política del gobierno”.
$1.000.000 o una camioneta
Otra promesa trunca es el plan de vigilancia ambiental que implica una inversión de 4 millones de pesos, con un desembolso inicial por parte del Estado del Superávit de 1 millón. “Empezamos a hablar de esto en agosto, y hasta ahora lo único que mandaron fue una camioneta. Nosotros vemos un doble discurso del gobierno, no un compromiso en serio”.
Rivollier se considera un defensor de siempre de darle tiempo al gobierno, tenerle paciencia. “Pero me doy cuenta de que pusiste buena fe, y ellos lo que están haciendo es dejarte morir, apostar al desgaste de Gualeguaychú” (ver nota sobre IMPA, donde la “táctica” gubernamental parece idéntica).
De todos modos, esa táctica puede llegar a no tener éxito en Gualeguaychú: “Esperan nuestro desgaste. Y yo me canso. Pero en seguida aparecen 20 para ocupar mi lugar”. Al no haber “dirigentes” la Asamblea no depende de líderes, mesías ni iluminados: “La Asamblea depende de sí misma, y por eso no se detiene nunca nada de lo que hacemos”.
Campo versus gobierno
El conflicto del “campo” versus “el gobierno” no parece convencer a gualeguaychenses como Rivollier, técnico en computación. “Yo veo lo que ocurre con nuestro asambleísta Alfredo de Angeli (de la Federación Agraria) y tengo, a título personal, un apoyo crítico. Porque el campo genera muchos problemas. Están fumigando para la soja en las puertas de la ciudad. Destrozan ríos, arroyos, secado de los humedales, la quemazón, el desmonte. Para mí con lo de la soja se está haciendo un desastre, todo para la ganancia rápida. Los docentes en la Asamblea cuentan que cada tanto tienen que correr de los patios a las aulas y encerrarse porque pasan los aviones fumigándolos”.
Por lo tanto Rivollier estima que hay “mucha irresponsabilidad en el campo” pero ve del otro lado “al gobierno, que le saca el 50% del trabajo al productor. Si hubiera una política seria para diversificar la agricultura, romper el monpolio, no me parece que lo que hace el gobierno sea la forma adecuada. Así que no quiero quedar pegado ni a la explotación directa de soja, ni a la quema de pastizales que son una práctica siniestra, ni me parece que el gobierno tenga una política acertada para hacer algo distinto. Vos ves que los Grobocopatel, los monopolios, medio que ni se inmutan”.
Por eso, Gualeguaychú no revela sólo lo que pasa en Uruguay, sino lo que pueden estar haciendo sus propios asambleístas, llevados por la lógica de una dinámica económica que va dejando más gente afuera que adentro.
El domingo se verá una nueva escena de toda esta situación. La gente tomando el espacio público, para hacerse oír, y para intentar escribiendo la historia con sus propias palabras.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

Nota
Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
- Revista MuHace 2 días
Mu 204: Creer o reventar
- Derechos HumanosHace 3 semanas
Memoria, verdad, justicia y Norita
- MúsicasHace 2 semanas
Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad
- #NiUnaMásHace 3 semanas
Caso Lucía Pérez: matar al femicidio
- Mu202Hace 4 semanas
Comunicación, manipulación & poder: política del caos