Nota
Colombia en #ParoNacionalIndefinido y un pedido urgente: “Paren ya con la represión”

Un audio de Whatsapp enviado desde Cali, junto con fotos y videos de las sangrientas represiones protagonizadas por la policía y el Ejército del Estado colombiano, llega como un grito desesperado de difusión internacional, mientras se siguen contando muertes, heridos y desaparecidos en las calles de la protesta. Compartimos aquí dos videos que nos llegan desde Buga y Siloé, barrio de Cali, donde se muestra la magnitud de la represión institucional sobre las manifestaciones sociales, y una lista de medios y organizaciones que están cubriendo las protestas y denunciando múltiples atropellos a los derechos humanos.
El audio de Felipe llega por Whatsapp y comienza como un registro de guerra: “Mi nombre es Felipe Hurtado. Tengo 37 años y vivo en Colombia. Hoy es 5 de mayo de 2021”.
Busca dejar así testimonio vivo de los días y las horas en las que su ciudad, Cali, se convirtió en uno de los epicentros de las protestas sociales más estruendosas de las últimas décadas, y también donde la represión del Estado puede palparse en la dimensión de lo que llama una “guerra” contra la población. “La situación en Cali está saliéndose de control, muy difícil por la represión del Estado. Estamos viviendo en una zona de guerra”, sigue Felipe.
Comparte, junto al audio, videos que avalan la descripción y la grafican de manera terrorífica. Alerta que son imágenes fuertes, que pueden herir la sensibilidad de quien navega las redes en busca de entretenimiento. Así está Cali hoy:
Es que al igual que sucedió en Chile en la primavera del 2019, en Colombia el mayor mecanismo de difusión de la represión y las violaciones a derechos humanos son las redes sociales. Según denuncian personas y organizaciones internacionales los medios comerciales colombianos ocultan deliberadamente la violencia estatal que gobierna las calles. La no comunicación como parte de la lógica de guerra: “Se comprobó que están bloqueando en Internet: la latencia ayer bajó, era imposible hacer un live, era imposible mandar un video. Los hashtags en redes están siendo baneados. En el exterior no nos están viendo”, denuncia Felipe.
Este relato del terror tiene, claro, su explicación en lo que pasa calle: “La policía está usando tácticas de guerra. En la noche cortan la luz”.
Felipe ensaya un breve un análisis más frío sobre por qué su ciudad explotó; explicación que hoy se juega en caliente y une a todos los reclamos juntos y revueltos, entre los que se suma el propio fin de la violencia estatal desplegada: “Está pasando que Colombia explotó por la opresión, por las injusticias del Estado. Hace poco una reforma tributaria quería reponer el dinero que ellos malgastan, que le regalan a los más ricos de Colombia, que son a su vez de los más ricos del mundo, dueños de bancos, dueños de medios; querían sacarle la plata que hace falta del bolsillo de los colombianos, de la clase media, poniéndole IVA a comida de la canasta familiar; poniéndole IVA a los servicios públicos, algo que iba a golpear definitivamente a la clase media. Por eso el pueblo se levantó, en toda Colombia y especialmente en Cali, mi ciudad: aquí ya el pueblo no resiste más”.
Siguen llegando los audios de Whatsapp, los videos, los pedidos desesperados de difusión, mientras otro hashtag no logra ser derribado por los embates virtuales del gobierno: las y los colombianos declararon un #ParoNacionalIndefinido.
Mientras tanto, el Estado no parece dispuesto a escuchar las demandas concretas y los gritos masivos, sino al contrario: “¿Qué hizo el Estado? En el segundo día de protestas, cuando las cosas estaban poniéndose tensas, respondió mandando ejército y policía de toda Colombia. La mayor concentración de la policía está hoy en Cali. Se ve como aterrizan vuelos de aviones Hércules del Ejército, bajando tropas, policías motorizados. La represión es lo que hizo poner más calientes las cosas”.
¿Cómo puede terminar esto? Felipe: “En un río de sangre, sino paran ya”.
Medios independientes para seguir la realidad desde las calles:
– Cumbre Urbana
– La Resistencia
– Aula & Palabra – Prensa Estudiantil
– La Direkta
– Humana Radio
– Teusaradio
– Red Alterna Popayán
– Prensa social Colombia
– Revista Hekatombe
– Ciudad en movimiento
– Contagio Radio
– Imprenta Comunera
– Revista Zur. Pueblo de voces
– Medios Libres Cali
– Brigada Comunicativa Cali Resiste
– Contagio Radio
– ONG Temblores
– Soñadores Siloé
– Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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