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Fin de año sin Santiago: el Estado es responsable

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El 1 de enero se cumplen cinco meses desde que Santiago Maldonado fue visto por última vez mientras huía de una violenta represión de Gendarmería en un operativo ilegal en la Pu Lof de Cushamen. Esa sigue siendo hoy una de las principales certezas que tiene la causa. Qué dice la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia, sobre la autopsia. Por qué el gobierno mintió. Qué está haciendo la justicia. Los intentos por cerrar el caso. Por qué su desaparición y muerte es parte de una violencia sistémica.
A Santiago Maldonado lo vieron por última vez con vida huyendo de una violenta represión de Gendarmería en el marco de un irrupción ilegal a la Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, en Esquel, el 1 de agosto de 2017. Esa es la principal certeza que tiene la causa que tramita como desaparición forzada bajo la órbita del juez federal de Rawson, Guillermo Lleral, a cinco meses de los hechos, y luego que el 17 de octubre el cuerpo del joven de 28 años fuera encontrado sin vida en el Río Chubut, en el mismo lugar en el que los efectivos afirmaran en diversas actuaciones administrativas que llegaron persiguiendo a manifestantes.
“Santiago no murió porque estaba de turista: estaba en una represión de Gendarmería”, dijo Sergio Maldonado, su hermano, a la salida de la Morgue Judicial el día en que 55 peritos determinaron que el joven murió por “asfixia por sumersión coadyuvada por hipotermia”. Sergio dijo entonces, una vez más, que su hermano no sabía nadar, que nunca hubiera podido llegar hasta ese lugar sino escapando de una represión. Tuvo que aclararlo un día antes de poder velarlo en 25 de Mayo, el mismo momento en que desde Bariloche llegaba la noticia de una nueva muerte en contexto de protesta social: el fusilamiento de Rafael Nahuel, de un balazo por la espalda de Prefectura, en la Lof Lafke Winkul Mapu de Villa Mascardi.
El 1 de diciembre se cumplen cinco meses de los hechos que conmovieron a la sociedad argentina hasta movilizarla en multitudinarias marchas con el rostro de Santiago multiplicado en miles. Por eso, hoy Sergio Maldonado dice:
«Ahora buscamos verdad y justicia”.

Pruebas, testigos, y justicia falsa

La familia Maldonado y hasta la propia fiscal federal de Esquel, Silvina Ávila, cuestionaron al juez Gustavo Lleral por la declaración testimonial de Lucas Pilquimán, quien mediáticamente trascendió como “testigo E”, una de las últimas personas que vio con vida a Santiago. Pilquiman relató la represión, cómo los gendarmes tiraron con balas de goma y “9 milímetros”. Y declaró que la última vez que vio a Santiago estaba “agachado escondido entre los sauces” y que los gendarmes estaban barranca arriba. En la declaración casi no hay preguntas y, obviamente, no cuenta con ninguna intervención de las partes: ninguna estaba.
La fiscal Ávila también pidió formalmente el cambio de carátula a “muerte dudosa” ya que “las pruebas recolectadas no son suficientes para sostener la figura penal de desaparición forzada”. El juez Lleral la rechazó: “No es relevante para el trámite de la investigación”.
A punto de comenzar la feria judicial, Lavaca dialogó con la doctora Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado.
-¿Qué puede decirse a cinco meses de los hechos?
-Hay que decir que aún pedimos que se inicie una investigación efectiva, pronta, exhaustiva, imparcial e independiente. Hasta ahora no fue independiente porque continuaron trabajando las mismas personas que actuaron en la causa, como mínimo, desde el 5 de agosto, todas dependientes de la misma estructura: el Ministerio de Seguridad. Estamos planteando que Santiago desapareció el 1 de agosto y fue encontrado el 17 de octubre: no solo hay que determinar los hechos que pasaron el 1 de agosto sino qué paso hasta el 17 de octubre. Esto es: cómo no fue encontrado el cuerpo en los otros rastrillajes, cómo aparece, dónde. Los resultados de la autopsia son parciales: como principio general cualquier autopsia debe contar con la mayor cantidad de datos posibles, y cuando se analizan los resultados que arroja el cuerpo aquí no se tuvieron en cuenta ni el lugar del rio, ni las temperaturas, ni los testimonios de la comunidad. Que la causa de muerte establezca “asfixia por sumersión coadyuvada por hipotermia” necesita explicar cómo ha jugado cada uno de esos factores, con qué tiempo jugó cada uno. Eso no tiene una explicación, y para tenerlo hace faltan todos estos testimonios.
-En las últimas semanas han declarado varios testigos: desde Fernando Jones Huala hasta mujeres gendarmes que, si bien niegan la represión, ubican a Noceti en el lugar de los hechos. La que más trascendió fue la declaración de Lucas Pilquimán, a la que algunos medios comerciales presentaron como la declaración que cerraba el caso. ¿Qué opina?
Fue una canallada del juez haber tomado esa testimonial a Lucas, que fue quien recibió y explicó el 3 de agosto a Sergio Maldonado lo que había pasado con Santiago. Ese testimonio no lo vamos a valorar: ni lo que dijo ni lo que no dijo. Es nulo, es un acto irreproducible y el agravio que generó a la familia es irreparable. Así se confirmó la sospecha que la familia tiene de todo el sistema judicial. Hasta la fiscal federal, Silvina Ávila, pidió la nulidad: la notificación se proveyó después de las 9 de la noche para una testimonial que era a las 9 de la mañana del día siguiente, en un lugar a 150 km del juzgado. Una grosería jurídica. Esto confirma que, así como el Poder Ejecutivo puede decir lo que quiera –que Santiago no estaba allí, que se había sacrificado, que lo mató un puestero-, el Poder Judicial puede hacer también cualquier cosa. ¿Cómo podemos valorar ese testimonio? No podemos confrontar lo que se dijo o no.
-¿Qué certezas hay?
-Las certezas son las que debimos probar nosotros a partir de los propios aportes de la familia y la querella contra la fiscal, contra el juez Otranto en su momento y contra todas las estructuras del Estado: debimos probar que Santiago existía, que había estado en la zona, que había estado en el lugar, que había estado el 31 de julio en la Pu Lof, que lo habían visto, que tenía esa ropa, que tenía esa mochila… Todo lo probamos nosotros. ¿Y qué pasó? De repente, cuando se encuentra el cuerpo el 17 de octubre, las mismas personas que decían que Santiago estaba por cualquier parte del mundo dijeron: “Ya está, se ahogó: el caso se cierra”. Es una versión armada del Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Seguridad. Nosotros probamos que Santiago estaba ahí, que fue víctima de la represión y del ingreso ilegal de un operativo con más de 130 gendarmes, que corrió hacia el río y que los gendarmes lo vieron en el río. Hasta ese punto hay coincidencia en los relatos, tanto de la comunidad como de los gendarmes. Ahora: la mecánica de lo que pasó aún no la sabemos, porque faltan testimonios. Hay que seguir valorando el testimonio de Matías Santana: no hay ningún testimonio de la comunidad contradictorio en la causa. En ese sentido, tampoco hoy es posible hacer la llamada “reconstrucción histórica” en el lugar. Lo que sabemos es que varios vieron a Santiago corriendo de Gendarmería hacia el lado del río. Luego, hay que darle explicación.
Las irregularidades
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), una de las querellas de la investigación, subrayó que ningún gendarme fue ni siquiera sancionado por las ilegalidades del operativo.
A saber:

  • Ingresar al territorio mapuche sin orden judicial. Gendarmería despejó la ruta a las 3:30 de la madrugada del 1 de agosto, según informó el primer alférez Daniel Gómez en las actas de la fuerza. Horas después, entre 8 y 10 personas regresaron a la ruta para continuar el reclamo por la liberación del lonko Facundo Jones Huala (a la que Santiago había ido para apoyar, previo a volverse a 25 de Mayo a visitar a su familia) y los gendarmes los reprimieron “con suma violencia”, como sostiene el director ejecutivo del CELS, Gastón Chillier, en el prólogo del Informe Anual 2017 del organismo
  • Arrojar piedras a los manifestantes.
  • Hacer una hoguera con las pertenencias de la comunidad.

La fuerza también ocultó fotografías y videos. Luego, se pudo determinar que los efectivos portaban escopetas, bastones, hachas, piedras y que cuatro camionetas y un camión ingresaron a la comunidad. El organismo denuncia que en las primeras semanas, claves para toda investigación, el Poder Ejecutivo respondió de tres maneras:

  1. Plantear hipótesis infundadas que Maldonado no estaba en el lugar, que estaba ausente por propia voluntad o que había fallecido antes de la represión (la falsa hipótesis del puestero, que insumió recursos y tiempo clave en la pesquisa, fue introducida en el expediente de habeas corpus por el propio Ministerio de Seguridad).
  2. Ocultar cómo había actuado Gendarmería en el operativo.
  3. No buscar a Maldonado de manera eficiente.

La postura del Gobierno nacional no se modificó aun cuando se constatara que un participante de una protesta social había muerto durante una represión desatada por una fuerza federal. Tampoco hubo cambios respectos a la figura de “flagrancia”: la Gendarmería tenía orden de la justicia federal sólo para despejar la ruta, pero bajo esa figura promovida desde el Ejecutivo y, en particular, por el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti –presente en el operativo el 1 de agosto-, la fuerza ingresó a la comunidad persiguiendo a los manifestantes.
Tampoco modificó su enfoque la certeza de que el Ministerio plantó y reprodujo falsedades aun cuando contaba con las actuaciones administrativas de la Gendarmería que, si bien fue cuestionada en duros términos por la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) por su nulo rigor jurídico, daban cuenta de, al menos, la irregularidad del operativo.
El relato del Gobierno se explicitó en la columna que el asesor de imagen Jaime Durán Barba publicó en Perfil, que demostraba la preocupación de los funcionarios argentinos por controlar la información y en construir una versión de los hechos que distorsiona lo ya probada. Lavaca desmintió alguna de esas construcciones en esta nota:

Las cinco mentiras de Durán Barba


A pesar de que aún faltan testimonios que apunten a reconstruir la mecánica de qué sucedió el 1 de agosto en la Pu Lof, el accionar de una fuerza federal dependiente del Ejecutivo y la actitud de los funcionarios responsables en negar, ocultar y falsear los hechos subrayan el carácter sistémico que tiene esta violencia y que se sintetizó en una frase contundente en las movilizaciones que exigen justicia por Santiago Maldonado:

  • “El Estado es responsable”.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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