Nota
Mover el futuro: la ex Petinari otra vez en manos de sus trabajadores
Los obreros reingresaron a la planta en Merlo de la cual habían sido desalojados. La solidaridad de vecinos y de otras cooperativas amigas. “Hicimos justicia”, dicen.
Los obreros reingresaron a la planta en Merlo de la cual habían sido desalojados. La solidaridad de vecinos y de otras cooperativas amigas. “Hicimos justicia”, dicen.
La ruta 200 divide dos realidades opuestas. Son aproximadamente las 14 en el municipio bonaerense de Merlo cuando, de un lado, pasan 15 personas trotando, ropa deportiva, pecheras, pantalones cortos, como preparándose para una maratón. Del otro, una fábrica vacía, 30 trabajadores afuera -entre 29 y 62 años, la mayoría con ropa de trabajo, manos curtidas, dolores metalúrgicos- y un perro vestido con una pechera azul. Hace una semana, la fábrica estaba llena, con los 30 trabajadores y el perro adentro, pero fueron desalojados luego de haber ingresado a la empresa metalúrgica de semirremolques y volquetes que desde enero no le pagó sueldos, aguinaldos, los dejó sin obra social y los empujó a un paro que los llevó a estar siete meses en la ruta, subsistiendo con la colaboración de los vecinos y los automovilistas.
El desalojo los dejó nuevamente en la calle. Habían retomado la producción: ya tenían listas dos cajas para ser entregadas a los clientes. No sucedió: 50 efectivos entre infantería y Bonaerense llegaron acompañados de la fiscal Adriana Suárez de Corripio, de la UFI N°8 de Morón. Los trabajadores decidieron salir pacíficamente y evitar represalias. La cooperativa estaba en marcha: ya tienen la matrícula provincial, están tramitando la nacional y un proyecto de expropiación presentado por Miguel Funes (FpV) espera ser tratado la próxima semana en el Congreso bonaerense. Pero cuando cerca de la 14 de este jueves los 30 obreros vieron a los trotadores pasar, ninguno se imaginaba el futuro: esa misma noche la pasarían dentro de la fábrica sin dormir para poder concluir esa producción.
“¿Sabrán lo que se está gestando acá?”, pregunta un trabajador, mientras miraba a los corredores.
Lo que se está gestando lo dice Jorge Gutiérrez, futuro presidente de la cooperativa Acoplados del Oeste, que reunió a sus compañeros en ronda: “Vamos a estar tranquilos. Vamos a entrar y vamos a ser claros: a partir de ahora el control lo tenemos nosotros”. Los obreros se miran, toman confianza y se ponen en marcha.
El grupo se divide. Una parte avanza firme por el terreno lindero. La otra avanza hacia el portón de la fábrica. Les dicen a los de seguridad privada de la garita que van a entrar. Tres comienzan a tirar. Se suma un cuarto. Lo abren. Duró segundos. De repente, la fábrica. Es un paso. Entran “Ya está”, dice Miguel Ángel Colazo, 6 años en la fábrica, entre asombrado y confundido. “Ya está”, confirma Félix León, 7 años trabajando, casi en igual sensación.
La ruta quedó atrás, los trotadores ya no existían, los obreros empiezan a aplaudir. “Ya entraron”, dice Gutiérrez al escuchar el ruido mientras ingresaban por el terreno lindero. Se acoplan al griterío. La fábrica ya no estaba vacía, los 30 trabajadores ya no estaban en la calle, y lo primero que hace el perro con la pechera azul al entrar es acomodarse, levantar la pata bien alta y lanzar un potente chorro sobre la esquina de una columna.
No había dudas: el territorio volvía a recuperarse.
Acopladas las manos from Lunar Ocular on Vimeo.
Rebobinando
En la previa, los nervios se cortaron con partidos de fútbol-tenis en el estacionamiento de la ahora ex Petinari, la fábrica de semirremolques y volquetes que dejó a 200 familias en la calle sin aguinaldos, sin sueldos desde enero, y los empujó a reclamar durante siete meses en la ruta, a tomar la empresa, a comenzar la producción sin patrón, a ser desalojados por infantería, la policía Bonaerense y un fiscal, a volver a la ruta y a ingresar nuevamente bajo un sueño: mantener las fuentes de trabajo.
Carlitos, un vecino que los apoyó desde el primer día y se ofrece a volantear e ir de casa en casa para contar la historia de los trabajadores (“Así hicieron en Zanón, y fue clave”, recuerda este hombre de varias batallas), ofició de umpire, aunque de pie. En un tanto confuso, uno de los equipos se trata de apropiar el punto. “10 a 4”, gritaron. Del otro lado retrucaron: “Sumá uno para nosotros: ya parecés el contador de Grégori (ex gerente de la empresa, uno de los señalados por los obreros de dejarlos sin trabajo). Las risas explotaron.
“¿Lo viste a Negro”, preguntó un trabajador.
Negro es el perro que, desde el aguante en la ruta, acompañó a los trabajadores como un guardián. Siempre firme, el amor incondicional se lo ganó el día del desalojo: le mordió la mano a uno de los policías.
“¿Viste cómo está vestido’”.
El perro, recostado sobre la vereda al sol, luce una pechera azul.
Dice: “Acoplados del Oeste”.
“Acordamos que todos teníamos que venir con ropa de trabajo. Y él no podía ser menos”.
La justicia y el policía
Adentro, mientras los trabajadores entran y salen de los galpones para sacar mesas, bancos y los soportes de la carpa que comenzaron a rearmar sobre el pasto, habla Armando Etcheverría, 60 años, 9 en la fábrica, sector tornería: “Esto es una gran alegría. Vamos a ver qué pasa ahora. Estábamos trabajando y a punto de cobrar: teníamos dos cajas listas para sacar cuando fue el desalojo. Pero hay que seguir. Es difícil, sí. Mi señora trabaja, pero se bajonea. Acá hay que tener la mente fría. Porque te planteás muchas cosas, hasta qué significa la justicia”.
Dice que pasó la semana post desalojo tranquilo. “Sabíamos que íbamos a entrar. Todo fue para no perder las fuentes de trabajo. Muchos se quedaron sin obra social. Podés no trabajar una semana, dos, un mes, pero no ocho meses. Para una persona que trabajó toda su vida, eso te mata. Puede decirse que hicimos justicia”.
También redefine la noción de justicia Roque Gómez, 62 años, 9 años en la fábrica, soldador. Tiene cáncer de próstata y su despido empujó un dominó burocrático que lo dejó sin obra social. Rebotó de un hospital a otro cuando necesitaba un tratamiento específico. Hoy toma dos pastillas por las mañanas y otras durante las tardes. “Me despidieron a principiode año porque dije que al meterse el sindicato en el medio del conflicto, lo que se buscaba era la quiebra de la empresa. Acá éramos 400 empleados y cada vez fuimos quedando menos”. Gómez tiene la esperanza de volver a trabajar. “Por eso cada vez que viene gente me emociono: me siento apoyado”, dice, en medio de un predio que comenzaba a poblarse por la asamblea pública convocada por los trabajadores para las 15.
Minutos antes, cerca de las 14:20, una camioneta de la Bonaerense estacionó a metros del portón. Las miradas fijaron una única dirección. Un grupo de trabajadores se acercó al móvil. Eran un policía joven y una oficial. Los trabajadores les explicaron el conflicto. “A nosotros nos dejaron en la calle y ahora vamos a hacer una cooperativa”, comentaron. La respuesta policial: “Entren, trabajen, hagan un asado”.
Lo heavy
La asamblea pública comenzó pasadas las 16. Llegaron trabajadores de otras fábricas y empresas recuperadas, profesores, partidos políticos, organizaciones sindicales. Pasaron militantes del PTS, Partido Obrero, Izquierda Socialista, de la CTA, Quebracho y el Movimiento Evita, entre otros. Los que primero hablaron fueron los trabajadores.
Jorge Gutiérrez parado sobre la mesa bromea: cuenta que las veces que estuvo arriba de un “escenario” para dirigirse al público fue cuando cantaba en una banda thrash.
Ahora va a ser el presidente de una cooperativa de trabajadores en Merlo.
(Anotación personal en el cuaderno: “Eso es heavy metal”).
Gutiérrez agradece a cada una de las personas que se acercaron y hace una reseña del conflicto: los aguinaldos y sueldos impagos, el paro, la ruta, los despidos. “El sindicato (SMATA), si es que se puede llamar así, nos dejó tirados. La idea de la cooperativa la habíamos planteado en 2012, pero nos pusieron trabas a la hora de los papeles. Hoy somos 130 personas que apostamos. Hay gente que vendrá y se sumará después. Las puertas están abiertas para otros trabajadores. Estamos para que esos compañeros se jubilen dentro de la empresa. La única bandera que levantamos es por los compañeros de Petinari”.
A su lado, también parado sobre la mesa, ahora el que habla es Hernán Noir: “Ni nosotros nos imaginábamos llegar hasta acá. Lo único que queremos hacer es demostrar que somos capaces. Los patrones creen que porque tienen más plata que nosotros son los reyes del mundo. No es así, y más claro quedó cuando comenzamos la producción. Es lindo trabajar sin patrón y con los compañeros. Y lo más lindo fue que, cuando nos desalojaron, estábamos todos riendo: sabíamos que íbamos a entrar. Y también es lindo que llevemos el sueldo a nuestras familias, porque son ellas las que están atrás de nosotros. Esto es lo que nos tocó y es lo que elegimos. Somos una familia. Algunos nos llevamos bien, otros mal, pero la queremos mantener. Y nos parece un buen ejemplo para llevarle a nuestros hijos: ninguno se tiene que dejar pisotear. Esto te lleva a ser, o a intentar ser, mejores personas, porque para los males están ellos”.
Otro modelo, otra economía
Luego fue el turno otras experiencias de fábricas y empresas recuperadas. La asamblea pública se convirtió así en una clase magistral sobre política y economía difícil de encontrar en la universidad. El que primero habla es el representante de Cooperativa Frigocarne, de Cañuelas:
“Hace 11 años que somos una familia sin patrón. Somos libres, llenos de contradicciones, pero libres. Demostramos que los negros, los analfabetos, pueden manejar una fábrica. Es posible un país distinto, una fábrica distinta. No es fácil: hay miedo, desconfianza. Pero no necesitamos de los patrones para producir. En 8 años hemos puesto 8 millones de pesos en la planta. Estamos arriba del sueldo de convenio. Pero carajo: miren si no demostramos que podemos”.
Pablo Ledesma, de la cooperativa Unión Solidaria de Trabajadores, de Villa Domínico, Avellaneda, pasa al frente:
“Llevamos 11 años de autogestión, y gracias al vecino, pudimos recuperar el trabajo. Hoy tenemos una huerta agroecológica, una escuela, una cancha de hockey. Hay un modelo mucho mejor al capitalismo, y es el que construimos entre todos en comunidad”.
Franciso Manteca Martínez, de Textiles Pigüe (ex Gatic) aporta una observación clave de cara a lo que sigue: “Es bueno resaltar el inicio. Hay que ser muy valientes para ocupar, muy heroicos para resistir, pero también muy inteligentes para producir. Hay que juntarse con proveedores, clientes. Seamos inteligentes en el camino. Y no es fácil. Todavía necesitamos reivindicaciones, que nos igualen en derechos con los trabajadores de otros sectores, que no necesitamos monotributos. Todos podemos decir cantatas revolucionarias, pero hay que ser inteligentes”.
José Vasco Abelli, referente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, cierra: “Cuando empezamos a recuperar empresas en la década infame, en los 90, nos trataban de locos. Y copiamos el lema del Movimiento Sin Tierra: ´Ocupar, resistir y producir´. Este es el orgullo que todos tenemos que sentir como clase, como trabajadores que recuperaron la dignidad. Todos los días hay una nueva fábrica recuperada. Esa es la gran conquista: recuperamos la confianza. Hay más de 50 mil trabajadores autogestionados en todo el país. Fuimos inteligentes para apropiarnos de los medios de producción, y eso es lo que le duele al neoliberalismo y al capitalismo. Hay otra economía, y la hicimos nosotros”.
El mundo según Merlo
Hay en el predio risas, chistes, mate, fútbol. El clima volvió a ser otro. “Hay que meterle a la pintura de esa caja, esta semana tiene que salir”, le dice Jorge Gutiérrez a otro compañero. La carpa aún no estaba armada pero el pensamiento ya estaba un paso por delante: hay que producir.
“La sensación que tenemos es levantar la mirada nuevamente y ver que, gracias a lucha, volvimos a tener ilusión y nos pudimos unificar”, concluye Gustavo Machuca, 29 años. “Cada vez estamos más cerca del sueño de ser una cooperativa. Cuando supimos que quizá entrábamos otra vez, el tiempo y la ansiedad te comían. Me despertaba a la madrugada, no me podía dormir. Y ahora ver las máquinas y a los compañeros nuevamente adentro es algo que te motiva mucho. Estar acá y tener este apoyo es importante para que nadie pueda estafarnos la moral”.
Se suma Eber Moreno, 21 años en la fábrica, encargado de viga: “Era sabido que iba a pasar el desalojo. Espero que, en este caso, la segunda sea la vencida. Volver al trabajo es lo que más nos importa hoy por hoy. Porque el tema de la plata ya fue. Negociar nuestro sueldo no nos sirve: para qué vamos a financiarles eso, si sólo sirve para que los patrones se llenen los bolsillos. Lo que nos importa es esto, que es nuestro. Falta un poquito, pero no nos va a sacar nadie”.
Sigue Machuca: “Pasamos la primera vez acá adentro, después vino el desalojo. Esta segunda vuelta nos ayuda a estar más aferrados y compenetrados: nos hicimos más fuerte nosotros. Nuestro sueño ya se está haciendo realidad. Nos estamos fortaleciendo cada vez más. Esto ya es parte de nosotros. Yo sé que es mío, para mi familia, para mis compañeros y para mi futuro”.
El futuro es este rincón de Merlo puro presente, puro cambio, pura transformación.
Este jueves el mundo se movió un milímetro.
Lo movieron estas personas.
El tiempo dirá qué es lo ese milímetro empujó.
Nota
Septiembre en Mu Trinchera Boutique
Obras de teatro, música, comida rica, dos ceremonias especiales, y una propuesta para las infancias: este septiembre te esperamos en nuestro espacio (Riobamba 143, CABA) con todas estas propuestas. Recordá que si sos suscriptor, tenés descuentos.
Sábado 7 de septiembre, 20.30hs
TERROR DE ARRABAL
Tres barrios porteños, tres leyendas urbanas y la pesadilla de una inquilina en busca de hogar. Terror de Arrabal es un unipersonal de narración oral que recorre leyendas urbanas de la Ciudad de Buenos Aires en el camino de una inquilina que mudanza tras mudanza no para de chocar con lo paranormal.
Entradas por Alternativa Teatral
Domingo 8 de septiembre, de 13 a 17 hs
PACHA URBANA
Una ceremonia para testimoniar la vida y celebrar el placer del encuentro colectivo.
Un ritual para nutrir el cuerpo y el alma, con el escenario urbano de fondo, con nuestros pies sobre el territorio que nos cobija.
Empanadas salteñas, bebidas, DJ y fiesta: todo incluído.
Anfitriona y cocinera: Carla Morales Ríos
Musica en vivo y DJ: Big Mama Laboratorio
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Sábado 14 de septiembre, 20 hs
NENA GORDA
Un biodrama que surge de la convicción de que una herida personal es un interesante y genuino punto de partida para la creación. En éste caso, el foco está anclado en lo más íntimo y a la vez universal: el cuerpo propio y la mirada de los otros sobre él.
Regresar, a través de sus objetos, al cuarto de la infancia; aquel sitio que alberga aún el recuerdo, las memorias, los deseos de otros proyectados sobre nosotros.
Una foto. Una pequeña bailarina clásica llamativamente gorda es el disparador para preguntarnos ¿Qué tiene que cambiar para que el cuerpo de una niña sea suficiente?
Entradas por Alternativa Teatral
Domingo 15 de septiembre, 18 hs
MARYTA DE HUMAHUACA
KILLA RAYMI (la Fiesta de la Luna)
Maryta de Humahuaca, cantora indígena, jujeña, llega a Buenos Aires para presentar sus nuevas canciones en una ceremonia con artistas invitadas.
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Viernes 20 de septiembre, 21 hs.
Maca Mona Mu
Nos invita a recibir la Primavera
presentando su disco Ruca.
Canciones enhebradas a través del elemento fuego para iluminar, abrigar, cocinar y encender nuestros sentidos.
La voz de Maca Mona Mu narra emociones íntimas que exponen la nueva sensibilidad de esta época.
Sábado 21 de septiembre, 20.30 hs
SER EVA, por Eva Basterra Seoane
Textos y canciones para no olvidar, el arte para testimoniar y celebrar la vida.
La Eva artista, la que se rebela, la que se entrega, la lucha, la que grita, la que muerde, la que sueña, la que vive.
Un encuentro mensual, con una invitada especial en cada ocasión. En esta oportunidad: Graciela Daleo, docente, investigadora, sobreviviente de la ESMA.
Eva es escritora, cantora, murguera, feminista, hija de Víctor Basterra y Laura Seoane, sobrevivientes de la ESMA. El testimonio de Victor fue crucial en el Juicio a las Juntas Militares, inmortalizado en un texto de Jorge Luis Borges.
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Domingo 22 de septiembre, 16 hs
FESTIVAL MOSTRES E INFANCIAS
¡Primer Festival para Infancias libres y Todo Tipo de Familias, porque deseamos que crezcan en toda su diversidad!
Habrá:
-Ronda de Lectura con hadas travas madrinas: Susy Shock, Luz Ventura, Eugi
-Juegos participativos y Juegos cooperativos: Amarella y Amarellita.
-Talleres organizados por la Editorial Muchas Nueces.
-Música en vivo: La Banda de les Mostres, Susy Shock, Sofia Dieguez, Lelé Música, Amarella, Mika De Frankfurt, ¡y más amigues!
Entradas por Alternativa Teatral
Nota
Diez años después: comienza el juicio por el femicidio de Nancy Fernández
Comienza este martes el juicio por el asesinato de Nancy Fernández que se extenderá entre el 3 y el 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Por Anabella Arrascaeta.
Nancy tenía 36 años cuando el 2 de mayo de 2014 fue encontrada en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Venía reclamando justicia por su hija, Micaela Fernández (14), que un año antes había sido secuestrada, violada y asesinada (ambas en la foto de portada). Sin embargo, se caratuló el caso de Micaela como suicidio. El acusado es Juan Carlos Corvalán, conocido narco de la zona. Nancy y Micaela eran parte de la comunidad qom Yecthakay, de Tigre.
Esta historia, situada en el Municipio de Tigre, se teje entre muertes e impunidades. El crimen de Micaela Fernández fue caratulado como suicidio, y sigue impune. Este martes comienza entonces el juicio por el asesinato de su madre, Nancy Fernández, que se extenderá hasta el viernes 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Hay un solo imputado por el femicidio: Juan Carlos Corvalán, narco de la zona.
El entramado detrás de estas muertes sigue aún sin visibilizarse.
Nancy Fernández, de la comunidad qom del Tigre. La asesinaron porque seguía denunciando que el caso de su hija Micaela no había sido un suicidio, sino un asesinato (Foto de Canal Abierto)
Los crímenes
En 2013, cuando Micaela Fernández desapareció, su madre Nancy fue a la Comisaría 6ª de Talar pero no le quisieron tomar la denuncia; había sido secuestrada y violada por varios hombres. Cuando su hija apareció días después, con golpes, cortes en la cara y el pelo cortado, Nancy insistió en denunciar lo sucedido y otra vez volvieron a negarle ese derecho. En una entrevista con la TV Pública, Nancy reveló que la policía la llevó a la comisaria, donde la ataron y golpearon. Cuenta Nancy en el video: “India de mierda, me dijeron, te callás la boca, no vas a hablar vos”.
El 17 de febrero de 2013 Micaela apareció asesinada en la casa de Dante “Pato” Cenizo. Tenía un tiro en la cabeza. La investigación de su muerte estuvo a cargo del fiscal Diego Molina Pico, de la Fiscalía de El Talar, que a los pocos meses archivó la causa caratulada como suicidio. Dante “Pato” Cenizo solo estuvo preso por venta de drogas.
Un año después, mientras Nancy, reclamaba justicia y denunciaba la complicidad policial en la trama, la encontraron en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Ahora, diez años después, su muerte llega a Tribunales.
El reclamo de justicia
Nancy y su familia son parte de la comunidad Qom Yecthakay del partido de Tigre. Micaela tenía una hermana: Lisette Fernández, que tenía 12 años cuando asesinaron a su hermana, y 13 cuando asesinaron a su mamá. Cuando cumplió la mayoría de edad tomó el reclamo de justicia y se rodeó de las organizaciones que desde el territorio acompañan los reclamos por los femicidios locales.
La misma red que acompaña por ejemplo el reclamo de justicia por Luna Ortiz (asesinada en 2017 cuando tenía 19 años) estará presente en los Tribunales acompañando a Lisette.
“Es importante el acompañamiento porque es una causa fuerte. Esta red de mafia territorial se creía que al matar a Nancy y al morir su abuelo Eugenio de tristeza, Lisette no iba a hacer nada por su corta edad, pero cuando cumplió los 19 años decidió salir como particular damnificada, y es importante levantar junto a ella el pedido de justicia”, dice a lavaca Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz y miembro de la red que acompaña el pedido de justicia por Nancy y Micaela.
Marisa Rodríguez, la mamá de Luna Ortiz, junto a Lisette, hija de Nancy y hermana de Micaela que retomó el reclamo de justicia ante la audiencia que comenzará este martes 3.
Esa red garantiza por ejemplo que durante esta semana Lisette tenga cómo trasladarse al juicio, y se quede a dormir cerca de Tribunales. También organiza que la joven tenga la comida para la semana y las actividades de acompañamiento que sucederán en la calle mientras el proceso transcurre, además del claro apoyo y contención.
El juicio marca la posibilidad de empezar a desarmar el entramado de impunidad. Un primer paso en un largo camino que se inicia por juzgar como femicidio el crimen de Nancy, y que después pueda dar lugar a lo que todavía no se hizo increíblemente: vincular la muerte de Nancy con el crimen de su hija Micaela, y poder poner luz en la trama de responsabilidades y complicidades que mantuvieron durante 10 años sus femicidios sin justicia.
Nota
Talento eterno
Ricardo Talento –actor, director, dramaturgo y docente, fundador del Circuito Cultural Barracas y uno de los principales impulsores del teatro comunitario– se “mudó de casa”, como dicen las Madres de Plaza de Mayo cuando alguna de ellas parte hacia otras dimensiones. El recuerdo de Luis Zarranz, periodista, escritor y autor de del libro Actores Sociales, de Lavaca Editora: una investigación, descripción y guía sobre una experiencia de una profundidad única en el mundo, con Ricardo Talento como uno de sus emblemas. En esa obra Luis explica el rol del teatro comunitario en la reconstrucción del tejido social tras la dictadura, hasta el presente. Y en esta nota cuenta sus batallas, sus conceptos, lo que fue capaz de crear con la mirada siempre puesta en lo grupal. Su debate tanto con el liberalismo como con el progresismo sobre lo que significa el arte como producción social y autogestiva. La definición de la palabra “talento” que le falta a los diccionarios. El retrato de un imprescindible que supo combinar alegría, entusiasmo y comunidad.
Por Luis Zarranz
(foto de portada publicada por la Asociación Argentina de Actores y Actrices)
Ricardo Talento tuvo un apellido que le calzaba justo. Su virtud no estaba solo en su capacidad actoral o dramaturga sino en algo más trascendental y difícil de hallar: la potencia para generar proyectos artísticos comunitarios a lo largo y ancho del país.
En ningún lugar de eso que llamamos mundo existe algo similar –en términos de extensión, recorrido, articulación, transformación y hecho cultural– como el teatro comunitario argentino. ¿Qué es? Teatro de y para vecinos y vecinas. En nuestro país, más de sesenta grupos conforman una red nacional de enorme vitalidad en la que se fusionan conceptos tales como comunidad, arte, identidad, celebración, autogestión y juego: todo como parte de una unidad teatral.
Sin embargo, lo que hace más interesante aún al teatro comunitario es la generosidad fundacional con la que creció. Y es precisamente ahí donde emerge la figura de Talento junto con la de Adhemar Bianchi como directores de los dos primeros grupos del país: fueron ellos quienes durante los días aciagos del 2001 salieron por los barrios a propalar el encuentro de vecinos a través del arte, lo que permitió que surgieran diversos grupos hasta en los lugares más inimaginables del país.
Eso es Talento.
A partir de ese impulso, en pueblos de no más de seiscientos habitantes, por ejemplo, comenzaron a surgir grupos de teatro comunitario en los que participaba buena parte de la comunidad: la vieja estación de tren abandonada pasaba ser un escenario para una función, lxs vecinxs contaban ellxs mismxs la historia del lugar, es decir su historia.
Talento vio allí el hecho cultural en toda su dimensión transformadora.
Antes, mucho antes, en la década del setenta había participado en el Centro de Cultura Nacional José Podestá, en el grupo La Podestá y en el Grupo de Teatro Cumpa. En 1987 comenzó a dirigir al grupo de teatreros Los Calandracas. Finalmente, en 1996, en plena sobredosis menemista, fundó el Circuito Cultural Barracas y, junto a Adhemar, creó “El Fulgor Argentino Club Social y Deportivo”, la gran obra del primer grupo de teatro comunitario, Catalinas Sur de La Boca, hermano mayor del Circuito de Barracas.
Imagen de la actual versión de El fulgor argentino, espectáculo organizado y creado en1996 por Ricardo Talento y Adhemar Bianchi, cuyo éxito lo renueva año año. Foto Lina Etchesuri
Pero todo el párrafo anterior engendra un error: nada de lo que haya hecho Talento podría conjugarse en singular. Sus iniciativas siempre propiciaron el encuentro con el/la otro/a para, a partir de allí, crear proyectos de índole grupal.
Su nombre y apellido nunca fueron un nombre propio sino sustantivos colectivos. Por eso le preocupaba tanto combatir la aparente capacidad individual de un artista. Ese fue su verdadero arte: dialogar con la época para transformarla en comunidad: “Creemos que el arte es un derecho de todos. El mundo liberal creó la figura del artista como para decir que están los que se permiten desarrollar su actividad y tienen un don. Están diciendo que otros no lo tienen. Y, además, que se trata exclusivamente de una producción personal. Es un nefasto concepto liberal y hay otro del progresismo: la idea del arte como herramienta, como una utilidad. Nosotros creemos que en sí es transformador”.
Eso es Talento.
Así, en 2001, bajo su dirección, el Circuito Cultural Barracas parió una de sus emblemáticas obras: El casamiento de Anita y Mirko. Un casamiento como una excusa para generar un espacio de encuentro, intercambio y diversión que amortiguara la crisis neoliberal que, como un tsunami, arrasaba con todo. La fórmula que crearon lxs vecinxs fue medicina para curar el agobio, la desesperación y el desencuentro. Y fue también un éxito teatral que lleva veinte años ininterrumpidos de funciones agotadas sábado tras sábado, con más de 70 vecinxs actores en escena.
El Casamiento de Anita y Mirco, obra y experiencia emblemática del Circuito Cultural Barracas desde 2001, otra muestra de la capacidad de Ricardo para reunir lo social y lo artístico y hacer una fiesta (literal y divertidísima) que comparten y actúan con el público más de 70 vecinas y vecinos del barrio. Foto Lina Etchesuri para lavaca .
Hace un tiempo, en una charla para una nota de lavaca, Talento me dijo: “En todo estos años cambió el clima político y el social, pero sigue esa necesidad de jugar, aunque sea por dos horas, a que no tenemos paranoia el uno del otro. En el fondo, el Casamiento es una ficción: ficcionamos que nos conocemos, que nos podemos divertir juntos, que podemos compartir una mesa sin que nos conozcamos. No es poca cosa”.
Eso es Talento.
Más Talento: “El teatro es la última ceremonia humana que le queda al ser humano. Cuando la comunidad la toma, vuelve a darle encarnadura, sentido. Porque a veces el teatro se vuelve una ceremonia hueca, no de comunicación sino de exhibición: de habilidades, de construcciones artísticas. Una de las cosas por la cual el teatro comunitario tiene tanta repercusión en el público es porque al tomarlo la comunidad vuelve a tener sentido esta ceremonia celebrativa. El vecino produce con otro vecino, que es el espectador: hay empatía y todos juntos estamos participando de un hecho colectivo”.
Así, con esas pócimas, Talento supo dialogar y protagonizar su tiempo: con otros/as: “Creatividad significa cómo puede imaginarse uno de otra manera, cómo puede modificar el entorno y puede construir política. Estás desarrollando prácticas a nivel comunitario, de construcción política, partiendo de la posibilidad de imaginar de otra manera. Y ejercerla, además, porque no es que lo decís teóricamente y después te vas a tu casa solo. No, lo estás ejerciendo todo el día en la práctica, con otros”.
Cómplices y compinches. Adhemar Bianchi y Ricardo Talento, creadores de espacios de encuentro, intercambio y diversión para escaparle a la desesperación y los desencuentros. Foto LAVACA
Pocas veces palabra y acción se sintieron tan a gusto: eso sí es Talento.
Otra vez, cuando participó del Foro Social de Porto Alegre puso en discusión la frase “Otro mundo es posible”, leiv motiv de esos encuentros. Talento planteó dos cosas: primero que nada iba a ser posible si no éramos capaces de imaginarlo. Y, segundo, que no había que plantear otro mundo posible sino este, el de aquí y ahora, el que se manifiesta en el más político de los ámbitos: el cotidiano.
Eso es Talento.
Hay personas que dejan una huella tan imborrable de su paso por el mundo que resulta imposible mencionarlos en pasado, su tiempo es tan actual que siempre están en presente: eso es también es Talento. Y, por eso mismo, siempre están y estarán vivas: cada vez que un grupo de teatro comunitario se junte, cada vez que empiece una función, cada vez que surja otro grupo más, Ricardo Talento estará ahí, como parte inescindible de esa acción.
La Real Academia Española, que poco sabe del mundo real, admite tres definiciones de “talento”: “1) inteligencia (capacidad de entender). 2) aptitud (capacidad para el desempeño de algo). 3) Persona inteligente o apta para determinada ocupación”.
Le falta la más trascendental de las definiciones: “Talento: sustantivo colectivo teatral y comunitario”.
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