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Raquel Robles, fundadora de H.I.J.O.S: La historia desaparecida

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El diario Clarín hizo desaparecer la historia de lucha de Raquel Robles, flamante ganadora del Premio Clarín de novela, como referente de la agrupación H.I.J.O.S Capital. Raquel es hija de Flora Celia Pasatir y Gastón Robles (Secretario de Agricultura durante el gobierno de Héctor Cámpora) desaparecidos el 5 de abril de 1976 en un operativo que ella misma presenció: tenia 5 años. Aquí, un texto de Raquel: Lo imposible tarda un poco más. Un dìa después de la publicaciòn de este artìculo en lavaca el diario empezó a completar la información.

El diario Clarín hizo desaparecer la historia de lucha de Raquel Robles, ahora ganadora del Premio Clarín de Novela, pero desde hace varios años referente de la agrupación H.I.J.O.S Capital, espacio que sostuvo e impulsó desde el primer día de su creación. Raquel es hija de Flora Celia Pasatir, secuestrada y desaparecida el 5 de abril de 1976 de su casa de City Bell, junto a su segundo esposo Gastón Robles, secretario de Agricultura durante el breve gobierno de Héctor Cámpora. Raquel tenía 5 años, y su hermano 3: ambos presenciaron el operativo. Testimonios de sobrevivientes de los campos de concentración refieren que los padres de Raquel fueron vistos en Campo de Mayo y que Celia estaba embarazada. El niño debió nacer en cautiverio entre octubre y noviembre de 1976 y hasta el día de hoy también continúa desaparecido.
Raquel Robles se presentó al concurso con el seudónimo de Venecia Pasatir, el apellido de su madre. “Raquel Robles perdió a sus padres cuando tenía 5 años”, es todo lo que señala el diario hoy en el texto titulado “perfil”, sin hacer mención a la militancia de la escritora, reconocida en todos los ámbitos de derechos humanos. (En los actos de escraches, Raquel fue siempre la voz pública de H.I:J:O:S, pero Clarín nunca los cubrió.) Recién un día después de publicada esta crónica en lavaca el diario corrigió la omisión. Con la llegada del kirchnerismo, Raquel decidió aceptar el ofrecimiento de hacerse responsable de un instituto de menores en riesgo. Tiene dos hijos. Su compañero es periodista de Clarín.
En ocasión de la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Raquel escribió la siguiente carta abierta que, entre otros medios, publicó lavaca. Es la síntesis de su historia y de su estilo: lo uno sin lo otro no tiene sentido.
Lo imposible tarda un poco más
Por Raquel Robles
Integrante de H.I.J.O.S.

A todas esas Madres que no llegaron a ver la cara de pánico con la que entraban a Tribunales los asesinos de sus hijos.
Cuando uno de estos genocidas va preso te das cuenta el peso que significa la posibilidad de encontrártelos en la calle, en un bar, en el cine, en el supermercado. Es sólo ese particular alivio el que te hace posible saber que la impunidad es ese collar de melones que te hace andar despacio. O haciendo demasiada fuerza para ir igual de rápido que los demás. Los escraches, entre otras cosas, sirven para compartir algo de ese peso. Todos tenemos que indignarnos si un genocida anda libre. Tal vez no todos sepan de ese miedo animal, de ese miedo niño a uno mismo ante la posibilidad permanente de verlos cara a cara. Otra vez esa cara.
Hace ya unos cuantos años decíamos, a modo de arenga a veces, con la certeza de las grandes pasiones otras, que lo imposible sólo tarda un poco más. Y en ese imposible entraba, claro, que los milicos fueran presos. Tanto habían dolido las leyes de impunidad que a nuestro alrededor todo sabía a fracaso. También recuerdo que decíamos que éramos jóvenes y que teníamos tiempo. Ahora, después de tanto empujar este mueble tan pesado, este mueble sin rueditas, sin siquiera una frazada para hacerlo deslizar, de pronto este envión nos toma casi por sorpresa.
Cuántas imágenes se agolpan detrás de la frente cuando se piensa en la posibilidad de que los genocidas estén presos.
En la memoria de nuestra historia breve (porque qué son ocho años en la vida de una organización) son miles los recuerdos que se pueden evocar. El primer escrache, todos mojados frente a la casa de Magnaco, médico torturador de la Esma. Repartiendo volantes ante el gesto asustado de unos vecinos que nos decían detrás del vidrio, agolpados en el palier que no podía ser que ese propietario tan correcto hubiera entregado bebés a militares robándoselo a desaparecidas, o controlado el ritmo de las torturas para que los detenidos no se murieran antes de tiempo. La cara impertérrita de Astiz cuando le gritamos asesino. La noche del 23 de marzo de 1996 cuando sacamos pecho y enfilamos hacia Tribunales con nuestras antorchas encendidas, y nos dimos vuelta y nos codeamos incrédulos porque atrás había tanta, tanta gente que era inútil ponerse a contar. Y también las veces que fuimos pocos, las veces que nos decepcionamos, las veces que el camino estuvo lleno de piedras y no hacíamos más que tropezar.
La historia de los últimos treinta años nos ha acostumbrado tanto a la derrota, a la mecánica de volvernos a levantar, que miramos torcido cuando metemos un gol. ¿No será que nos corrieron el arco para que la pelota entrara justo? ¿No será que es una jugada maestra para que mientras nosotros festejamos con la tribuna, en nuestro arco, con otra pelota nos están dele embocar y embocar? No. Esto no es un regalo de nadie, esto es una victoria. Esto es que las Madres dejaron una fosa alrededor de la pirámide de Plaza de Mayo de tanto rondar. Esto es que los que estuvieron en los campos de concentración van cosiendo las heridas en cada denuncia, en cada pelea que vuelen a pelear. Esto es que las esposas y los esposos, y los hermanos y las cuñadas, y los tíos y las sobrinas, ocuparon la silla vacía con la lucha nuestra de cada día. Esto es que nosotros estamos juntos y vamos a los barrios a hacer escraches, buscamos a nuestros hermanos y hermanas (y a veces hasta los encontramos), levantamos las banderas de nuestros padres y sus compañeros, aprendemos de sus errores, los amamos hasta la locura. Esto es que hay tantos y tantas que no se conforman ni se conformaron nunca con la mediocridad de lo posible, con la crueldad de lo injusto. Esto es nuestro. Nuestros son los muertos. Y nuestra es esta victoria.
El 12 de agosto se trata en el Congreso la nulidad de las leyes de impunidad. Vamos a quedarnos ahí hasta que salga, hasta que esos ¿representantes? levanten la manito de una vez por todas. Vamos a salir todos a tomar la calle, a tomar lo que nos pertenece. Después seguiremos con la Corte Suprema, para que las declare inconstitucionales. Y después iremos a cada juicio para que vayan presos de verdad, en una cárcel común, cadena perpetua. Y después pelearemos para que sufran su castigo los cómplices, los ideólogos, los beneficiarios. Y después y mientras tanto seguiremos luchando para que las desigualdades que indignaron a nuestros padres y sus compañeros no existan y nuestro pueblo sea feliz.
Ya desensillamos. En tanta oscuridad algunas luces pequeñas empiezan a encenderse. No sabemos si esto es la claridad, pero de lo que sí estamos seguros es que siempre, después de la noche, amanece.
Compañeros, compañeras, a levantar la copa, a dejarse embriagar un poco por las burbujas. Hagamos algunas locuras, besemos las bocas prohibidas, bailemos hasta el amanecer. Nos lo merecemos. Mañana, con el pecho abierto y los brazos tatuados de tanto amor, miremos de frente a nuestros hijos, a los que tenemos, a lo que vendrán, a los que todavía son el sueño que nuestros padres no sueñan, y volvamos a empezar. Volvamos a luchar por más imposibles.
Porque, recordemos, lo imposible sólo tarda un poco más.

Derechos Humanos

A 40 años de la sentencia: ¿Qué significa hoy el Juicio a las Juntas?

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Este martes 9 de diciembre se cumplen 40 años de la lectura de la sentencia del Juicio a las Juntas Militares. Habrá un acto en la Corte Suprema de homenaje a los jueces Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz (fallecieron los otros dos integrantes de aquella Cámara Federal: Andrés D’Alessio y Jorge Torlasco).

Testigo privilegiado de muchas de las audiencias por su cobertura para el diario La Razón, Sergio Ciancaglini, actual periodista de MU y coautor del libro Nada más que la verdad (junto a Martín Granovsky) repasa escenas, revelaciones y el contexto de una experiencia inédita en el mundo en la que por primera vez se juzgó un crimen masivo cometido desde el Estado por una dictadura.

Los testigos, los alegatos, las sorpresas, la ubicación de la locura y de la cordura. Los gestos de Videla, Massera y Viola. Los testimonios de las mujeres sobre los ataques y violaciones que sufrieron. El antisemitismo militar. El peso desde el cual los médicos calculaban que era factible torturar. El sitio de lo impensable, y la proyección de aquella historia pensando en los derechos humanos del presente.

Por Sergio Ciancaglini

A 40 años de la sentencia: ¿Qué significa hoy el Juicio a las Juntas?
Los militares en 1985, de pie ante los jueces. Fotos gentileza de Telam y Fondo Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. Archivo Memoria Abierta.
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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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