Nota
Cuarta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil: «El Estado es responsable» y «Fuera Bullrich»
Con mayoría de madres con carteles de sus hijos a la cabeza, la Cuarta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil partió en Buenos Aires desde Congreso a Plaza de Mayo con una consigna clara: “No es un policía, es toda la institución: el Estado es responsable”. La movilización se replicó en más de diez ciudades de todo el país. Allí estuvieron familiares de Luciano Arruga, Kiki Lezcano, Fabián Gorosito y de Pablo Kucoc, el joven asesinado por el policía Chocobar. Días atrás una foto lo mostró reincorporado a la fuerza luego de haber sido visitado por la ministra. La madre del joven responde a lavaca: “Bullrich no sabe nada de seguridad”. Nuestra crónica y el fotoreportaje de Revista Cítrica.
“Es la primera vez que marcho. Y vine para hacer justicia. Para que a los chicos que siguen en la calle no les pase lo que les pasó a nuestros hijos. Pedimos Justicia y que salgan Bullrich y Macri de todo esto. Que dejen actuar al juez. Y que Bullrich se dedique a otra cosa: no sabe nada de seguridad”, sintetiza Ivonne, la mamá de Pablo Kucoc, el joven de 18 años asesinado por la espalda en diciembre por el policía Luis Chocobar tras un intento de robo a un turista. Ivonne habla mientras cruza 9 de Julio en la Cuarta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil, que en la Ciudad de Buenos Aires movilizó seis cuadras desde Congreso a Plaza de Mayo.

Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf
El asesinato de Kucoc instaló la llamada “doctrina Chocobar”, que tuvo la cerrada defensa no sólo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sino también del Presidente Mauricio Macri. Hace cinco días, una foto que recorrió las redes sociales mostró a un Chocobar sonriente volviendo al cumplir servicio en la policía local de Avellaneda. Una semana atrás, había recibido la visita de la propia Bullrich en la que le transmitió un mensaje que no dejaba dudas: “No estás solo”, le dijo.

Chocobar está procesado por homicidio agravado por la utilización de un arma de fuego en exceso en el cumplimiento de un deber. Y embargado por 400 mil pesos.
Mientras cruza 9 de Julio, Ivonne sólo expresa otra síntesis en dos palabras:
-Queremos justicia.

Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf
Lo que se espera del Estado
La primera marcha de estas características nació en Córdoba en 2015 luego del asesinato de Ismael Sosa, que había ido a un recital e La Renga. En esta ocasión, acá, la movilización se replica en más de diez ciudades en todo el país. En la Ciudad de Buenos Aires, la columna está encabezada únicamente por familiares de jóvenes asesinados por diversas fuerzas policiales en sus barrios. Dato: la mayoría son mujeres.
- Allí está Mónica Alegre, mamá de Luciano Arruga, el joven de 16 años torturado y desaparecido por la Policía Bonaerense en Lomas del Mirador, La Matanza. Su cuerpo fue hallado cinco años y ocho meses después como NN en el Cementerio de Chacarita.
- Angélica Urquiza, mamá de Jonathan Kiki Lezcano, el adolescente de 17 años asesinado por el policía federal Daniel Santiago Veyga, en 2009.
- María Viera, mamá de Fabián Gorosito, asesinado en agosto de 2010: apareció en una zanja de un descampado en la localidad de Mariano Acosta, en Merlo.
- Las familiares de Nazareno Vargas, de 19 años, que apareció asesinado en plena vía pública en Merlo el 30 de julio de 2017.
- La mamá de Walter González, con un cartel que grita: «Asesinado por el policía Horacio Gómez el 16/08/13. Basta de gatillo fácil! Ni un pibe menos!».

Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf
También marcha Alberto Santillán, papá de Darío, el militante piquetero asesinado por la Bonaerense en Puente Pueyrredón el 26 de junio de 2002, junto a Maximiliano Kosteki. A su lado está Isabel Huala, la mamá del lonko mapuche Facundo Jones Huala, a quien la Corte Suprema le acaba de dictar la extradición para que sea juzgado en Chile en un proceso que había sido declarado nulo por torturas a un testigo.
Isabel lleva en una mano una foto de su hijo. En la otra, del joven Rafael Nahuel, fusilado en Villa Mascardi por Prefectura. “Hay que salir a luchar, a las calles por lo que nos corresponde, que son los derechos y la libertad”, es lo único que dice a lavaca.
Y agrega otra síntesis: “Porque del Estado no espero nada”.

Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf
La nueva vieja doctrina
La marcha se detiene cinco minutos en la esquina de Avenida de Mayo y Sáenz Peña para recordar a Gastón Riva, uno de los asesinados en la represión del 19 y 20 de diciembre del 2001. Allí, en la vereda, hay una placa con su nombre.
Una de las que aplaude es Vanesa, mamá de Nicolás Bustamente: “A mi hijo lo asesinaron el 20 de junio de 2015. Fue el policía Gustavo Ezequiel Acosta, en Claypole. Según la policía hubo un enfrentamiento, pero a Nicolás le disparó seis veces. No le dio ninguna oportunidad de vivir. No quiso detenerlo. Directamente lo mató cuando seguía tirado en el suelo. El policía está imputado por homicidio. La causa, quieta. Él tenía 20 años, pero acá vemos chicos de todas las edades. Es una sumatoria de casos, cada vez más muertes. La política represiva se traduce en que no hay que detener: hay que matar. Como Chocobar, o al chico de Parque Patricios: lo mataron por gusto”.
El chico que menciona Vanesa es Cristopher “Bocha” Rego, el joven de 26 años que asesinó Prefectura en la madrugada del 12 de agosto por no detenerse en un control de tránsito. Su papá explicó a los medios que no tenía los papeles del vehículo que había comprado hacía días y que, por eso, se asustó y arrancó. La respuesta fue a los tiros: uno le entró por la espalda, otro por la nuca. Ocho efectivos quedaron detenidos, y uno confesó haber disparado. A diferencia del caso Chocobar, el Ministerio de Seguridad emitió un rápido comunicado en el que informaba la exoneración de los oficiales. La familia dijo que, también, les enviaron una caja con pañales, cartones de leche y prendas para vestir. “No quiero nada de ellos”, lo rechazó el papá, en declaraciones a Página/12. E informó que, además, el Ministerio envió prendas para una nena: Rego había sido papá de un varón 40 días antes de que lo mataran.

Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf
La nueva política pública
La marcha llega a Plaza de Mayo con letras que se elevan como pancartas y dibujan una exigencia: «Fuera Bullrich». Rápidamente los familiares organizan un camión al que subirán para denunciar cada uno de los casos. Toda esta marcha -que tuvo su eco en Jujuy, Tucumán, San Juan, Mendoza, Neuquén, Bariloche, Chubut, Córdoba, Santiago del Estero, Misiones, Rosario, La Plata y Mar del Plata- estuvo organizada por ellas. Desde la cabeza, las consignas hasta la seguridad y su organización.
Allí camina Javier Maciel, hermano de Agustín Maciel: “El 21 de diciembre de 2017 apareció muerto en la calle con dos tiros por la espalda en Laferrere, La Matanza. Fue un policía federal de civil, pero el juez lo dejó libre sin ningún cargo. La causa quedó caratulada como robo a mano armada, pero no sabemos nada. Nadie nos dice nada. Tenía nada más que 17 años. A un mes de cumplir del 18. Era el menor de nosotros”.

Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf
En la Plaza también está la referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), la abogada María del Carmen Verdú.
¿En qué momento llega esta cuarta marcha nacional?
-El año pasado, en la tercera marcha, decíamos que la represión había dejado de subir por escalera y se había tomado un ascensor. Esta llega una semana después de un hecho simbólico como la reincorporación al servicio activo de Chocobar después de haber recibido una nueva visita de Bullrich con senadores en la que le llevaron su solidaridad, tal como ella tuiteó. Hace 30 años estamos intentando convencer que la política de Estado represiva incluye como una herramienta al gatillo fácil: hoy es el propio gobierno que de esto hace una política pública que no sólo defiende, sino promueve.

Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf
Según el informe de Correpi presentado en diciembre de 2017, en los dos años de Gobierno de Cambiemos hubo una muerte por violencia estatal cada 23 horas.Verdú apunta que aún no pueden brindar una cifra de cómo esa política está impactando este año: “Para serte bien gráfica, la compañera que se encarga de la sistematización nos dijo que nos están matando más rápido de lo que podemos escribir. Lo que sí tenemos en claro es que estamos por encima del promedio del año pasado”.
Las muertes en manos del Estado siguen y aumentan.
Las movilizaciones, también.


Fotos: Vicky Cuomo y Foto Viojf



Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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