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Nitron y el Estado contra los vecinos: la actualidad envenenada en Villa Constitución

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La municipalidad de Villa Constitución (Santa Fe) habilitó a una de las mayores comercializadoras de químicos del mundo a operar dentro del casco urbano. Detrás hay una trama de negocios que involucra a Macri, Trump y a empresarios denunciados por contrabando en una zona geográfica estratégica: la Hidrovía Paraná-Paraguay. La respuesta no tardó en llegar: una histórica marcha de más de 2.000 vecinas y vecinos, un acampe y la exigencia de una consulta popular que ya cuenta con la aprobación de un tercio del padrón puso en escena a una asamblea que está tiñendo el debate electoral con un mensaje claro: “Es una cuestión de soberanía: estamos discutiendo que no vengan empresas a extranjeras a envenenarnos”.
El médico general Víctor Secreto recuerda que todo empezó en junio de 2017, cuando los vecinos del municipio de Villa Constitución, al sur de Santa Fe, vieron un cartel gigante que decía:

  •  “Próximamente Nitron”.

“Nos sonaba a una empresa que comercializaba productos agrotóxicos, pero obviamente nadie sabía nada”, dice Secreto a lavaca. En la Municipalidad tampoco encontraron respuestas.
Recién a los pocos días, y a través de dos medios locales, se enteraron de una “importante inversión” en Villa Constitución: 40 millones de dólares para un proyecto de depósito y fraccionamiento de fertilizantes en la Zona Franca Santafesina, un ámbito de la provincia con un régimen fiscal diferenciado para impulsar el comercio y la actividad industrial exportadora. La preocupación vecinal se desató cuando descubrieron que Nitron se presenta como la empresa líder “en comercialización de químicos y fertilizantes para la agricultura”.
Dos años después, y luego de juntar 10 mil firmas en un municipio con un padrón electoral de 30 mil habitantes para exigir a la provincia una consulta popular que decida sobre la instalación o no de la empresa, el Municipio otorgó al grupo la habilitación para comenzar a operar. “A espaldas de la población y de la voluntad popular”, subraya Secreto. Por esa razón, hace tres semanas se inauguró un acampe en la Zona Franca luego de constatar el ingreso de camiones transportando más de 500 toneladas de fertilizantes. El objetivo de la empresa apunta a superar las 160 mil toneladas.
El 31 de marzo, más de 2.000 personas marcharon de la plaza principal a la Zona Franca. Secreto habla de un municipio en estado de ebullición: “Todo este tema tiñó el proceso electoral. Para la ciudad, estas movilizaciones son multitudinarias. Y no son reclamos reivindicatorios, no estamos acá por un salario. Tiene que ver con algo mucho más profundo”.
-¿Por qué es?
-Por la soberanía de nuestras vidas.
Nitron y el Estado contra los vecinos: la actualidad envenenada en Villa Constitución

De Carrió al acampe

Lo que se esconde detrás de la vida de los vecinos y las vecinas Villa Constitución es un promiscuo entramado de intereses. En 1994, la ley nacional 24331 fijó a la Zona Franca Santafesina como un ámbito “con un régimen fiscal diferenciado” para “impulsar el comercio y la actividad industrial exportadora”. La abogada del movimiento vecinal, Bárbara Chazarreta, explica a lavaca la situación: a través de licitación pública, las casi 57 hectáreas y 674 metros de frente costero fueron adjudicadas por 30 años a Zofravilla S.A. para su desarrollo, gestión y explotación. Para operar en las zonas francas, es requisito la inscripción en los registros aduaneros como Usuario Directo.
El presidente de Zofravilla S.A es Guillermo Misiano, que también figura como dueño de PTP Group, principal usuario directo de la Zona Franca. Su nombre saltó a las portadas de varios medios por un detalle singular: la diputada y una de las armadoras de Cambiemos, Elisa Carrió, lo denunció en 2016 por contrabando y evasión. En la denuncia, según publicó el diario Perfil, surge que sus empresas lograron el control del corredor hídrico del Paraná-Paraguay (como se vanaglorian en su página web), “a través del cual traficaban nitrato de amonio y de soja”. En Paraguay, la Fiscalía de Delitos Económicos buscó determinar si existían nexos entre el emporio Misiano y Lázaro Báez. Carrió buscaba relacionar a Misiano con Aníbal Fernández.
¿Qué es PTP Group? Se presenta como “un holding de capitales argentinos” con más de 15 años de trayectoria, especializado en la operación de terminales portuarias y prestación de servicios logísticos integrales en América Latina, pero principalmente en Argentina. PTP consolidó su presencia a lo largo de la Hidrovía Paraná-Paraguay (HPP) en un tramo de 1500 kilómetros. El km 0 está en Nueva Palmira (Uruguay) y el km 1500 en Villeta (Paraguay). En ese trayecto, tiene tres terminales adicionales: Ramallo y Lima (en la provincia de Buenos Aires) y Villa Constitución, en Santa Fe.
En 2010, el grupo constituye como subsidiaria a PTP Warrant S.A, una de las 12 empresas habilitadas en la Argentina por el Ministerio de Agricultura de la Nación. En la web especifica su función: “Productores agropecuarios, industriales y comerciantes pueden obtener financiación mediante un instrumento confiable y ágil, utilizando como garantía materia prima, mercadería semielaborada o producto terminado, depositados y custodiados en nuestros almacenes especiales”.

Nitron y el Estado contra los vecinos: la actualidad envenenada en Villa Constitución

Lxs vecinxs se disfrazaron de novixs para representar la promiscuidad entre la empresa y el gobierno local.


Pero PTP Group trepó a la escena nacional cuando el diario contrainformativo Clarín lo mencionó en junio de 2017 como un actor central en “la primera inversión tras el viaje de Macri a Estados Unidos”. Presentándola como un logro desatado tras la visita del Presidente a su par norteamericano, Donald Trump, en  abril  de 2017, en junio se anunciaba que PTP Group había firmado en Nueva York un acuerdo con Nitron Group para instalarse en la zona franca de Villa Constitución con una inversión conjunta de 40 millones de dólares en los próximos cinco años. El detalle: esa es la única zona franca con acceso a la Hidrovía, con su sistema de transporte por barcazas.
Según ese artículo, los ejecutivos argentinos y estadounidenses resaltaban el triunfo de Cambiemos como contexto ideal para desarrollar el negocio: el fin de las declaraciones juradas, la baja de retenciones y la apertura de los mercados de exportación de maíz y trigo. En 2016, el año previo al acuerdo, el negocio de los fertilizantes se había incrementado un 60 por ciento: Nitron concentra el 35% del negocio. Y, según sus previsiones, busca utilizar 15 de las 60 hectáreas de la zona franca que tiene PTP para almacenar 150 mil toneladas de fertilizantes sólidos y 60 mil toneladas líquidas.
El ingreso de llos camiones a la Zona Franca fueron  el empujón para el comienzo del acampe vecinal.
Nitron fue fundada en 1982, tiene sede en Connecticut (Estados Unidos) y se presenta como la empresa “líder mundial en comercialización de químicos y fertilizantes para la agricultura” con una facturación de más de 1600 millones de dólares. Su principal mercado es Sudamérica. El presidente de Nitron, que labró el acuerdo con Misiano, es el empresario paraguayo Javier Urrutia.
Pero un extraño dato surge de su página web, que la empresa presenta de esta manera: “Nitron ha desarrollado nuevos mercados, se ha expandido a nuevos productos, ha fomentado nuevas relaciones con proveedores y clientes y continúa fortaleciendo todos los aspectos de la cadena de suministro de fertilizantes que ha contribuido a su constante crecimiento”.
Lo curioso es que a pesar de ese esquema, Nitron tiene solamente “más de 100 empleados en todo el mundo”. Secreto lo explica: “Ni siquiera pueden decirnos que van a generar empleo: en los papeles, supimos que la empresa va a generar nada más que seis puestos de trabajo”.
Ninguno de estos datos convenció a las vecinos y vecinos de Villa Constitución.
Nitron y el Estado contra los vecinos: la actualidad envenenada en Villa Constitución

Al casamiento asistió La Parca.

La no-consulta popular

El 17 de octubre de 2017, los vecinos hicieron una audiencia pública en una escuela del barrio Palmar, uno de los que estaría más afectado con la instalación de la empresa. “El depósito que quieren instalar está a 320 metros de las casas, a una cuadra y media de la escuela, de centros de salud, del caminito saludable, de estaciones de servicio, en fin, de la vida cotidiana de los vecinos”, detalla Secreto. “Allí participaron 19 oradores argumentando a favor de la salud, del derecho, y contando por qué era un peligro la instalación desde todos los ángulos, hasta con riesgo de explosión. Ese depósito no puede estar en el casco urbano de nuestra ciudad”.
Esa audiencia les permitió conocer dos cosas:
1. “Nos dimos cuenta que la causa era justa y que teníamos apoyo de la gente”.
2. “Y que nos enfrentábamos a un poder enorme. Este caso mostró con mayor claridad la connivencia empresaria con sectores políticos de la provincia y, también, del Ejecutivo local”.
El siguiente paso consistió en juntar firmas para que el Gobierno reglamente una ordenanza municipal que habilite una consulta popular. “Para que seamos los vecinos quienes decimos si queremos o no esta empresa en la ciudad”, precisa Betiana Charny, artista y vecina. Necesitaban el 10 por ciento del padrón electoral. Buscaban así emular otras experiencias como Loncopué (Neuquén) y Esquel (Chubut), donde grupos vecinales autoconvocados y asamblearios lograron frenar diversos proyectos mineros. Con marchas, acciones callejeras y jornadas en escuelas, en dos meses juntaron 10 mil firmas: un tercio del padrón.
Secreto: “En ese proceso estábamos cuando en febrero de 2018, en tiempo récord, nos enteramos de que la provincia les aprobó el estudio de impacto ambiental para que puedan estar ubicados en ese lugar. Fue muy irregular. Por ejemplo, ponían que si había derrames, lo iban a juntar con palas y escobas. Y que para detectar incendios, iba a apelar al olfato y a la vista. Una locura”.

Nitron y el Estado contra los vecinos: la actualidad envenenada en Villa Constitución

Una de las charlas con los especialistas Damián Marino y Damián Verzeñassi en uno de los galpones de Villa Constitución.


Durante 2018 hicieron festivales, invitaron científicos (como el médico Damián Verzeñassi y el bioquímico Damián Marino, expertos de las universidades de Rosario y La Plata, respectivamente), y la asamblea comenzó a crecer, a pesar de que el intendente, Jorge Berti, no los recibía. A comienzos de este año, otra vez en el verano, llegaron las malas noticias: “Nos enteramos de que en febrero se produjo la primera entrada de camiones con fertilizantes. Pedimos explicaciones. Y, recién ahí, supimos que el municipio le había otorgado la habilitación comercial, nuevamente a escondidas”.
Entonces comenzó el acampe.

Los novios: la empresa y el Estado

¿Cuáles son los riesgos para la salud que avizoran ante la fabircación local de fertilizantes químicos? Victor Secreto, el médico: “PTP Warrant, que trae a Nitron, comercializa fertilizantes de nitrógeno, potasio y fósforo, lo que se llama el NPK, que implica distintos peligros. Los fertilizantes contienen productos nitrogenados que se van combinando con el oxígeno, con el aire, y generan subproductos como los nitratos y nitritos, que contaminan el agua subterránea originando enfermedades como el Síndrome del bebé azul o de los niños azules, por los recién nacidos con alteraciones en el transporte de la hemoglobina que les produce falta de oxigenación y les deja la piel azulada. Los nitratos también se relacionan con la producción de nitrozaminas, que es precancerígena y está muy relacionada con tumores de estómago, del resto del aparato digestivo, y afecciones glandulares. Los fertilizantes de este tipo también producen efectos nocivos en  la piel, el aparato respiratorio, la estructura ósea y, aunque todavía no está confirmado, se las relacionan con el TGD (Trastorno Generalizado de Desarrollo) y el autismo”.
El video de la marcha que la asamblea compartió en su página de Facebook (Villa Constitución Sin Venenos) ilustra la cantidad de familias que, muchas por primera vez, se manifestaron en el municipio. El video puede verse aquí:

También están apostando a la creatividad y el humor: Betiana Charny mientras habla con lavaca aún está vestida de parca, luego de una acción que hicieron en la zona franca.
Se llamó “La boda que pagamos todos” y la comunicaron así:

  •  “La ciudad se vistió de gala y tuvimos el honor de presenciar un casamiento frondoso e inesperado entre el Sr. Nitron y la Municipalidad de Villa Constitución. Los recién casados se conocieron gracias al ahora padrino, el Sr. Gobierno Provincial, un amigo muy cercano del flamante esposo. En cuanto a la ceremonia La parca selló esta unión en una hermosa y costosa fiesta, sustentada por todos los vecinos y vecinas de la ciudad pero que solo disfrutaron 6 invitados. La novia, feliz y despreocupada, arrojo al aire un ramo lleno de flores venenosas a las manos de los vecinos y vecinas. Chin chin a la flamante pareja”.
  • “Poner el cuerpo significa muchas cosas, reviste muchas maneras. A las marchas, a nuestra carpa, a cada paso que vamos dando, le sumamos esta intervención performática como una manera más de decir, de gritar, lo que pensamos y sentimos quienes nos oponemos a instalación de NITRON en nuestra ciudad. El arte como herramienta para la acción, el arte como puente para seguir luchando por lo que creemos justo”.

La abogada Chazarreta subraya que el movimiento conmovió a la mayor parte de la ciudad. “Tiene que ver con la impunidad. La gente sospecha de todo el entramado que hay detrás de esto. Todo el municipio sabe que están jugando con nosotros a cambio de la muerte”.
Secreto: “Estamos muy fortalecidos. Todo esto tuvo su epicentro el 31 de marzo, con la enorme marcha por la salud. Pusimos en discusión que el tema no fuera sólo ‘Fuera Nitron’ o ‘No a los agroquímicos en nuestra ciudad’, sino cómo queremos vivir nuestra salud. Hubo más de 2000 personas. Fue impresionante. Muy genuina, porque partió del pueblo. Y está tiñendo todo el proceso electoral. Es una cuestión de soberanía: estamos discutiendo que no vengan empresas a extranjeras a envenenarnos. Discutimos la salud y la soberanía de nuestros recursos”.
Charny: “Tengo 34 años y es la primera vez que veo en la ciudad semejante movida autoconvocada, sin que la genere ningún partido político o gremio. Es una causa que nos une a todos. Se sumaron muchos jóvenes, que dieron una refrescada muy interesante. Esto ya corrió la agenda política: el gobernador (Miguel Lifschitz) no quiere venir por miedo a un escrache, como pasó con la ministra de Producción (Alicia Ciciliani). Nuestro objetivo es lograr que se vayan”.
En Villa Constitución hay una certeza: esta historia continuará.
Nitron y el Estado contra los vecinos: la actualidad envenenada en Villa Constitución

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4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

Un abrazo contra la motosierra

Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

Un abrazo contra la motosierra

La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

Un abrazo contra la motosierra

Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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