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Un mes de la intervención de Canillitas: qué está en juego

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El 3 de julio el sindicato amaneció rodeado de 120 gendarmes y siete carros de asalto por una orden judicial que desplazó a la Comisión Directiva y procesó a su secretario general. Es la séptima intervención en la historia del gremio –la mayoría en dictaduras-, que en la última década conquistó derechos y combatió la desregulación del sector. Hoy Canillitas nuclea a 5000 vendedores de diarios y revistas del conurbano y Capital Federal. Qué significa la intervención en el actual escenario de despidos y de hostigamiento a la organización sindical. El rol del Grupo Clarín y el avance en la concentración. 
Claudia Herrera llega al kiosco del barrio porteño de San Cristóbal todos los días a las 5:30 de la mañana. Su parada está en Garay y Pichincha, a dos cuadras del Hospital Garraham. De lunes a lunes desanuda los paquetes, ordena los periódicos y las revistas y las acomoda con prolijidad en la parada que administra desde 1994. “Soy canilla hace veintitrés años”, dice. “Desde aquí hablo con Don Pedro, con Doña Rosa, con el jefe de una dirección nacional de alguna dependencia, con algún cirujano, con contadores públicos, con abogados. Cuando hablamos de multiplicidad de voces hablamos de esto: multiplicidad de opiniones y formas de vivir. Estás para el que busca un diario y para el que te pide cambio para el colectivo”.
Claudia sintetiza un oficio que es historia.
Claudia también es protesorera del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas (Sivendia, conocido Canillitas), intervenido hace un mes por una orden que dictó el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi, del Juzgado Criminal y Correccional N°8. El juez desplazó y procesó al secretario general del gremio, el diputado Omar Plaini, por “adulteración de documento público”, en base a una causa de 2013 cuando una lista opositora denunció supuestas irregularidades en los comicios del gremio. Si bien la Sala X de la Cámara Electoral ratificó el resultado electoral y luego la Corte Suprema de Justicia de la Nación desestimó la denuncia, más de cien efectivos de Gendarmería llegaron a las 9 de la mañana del 3 de julio en siete carros de asalto para rodear al sindicato. Los canillitas advierten que el proceso es una “aberración” ya que un juez federal no debería intervenir en competencia del fuero laboral, pero Martínez de Giorgi entiende que son cuestiones distintas y que lo que él debe analizar es la falsificación de datos en las planillas.
La intervención de Canillitas se produjo en un contexto de hostigamiento a los sindicatos y de demonización desde el Gobierno a los reclamos laborales y los fallos favorables a trabajadoras y trabajadores, en medio de rumores de una reforma laboral después de las elecciones. Canillitas se sumó a la lista de gremios intervenidos que incluye al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), la Unión de Personal de Seguridad Privada de la República Argentina (UPSRA) y la Federación de Empleados de la Industria Azucarera (FEIA). En el caso de los azucareros, el Ministerio de Trabajo también buscó la suspensión de las elecciones del Sindicato de Obreros y Empleados Azucareros del Ingenio Ledesma. Las intervenciones de FEIA y UPSRA fueron revocadas por la Justicia laboral. En cuanto al SOMU, el juez federal Rodolfo Canicoba Corral desplazó, procesó, encarceló y embargó por 10 millones de pesos a su secretario general, Omar “Caballo” Suárez, acusado de ser el jefe de una asociación ilícita.
Más allá de las particularidades de cada una de las intervenciones, el caso de Canillitas suma hipótesis que van desde un ataque al gremio por su manifiesto apoyo al frente Unidad Ciudadana -que encabeza la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner- hasta la sombra del Grupo Clarín por las reivindicaciones que el gremio conquistó en estos años. “Es muy difícil pensar que no esté Clarín luego de más de una década de lucha”, dice a lavaca Omar Plaini. “El gremio nació en 1944 y tiene 16 paros a lo largo de 73 años de historia: nosotros hicimos 14 sólo en esta década y siempre contra los mismos. Hicimos marchas, petitorios, paros para defender nuestros derechos contra el poder hegemónico de la comunicación”.
Por esa razón, Plaini repetirá un mismo concepto a lo largo de esta nota:
-No fue gratis.

Un fallo «adulterado»

“Nada fue hecho al azar”, dice Plaini. El 5 de julio, la Comisión Directiva iba a comunicar la apertura del proceso electoral que elegiría las autoridades para el período 2017-2021. Cuarenta y ocho horas antes llegó la orden de intervención con el combo de allanamiento, procesamiento del secretario general y desplazamiento de toda la CD.
-¿Qué ocurrió?
-En 2013 se realiza la elección del gremio. La lista opositora usó dos estrategias: por un lado competir y por otro, judicializar. Dijeron que el lugar de aquella asamblea no era el adecuado. Una falsedad: fue en el gremio de la UATRE (peones rurales), para más de 1000 personas. Adujeron que las planillas de ingresos (apellido, lugar de parada y número de afiliado) habían sido adulteradas y que figuraban personas muertas. Hay que aclarar que en todo padrón electoral vos hacés un corte, y entre ese corte y la fecha de la asamblea puede ser que haya fallecidos. Es más: a veces nos enteramos que hay un nuevo titular de kioscos recién cuando sus hijos vienen al gremio a notificarse. Las elecciones se hicieron y sacamos el 89 por ciento de los votos. La oposición sacó el 8,9. Fue contundente. La causa inicial fue por adulteración de documento de uso privado. La sala 10 fue tajante: no hay irregularidad. La Corte ratificó por unanimidad el fallo. Cosa juzgada: yo hice convenios y acuerdos en nombre de la organización con el certificado que otorga el Ministerio de Trabajo.
-¿Cómo llegan a esta instancia?
-La lista opositora nos dijo que no siguieron la causa. ¿Cuándo es que entonces empieza a moverse? Cuando pedimos la prescripción, hace ocho meses, de cara al nuevo proceso electoral. El juez cambia la carátula para no darle la prescripción: de “adulteración en uso privado” pasa a “público”, y eso aumenta la pena de 2 a 6 años. Además, dicta la falta de mérito a los cinco miembros de la Junta Electoral y al secretario de actas, y me procesa a mí y a la escribana. Otra aberración: solicita la intervención citando el artículo 56 de la ley de Asociaciones Sindicales cuando no es competencia de un juez penal correccional, sino del fuero laboral. Por último, descabeza a toda la CD además de la intervención. El juez podía continuar el proceso conmigo, hasta inclusive no permitirme ejercer la conducción, ¿pero por qué también al resto de la CD si ni siquiera está imputada de nada?
El secretario de Organización, Carlos Vila, dice que no hay razones que motiven la intervención: “No hay dudas de que hay condimentos políticos. Es un gremio que viene cumplimentando con la ley: todas las asambleas, nuestras memorias y balances fueron supervisadas por el Ministerio de Trabajo. ¿De dónde viene esto?”.

Intervención en Canillitas: asamblea exigió paro y movilización

Historia de una flexibilización

El sindicato de Canillitas tiene 5000 afilados y afiliadas entre 30 municipios del primer, segundo y tercer cordón del conurbano junto a la Ciudad de Buenos Aires. Son 5000 puntos de venta distribuidos en 70 kilómetros, desde Florencio Varela hasta Luján. “Este gremio no era reconocido hasta que llegamos”, dice Plaini. “Nunca había integrado la CGT. Es un gremio chico en números pero grande en sus convicciones. También es complejo, porque no estamos 500 compañeros trabajando juntos dentro de un predio o una fábrica: acá te parás en Congreso y tenés que hacer 60 km al sur, 60 km al norte y 60 km al oeste para reunir a los compañeros. Sólo La Matanza (el municipio más grande del país con 2 millones de habitantes) tiene 302 kilómetros cuadrados: allí tenemos más de 400 vendedores de diarios. El nivel de conciencia y el activo militante que ha logrado este sindicato llevó muchos años de trabajo”.
La historia corta del gremio tiene un punto de ruptura a fines de la década del ´90, en la transición neoliberal entre el gobierno de Carlos Menem y de Fernando de la Rúa.
Vila: “Un sábado de 1999 nos desayunamos, mientras armábamos los diarios, que La Nación anunciaba en tapa con títulos catástrofe que el Gobierno había desregulado la venta de diarios y revistas. Fue la resolución 416: nos puso en alarma. Nos juntamos para exigirle a la CD de aquel momento acciones contra eso. En el 2000 se cambia la resolución por el decreto 1025, que creaba un sistema mixto entre la Secretaría de Comercio y el Ministerio de Trabajo. Le permitía a los medios recurrir a cualquier instancia para vender sus publicaciones”.
La distribución y venta de diarios y revistas estuvo regida –desde 1946 hasta ese entonces- por la ley 12.921, con el Ministerio de Trabajo como órgano de aplicación. El decreto 1025 estableció un nuevo paradigma al establecer “un régimen general de libertad de competencia y desregulación de la actividad económica”, aún vigente. La Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA) denunció junto a Canillitas las consecuencias que ese decreto produjo hacia la concentración del mercado gráfico. Plaini: “El decreto desregulaba totalmente la actividad y nos pasaba al área de Comercio. Nos sacaba del ámbito laboral. Eso fue auspiciado por Clarín y La Nación. El 1 de julio de 2000 hicimos un paro general”.
El proceso desregulatorio siguió con la quita de 8 puntos del porcentaje de precio de tapa de las publicaciones, que conforman el salario canillita. Por las presiones de las corporaciones mediáticas el Estado redujo el 40 por ciento del precio de tapa al 32 por ciento. “Eso significó que perdimos entre un 22 y un 25 por ciento de nuestro salario”, dice Claudia Herrera. “De repente nos quedamos con el 75 por ciento de nuestro sueldo, trabajando de lunes a lunes, sin ningún feriado: sólo teníamos el 1 de mayo, el 25 de diciembre y el 1 de enero. Hubo años donde muchísimos compañeros no podían irse de vacaciones”.
La lista encabezada por Omar Plaini ganó las elecciones del 2006. “Por cuatro votos”, dice. Y también dice que, a partir de ese momento, empezaron a luchar por sus derechos.

El respeto es un derecho

Hicieron paros, movilizaciones, juntada de firmas, convocatorias. “Hicimos 184 reuniones zonales en 9 meses. Inauguramos las asambleas y los plenarios abiertos para discutir con todos los compañeros los problemas del sector. En ese momento dijimos que desde 1998 nos habían arrebatado el 7 de noviembre (Día del Canillita) por decisión de los grandes diarios, que editaban igual y el gremio nunca se opuso. Tuvimos ovación: la propuesta fue unánime. Y ese 7 de noviembre paramos: los diarios se editaron todos, sacaron personal propio a distribuirlos, pero hicimos combate. Les mojábamos los periódicos. En 2009 el feriado fue ley nacional”.
En 2010 consiguieron el viernes santo.
Vila: “Sumamos plus por días de descanso, recuperamos el porcentaje en algunos diarios (no todos: Clarín, La Nación, Página/12 son algunos de los que aún pagan 32 por ciento), ganamos porcentajes mayores en revistas de suscripción. Con esto arrancamos muchas acciones de reivindicación y de posicionamiento político. Este era un sindicato gris, amarillo, y nosotros logramos posicionarlo: que el canillita sea una marca y nos traten con respeto”.
En ese marco irrumpe lo que Plaini describe como la discusión central: la desregulación. “Con los decretos lo que pasaba era que nunca reconocían nuestra laboralidad: esa fue la gran batalla. En 2009 pedimos volver a la vieja ley 12.921, que nos otorgaba la exclusividad, el porcentaje, la devolución de los diarios no vendidos y nos daba la calidad de sujeto de derecho laboral. En 2009, logramos que el decreto 1693 modificara los artículos 3 y 4 del sancionado por De la Rua: ahí dice que estamos en un régimen de libre comercio siempre y cuando no afecte la tutela de los derechos laborales. Luego, logramos que nuestra actividad no sólo sea considerada comunicacional sino cultural y al servicio de la comunidad”.
Esas reivindicaciones –dicen los canillitas- les trajeron enemigos muy poderosos.

La catástrofe

La intervención que dictó Martínez de Giorgi es la séptima en la historia del gremio. Las otras: 1955 (dictadura de Aramburu), 1962 (golpe a Frondizi), 1969 (dictadura de Onganía), 1976 (dictadura de Videla), 1986 y 1989. Esta última, durante el gobierno de Menem, tiene un apellido en común con la última intervención: el ministro de Trabajo era Jorge Triaca, padre del actual ministro de Trabajo (de igual nombre) del Gobierno de Mauricio Macri.
El 18 de julio a las 11 de la mañana se presentaron tres interventores del Ministerio de Trabajo para conformar la comisión administradora y normalizadora. Vila: “No saben nada de la actividad, porque es muy compleja en su esencia. Acá no hay no hay una patronal definida y hay situaciones de conflictividad todo el tiempo: con las municipalidades, con los corrimientos de las paradas, con los distribuidores, con los propios vendedores. Eso nos preocupa: ¿una intervención a quién va a defender? ¿A los vendedores o las editoras?”.
Plaini: “Nuestro gremio es estratégico por la comunicación. También el más plural: están todas las voces. No es casualidad que la mayoría de las intervenciones fueron en dictaduras”.
Vila enmarca la actual intervención en contexto.
“Me llama la atención los últimos sucesos que ocurrieron en el último mes: todos los días un procesado, una denuncia, alguien perseguido, alguien que se quiere desaforar. Si no es De Vido, es Boudou, el contador de los Kirchner o la intervención de Canillitas. Así todos los días: es como una política de marketing. Mantienen denuncias por un lado pero, por otro, dan un mensaje al mundo sindical: ´Si se portan mal, el peso es éste´. La agenda que sale a las 3 de la mañana de la cinta de un diario se replica durante 24 horas por múltiples plataformas: tener un gremio como Canillitas disciplinado es lo que más anhelan los grandes grupos. La caída de la venta de los diarios es tan profunda que uno se pregunta por qué meterse con un gremio que va mal. Nosotros visualizamos que el gremio va a seguir siendo importante: por su anclaje en el territorio y su entretejido social el vendedor de diarios está en todos los lugares. Y esto es así: o se reconvierte en beneficio de los trabajadores o en servicio de los grandes grupos. El panorama en el sector durante estos años fue de mayor concentración de los recorridos de la distribución. Antes había 100, hoy hay una ventena y aproximadamente el 50 por ciento está en manos de Clarín. ¿Qué quiere decir? Que primero dominan la distribución y, lo que le sigue, es el punto de venta. Si ya tienen parte de la distribución tomada y luego intervienen el sindicato de vendedores, el negocio es terriblemente catastrófico”.

“Nos falta el coraje de ver la realidad”

Plaini también es el secretario administrativo de la CGT y una de las voces más vehementes que exigieron paro y movilización en los diversos plenarios que realizó la mayor entidad gremial del país. Luego del plenario de secretarios generales realizado en el Microestadio de Ferro, el triunvirato conformado por Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid difundió un documento crítico y convocó a una movilización –sin paro- para el 22 de agosto.
-¿Cómo ve a la CGT en este escenario? En la asamblea que realizaron en la puerta del sindicato luego de la intervención, el pedido fue concreto: “Paro”.
-Exactamente el mismo planteo hice en la CGT. Creo que la unidad ha sido un paso importante, pero no fue su totalidad. Sigue habiendo divisiones en el movimiento sindical y algunos sectores siguen estando afuera, por más que estén adhiriendo (el MASA, que encabeza el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sassia, no participó en el plenario en Ferro). Yo lo dije y lo resalto: hay que cambiar la actitud en la CGT. Este Gobierno no dejó cosa por hacer en perjuicio de los sectores más vulnerables y de los trabajadores. Despidos, suspensiones, inflación, intervenciones, allanamientos, endeudamiento externo brutal. ¿Qué más? La CGT tiene que cambiar la actitud, porque lo que hoy te exige la base es un plan de lucha. Yo soy parte y estas cosas las discuto dentro del parlamento obrero. He aceptado hasta ahora la decisión de la mayoría de los componentes de ese secretariado, pero mi posición es clara: hay que hacer un paro y una movilización. De lo contrario, la imagen de la base con respecto a la CGT se deteriora.
-Más allá de si provino de sectores específicos o no, la movilización del 7 de marzo dejó una frase que luego se instaló como concepto ante esa indefinición: “Poné la fecha”.
-Cometimos errores. Ese 7 de marzo nació como una convocatira al sector industrial, después nos sobrepasó y acompañaron todos los sectores: movimientos sindical, movimientos sociales y ciudadanos autoconvocados. Y me parece que ahí habría que haber tomado una decision. Pero claro: en un triunvirato es muy difícil, si no hay un solo liderazgo. Tampoco eso se construye de la noche a la mañana. Más allá de que ese día pudo haber provocadores o vaya uno a saber qué, yo estaba entre los que esperaban que se tomara otra actitud.
-¿Está a tiempo de modificarla?
-Es muy difícil saberlo. Creo que tenemos que ir camino, más tarde o más temprano, a un solo liderazgo. Y estoy convencido de que la base difícilmente se equivoque. Siempre pongo un oído abajo, y cuando vos no escuchás lo que te dicen o no respondés, eso finalmente tiene una consecuencia. Hoy creo que a nosotros nos faltó y nos falta el coraje de ver la realidad. De lo contrario, te convierte en una actitud de connivencia con el gobierno. Eso es lo que piensan los trabajadores abajo. Y son la mayoría.

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Los principales puntos del fallo que critica el operativo policial y ordenó liberar a los 114 detenidos

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La jueza Karina Andrade dictó de madrugada la liberación de 114 personas detenidas en la cacería que el Gobierno desató en la protesta contra el recorte a los jubilados en el Congreso. El fallo es preciso no sólo en los términos bajo los que ubica el derecho a la protesta como ejercicio legítimo de la libertad de expresión, sino también en la descripción del accionar de las fuerzas de seguridad. La jueza cuestionó la información “imprecisa” y “deficitaria” respecto del motivo de las detenciones, el momento y lugar en el que se produjeron, y a donde fueron llevados. La magistrada fue clara en marcar dónde está la falla: “Es preciso remarcar que el déficit en la información suministrada y, en consecuencia, del control judicial, de ningún modo lo advierto atribuible a una acción deliberada por parte del Ministerio Público Fiscal, sino a las características del procedimiento llevado a cabo por las fuerzas de seguridad”. Mientras el Gobierno amenaza a la jueza, el fotógrafo Pablo Grillo sigue peleando por su vida, internado en el Hospital Ramos Mejía por un disparo en la cabeza.

Por Lucas Pedulla

“A raíz del pedido de la defensa, he analizado la información que fue brindada y entiendo que respecto de las detenciones informadas se encuentra en juego un derecho constitucional fundamental como es el derecho a la protesta, a manifestarse en democracia y a la libertad de expresión, en un día como hoy donde se convoca desde los sectores más vulnerables de nuestra Nación como son los adultos mayores protegidos convencionalmente, desde el Poder Judicial corresponde atender a ello especialmente”.

La cita es textual y corresponde al fallo de 12 páginas con el que la jueza Karina Andrade, del Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas Nº15, dictó la liberación de 114 personas detenidas en la cacería desatada en la protesta del Congreso. La decisión causó desconcierto en el Gobierno, y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Liberano, amenazó con que “se analizará su actuación ante el Consejo de la Magistratura de CABA por posible incumplimiento de sus funciones””.

Pero lo cierto es que la jueza es precisa no sólo en los términos sino también en la descripción de una jornada bestial, con múltiples personas heridas de gravedad, entre ellas el fotógrafo Pablo Grillo, que sigue peleando por su vida, internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía.

“Información imprecisa”

La jueza Andrade especifica que a las 17.55 horas les llega la convalidación de las primeras tres detenciones. A las 18.49, llegaron las de otras siete personas.A las 20.43, de otra cinco. La información es importante porque la magistrada que, pasadas las 22 horas, la Dirección de Privados de Libertad le informa la detención de 89 personas que no habían sido comunicadas ni al tribunal ni a la defensa. Otra presentación le pedía a la jueza la liberación de las personas porque habían intervenido fuerzas federales y no de la Ciudad.

A las 22.30, la jueza recibió el grueso: 93 detenciones. A las 23.23, otras cuatro. Y recién a las 2.16 se informó la identidad de la última persona: en total, 114 detenciones. Por esas horas, la información era difusa respecto de la cantidad y los lugares donde estaban. Así queda claro el porqué y cómo la jueza argumentó su decisión:

  • “A medida que se informaban las detenciones de las personas, la información vinculada a ello se volvía más imprecisa y dificultosa para mi tarea judicial”. 
  • “Se dejaron de brindar detalles sobre la hora y lugar en el que ocurrió la detención, como así tampoco se lograba informar con relación a qué delito específico se estaba convalidando la detención. Tampoco se indicaba el lugar en donde serían alojados. En algunos casos el delito se informaba después”.
  • “A partir de la información suministrada por la fiscalía y las calificaciones legales imputadas, ninguna de las personas detenidas lo fue bajo la imputación de delitos de portación de armas de fuego, lesiones o incendio a bienes públicos”.
  • “En cuanto a la información para control, con relación a los detenidos 4) a 15) no se brindaron detalles sobre el momento y lugar de las detenciones, ni por infracción a qué delitos ocurrieron, como así tampoco el lugar en donde serían alojados. Situación similar ocurrió con los detenidos 16) a 108) y 109) a 113) sobre quienes tampoco se indicó el momento en el que ocurrieron las detenciones ni el lugar de alojamiento”.
  • Sobre los detenidos 109) a 113), no se informó el momento ni el motivo de sus detenciones y, finalmente se aguardó para el dictado de la presente la identificación de la última de las personas detenidas, previamente identificado como “Hombre de 25 años de edad que no aporta datos pero es ciudadano mexicano”.

Sobre las irregularidades en las detenciones, cita un fallo paradigmático de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó al Estado argentino por la desaparición forzada en democracia del joven Iván Torres: “Una ´demora´, así sea con meros fines de identificación de la persona, constituye una privación a la libertad física de la persona y, por lo tanto, toda limitación a la misma debe ajustarse estrictamente a lo que la Convención Americana y la legislación interna establezca al efecto, siempre y cuando sea compatible con la Convención”. 

Por eso, remarca: “Cualquier detención tiene que estar debidamente registrada en el documento pertinente, señalando con claridad las causas de la detención, quién la realizó, la hora de detención y la hora de su puesta en libertad, así como constancia de que se dio aviso al juez de instrucción competente, en su caso, como mínimo”.

La protesta como libertad de expresión

La jueza ubica que la marcha de ayer, “como es de público conocimiento”, ocurre todos los miércoles desde hace un año, y sobre esa base fáctica le “resultó imperioso” enmarcar los hechos “dentro de las exigencias constitucionales y convencionales” ya que, advirtió, “se encontraban en juego derechos constitucionales fundamentales como son el derecho a la protesta, a manifestarse en democracia, a peticionar ante las autoridades, a la libertad de expresión”. 

Por ese motivo, subraya: 

  • “Estas libertades adquieren especial relevancia un día como hoy en el que parte de la sociedad se expresa (se ‘moviliza’) en favor del ejercicio de la libertad de expresión de los integrantes de uno de los sectores más vulnerables de nuestra República, los adultos/as mayores. Desde el Poder Judicial corresponde atender a ello especialmente”. 
  • “Así, vale recordar que los adultos mayores se encuentran específicamente protegidos en nuestra Constitución Nacional (art. 75 inc. 22) a través de la Convención Interamericana sobre Protección de Derechos Humanos de las Personas Mayores, incorporada a la Carta Magna a través de la sanción de la ley 27.700 por el Congreso de la Nación”.
  • La libertad de expresión, junto con el derecho a la protesta, necesariamente concatenado con la primera, se configuran como derechos baluartes del sistema democrático, pues permiten a los individuos de una sociedad democrática dar a conocer sus ideas, conocer las opiniones de sus conciudadanos y los actos de gobierno y criticar los actos de sus representantes, así como peticionar a estos últimos”.
  • Cita jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH): “Cuando se restringe ilegalmente la libertad de expresión de un individuo, no sólo es el derecho de ese individuo el que está siendo violado, sino también el derecho de todos a ‘recibir’ informaciones e ideas … Se ponen así de manifiesto las dos dimensiones de la libertad de expresión. En efecto, ésta requiere, por un lado, que nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento y representa, por tanto, un derecho de cada individuo; pero implica también, por otro lado, un derecho colectiva a recibir cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno”.
  • Sigue la jueza: “Entonces, quienes se ‘movilizan’ en verdad se expresan, y deben poder hacerlo, de manera crítica frente al ejercicio del poder de los gobernantes y ello, siempre que se efectúe en el marco de la legalidad, no puede ser socavado. Nuestra Constitución reconoce el derecho a la protesta, el cual incluye el derecho a manifestarse, a circular libremente, a peticionar y a criticar a las autoridades”. 
  • “En otras palabras, en democracia, toda persona debe poder expresarse, peticionar ante las autoridades, asociarse, reunirse y manifestar su parecer y, sobre todo, su disconformidad con las decisiones gubernamentales”.

La jueza cita al constitucionalista Roberto Gargarella: “Una democracia representativa, la única alternativa con la que cuentan los ciudadanos para cambiar el rumbo de las cosas es la de protestar y quejarse frente a las autoridades. Si se socava dicha posibilidad, la democracia representativa se convierte en una oligarquía o plutocracia, es decir, la democracia llega a su fin. De allí que una democracia, aún modesta, no sólo no puede darse el lujo de perder ciertas voces críticas sino que más bien, y por el contrario, debe hacer todo lo posible por potenciar a cada una de ellas”. 

Déficit de seguridad

Sobre el cierre, la jueza vuelve a cuestionar el operativo:

  • “No puedo soslayar, en esta línea, que la información que me fue puesta en conocimiento fue absolutamente deficitaria. No se informaron, en la mayoría de los casos, el lugar donde se realizó la detención, aludiendo en forma genérica a ‘los hechos del Congreso de la Nación’”. 
  • “Por lo demás, y a diferencia de lo que sucede con otros detenidos en ’flagrancia’, no se aclararon las circunstancias de detención ni los motivos, al menos con algún tipo de detalle”.
  • “Nótese que hasta las 22.17 horas aproximadamente el tribunal había sido informado de catorce detenciones y la información que se conoció después da cuenta de que la cantidad de detenidos a disposición de este fuero resultó ser mucho mayor”.
  • “Y sobre esta cuestión, es preciso remarcar que el déficit en la información suministrada y, en consecuencia, del control judicial, de ningún modo lo advierto atribuible a una acción deliberada por parte del Ministerio Público Fiscal, sino a las características del procedimiento llevado a cabo por las fuerzas de seguridad”.
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Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

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¿Por qué la marcha de ayer fue reprimida? Miles de personas identificadas con distintos clubes se acercaron a bancar la marcha de todos los miércoles de jubiladas y jubilados. Algunas no llegaron ni a acercarse a Congreso que los gases ya habían comenzado. Pero eso no hizo mermar la convocatoria, que fue multitudinaria y regaló, pese a los palos, charlas e imágenes que hablan de una alianza inesperada y transversal a distintas demandas sociales. ¿Cómo se dio? ¿Qué pasó? ¿Cómo sigue? Los testimonios de jubilados y jóvenes antes, durante y después del partido que se jugó en la calle, que siguió al ritmo de las cacerolas y promete generar un quiebre en odio y bronca alrededor de dos gritos de época: “Fuera Milei” y “Que se vayan todos”.

La foto que ayer intentó borrar el gobierno con la represión salvaje fue la de miles de clubes unidos alrededor de la marcha habitual de jubilados, y la foto del miércoles que sigue, probablemente con más gente, y la del siguiente, con cada vez más. Está por verse los efectos de este violento amedrentamiento a la protesta, con pruebas plantadas para justificarlo, mientras el fotógrafo Pablo Grillo pelea por su vida. Pero hay algo que ya pasó ayer, más acá de la represión.

Los jubilados y las hinchadas marcharon.

Se tuvieron que aguantar los gases, los tiros y los palos.

Y los aguantaron.

Y siguieron ahí, pese a todo.  

Y siguió llegando gente, pese a todo.

Hasta altas horas de la madrugada en distintos barrios porteños, y hasta en Plaza de Mayo.

Pese a todo.

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

A diferencia de la versión del gobierno nacional y de los medios de comunicación cercanos, en una imagen casi inédita en la historia argentina (sin Mundial) hubo hinchas de montones de clubes del fútbol argentino juntos y hermanados.

“Este gobierno hizo lo que pocas cosas logran, unirnos”, dice uno de Huracán abrazado a otro de San Lorenzo. Una de Morón, con uno de Almirante Brown. Una de Boca, con otra de River. Y uno de Tigre, con una de Ferro, con uno de Midland, con una de Los Andes, y así todos, reunidos con entusiasmo en esta foto producida por lavaca:

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

La previa 

Horas antes, jubiladas y jubilados se reunían en MU (a una cuadra del Congreso) como previa de cada miércoles. Todavía tranquilos, pensaban sobre lo que pasaría más tarde. Son parte del grupo Movimiento Activo de Trabajadorxs y Jubilados y charlan con lavaca sobre eso que ya había pasado: una alianza insólita entre hinchas y jubilados.

 Ustedes vienen convocando desde hace más de un año a que se sumen organizaciones, centrales obreras, pero… de repente son las hinchadas. ¿Por qué?  

Beatriz: Pero no es desde ahora, ¿ustedes recuerdan la canción de Pappo? “Nadie se atreva a tocar a mi vieja”; bueno, eso significa que todos estos muchachos de la hinchada, quizás cuando iban a la cancha con el abuelo cuando eran chiquitos, los llevó el padre hoy jubilado, es decir: es muy genuina y muy ingenua también la adhesión. Y es tremendamente afectiva.  

Víctor: Las organizaciones no movilizan porque la mayoría está dirigida por la burocracia, la burocracia sindical, y como ellos no movilizan, le meten miedo también a los trabajadores para que no se movilicen, ese es uno de los puntos. Hace media hora, un compañero mandó un mensaje que estaba saliendo de La Plata, y comentaba que en el tren de atrás venían hinchas de Gimnasia y Estudiantes, juntos en el mismo tren.  

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

O sea que el espanto logró unir lo imposible.  

Beatriz: Claro, el espanto o el amor. Y otra de las cosas más interesantes que yo veo es que subyace una cosa que es la argentinidad. ¿Recuerdan cuando se ganó el campeonato del mundo? La argentinidad: eso subyace y en algún momento sale, sobre todo frente al avasallamiento que hay acerca de la argentinidad en este momento.  

Rubén: No se olviden que la hinchada de Boca fue la primera que hizo una movilización en contra del macrismo, y apenas asumió lo sacamos a Milei a las puteadas el día que se votaba presidente en el club. Hacía 6 días que lo habían elegido Presidente y lo sacamos a escupitajos y a puteadas. Eso tiene que ver con esa combinación entre el sentimiento y la pasión, con lo político.  

Beatriz: La vez pasada en la cancha de Estudiantes, Sturzenegger se tuvo que ir porque le decían de todo menos bonito: las tribunas son un termómetro social total.  

¿Y cómo se hace para que esta alianza siga más allá de hoy?  

Rubén (bostero): Hay que plantear que se haga permanente, aquí viene lo que se llama la construcción, y una construcción es día a día. ¿Cómo se hace, quién tiene la receta? Nadie. Lo que pasó el miércoles anterior a lo que pasó este miércoles son cosas distintas: todos los movimientos se van modificando, porque la realidad se va modificando. No podés manejar el tiempo, lo único que podés hacer es leer hacia dónde va la realidad, para poder ir digamos hacia una estrategia más ordenada o más segura para la clase trabajadora. Pero es muy difícil eso si no ves la realidad, si estás con una doctrina o con un dogma encima tuyo, no ves lo que está pasando. Es momento de estar muy abiertos.  

¿Así sea de River Plate?  

Como trabajador te respeto, pero como hincha… bueno: desde hoy, sí.

Rubén, Beatriz, Víctor y el resto de jubilados salían así la cancha, con los ojos bien abiertos.

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

El partido

Laura tiene la remera de Boca; Margarita la de River. Y se abrazan. Laura dice: “Es terrible lo que viene pasando todos los miércoles, había que estar acá apoyando”. Su ¿rival? coincide.

Margarita, enfermera jubilada de Aldo Bonzi, lleva la de River: “Soy de una generación que viene luchando por sus derechos desde hace muchos años. El único camino es la calle, y no sólo para luchar por nosotros, los jubilados, sino por la educación, para que no se lleven todas nuestras riquezas. Con esto estamos perdiendo nuestro bienestar, nuestra tranquilidad”.

Otro clásico rival, dentro de la cancha, es Vélez-Chicago. Artemio tiene la del club de Mataderos. Rafael, la del conjunto de Liniers. Artemio dice que vino porque este gobierno es lo peor que pasó en democracia: “Lo que hay que hacer es resistir, y para resistir hay que olvidar cualquier división que no sea patria y antipatria”. Rafael, del cuadro contrario, completa: “Es fascismo puro, hay que sacarlo a la mierda: la democracia tiene que salvarse”.

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

El Padre “Paco” Olveira, sacerdote de los Curas de Opción por los Pobres, no tiene puesta una sotana, sino una casaca de Boca. Más tarde intentaría evitar una detención y terminaría a punto de quedar detenido él. Antes de eso, dijo a lavaca, como un preludio de aquello: “Antes de empezar la marcha y ya nos gasearon; estamos en una dictadura, esto no es democracia, no hay ningún derecho a la protesta, lo único que saben es cagar a palos a la gente. Lo que buscan es sacarnos de la calle, atemorizarnos, pero están consiguiendo lo contrario: que cada vez seamos más”.

Filomena no tiene puesta ninguna remera. Sí su nieto (de River), que la acompaña. Ella, 84 años, está en silla de ruedas. Dice: «Vine con mi nieto para sumar gente. La cosa está muy mal. Hoy por ejemplo, no tengo leche», dijo mientras la Policía comenzaba ya a reprimir.

Armando tiene 76 años y vino desde Haedo. En su bastón, con el que se afirma ante el terreno movedizo de este presente del país, lleva colgado un papel: “Prefiero morir de pie, que vivir de rodillas”. Tiene los ojos todos gaseados. De pie, denuncia: “Más de 30 años de aporte tengo, y este perro, porque es un perro, me sacó los remedios para la presión”. Muestra: “Mirá, mirá cómo tengo las piernas; y vine igual”. Y repite: “Y vine igual”, mientras muestra las várices que esta vez viajaron desde el conurbano bonaerense.

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

Después del próximo 23 de marzo, en apenas días, Armando y los trabajadores que no tengan 30 años de aportes al sistema previsional argentino no podrán acceder a una jubilación: se estima que 7 de cada 10 accedieron a su jubilación mediante la moratoria vigente. Y en el caso de las mujeres, 9 de cada 10.  

Pero los jubilados no luchan sólo por los jubilados. Al contrario. Lo resume Julio, que tiene colgada una bufanda celeste y blanca, y unos ojos dilatados no por el llanto, sino por el gas. “Vengo por mi familia, por los jóvenes, por la gente en situación de calle -dice- por la pobreza que hay, que cada vez es mayor. Nunca vi una cosa igual, este gobierno no tiene sensibilidad, no sé a dónde vamos a parar”. Cierra Julio, de 84 años, con los ojos cada vez más rojos, mientras siguen los gases: “Yo voy a seguir luchando mientras pueda contra este régimen”.

Sobre Avenida de Mayo y sobre Hipólito Yrigoyen, las calles que rodean la Plaza de los dos Congresos, se profundiza el enfrentamiento directo entre hinchadas y distintas fuerzas. Al frente de la represión está la Gendarmería Nacional y motos de la Policía Federal; atrás, agentes con chalecos de esta misma fuerza salen en grupo a cazar manifestantes. De pronto salen no menos de diez sosteniendo a una joven de 22 años, y la llevan hacia unos camiones celulares apostados en la entrada del Senado de la Nación. Allí ocurre esta escena, que mezcla el testimonio de la joven Anabella Pompeo con el del comisario a cargo de su detención:

La cacería siguió. 

Horacio Pietragalla, ex secretario de Derechos Humanos, está colgado en una valla frente al Congreso de la Nación y mira desde allí cómo centenas de policías federales tiran balazos de goma a las columnas de varias organizaciones sociales. Dice, desde las alturas: “Empezaron desde muy temprano, no querían que se convoque. A las 16 ya estaban reprimiendo. Esto cada vez va a ser más grande; la gente vino pacíficamente, no hubo agresiones grandes y sin embargo reprimieron de entrada. Es increíble la respuesta que da el Gobierno Nacional”.

Un hombre de 50 años, de zona Norte, viene por primera vez a la marcha de jubilados de los miércoles, también está asombrado con la represión: “Es impresionante. Lo quería ver con mis propios ojos. Es lo más parecido a un gobierno facho».

Silvia, 77 años, jubilada, no habla desde el Congreso: estaba por salir acompañada de Melanie, su amiga, y las balas la frenaron.  Dice: “Mi intención era estar en la marcha. Hoy más que nunca había que estar, cansados de ver cómo nos maltratan todos los miércoles. Pensaba ir temprano, con mi sillita porque no puedo estar parada mucho tiempo, hasta que vi lo que empezaba a pasar desde temprano, que me hizo acordar demasiado a la dictadura, no a un gobierno democrático. No hay libertad de expresión ni derecho a la protesta. Fue durísima la represión y consiguió el gobierno que no me animara a ir, simplemente porque no iba a poder correr. Y fue así, fue una cacería. Pero espero que cada vez seamos más los que salgamos, que no nos llenen de miedo”.

Los detenidos por manifestar fueron, según el gobierno, alrededor de 114 y la lista de heridos seguía creciendo al cierre de esta edición, uno de gravedad: Pablo Grillo, fotógrafo de 35 años, al cual un cartucho de gas lacrimógeno le impacto y rompió el cráneo. Pelea por su vida en el Hospital Ramos Mejía.

La represión, y la solidaridad: al cierre de esta nota la familia Grillo agradecía que la cantidad de gente que había ido a donar sangre para Pablo desbordaba el Hospital.

El partido que viene

Como todos los miércoles, ya está la convocatoria para el que viene, a la misma hora (17) y en el mismo lugar (el Congreso).

Una jubilada dice: “El próximo fin de semana, y en los que vendrán, en todas las canchas debe haber un grito unánime ‘Fuera Milei’, que sea de reivindicación al trabajo, a la dignidad y a la soberanía. Hoy debe ser el principio del fin de este gobierno, donde el pueblo se une y toma conciencia para que las cosas puedan cambiar”.

Los abrazos y apretones de manos son más efusivos entre clubes de signos opuestos al caer la noche. “Vamos Almirante Brown”, se escucha en la calle, y el cumplido no viene de otro hincha del club de Isidro Casanova, en La Matanza, sino de un veterano con la camiseta de Chicago, eterno clásico. Otra persona se acerca, pero ahora con la casaca de Morón, otro tremendo duelo del far west conurbano: “Vamos, compa, vamos los jubilados”, alentaron a algunos cabizbajos. 

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

Lo que es casi imposible de ver por las calles de esos barrios, los jubilados lo hicieron posible.

Eso es también lo que expresa no ya la bronca, sino la rabia de una multitud que dice “basta” y cantó también un hit de época: “Que se vayan todos”, mientras Avenida de Mayo y sus arterias regalaron imágenes típicas del 2001. 

La policía, en un momento desorientada porque la gente no se amilanaba, era atacada con palabras y cantos:

– “Sos un muerto de hambre”.  

– “¿No tenés abuela? ¿No tenés abuelo?”.  

– “Vergüenza te tiene que dar”.  

– “A ustedes les parece que puedo vivir con 259 mil pesos por mes?”.  

– “Mira tu carita, ¿no tenés mamá? ¿No tenés papá?”.  

– “Están entregando el petróleo, el litio, ¿y defienden a este gobierno pegándonos a nosotros?”.  

– “¿Qué te dice tu vieja cuando venís a pegarle a los jubilados? ¿No es una jubilada como yo? No tenés cerebro ni corazón, malnacido”.  

– “Andá a Bahía, la puta que te parió, andá a Bahía, la puta que te parió”.

Hinchadas y jubilados versus violencia estatal: La represión, el aguante y los partidos que se vienen

Marcelo tiene 68 años y ligó un balazo de goma en el estómago: mientras se reponía en un bar enfrente del Congreso, contaba a lavaca: “Estaba en la vereda y empezaron a tirar tiros al tuntún” -dice levantándose la remera y mostrando la herida-. “Soy jubilado, soy hincha de Ferro y siento una impotencia porque estamos en manos de este tipo que es un loco, de la hermana que es peor y con un gabinete que es puro derecha y derecha. Tenemos que seguir con estas marchas: es la única forma de que se pueda dar vuelta la cosa”.

Afuera, mientras el viento empuja los gases que hacen arder ojos y gargantas, Carlos, el ya mítico jubilado hincha de Chacarita que logró que viniera su hinchada y luego el resto, sobresale de la línea de efectivos porque está parado sobre las rejas de un cordón que queda sobre Callao.

¿Quiere dar algún mensaje, Carlos?  

La juventud nos ha apoyado y el pueblo también. Y el miércoles que viene va a haber más apoyo. Salgan a luchar.

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Nota

Bahía Blanca: Entrevista a la investigadora que advirtió las inundaciones

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La investigadora del CONICET y doctora en Geografía, Paula Zapperi habló con FM De la Calle de Bahía Blanca a raíz de un trabajo publicado en 2012 en el que analizó cómo las modificaciones urbanas afectan las condiciones naturales de escurrimiento del agua en la ciudad. Tras las recientes inundaciones que afectaron a más del 70% de la población y dejaron al momento 16 muertos y alrededor de 100 desaparecidos, este estudio fue tildado como previsor.
Qué dice la investigadora respecto a la evolución de esa línea de trabajo, y por qué no fue tenida en cuenta. Cómo dialogan las obras hidráulicas que sí se hicieron con lo estudiado, y cómo la naturaleza vuelve a ocupar su lugar y obliga a “repensar” la ocupación de territorios: “Hay algo de lo que se venía haciendo que no estaba a tono con los desafíos que hoy nos está presentando el clima”. El rol de los investigadores, mientras el gobierno nacional desfinancia la ciencia y la educación: “Lamentablemente la realidad muestra que en momentos así –en realidad en toda la historia de la humanidad– siempre se necesitó del conocimiento”.

FM De la Calle: ¿Cómo se relaciona lo que pasó con tu tesis de 2012?

Paula Zapperi: Es una evolución que va teniendo una línea de trabajo dentro del Grupo de Física Aplicada de la Universidad del Sur, que es donde me desempeño. La tesis está motivada para estudiar las interacciones entre el medio natural, las características de cómo se dan las condiciones del escurrimiento del agua naturales en Bahía Blanca y cómo eso se va modificando con el crecimiento: el tendido de las calles, el relleno en los barrios. A la vez, eso fue complementado con un archivo histórico –principalmente del diario La Nueva Provincia- a partir del cual logré ver que había habido inundaciones a principios de siglo, había registro. Es medio obvio: si tenemos un arroyo que atraviesa la ciudad, en un momento iba a haber una crecida; tenemos zonas llanas, obviamente iban a aparecer annegamientos. Todo eso fue lo que yo publiqué en la tesis, mostrando: aquí hay problemas de acumulación de agua, aquí hay problemas de erosión.

Es muy irónico porque en la tesis que ahora está circulando, yo no muestro como lugares de afectación, con el nivel de años que tenemos, los lugares que hoy tenemos. Porque en los periodos donde yo hago la tesis, con el año 44 y la crecida del canal, ese área si bien tiene problemas, yo no encontré el ingreso de agua en las viviendas entonces en la magnitud que vimos ahora. Sí anegamientos, inundaciones, cosas temporales que después, con el sistema de desagüe que tiene la ciudad a partir del 70-80, eso drena.

Yo lo que hago no es advertir, sino decir: miren, esto es lo que pasa en función de lo que pude recolectar. Ahora, ¿por qué digo que es una evolución de la línea de trabajo? Porque una vez que tengo esas tesis, ya con el grupo replanteamos que eso era un insumo para hablar de peligro de inundación y que eso se podía llegar a hablar de la óptica a través del riesgo. Y si uno lo ve en esa lógica, tiene que mezclarlo con otras disposiciones de riesgo, como la vulnerabilidad. Ahí tenemos mucha cabida, desde la geografía, porque en esas investigaciones es donde mejor se plasma la ocupación del territorio.

Los temas van mutando y son dinámicos de acuerdo a lo que va pasando. Ahora nos estamos organizando para a trabajar qué está pasando y reconstruir un poco lo que pasó, y esas son cosas que ya te van cambiando. Y vemos: estas áreas, ¿qué pasó? Yo no las tenía consideradas como inundables, las tenía como probables porque son las zonas de ribera, de movimiento fluvial. Podía pasar, y pasó.

FM De la Calle: Si ese material estaba ahí, justamente se podía ver que había un riesgo, más allá de que el enfoque no era una advertencia, pero esa información estaba disponible. ¿Ustedes se acercaron a alguna autoridad? ¿Por qué no se tomó en cuenta?

Paula Zapperi: Nosotros, al estar en esta ciudad, que en definitiva es una ciudad intermedia, que uno llega a los diferentes sectores de la ciudad, por suerte hay un diálogo, con diferentes partes del gobierno local que están interesadas. Y muchas de las cosas que nosotros hacemos sabemos que tratar de incorporarla en su gestión del día a día. Pero problemáticas de este tipo, con la gestión del día a día, la gestión de la emergencia, no son suficientes. Hay que integrarlas con cuestiones de planificación urbana, que por más que haya interés desde acá, hay que integrarla con otros niveles de gobierno, y entran en juego otros intereses, decisiones políticas, son cuestiones complejas decir: aquí sí, aquí no; en estas condiciones sí, en estas no. Nosotros trabajamos y sabemos que las cosas que hacemos están disponibles, pero que no pueden plasmarse en ciertas acciones y medidas.

FM De la Calle: Al respecto de las obras hídricas que se hicieron hasta el momento, ¿cómo dialogan con lo que estudiaste?

Paula Zapperi: Si lo vemos desde el punto de vista de lo que pasó, es muy complejo. Porque lo que pasó fue la precipitación de 210 mm, que es poco menos de lo que llueve en el año, en 6-7 horas. Entonces, llevar a la obra mágica que pueda trabajar eso, no existe. Sí lo que vemos es que la ciudad fue dotándose de cierta infraestructura hidráulica a raíz de estos eventos que fueron ocurriendo; por ejemplo, los desagües pluviales ayudan mucho; fíjense que a las horas de finalizada la lluvia, el agua empezó a drenar. Pero bueno, no es solamente en las obras hidráulicas clásicas donde depositar la red de estos problemas. Sino también lograr una convivencia más armónica con el espacio que se va habitando, encontrar una manera de urbanizar respetando los caminos de agua, coberturas que no cancelen la infiltración, bajar ese impacto hidrológico que tenemos al ocupar territorio.

FM De la Calle: Hoy el intendente dijo que el canal Maldonado hay que hacerlo de nuevo. Uno piensa: ¿y ahora cómo se va a trabajar en adelante? Porque solo para esa reconstrucción estamos complicados. ¿Cómo es pensar una ampliación del canal u otra medida para prevenir que esto vuelva a suceder?

Paula Zapperi: No estoy al tanto de estas últimas declaraciones. Estuve mirando unas imágenes por vuelo de drone del canal, y más allá de que es información que quedaron solamente 2 puentes, se removieron las placas de hormigón… La naturaleza hizo algo ahí, que tal vez en muchos lugares del mundo está ocurriendo, que es la naturalización de los cursos de agua, la liberación de las zonas ribereñas, darle ese espacio. Piensen que el canal Maldonado está hecho sobre un canal natural que tenía el arroyo Maldonado; devolver ese espacio natural que tienen esos cursos de agua para momentos de crecida. A veces, cuando se dejan de manera natural, se tiene más registro de hasta donde se pueden ocupar y hasta donde no. Va a ser una oportunidad interesante para repensar. Nos tenemos que quedar con eso: con repensar. Hay algo de lo que se venía haciendo que no estaba a tono con los desafíos que hoy nos está presentando el clima.

FM De la Calle: Respecto a la cuestión meteorológica: ¿qué pasó antes y después de la tormenta?

Paula Zapperi: Nosotros para eso estamos buscando asesoramiento de meteorólogos que entienden toda la dinámica en la altura, donde se encuentran las explicaciones. Lo que vemos es que sí, fueron días de mucho calor, de mucha humedad. Hablaba con la universidad de Luján y me decían que tuvieron muchas lluvias… era lo que esperábamos nosotros con la alerta amarilla, y de repente vimos que mutó a alerta naranja. Entonces ahí se ve que el evento toma unas dimensiones, unos volúmenes de agua que inferimos que van en relación a la convectividad que se está dando. Si bien ha habido lluvias de esos milimetrajes – no en siete horas, tenemos lluvias de 180mm en 2 días, como fue en marzo de 2022-… pero esto sobrepasó todo. Ya queda más categorizado a lo que puede ser un evento de 100 años de recurrencia, poco frecuente o extraordinario, pero que en un contexto de cambio climático, que vemos que en nuestro caso está dándole rasgos de severidad a los eventos; que hay mayor contenido de humedad, aire cálido, creo que sí: es interesante empezar a verlo con mayor detalle los que estamos en estos temas.

FM De la Calle: Y de cara al desfinanciamiento que hay por parte de la Nación en ciencia y educación, ¿cómo puedes hacer que eso de estudiar estos eventos pueda hacerse efectivo eso de estudiar los eventos climáticos?

Paula Zapperi: Bueno, lamentablemente la realidad muestra que en momentos así –en realidad en toda la historia de la humanidad– siempre se necesitó del conocimiento. No hay que verlo como una fuente de gasto, sino como un origen de inversión la ciencia y el trabajo en estos temas. Es cierto, lo que vos me preguntabas: ¿por qué no se implementó? No importa, eso no es motivo para dejar de generarlo: en algún momento la coyuntura favorece que se pueda implementar.

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