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Cerrar la cultura

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Este sábado 18 de marzo artistas y trabajadores convocan a pensar juntos la situación de la cultura en la Ciudad de Buenos Aires en la puerta del Teatro Alvear,  al que definen como “teatro abandonado”: la última función que se realizó allí fue el 24 de mayo de 2014. Aún sigue con las puertas cerradas y sin que se realicen las obras edilicias correspondientes. Tan sólo un caso de la grave situación del Complejo Teatral Buenos Aires y de cómo afecta esta política del vacío a espectadores y artistas. Compartimos la nota de la MU n° 109 que resume el actual panorama.
Las fachadas de los teatros del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) que están en pleno centro de la avenida Corrientes están cubiertas de andamios. Ya forman parte del paisaje porteño: pasamos por al lado sin notarlos. “Hacer vivir y dejar morir”, dijo el filósofo Michael Foucault alguna vez para describir las nuevas formas de poder. Contra esos andamios rebota la misma pregunta: ¿Se puede dejar morir así a los teatros? Hasta ahora, se puede.
El CTBA incluye la dirección de teatros públicos históricos y más importantes de la Ciudad de Buenos Aires: el emblemático General San Martín, de la Ribera, Presidente Alvear, Regio y Sarmiento. La situación de todos es crítica, pero no es nueva. Si bien estos teatros públicos existen desde hace ya varias décadas, el CTBA fue fundado como tal en el 2001. Desde entonces, su gestión deja más preguntas que respuestas. Artistas y directores de la escena independiente porteña denuncian desde hace tiempo la falta de una política pública a la altura de esos legendarios espacios. En 2015 los integrantes del Teatro Independiente Monotributista (TIM) y Foro de Danza en Acción (FDA) realizaron la performance titulada Informe San Martin que dejó datos y preguntas. Una es clave: ¿cómo se gasta el presupuesto del CTBA? Pregunta que sigue sin respuesta.

La obra de nunca acabar

La refacción total del Complejo es un proyecto que el Ministerio de Cultura y Desarrollo Urbano anunció en 2014. El presupuesto era de 202 millones de pesos y las obras, prometieron, durarían hasta mayo de 2015. Sin embargo, ya llevan el doble de tiempo y casi lo mismo de presupuesto.
El panorama hoy es el siguiente:

  • Teatro General San Martín: Está en obra desde el 2014. Al principio, con funciones al mismo tiempo. Ahora está cerrado desde diciembre de 2015. Tenía fecha de apertura para marzo de 2017 y se volvió a reprogramar, por ahora, para 25 de mayo. Sin embargo, los tres espectáculos que se iban a estrenar todavía no tienen fecha concreta para hacerlo. Además, ya confirmaron que esa reapertura no incluiría la sala de cine Leopoldo Lugones.
  • Teatro Alvear: La última función que se realizó fue el 24 de mayo de 2014. En mayo va a cumplir tres años cerrado. No hay ni anuncios sobre cuándo comenzarán a repararlo.
  • Teatro de la Ribera: Estuvo cerrado durante todo el 2015. No se notaron grandes cambios en su reapertura. Hoy está abierto, pero el taller de escenografía sigue en obra.

Algunos trabajadores del Complejo fueron repartidos entre los teatros que quedan abiertos (Regio, Ribera y Sarmiento) en condiciones de trabajo que describen como lamentables. Los reubicaron en secciones chicas para la cantidad de personal y la mayoría siguen contratados sin pasar a planta permanente. Un trabajador dice: “Desde adentro del teatro se vive la misma incertidumbre. Los estrenos se postergan y las obras tienen menor presupuesto. La realidad es que tenemos información de pasillo porque ningún directivo nos da explicaciones sobre cuándo van a terminar las reformas”. Los datos del Archivo Histórico de Artes Escénicas reflejan lo desaprovechados que están estos espacios culturales públicos:

  • Teatro San Martin: Cantidad máxima anual de producciones: 37 en el 2013. En el 2015 bajó a 21. En el 2016 y 2017: 0. Capacidad entre las salas (sin contar la Sala Leopoldo Lugones ni el archivo): 5.815 espectadores.
  • Alvear: Cantidad máxima anual de producciones: 14 en el 2007. Luego osciló hasta el 2014 entre 5 y 1. En 2015, 2016 y 2017: 0. Capacidad: 861 espectadores.
  • Sarmiento: Cantidad máxima anual de producciones: 11 en el 2008. En 2015, 2016 y 2017 (con otros de los teatros cerrados) tuvo 3, 8 y 5 obras anuales. Capacidad: 250 espectadores.
  • Ribera: Cantidad máxima anual de producciones: 10 en 2016 (justo después de haber estado cerrado). Sin embargo, tuvo 1 en 2014, 0 en 2015 y tiene 1 en cartel en 2017. Capacidad: 643 espectadores.
  • Regio: Cantidad máxima anual de producciones: 9 en 2016 (coincide con el cierre de los otros teatros del complejo). Desde el 2001 que tiene en cartel entre 2 y 4 producciones anuales. Capacidad: 661 espectadores.

Pocos hacen una cuenta: si se multiplican los espectadores por la cantidad máxima de obras de cada teatro y esto se multiplica por la capacidad total de cada sala, se tiene una idea aproximada de la enorme cifra de público que se queda sin acceso a la cultura por cierre de teatros estatales o falta de programación de obras. Esta década de decadencia afectaría a más de dos millones y medio de personas que se han visto privadas de acceso a los bienes culturales públicos. Un derecho que ha sido en los hechos clausurado.

La movida que se viene

Desde que asumió Jorge Telerman como director del CTBA, en 2015, la situación empeoró. Un trabajador del Complejo dice al respecto: “Si bien con la gestión de Telerman se incorporaron directores artísticos por sala, la situación de falta de programación es cada vez más baja. No contamos con un cronograma anual de obras a estrenar”. Una advertencia que vuelve más grave la situación es que estas cifras no distinguen las obras de teatro y danza del resto de las puestas. Es decir, esos números incluyen todo: títeres, infantiles, poesía, etc. En el 2016, de las 27 producciones en realidad solo 15 obras fueron de teatro y danza, en todo el año y en todo el complejo. Y si es danza contemporánea, la cifra disminuye todavía más. Es casi nula. Así está dejando morir al teatro público. Por eso actores y directores de dos agrupaciones de la escena independiente preparan la acción de este sábado 18, para encontrar juntos la forma de hacerlos vivir.

Sábado 18. 18 horas.

Teatro Alvear. Corrientes 1639.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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