Nota
Posta Cultural de Escena: acciones y estrategias para crear otro futuro
Las postas callejeras de Escena, espacios escénicos autónomos, se trasladaron en la tarde lluviosa de domingo al espacio cultural MOVAQ–Aquelarre en movimiento, en el barrio porteño de Villa Crespo. Actores, actrices, directorxs de teatro, bailarinxs, escritorxs y fotógrafxs hicieron una reunión presencial y performática para reflexionar acerca de lo “por venir” y elaborar pensamiento y estrategia para el arte cuando pase la pandemia. La frase consensuada y abrazada por lxs integrantxs de Escena para proponer en cada posta también encontró así un lugar para corporizarse: “Acá hay un espacio para imaginar un futuro”.

La charla comenzó con despliegue de mates e ingredientes para saborizarlos gracias a la generosidad de la bailarina y gestora cultural Analía Slominsky, que ofició como anfitriona del lugar. Los espacios teatrales están cerrados, pero les artistas se siguen reuniendo manteniendo de forma estricta los protocolos para imaginar y crear una estrategia de arte postpandemia.
La actriz, directora y escritora Ana Laura López tomó la palabra y, para romper el hielo, trajo la propuesta de la artista plástica brasilera Lygia Clarck: “En 1963 Lygia Clarck propone una obra bisagra en su carrera: el Caminhando. Invita a tomar una cinta ancha de papel, torcerla y pegar los extremos, de manera tal de dar forma a una cinta de Moebius. Luego, con unas tijeras, se debe realizar un corte en algún punto de la superficie y comenzar a cortar a lo largo de la cinta con una única regla: no volver a pasar por el punto inicial sino esquivarlo, para evitar que la cinta se corte en dos pedazos y la exploración acabe de inmediato. Así, la cinta se va volviendo cada vez más delgada, hasta que se hace imposible seguir cortando. No hay obra resultante, sino que la obra es el acto de hacer la propia obra”.

Continúa López: “Tiempo después, la psicoanalista, también brasilera Suely Rolnik, retoma el trabajo de Lygia, para plantear la relación entre fuerzas y formas que constituyen nuestro mundo. Nos invita a pensar el mundo como esa cinta, que en una cara tiene todas las formas (humanas y no humanas, institucionales y objetuales) y en la otra, las fuerzas latentes, semillas capaces de engendrar otros mundos. Al torcer y unir los extremos de esa cinta imaginaria, las caras se vuelven indisociables, pero no hay armonía, sino tensión entre ellas: la de las formas instituidas, que buscan su conservación y las fuerzas que buscan sostener la vida como potencia de germinación».

Luego, cortaron las cintas y los argumentos y sensaciones fueron encontrando puntos en común, experimentando lo sucedido en torno a las formas y sus consecuencias. La cinta de Moebius fue ideada en el siglo XIX por un matemático y astrónomo alemán y con su creación pone en cuestión las leyes de la lógica. Se la conoce como el objeto imposible ¿Dónde es arriba, abajo, afuera y adentro? Lo cierto aparece como incierto y lo firme como endeble. La cinta invita a derribar certezas, acariciar enigmas y volver a observar lo que nos rodea con otra mirada.
Desde este terreno de experimentación, comenzaron a anotar ideas, palabras sueltas e impresiones que dieron forma al cadáver exquisito:

Somos inútiles
Malos Aires
Perforar
Dejarse afectar
Borde / Habitar el borde
Arte sin fin
Ninja
Formas de invitar a hacer
No cortar por el mismo punto
¿Para qué hacemos arte?
Imaginar un futuro para enfrentar el presente
Postas en las puertas de las casas
Eco
¿Cómo habitar la calle?
Potencia creadora / Creatividad
La calle es de todes y no es de nadie
Cuidado / Gestos de cuidado
Pandilla de cuidado
Artista desprevenidx
¿Qué futuro imaginás para vos?
Nuestra posta
Quiero volver a contaminarme
¿Quién cuida la creación?
Activar YA
La acción es obra
Nos necesitamos
Volver a casa
Territorio abierto
Grupo esencial
Estamos acá
Nueva definición de salud
Creación sin fin
Posta calle dominio público
Dispositivos abiertos
Con el barrio
¡Es posta! A compostar
Que pase con lo que está pasando
Capilar
Poéticas del cuidado
Aprender a habitar la calle
Futuro
Espacio
Calle
Moebius
Habitar con otres.

Palabras y conceptos para armar un collage: con lo que hay se puede formar otra cosa y darle lugar a la belleza. Un camino colectivo de pies inquietos, manos activas, un parpadeo de ojos que nos anime a mirar de nuevo y desde el territorio imaginado.
Y engendrar otros mundos.

Nota
De la idea al audio: taller de creación de podcast
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Contenidos:
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Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.
Docente:
Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
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