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Operativo campaña: desalojo y represión en PepsiCo

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Cientos de efectivos de Gendarmería y policía Bonaerense reprimieron hoy a los trabajadores que ocupaban la fábrica de PepsiCo en Vicente López, luego de que la multinacional despidiera a 600 familias con un cartel pegado en la puerta. Gases, balas de goma y detenciones fueron parte de un operativo impulsado por el fiscal Gastón Larramendi y avalado por la jueza Andrea Rodríguez Mentasty, esposa de un diputado de Cambiemos. Las justificaciones del fiscal, del ministro de seguridad provincial Ritondo y el aval de Vidal. Los nombres que unen a PepsiCo con el Grupo Clarín. Y las voces de los trabajadores que se quedaron afuera y quieren trabajo.
En Gervasio de Posadas y General San Martín, localidad de Florida, la cantidad de fuerzas de seguridad parece insuperable.
Patricia es una de las trabajadoras que desde el 26 de junio permanecían en la empresa en resguardo de las maquinarias y las fuentes de trabajo de otras 599 familias, luego que una de las mayores corporaciones mundiales de alimentos del mundo anunciara mediante un cartel en la puerta el cierre de la planta: “Nunca en mis 42 años viví algo así”.
Desde entonces hicieron marchas, conferencias y concentraciones para visibilizar los despidos masivos, y tomaron la planta para resguardar las fuentes de trabajo y las maquinas.
Hasta que este jueves 13 el fiscal Gastón Larramendi solicitó a la jueza Andrea Rodríguez Mentasty el desalojo.
Las obreras y los obreros, junto a organizaciones solidarias y legisladores, se congregaron en esa esquina para evitar que la policía avanzara hacia el portón de la fábrica. La cantidad de fuerzas, entre Infantería y Gendarmería, los sobrepasó. “Empezaron a doblar la esquina de una forma muy brutal. Cuando tiraron balas de goma y gases, empezamos a correr. Yo corrí una cuadra y media, con toda la infantería y policía detrás. Seguimos y seguimos, hasta que nos pasaron. Fue terrible la sensación”.
-¿Qué sensación?
-De que ellos tienen el poder y nosotros no. Eso transmitían. Fue muy feo.

El día de los eufemismos

La imagen que describen los trabajadores es siempre la misma: la policía los pasó por arriba. La represión comenzó a las 8 de la mañana, horario en el que muchos niños y niñas del barrio llegaban al colegio: un jardín y un colegio fueron evacuados. “Lo que hicieron fue brutal”, dice Catalina Balaguer, 20 años en la fábrica, dos hijas, dos nietas. “Toda la noche estuvimos tratando que tanto la gobernadora Vidal como el presidente Macri intercedieran para parar esta locura: ¡somos trabajadores! Durante un mes demostramos que PepsiCo era el ilegal y no nosotros por defender nuestros puestos de trabajo. Parece que los trabajadores estamos designados a recibir palos. Estuvimos al borde de tener un muerto: se llevaron a una persona desmayada”.
La abogada de CORREPI, María del Carmen Verdú, informó que la policía detuvo a cinco personas y las trasladó a la Comisaría 1° de San Fernando: “El fiscal Larramendi dijo que no estaban presos, sino demorados: es el día de los eufemismos. Le manifestamos que si están en una comisaría y no pueden salir, están presos. Ante la presión, dio la orden de liberarlos”.
La policía ya había entrado a la fábrica y militarizado la zona. Los accesos alrededor de la empresa colapsaban. Al momento del ingreso policial, adentro había otro grupo de obreras y obreros, que subieron al techo. Una de ellas fue Mónica Ortiz, con más de 8 años trabajando en Pepsico. Dice a lavaca: “La bronca es muchísima. También mucha impunidad. Da mucha impotencia ver cómo la empresa se maneja con el apoyo de la gobernadora Vidal, del gobierno de Macri y del sindicato a través de Rodolfo Daer. Tenemos del lado de enfrente a todas estas personas y, de este, a 600 familias”.
La referencia a Daer no es casual. Tres días después de que la empresa anunciara mediante un cartel el cierre, realizaron un plenario en el Sindicato de la Alimentación, con la presencia del secretario general Daer (cabeza de la CGT durante el menemismo, hermano del actual triunviro Héctor Daer). La propuesta de los trabajadores: el llamamiento a un paro y la contribución al fondo de lucha del 2 por ciento de aporte solidario que el gremio descuenta todos los meses.
Balaguer: “Daer se negó a todo”. El sentimiento del sector obrero quedó expresado en una pintada en la puerta de la empresa, esa misma que la policía tiró de forma brutal y registró todas las cámaras de TV.
Dice: “Daer traidor”.

Operativo campaña: desalojo y represión en PepsiCo

Foto tomada por Nacho Yuchark para la MU 113, antes del desalojo.

Operativo campaña

Mónica Ortiz cuenta que desde un primer momento exigieron la presencia del jefe del operativo: “La situación era muy tensa. Había compañeros que amenazaban con tirarse desde el techo si se acercaba la policía”.
-¿Qué les decían?
-Todo el tiempo nos amenazaban. Nos decían que nos iban a pegar, que nos iban a hacer mierda. Así, con esas palabras, a los gritos y armados hasta los dientes.
Otro de los trabajadores que estaba dentro de la planta es el delegado Luis Medina: “La policía rompió adrede un caño de gas. Tuvimos que ponernos máscaras: nos empezamos a ahogar”. ¿Qué decían? “Nos querían pegar, nos insultaban, nos querían dar. Nos paramos en la cornisa, pero ya desde abajo nos llegaban los gases lacrimógenos”.
Los obreros negociaron que subieran diputados y diputadas para garantizar que no los golpearan. Camilo Mones, delegado: “La policía rompió todo: computadoras, vidrios. Incluso entraron en zonas donde no teníamos acceso y escuchábamos cómo estaban destrozando nuestras cosas”. Días atrás habían permitido el ingreso de canales de televisión para documentar que las máquinas estaban intactas. A lo largo de todo el conflicto, siempre sostuvieron: “La empresa está para producir”.

Efecto snack

En medio de la represión y el desalojo, PepsiCo emitió un comunicado: reitera que nunca consideró reabrir la planta de Vicente López y que tomó la “difícil decisión” de cerrarla y relocalizar la producción en Mar del Plata alegando una “imposibilidad de ampliación ni modernización”, una “alta estructura de costos” y “dificultades logísticas de acceso y traslados”.
La multinacional ya cuenta con una planta en el Parque Industrial de Mar del Plata que, según el portal 0223, recibió en los últimos años inversiones de más de 50 millones de dólares. En febrero, se anunció que Pepsico invirtió 2 millones de pesos para comprar allí un predio de 3750 metros cuadrados. Según la empresa, se destinará a la construcción de un “centro recreativo y productivo”. Por ese motivo, los trabajadores afirman que nunca hubo crisis. La empresa, en tanto, ofrece indemnizaciones al 200%. Los trabajadores responden: “Queremos trabajo”.
Silvina Pérez, 8 años en la empresa, estaba en la carpa cuando empezó la represión: “Hace ocho años la empresa nos viene diciendo que gana premios del mejor lugar para trabajar, y de un día para el otro nos pone un cartel que cierra la planta. El día anterior presentó un preventivo de crisis, trucho, pero fue aprobado por el Ministerio de Trabajo. Yo hoy no quiero indemnización. Es plata para hoy pero hambre para mañana. Quiero mi trabajo”.

Dime quién eres

El diario Tiempo Argentino reveló que la jueza que ordenó el desalojo, Andrea Rodríguez Mentasty, es la esposa del diputado provincial por Cambiemos Walter Caruso. Según el artículo, fue designada mediante un trámite express: Caruso es miembro del Consejo de la Magistratura. La designación también fue promovida por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse (Cambiemos). El gobierno, a través del ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, justificó la represión: “La policía actuó como tiene que actuar”. Afirmó que la gobernadora María Eugenia Vidal estuvo al tanto del operativo y dijo que la policía sólo cumplió una orden judicial. “Tratamos de hacerlo pacíficamente, lo hicimos de hecho”, sostuvo Ritondo, mientras calificaba de “violentos” a las trabajadoras y trabajadores: “Recibieron a los efectivos de seguridad con agresiones”.
El fiscal Larramendi también habló. En una entrevista con C5N aseguró que pidió el desalojo por invasión a la propiedad privada y por el riesgo ambiental que implicaba “la existencia de tanques de combustible, de aceite y alimentos”. En un reportaje con radio El Mundo, agregó: “De ninguna manera cuestionamos el reclamo gremial, es algo totalmente lícito pero, como todo, todos los derechos no son absolutos y donde termina un derecho empieza el otro. El derecho de reclamar, de huelga, no puede avasallar a todos los demás”. No dijo nada sobre 600 familias que se quedaron en la calle.
Otro nombre ligado al conflicto es el de Marcelo Bombau, presidente de Torneos y Competencias en 2009 (Grupo Clarín) y actual gerente de PepsiCo. Su apellido también ganó fama en medio del escándalo de los Panama Papers, ya que es socio del estudio jurídico M&M Bomchill, responsable de armado de empresas offshore. Clarín no habló de represión, sino de “incidentes”, y el choque entre realidad y TV ficción se produjo entre dos vecinas de Vicente López que hablaron con lavaca.
-Yo estoy desde las 3 de la mañana –dice una de ellas-. A esa hora se empezó a armar el operativo. Escuchá mi voz: tengo tomada toda la garganta por los gases que tiraban.
-Yo vivo acá, pero lo vi por tele– dice la otra.
-No tengo voz: tiraban balas de goma y gas pimienta a la cara de la gente.
-Pero desde los techos de la fábrica también tiraban cosas.
-Le pegaban a trabajadores: a hombres, a mujeres, a todo lo que se moviera.
-Pero decían que provocaron.
-¡Yo estaba ahí! Ellos solo estaban defendiendo su trabajo.

Cómo sigue

Las trabajadoras y los trabajadores fueron a la marcha de las Madres de Plaza de Mayo para manifestarse contra los despidos y la represión. El viernes realizarán una conferencia de prensa en Congreso para denunciar el ataque policial. El sábado, junto a organizaciones sociales y sindicales, evaluarán una jornada nacional de lucha para el martes de la semana que viene.
Patricia Mora, que nunca se imaginó vivir un día así, explica: “Trato de ser ejemplo de mis hijas. Yo peleé por mi trabajo. No le di la mano a una empresa multimillonaria para que nos dejen en la calle. Si yo no peleo por ellas, ¿qué es lo que le espera a la juventud mientras a nosotros nos tratan así? Por eso yo peleo por el futuro”.

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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