CABA
La danza se mueve: el pedido urgente por la Ley y denuncias de precarización

A través de una carta que tiene el objetivo de visibilizar el estado de vulnerabilidad del sector de la danza, la Asociación Argentina de Trabajadorxs de la Danza denuncia despidos en elencos en todo el país, reclama una Ley Nacional de Danza para fomento de la actividad como propuesta para salir de una precarización histórica que en tiempos de pandemia se volvió más evidente: «La pandemia por el COVID-19 ha visibilizado la histórica precariedad en la que trabajan lxs hacedorxs de la danza. En los ámbitos no oficiales hemos visto cierres de espacios, desaparición de proyectos y cientos de artistas que han tenido que recurrir a otros trabajos temporales y ayudas del Estado en pos de su subsistencia«. Compartimos el texto completo llamado «Danza: trabajo precarizado» que puntualiza sobre los reclamos y las propuestas, sobre los concursos pandémicos, la falta de diálogo con les artistas y sobre la (falta de) valoración de la danza como un trabajo.

La danza es movimiento, libertad de expresión, sentimiento y pensamiento puesto en acción. Brota de los músculos, de los huesos, de la psiquis y del corazón. Un cuerpo que baila es un cuerpo que sana. La danza también es un trabajo y lxs bailarinxs que se formaron y para quienes la danza es su sustento de vida, están en una situación de precarización desde hace largo tiempo. La pandemia agudizó esta realidad. Espacios de danza que cierran porque no pueden sostener los gastos mensuales, la imposibilidad de generar proyectos, informalidad en los vínculos laborales, la asistencia estatal insuficiente y la Ley Nacional de Danza que continúa siendo una deuda pendiente.
Lxs trabajadorxs del sector firmaron el acta fundacional para conformar un sindicato en 2015. Venían organizándose y manifestando la urgencia de que sea tratada la Ley, cuyo espíritu tiene que ver con formar un Instituto para promover y difundir la danza. “Es un sistema de otorgamiento de subsidios, más allá de la creación de políticas públicas. Cuando empezaron las movilizaciones, la comunidad de la danza dijo: “Somos trabajadorxs, necesitamos una Ley Nacional de Danza. También necesitamos que se regule nuestro trabajo. Para atender estas cuestiones gremiales específicas se creó la Asociación Argentina de Trabajadorxs de la Danza, si bien todavía no tenemos la personería, estamos inscriptos y funcionamos, como muchos gremios, de hecho. AATDa está accionando bajo la personería de la CTA Autónoma”, dice Eugenia Cadus, bailarina, investigadora del CONICET y docente universitaria.
En una carta que tiene el objetivo de visibilizar el estado de vulnerabilidad de los trabajadorxs de la danza, la AATDa denuncia que en el Ballet Estable Clásico y el de Danza Contemporánea de la provincia de Tucumán, como así también el Ballet Clásico de la provincia de Salta, han intentado desvincular a varixs de lxs trabajadorxs incumpliendo los decretos nacionales que lxs protegen en el actual contexto de crisis. Gracias a los reclamos del sector, se logró la reincoporación de lxs bailarinxs despedidxs del Ballet Contemporáneo de Tucumán y continúan exigiendo la recuperación de los puestos laborales en los dos ballets restantes, conocidos como ballets “estables”, cuando la condición es más bien de inestabilidad y precarización.
Un cuerpo danzante precisa flexibilidad. La carta reflexiona sobre esta condición: “Se crean cuerpos flexibles en múltiples sentidos: desde la flexibilidad necesaria de los músculos y articulaciones, la adaptabilidad a interpretar los requerimientos de diferentes coreógrafxs, la habilidad de moverse entre diferentes vocabularios de movimiento que aumentan las posibilidad de mercantilizarse para acceder a más trabajo, hasta la naturalización de la flexibilidad laboral”.
Aquí, el texto completo:
DANZA: TRABAJO PRECARIZADO
El ballet Petroushka, del coreógrafo Michel Fokine, se estrenó en Francia, en 1911, y en él tres marionetas tienen un triángulo amoroso. El personaje femenino representa una bailarina, disputada por las otras dos marionetas, quienes acatan las órdenes del Maestro de ceremonias, personaje llamado El Charlatán. Si bien los tiempos han cambiado, lxs bailarines siguen trabajando precariamente, y dentro de algunas compañías estables, pareciera ser que continúan siendo marionetas movidas y descartadas.
Concursos pandémicos
En los últimos meses, la pandemia por el COVID-19, ha visibilizado la histórica precariedad en la que trabajan lxs hacedorxs de la danza. En los ámbitos no oficiales hemos visto cierres de espacios, desaparición de proyectos y cientos de artistas que han tenido que recurrir a otros trabajos temporales y ayudas del Estado en pos de su subsistencia.
En el ámbito laboral oficial, varias compañías de danza estatales tomaron la decisión de convocar a concursos y dejar sin trabajo sus a bailarines, pasando por encima de decretos nacionales que resguardan a les trabajadores en el contexto de crisis.
Tanto el Ballet Estable Clásico y el de Danza Contemporánea de la provincia de Tucumán como el Ballet Clásico de la Provincia de Salta han intentado revalidar o reemplazar sus actuales integrantes y a través de este mecanismo desvincularon sin causa justificada a integrantes de estas compañías. Estxs trabajadorxs habían ingresado a los cuerpos “estables” hacía varios años (en algunos casos más de 10) cumpliendo en debida forma e ininterrumpidamente con sus tareas. Sin embargo, trabajaban con contratos precarios, por lo que su denominación “Ballet estables” debiera ser reemplazada por “Ballets informales”.
A pesar de estas realidades, en el imaginario social, las compañías oficiales son aquellas que darían mayor formalidad al trabajo de la danza, que sabemos, es extremadamente inestable y frágil en sí mismo, incluyendo el pluriempleo y el “monotributismo” como sus características principales.
No obstante, lo que se le exige a unx balarinx para formar parte de estas compañías requiere estabilidad, dedicación y compromiso con un arte que necesita muchos años de formación, cuidado del cuerpo como instrumento de trabajo e inversiones de tiempo y dinero como parte de la misma formación, también en el ámbito privado. Se necesita mucha entrega para poder abordarla y sostenerla. Se necesita de una enorme entereza para pararse muchas veces sobre el dolor de horas y horas de entrenamiento, y transformarlo en arte.
Bailarines sin hablar, violencia laboral
En muchos ámbitos de trabajo se promueve una conciencia individualizada y productora de precariedad que caracteriza al neoliberalismo y que desalienta la organización entre bailarines. Se crean cuerpos flexibles en múltiples sentidos: desde la flexibilidad necesaria de los músculos y articulaciones, la adaptabilidad a interpretar los requerimientos de diferentes coreógrafxs, la habilidad de moverse entre diferentes vocabularios de movimiento que aumentan las posibilidad de mercantilizarse para acceder a más trabajo, hasta la naturalización de la flexibilidad laboral.
A pesar de la relación formal y la supuesta estabilidad que tienen lxs trabajadores de las compañías, muchas veces son informalizadxs, son precarizadxs, y esto tiene larga data, pero es hora de decir basta. Es hora de dejar aquellos valores aprendidos sobre el esfuerzo individual y la competencia entre pares para unirnos, organizarnos y pelear juntxs por los derechos de todxs. Hoy por las compañías estatales, mañana por mí también. Sabernos unidxs nos dará más fuerza, que nos sepan unidxs lxs dará resquemor. Juntxs debemos proteger aquello que ya sabemos, es un trabajo. Valorémoslo, ponderémoslo, defendámoslo como tal.
La salida es colectiva
El debate acerca de los modos de trabajo en compañías oficiales está abierto. Defendemos la excelencia de nuestros cuerpos artísticos estatales, su profesionalidad y la transparencia en los criterios de las incorporaciones, pero esto no puede resolverse mediante precarización laboral, falta de reglamentos de trabajo, entrenamientos sin ART, abuso de poder y amenazas; situaciones que lamentablemente no son aisladas.
En este sentido, la Asociación Argentina de Trabajadorxs de la Danza – AATDa, viene trabajando en pos de la defensa de los derechos y la erradicación de sistemas de precarización. En el caso del Ballet Contemporáneo de Tucumán tras días de reclamos se logró la reincorporación de lxs colegas despedidos en un trabajo mancomunado entre trabajadorxs, nuestro sindicato y la CTA Autónoma, central a la que pertenece el gremio.
En el caso del Ballet de Salta y el Clásico de Tucumán seguimos trabajando por la recuperación de los puestos de trabajo.
Bailando trabajamos
El arte de la danza aporta reflexiones sobre la sociedad. Asimismo, la sociedad se encarga de intervenir en la formación de lxs artistas, y ellxs cumplen un papel mediador y motor de la comunicación entre el arte y la sociedad. Este vínculo es cíclico y recíproco. Si el artista cumple esta misión y se dedica a formarse a tal fin, debería estar contenido. Como dijimos previamente, el trabajo del artista no se hace de la noche a la mañana. No sólo se construye con el cúmulo de experiencias y vivencias sino también lo hacen el estudio, el tiempo y las formaciones que pondrá luego a disposición de otrxs, como parte del encuentro. En este punto, la danza es trabajo, es una profesión. ¿Y si es trabajo, por qué nos sigue faltando? ¿Qué papel cumple? ¿Es lo suficientemente valorada? ¿O sólo se reduce a la idea de “danza para hoy y hambre para mañana”? Merecemos condiciones dignas y equitativas de trabajo, trabajar fuera de la precarización laboral, garantías de nuestros derechos, protección ante despidos injustificados, cobertura de salud, jubilación para resguardar a lxs artistas que cesan su actividad, sin injusticias y desigualdades, apelando al acceso para que el arte no tenga límites. Lxs bailarinxs somos trabajadorxs. La danza es trabajo.
Asociación Argentina de Trabajadorxs de la Danza – AATDa
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
- Revista MuHace 2 semanas
Mu 207: Crear lo que viene
- NotaHace 3 semanas
Julio López, 19 años desaparecido en democracia: sus testimonios contra la Bonaerense
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Triple narcofemicidio: la respuesta al horror
- AmbienteHace 4 semanas
Salvemos al Mari Menuco: campaña desde Neuquén para un lago acosado por el fracking
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Femicidios territoriales: las tramas de la violencia