Sigamos en contacto

Nota

Lo que hay para ver: El orgullo de no ser máquina

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

En vísperas de la Marcha del Orgullo, con el glitter de la alegría victoriosa, con miles de pies retumbando en el piso para exigir lo que aún falta, con la maravilla del abrazo de los cuerpos, te proponemos un encuentro especial: OrguYo, la voz propia para la identidad colectiva. En La obra pública, un particular escultor prepara su obra maestra: la que encarna a la identidad nacional. Con gracia y verborragia nos hará reflexionar: “La identidad nacional ¿ya está hecha o hay que construirla?”. ¿Podrá el arte contribuir a forjarla? Y por último, Apagar la máquina, nos invita a sumergirnos en un espacio lúdico en el que se enciende la imaginación.

OrguYo, la voz propia para la identidad colectiva

Lo que hay para ver: El orgullo de no ser máquina

Este domingo 7 de noviembre arranca el ciclo OrguYo, una propuesta artística que por cinco domingos celebrará el deseo y el abrazo colectivo en este mes a pura fiesta. En el primer encuentro, Lihuén interpretará Nene bueno, su obsequio de textos propios escritos antes de su transición, “desde la negativa a cumplir la expectativa de mujer, esposa y madre que me impuso la temprana educación cristiana, hasta el actual confusionismo de ser trans y no entender qué tengo que hacer”.
Comprá tus entradas aquí

El dúo integrado por Carmín Lupe y Gaby Gap interpretará covers de temas furor en los ´90, reversionados y salpicados de humor y también temas propios que van delineando sus microuniversos personales. Carmín es actriz, clown, cantante, comenzó a trabajar desde el travestismo, integra el dúo Carmelitas Clown —junto a Gemma Ríos— que va por su tercer espectáculo: Antes que llegue la creciente.  Además participa en dos proyectos teatrales: uno con el grupo Periféricas y en preparativos y ensayos de la obra Cartas y naufragios . “Fui mutando, fui empoderándome desde un lugar de gorda, tuve un relfejo muy profundo con mi identidad actual, de sentirme trans no binaria y todo se fue transformando, como nos paramos en escena reivindicando nuestras identidades”.

Gaby Gap es cantautora, artista plástica y docente, “Con Carmín venimos presentando un espectáculo que se llama Anplag, en el que jugamos a reversionar canciones y darle nuestra impronta”. Ambas prometen alegría y movimiento para este show debut del ciclo OrguYo. “Es vital y súper necesario que se multipliquen los espacios de visibilidad, de amorosidad , de empatía y respeto”, asegura Gaby Gap. Suma Carmín Lupe: “Queremos reivindicar el orgullo y que el orgullo sea una fiesta”.

Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Domingo 7 de noviembre, 19 hs

@mu.trinchera.boutique @chiki7o @soy.carminlupe @gaby.gap.musica

La obra pública

Lo que hay para ver: El orgullo de no ser máquina
Foto: Leo Balistieri

Un escultor de expresión grandilocuente expone su trajín cotidiano a través del relato de sus días, como si nos contara su diario íntimo. Nos habla de un concurso oficial al que se presenta con el objetivo de realzar la identidad nacional. ¿Qué cosa? Golpean a su puerta, abre. “Es el Estado”, dice y por su tono de voz, imaginamos algo enorme y pesado. Falta poco para la celebración del primer centenario de la Patria y es necesario poner en marcha los mecanismos que contribuyan a aumentar el resplandor del arte nacional.

Con burlas a los anarquistas y a los socialistas, el escultor sopesa su status artístico. Imagina su gran obra, la ejecución, la majestuosidad de sus colosos y la gloria de quienes forjaron el honor de estas tierras. “La idea fue construir la obra en el proceso de ensayo. Se afianzaban algunas ideas, se desechaban otras”, cuenta el actor Julián Cabrera, quien encarna al escultor, mientras el músico Franco Calluso dispara sonidos y acompaña el desarrollo de la obra. Julián participó de la ópera prima del director Ignacio Bartolone, Piedra sentada, pata corrida y se hicieron amigos. “No me llegó una obra cerrada, ya escrita, me llegaban entradas de un diario que iba construyédose, se iban agregando cosas y así hubo varias versiones de la obra. Lo que me atrajo fue eso, que fuera elaborado en los ensayos. Ignacio tiene como dramaturgo y director una cualidad que es que está dispuesto a modificar su texto de acuerdo a lo que necesite la puesta.

¿Qué reflexiones despertó la temátiaca de la identidad nacional? ¿Existe una sola identidad nacional? Julián: “La idea de abordar e representar la identidad nacional es compleja. Lo peligroso y absurdo que es hablar de una identidad nacional y más aún hablando de arte, es inabarcable”. Además de actor, Julián es maestro “y al abordar distintos contenidos curriculares me encuentro con esa contradicción, al formar sujetos sociales. Como actor me interpela a no querercaer en etiquetas. Hay algo de lo que plantea la obra, desde lo patético del personaje, sus contradicciones, su idea de lo que es el arte nacional y como al mismo tiempo no quiere pertenecer a eso, se burla de lo nuevo, me genera mucha gracia poner en funcionamiento estos conocimientos tan contradictorios”.

Espacio Callejón

Humahuaca 3759, CABA

Lunes 20.30 hs, hasta el 29/11

@espacio_callejon

Apagar la máquina

Lo que hay para ver: El orgullo de no ser máquina
Foto: Sergio Bosco

El ciclo se lleva a cabo en Roseti, el espacio cultural dirigido por los hermanos Coulasso: Juan (director, dramaturgo y docente)  y Matías (músico, productor y docente).  En agosto de este año Roseti se mudó al barrio del Abasto, a una hermosa casona con sala de entrenamiento, bar, patio y terraza. Allí conviven las clases, los recitales, performances y proyecciones. Apagar la máquina está conformado por una serie de trabajos gestados en 2019, en el marco de las clases de actuación y creación —coordinadas por Juan— y otros surgieron por iniciativa de les alumnes de Roseti.

“Cárdumen móvil, dinámico y efímero. Cárdumen mutante. Cuerpos en estado de resiliencia para volver a ritualizar. Rituales para sobrevivir”. Así definieron les intérpretes de manera colectiva lo que significa para sus reflexiones la acción de apagar la máquina. ¿Y para qué apagar la máquina? “Unides, re-habitamos el espacio de ficción, re-conocemos en le otre la potencia  infinita, re-nacemos en el movimiento, re-vitalizamos las conciencias dormidas por tanta pantalla, re-ritualizamos el tiempo compartido. Vamos a apagar la máquina, vamos a ensanchar la red psicoafectiva”.

¿Alguien que quiera hacer una performance? es un trabajo que nació  también en 2019 y fue dirigido por Juan y Pina Spena. “Forma parte del ciclo Apagar la máquina y a la vez tiene vida propia. El año próximo se va a estrenar como un trabajo autónomo. Esta presentación fue un poco la excusa a través de la cual decidimos reunirnos nuevamente y mostrar los trabajos que se hicieron en este tiempo”, resume Juan. Les intérpretes son  Gonzalo Bao, Celeste Martínez Cal, Julieta Varela, Nahuel Caputto, Andres Bernay, Camila Paladino, Carlos Gonzalez, Nicole Apstein, Martin Labarca, Rocio Velazco, Ximena Perichón, Carolina Sobisch, Martina Zumárraga, Luciana Salerno, Yoko y Ani Faggiani.

¿Alguien que quiera hacer una performance?preguntan. Instantes de silencio, vuelve a preguntar hasta que alguien dice: Yo.  ¿Alguien quiere tocar un instrumento? Misma secuencia. Y así se va armando un devenir, un texto, una pregunta, una incertidumbre, un juego. Una obra. “A veces une hace las obras y a veces las obras le hacen a une. Nosotrxs no sabemos bien cual es nuestro caso, solo sabemos que queremos seguir haciendo esta obra asi, juntxs”.

Roseti Espacio, Gallo 764, CABA

Domingo 21 de noviembre y 18 de diciembre, 19 hs

@rosetiespacio

Nota

Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld

Publicada

el

Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Ahora que tenemos la atención de todo el mundo, te pedimos algo: ayudanos a encontrar a las o los nietos de Oesterheld, el creador de El Eternauta: compartí estas placas.

Seguir leyendo

Nota

Cien

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

Cien

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

Cien

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Cien

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Cien

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

Seguir leyendo

Nota

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.