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Parar la olla: media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria

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La Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de Emergencia Alimentaria tras una masiva movilización de movimientos al Congreso. La ley, que ahora pasa al Senado, expresa una demanda que las organizaciones reclaman hace tres años por el hambre creciente en los barrios. La medida dispone un incremento del 50% para las partidas de tres programas nacionales y a partir de 2020 actualiza trimestralmente esos créditos tomando como referencia la variación de precios de los alimentos. Cómo es la economía de los barrios. La participación de las mujeres en los movimientos. Y por qué la emergencia no es un eslogan político, sino una urgencia social.
En tan sólo un minuto Luisina corta diez panes, los abre, corta fetas de salame, corta fetas de queso, las acuesta con método científico sobre la miga y cierra el sánguche que vende a 40 pesos en medio de la Plaza de los Dos Congresos. Hay una fila de diez personas que aguarda con los billetes en la mano y con diversas pecheras: las blancas de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), las azules de Barrios de Pie, las oscuras de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), las violetas del Movimiento Evita, las rojas y negras del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL).
Luisina tiene 21 años y llegó a las 9 de la mañana desde Banfield y después de haber estado el miércoles en el acampe de las organizaciones sociales en el Ministerio de Desarrollo Social desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. “Vengo a vender.  Estudio el profesorado de Educación Física en Banfield, el Gobierno no subsidia el boleto y no me queda otra que salir a rebuscarmelá. Vengo a trabajar para terminar mis estudios para no ser vendedora toda la vida», dice mientras reparte los sánguches y devuelve el vuelto.

Parar la olla: media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria

Foto: Nacho Yuchark


En medio del debate por la Emergencia Alimentaria en Argentina, la imagen no es casual: “Vengo cuando puedo y lo que veo es lo de siempre: la precarización. Mucha gente que pasa hambre, que viene a pedir lo que más necesita, la comida más básica, muchísimas mujeres viniendo a buscar un plato de comida, y mamás que vienen a comer porque saben que es la única comida de todo el día. ¿Sabés por qué? Porque no les alcanza”.
Son las once de la mañana y faltan tres horas para la media sanción de la ley. La Plaza ya está llena.
Parar la olla: media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria

Foto: Nacho Yuchark

No se banca más

Finalmente la Cámara de Diputados aprobó la media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria a las 15:08 con 222 votos afirmativos, cero negativos y sólo una abstención (la de Mónica Schlotthauer, diputada por Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda). “Hace tres años venimos peleando y saliendo a las calles por esta ley”, dice en la calle Natalia Llanos, 36 años, referente de Barrios de Pie en Ezeiza, al sur del conurbano bonaerense. La lucha de los movimientos se entiende desde la urgencia en los barrios.
Los puntos más importantes de la ley son:

  • Prorroga hasta 2022 la Emergencia Alimentaria Nacional decretada en 2002 por Eduardo Duhalde
  • Dispone un incremento de emergencia del 50% de crédito vigente (es decir, el presupuesto original más las modificaciones que sufrió en el año) correspondientes a los programas de Políticas Alimentarias y el Plan Nacional de Protección Social, ambos pertenecientes al Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación. Y también al Programa Pro Bienestar del PAMI (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados).
  • Qué significa: de aprobarse en el Senado, sería un aumento de 10.000 millones de pesos.
  • A partir del 1 enero de 2020, y hasta que dure la emergencia, faculta al jefe de Gabinete a actualizar trimestralmente las partidas tomando como referencias mínimas el aumento de la variación porcentual del rubro “alimentos y bebidos no alcohólicas” del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y la variación de la Canasta Básica Alimentaria que elabora el INDEC.

Parar la olla: media sanción a la Ley de Emergencia AlimentariaDesde Ezeiza, Llanos explica concretamente qué significa esta demanda: “El hambre cada vez crece más. La gente pasa hambre. Punto. Tenemos un merendero que pasamos de 20 personas a 50. Todos los días. Es inmensa la cantidad de chicos que viene: a las familias no les alcanza para nada”.
Carolina, 32 años, de la CCC de Almirante Brown, también sur del conurbano, suma, junto a sus compañeras de Alejandro Korn y Guernica: “En nuestros barrios faltan cloacas, falta asfalto, cuando llueve se inunda todo, y el hambre sólo aumento. En nuestros comedores pasamos de 20 a casi 200 chicos por día. No sé cómo se responde a eso. Sólo me sale decirte que así”.
-¿Así cómo?
-En la calle.

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Foto: Nacho Yuchark

La economía según Laferrere

El debate se produjo con una movilización masiva de los movimientos en el Congreso y con el acampe que otras organizaciones sostienen desde el miércoles en el Ministerio de Desarrollo Social, donde fueron reprimidos por efectivos de la Infantería de la Policía de la Ciudad. Esas organizaciones –Polo Obrero, el FOL, el Movimiento Teresa Rodríguez y el otro sector de Barrios de Pie- anunciaron que el acampe seguirá por 48 horas hasta tener una respuesta de la ministra Carolina Stanley.
Elizabeth tiene 31 años y dos hijos de 3 y de 2. Está al frente del comedero Awka Liwen, que abrió hace cinco meses después de trabajar durante años en el barrio Aeroclub, en Laferrere, en La Matanza, y hace poco se sumó a Barrios de Pie-Somos por una urgencia que cada día la inquietaba más. “Mirá: abrimos con 7 chicos y hoy son 40 familias que vienen todos los días. Porque cuando hablamos de Emergencia Alimentaria, no es un slogan: hablamos de chicos que no tienen pan en la casa, que vienen todos los días porque el viejo o la vieja no tiene para llenarle el plato. Hablamos de esa urgencia para que los pibes no terminen consumiendo pasta base en los barrios. Muchas madres se acercan a pedir ayuda, y no es casual que sean mujeres: tenemos otra mirada socioeconómica”.
-¿Cuál es?
-Son las que llevan adelante la casa. Y, además, las más sensibles a todo lo que pasa respecto a las necesidades. Por eso, también, estamos tomando otro protagonismo. Salimos a las calles cuando antes nos quedábamos calladas. Hoy sentimos la necesidad de gritar. Y, desde ahí, buscar un mejor futuro para nuestros pibes. Yo no me fijo en la economía del dólar, porque si bien influye en los precios, en mi casa consumo en pesos. Es desde ahí: saber que ya no te rinde ni alcanza. Por eso también se ve mucho más esa economía en el movimiento social: hay otra mirada.

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Foto: Nacho Yuchark

Romper el slogan

Esa otra mirada la expresa también Milca Sosa, responsable del Movimiento Evita en Tigre, que llegó con 250 compañeras , pero aclara que la lucha por la ley viene hace años. “Es una necesidad que no se puede negar. Una urgencia que el gobierno negó y hoy cede por la unidad que se dio en todos los sectores, por la presión que viene sintiendo y porque está de salida. El gobierno está quebrado”.
-¿Y qué queda en los barrios?
En los barrios, vemos la necesidad de nuestras compañeras de poder multiplicar lo que hacen todos los días en centros comunitarios, comedores y merenderos. Vale aclarar que todos esos eran espacios culturales y comunitarios que se transformaron en copas de leche o merenderos, donde tuvimos que atender la urgencia y dejamos de lado situaciones de fondo en estos últimos años. La comida no alcanza, y ahí la Emergencia Alimentaria no es un slogan como plantean los funcionarios, sino una realidad concreta donde no hay trabajo para comprar comida. Hablamos de familias enteras. La emergencia es eso: una familia que no tiene un plato de comida para llevar a la casa. Y ahí somos las mujeres. Siempre fuimos puntas de lanza. Las que nos hacemos cargo en las familias, de nuestros pibes, de los espacios comunitarios y quienes paramos la olla popular en la calle.

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Foto: Nacho Yuchark


-¿Cómo se entiende ese crecimiento junto a los movimientos como actor central estos años?
-No había política que nos representara. Hubo una representatividad política que se perdió y así se pudo construir desde los sectores populares y desde la necesidad que hizo que nos unifiquemos todos los sectores. Fue un botón de muestra para sectores que estamos peleando por lo mismo.
-¿Y cómo ves ese tejido de cara a lo que viene?
-Sea lo que sea, está construcción se tiene que profundizar, incluso en una nueva propuesta política que el Gobierno que asuma la tome y pueda representarla en políticas públicas bien concretas. En tanto nuevo sujeto social que surge y emerge, necesitamos condiciones para vivir un poco mejor.
Parar la olla: media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria

Foto: Nacho Yuchark

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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