CABA
Una clase magistral: Damián Verzeñassi, médico
Es uno de los profesionales que viajó a la ONU y el Parlamento Europeo para narrar cómo enferma el modelo de monocultivo transgénico. Su termómetro: los campamentos sanitarios que realiza con los estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. Los efectos del modelo. Por qué existe una violación a los derechos humanos, con el Estado como responsable. La política, y lo que enseña la microbiología. Y cómo crear espacios de comunicación y diálogo para poder priorizar la vida. POR SERGIO CIANCAGLINI
Viajó a Europa y habló ante el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas junto a Juan Ignacio Pereyra, de la Red de Abogados de Pueblos Fumigados. Habló también en el Parlamento Europeo y brindó 21 conferencias planteando tres cuestiones claves:
El modelo de agronegocios basado en monocultivos transgénicos dependientes de veneno viola los derechos humanos.
El Estado es cómplice de esa violación.
Es falso el discurso sobre las “dos bibliotecas científicas”, una que cuestiona tal tipo de producción, y otra que lo ensalza.
El médico viajero volvió a la Argentina y aterrizó en MU para contar ese periplo, pero habló también sobre política, sociedad, y las enseñanzas que nos brinda la biología para pensar la vida en común.
Damián Verzeñassi tiene 42 años, nació en Paraná, vive en Rosario (y es hincha de Central). Es Director de la Carrera de Medicina en la Universidad Nacional del Chaco Austral. En la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario es Director del Instituto de Salud Socio Ambiental y responsable académico del Ciclo Práctica Final, cuyo examen –el que otorga el título de médico- consiste en la participación de los estudiantes en Campamentos Sanitarios que han hecho relevamientos de salud en 34 pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba.
Además es miembro fundador de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza (UCCSNAL).
El dispositivo incluyó mate, cuadernos y libretas, biromes, grabadores. Como en otros tiempos, merece llamarse “clase magistral” a esta charla que Verzeñassi cultivó ante el Diplomado Andrés Carrasco en Periodismo y Comunicación Ambiental.
Los doctores que acampan
«Lo que hacemos en los Campamentos Sanitarios no es una muestra, como la Encuesta de Nutrición y Salud, sino que vamos casa por casa en los pueblos, con un promedio de entrevistas del 65,8% de los habitantes de cada localidad. Ya son más de 112.000 familias consultadas en sus propios hogares. Buscamos que los estudiantes sepan hacer entrevistas, preguntar y sobre todo escuchar, como parte del acto médico. Que eso resulte útil para definir la situación de salud de una población, y que permita plantear políticas públicas.
Lo que encontramos es el crecimiento de malformaciones congénitas, abortos espontáneos, una prevalencia del hipotiroidismo realmente alarmante, incremento de los casos de cánceres, de enfermedades neurológicas, respiratorias, de la piel.
Nos preguntamos: ¿Qué tienen en común las personas entrevistadas? El 90% vivía a menos de 1000 metros de campos fumigados. Para entender el contexto: desde que se instaló este modelo productivo a fines de los 90 se incrementó 1.000% el uso de agrotóxicos. Pero en el mismo período el aumento de hectáreas cultivadas fue apenas del 50%. Y se logró una mejora en el rendimiento por hectárea de solo el 36%. O sea: se envenena cada vez más, en proporciones absurdas. Y como lo explican los ingenieros agrónomos, para colmo hay cada vez más malezas, más resistencias. Y lo que se produce, al tener venenos, no puede ser considerado alimento”.
Derechos torcidos
Sobre el viaje a Naciones Unidas: “Fue una invitación a Ginebra para exponer ante la ONU junto a Juan Ignacio Pereyra, miembro de la Red de Abogados de Pueblos Fumigados. Hicimos un informe paralelo al del gobierno argentino sobre la situación de los derechos humanos. Lo que denunciamos es que el modelo agroindustrial de eventos transgénicos como soja, maíz y algodón, resistentes a agrotóxicos y dependientes de esos venenos, constituyen una violación a los derechos humanos”.
¿Por qué razón?: “La salud, la integridad física, el derecho a elegir qué comer, el derecho a elegir cómo trabajar y qué producir son derechos humanos reconocidos en las declaraciones internacionales sobre el tema. Pero con este modelo tenemos los alimentos contaminados con transgénicos y venenos, sin aviso: no hay derecho a elegir. Tenemos en nuestros cuerpos los venenos: el derecho a la integridad física se ve violado. Tenemos problemas de salud gravísimos, evidenciados en nuestros campamentos: otro derecho violado. Sabemos que tenemos químicos en el territorio, el agua, el aire, los alimentos y nuestros cuerpos, gracias a científicos como Delia Aiassa de Río Cuarto, Damián Marino en La Plata, Rafael Najmanovich en Santa Fe o los estudios del ingeniero Marcos Tomasoni, entre tantos otros. Esa capacidad violatoria de los derechos humanos del modelo de producción de commodities agroindusrtriales tiene como complemento el rol cómplice del Estado.
Después de la exposición me fui sin muchas expectativas. Días después supimos lo que ocurrió en Entre Ríos: la justicia provincial dictó una sentencia que prohíbe las fumigaciones terrestres a menos de 1.000 metros, y las aéreas a 3.000, gracias a un recurso de amparo que presentaron el Foro Ecológico de Paraná y el gremio docente. Pero ¿quién apeló el fallo? El propio Estado provincial. Hicimos entonces un supra informe confirmando la complicidad de la que habíamos hablado: el Estado es el que reclama para que no se aplique un fallo que cuida la salud de los niños. Por suerte el Superior Tribunal de Justicia entrerriano ratificó el fallo, pero resultó evidente cuál era la intención del Estado provincial”.
Monsanto papers
Explicó Damián Verzeñassi: “Otro mito que creo que se pudo romper fue el de las dos bibliotecas, una a favor y otra contra el modelo. Usamos el trabajo de lavaca de traducir y poner a disposición los Monsanto Papers (www.monsantopapers.lavaca.org). Gracias a eso pudimos decirles a los diputados del Parlamento Europeo, al Comité de la ONU y a los ministros de Salud y de Agricultura de Austria y Alemania, que es una falacia hablar de dos bibliotecas: porque biblioteca científica es aquella que construye conocimiento a partir de la no existencia de conflictos de interés. Pero toda la biblioteca que defiende a los agrotóxicos no es científica sino parte de una estrategia comercial, de falsificación y cooptación de supuestos científicos que son, en realidad, mercenarios de la ciencia. Entonces, no hay opiniones encontradas sino difusión de datos falsos como marketing para justificar el uso de los venenos.
A los pocos días salió el informe de la ONU, en el que dice textualmente: ‘El Comité está muy preocupado por el aumento en el uso de pesticidas y herbicidas, que incluyen glifosato, a pesar de los graves impactos adversos a la salud y al medio ambiente de muchos de ellos, en especial del glifosato, señalado como probablemente carcinógeno por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer de la OMS’. Y el otro párrafo plantea: ‘El Comité recomienda al Estado parte que adopte un marco regulatorio que incluya la aplicación del principio de precaución en cuanto al uso de pesticidas y herbicidas dañinos, en particular los que incluyen glifosato, para prevenir los impactos negativos en la salud por su uso y en la degradación del medio ambiente. El Comité remite el Estado parte a su observación general núm. 14 sobre el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud’”.
Sal versus glifosato
La conclusión es un reconocimiento. “Fue una grata sorpresa. Quiere decir que estas cosas que plantean médicos, científicos, muy pocos medios y vecinas y vecinos de todo el país, se vieron legitimadas por Naciones Unidas, que además plantea enfáticamente que hay que aplicar el principio de precaución.
¿Qué quiere decir? En la ley argentina vigente el principio precautorio dice que si no se tiene la certeza de que una sustancia no genera ningún daño, se debe dejar de usar. No se trata de probarlo, y si es dañino descartarlo. Es al revés: si tengo la duda de que podría hacer mal, no lo puedo utilizar. Por supuesto han aparecido cantidad de personas en estos años diciendo que el glifosato es inocuo, contra todos los informes científicos.
Además, es muy loco: si algo se investiga y se patenta como veneno, se fabrica, se publicita y se vende como veneno, y se aplica como veneno, parecería que es veneno. Pero las corporaciones y sus voceros dicen que no. En agosto en el congreso de Aapresid apareció un médico diciendo que ‘echarle sal a la comida es más peligroso que el glifosato’. Lo que este señor no sabía es que en ese momento, el mismo 11 de agosto en el que decía semejante barbaridad, en los Estados Unidos un tribunal condenó a Monsanto a pagar casi 300 millones de dólares por el cáncer que contrajo Dwayne Johnson al utilizar glifosato, pero además la condena fue por ocultamiento malicioso sobre el daño que genera ese producto, tema que ya había sido planteado dos años antes por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.
Los ciclos y la Bolsa
Otro relato o superstición indica que las cosechas de soja son las que salvan al país y evitan que se hunda. Sostiene Verzeñassi: “¿Quién se salva? La exportación de commodities no paga casi impuestos que generarían el supuesto derrame en la sociedad. Lo que sí aparece es daño, enfermedad, contaminación y destrucción del suelo. Los productores que hacen este tipo de cultivos cada año deben gastar más en fertilizantes extras. Pero lo más terrible es que se rompió la lógica de los ciclos vitales, para que la vida sea posible. El productor se ha convertido en empresario, y sus tiempos –ya ni digo sus ciclos- no son los de la tierra y la Naturaleza, sino los de la Bolsa de Chicago. Por eso han dejado de producir alimentos. Y si no producimos alimentos no tenemos futuro, ni vamos a poder vivir. Podemos subsistir un poco más ingiriendo productos que no son alimentos, hasta que el cuerpo dice basta porque la cantidad de venenos, toxinas, y sustancias dañinas ya impiden que la vida continúe. Llega un punto en el que nuestras células necesitan de verdad proteínas, lípidos sanos, hidratos de carbono y que la energía que produce el organismo sea buena. Por eso tenemos que recuperar es la capacidad de producir alimentos sanos en nuestro país”.
Ciencia obsoleta
«El avance de la construcción de conocimiento en la humanidad siempre tuvo que ver con la posibilidad de sobrevivir. Pero hubo un quiebre y la construcción del conocimiento se puso al servicio del poder. No es de ahora. Ya Descartes planteaba que un problema complejo puede dividirse en sus partes, resolverlas de a una, y así llegar a la complejidad. Pero en realidad estaba sentando las bases de una estructura de conocimiento que le permitiese al capitalismo instalarse en la lógica de la fragmentación, la destrucción de vínculos y relaciones y seguir sosteniendo científicamente la explotación de las personas y de la Naturaleza.
La propia ciencia ya ha demostrado que ese pensamiento es obsoleto y falso, porque no es cierto que resolviendo los problemas simples voy a resolver lo complejo. En términos de salud y de vida hay que empezar a recuperar nuestra capacidad de tener una mirada integradora. Y la ciencia debería ayudar a ese proceso en lugar de responder al marketing y al poder económico y político en muchos casos.
Hemos dejado de escuchar a nuestro cuerpo. Los modelos extractivistas instalados en nuestra región son responsables de los cambios y la desaparición de pueblos y culturas porque destruyen territorios. Pero si se instalaron es porque hubo un trabajo extraordinario sobre nuestras cabezas, que nos hizo creer como sociedad que teníamos que responder a la necesidad del mercado y no a la de nuestros cuerpos. Es una lógica que nos llena de pastillas y remedios cuando no nos sentimos bien, para seguir trabajando. Una lógica que nos extirpa nuestro cuerpo y que nos separa y extirpa también nuestros territorios y elementos vitales”.
La política de las bacterias
Cree Verzeñassi que el trabajo sobre nuestras cabezas se hace a partir de las neurociencias. “Los neurocientíficos son ahora las nuevas celebridades. ¿Por qué tanto endiosamiento? Son los que están haciendo ganar dinero a las corporaciones y construyen un andamiaje de transformación biológica de nuestros circuitos cerebrales. Las estrategias de comunicación se perfeccionaron tanto que están alterando nuestra biología, nuestros circuitos neurológicos, la secreción de hormonas y neurotransmisores de manera que ya no creamos en lo que vemos sino en lo que nos dicen que hay que creer. Es todo un arsenal destinado a afectar con información neuro programada zonas de la corteza cerebral. Sé que todo esto se está estudiando, no hablo desde una paranoia sino entendiendo cómo están afectando nuestra percepción de la realidad y nuestra capacidad de pensar.
O somos capaces de aprender de las bacterias, o vamos camino a desaparecer como especie. Las bacterias no van a desaparecer y nos van a sobrevivir porque son mucho más inteligentes que nosotros. Porque la bacteria se junta con otras para intercambiar carga genética y generar resistencia que les permita a todas sobrevivir. No se enojan entre ellas, trabajan juntas, intercambian, generan procesos de cooperación que son los que han hecho que la vida exista. Veámoslo en lo celular: un espermatozoide y un ovocito se encuentran y no intentan ver quién gana, quién destruye a quién. Se funden y se transforman en otra célula, esa célula se divide, y esa división se hace diversa porque si fuesen todas células iguales no se llegaría muy lejos. La diferenciación no es un aislamiento, sino crecimiento colectivo. La diversidad y el tiempo y el territorio para que esa diversidad pueda expresarse, son dimensiones esenciales para la vida.
Yo me formé como un positivista, un materialista. Creía que el positivismo era la herramienta para entender al mundo. ¿Estaré inhabilitado de por vida para razonar de otro modo? ¿Será muy pretencioso pensar este otro paradigma como una teoría política para imaginar una construcción social a partir de lo que nos muestra la microbiología? Significa pensar que no hay solución individual, y que cooperar y asociarnos nos fortalece.
Tal vez esto que digo es más del orden de la esperanza que de la neurociencia. Pero siento que la realidad es demasiado dura para poder soportarla. Una posibilidad es enloquecer. Otra es recuperar o crear nuevas formas de encontrarnos, de comunicarnos de verdad. No solo transmitirnos información, sino volver a un entendimiento de la realidad que implica ver que la vida es un ciclo, o parte de un ciclo. Y nuestra tarea en este momento es organizar materia y energía y hacer un aporte para que el ciclo biológico pueda seguir funcionando. Entonces la clave es crear espacios de comunicación, de vinculación, de toma de decisiones, de organización social. Hoy las resistencias son la única forma que tenemos de sobrevivir como especie.
Resistencias colectivas, no individuales, que no representan –como nos quieren hacer creer- el odio. Al contrario, surgen a partir de una necesidad vital de sobrevivencia básica e intuitiva, que nace del encuentro con el otro. Creo que es la forma de seguir pensando críticamente y construir pese a todo, para que la historia no sea como nos cuentan que tiene que ser”.
Verzeñassi pone como ejemplos al movimiento de mujeres por el aborto seguro, legal y gratuito, y lo ocurrido en Entre Ríos: “Allí se organizaron las Rondas contra el modelo de agrotóxicos, se logró frenar una ley, se ganó el recurso de amparo para alejar las fumigaciones, y se están discutiendo nuevos modelos productivos como el agroecológico. Eso se logró, como en el caso de las mujeres, porque ante la gravedad de la situación se entendió que no sirve hablar siempre con los que estamos de acuerdo, sino ganar la discusión con el que está en desacuerdo”.
“Se hicieron las Jornadas de Socialización de Saberes en la Legislatura. Frente al mito de que no se puede producir sin venenos, el ingeniero Eduardo Cerdá demostró que eso es falso, y contó la enorme experiencia de la agroecología. Muchos diputados cambiaron de opinión. Y eso fue un gran triunfo. Pero la lógica no fue la de tenerla clara y quedarse contento con eso: el vecino que opina distinto o incluso el diputado que no me gusta, no es mi enemigo. Mi enemigo es el que trabaja en todas partes para seguir sosteniendo un modelo de dependencia y destrucción. Pero en el trabajo colectivo, en encontrarnos, hay una posibilidad de humanizar la política, la ciencia, los vínculos. Es una manera de recuperar algo que es fundamental para que la vida exista: el diálogo entre las diferencias”.
CABA
El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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