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Alerta Jujuy: entrevista a la mamá de Iara, de Palpalá

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Iara Rueda fue desaparecida y asesinada y su familia se revela frente a la trama femicida. Las sospechas sobre el poder jujeño. La falta de búsqueda estatal: el protocolo que no se usó y el falso “cerrojo”. La (in) actividad de la policía. Y la organización creciente de las víctimas en una provincia que lleva al menos 13 femicidios en este 2020, que este domingo movilizó en Abra Pampa, Tilcara y Humahuaca. Por Inés Hayes y Melissa Zenobi.

Alerta Jujuy: entrevista a la mamá de Iara, de Palpalá
Fotos: Julia Carrizo

Esta nota forma parte de la MU 152 y fue posible gracias al aporte de nuestres cómplices. #HaceteCómplice acá para seguir apoyando el periodismo sin patrón.

Mónica Cunchila tiene 47 años. Nació, se crió y formó su familia junto a su compañero, Juan José Rueda, en Palpalá, una localidad de 50 mil habitantes, a 13 kilómetros de San Salvador de Jujuy. “Soy de Palpalá desde siempre, nunca me fui a ningún lado. Trabajo en la sala de técnicos profesionales de un ministerio, y como estatal estoy afiliada a la Asociación Trabajadores del Estado”, se presenta. Es mamá de Rocío, 21 años; Mariel, 15 años; Candela 12 años; y lo era de Iara, que tenía 16 años. 

El miércoles 23 de septiembre su vida cambió para siempre. Iara salió de su casa para ir al gimnasio –como era su costumbre– en su bicicleta verde, con su mochila y una botella de agua. Después de su rutina deportiva, volvió a su casa, se bañó, se cambió de ropa y fue a llevarle un trabajo práctico a un compañero de la escuela. Esa tarde fue la última vez que su familia la vio con vida. “Yo creo que a mi hija la venían estudiando desde hacía tiempo”, cuenta Mónica, a un mes de su asesinato. 

Iara tenía 16 años, una vida por delante y muchos sueños que concretar. Vivía con su mamá, su papá y sus hermanas, con quienes compartían el fanatismo por Freddy Mércuri, a quien homenajeaban en largas tardes de guitarreada. Por esos días de septiembre, Iara y sus hermanas planeaban cambiarse el color de su pelo, y también querían dibujar y pintar las paredes de su habitación. Estaba en cuarto año del secundario, y quería ser perito criminalista. “Ella era muy buena alumna, muy responsable y muy solidaria. Tanto Iara como sus hermanas nos dicen dónde y con quién están. Con mi marido calculamos los tiempos, las llevamos y traemos, las llamamos siempre al fijo o al celular”, cuenta Mónica. 

El 23 de septiembre a la tardecita cuando Mónica llegó a su casa y no vio la bicicleta supo que algo le había pasado. Inmediatamente fueron a la Brigada de Investigación de Palpalá: “Ellos tenían que activar el operativo cerrojo, que corresponde ante la denuncia de una niña desaparecida, pero en lugar de eso dijeron que ya iba a volver, que debía estar en lo de un noviecito, que era adolescente, rebelde”. Ante la inacción policial, los y las vecinas del barrio se autoconvocaron para ayudar a la familia Rueda a buscar a Iara, y lo hicieron en intensos rastrillajes. Mónica y Juan José presentaron luego una denuncia penal por “abandono de persona” contra los funcionarios judiciales y policiales que no buscaron a la joven como lo indican las legislaciones vigentes. 

Como tantas madres en la historia de nuestro país, a sólo un mes de la desaparición seguida de asesinato de su hija, Mónica se convirtió en una luchadora: mientras volantea por las calles de San Salvador de Jujuy reclamando la sanción de la Ley de Emergencia en Violencia de Género (la familia Rueda Cunchilo y la Multisectorial de Mujeres de Jujuy proponen que se llame Iara), escucha a otras víctimas de violencia, las contiene e impulsa la organización de las familias de toda la provincia para pedir justicia por sus hijas.   

¿Qué fue lo primero que hicieron cuando se dieron cuenta de la ausencia de Iara?

Fuimos directamente a hacer la denuncia a la Brigada de Investigación de Palpalá. 

¿Y qué les dijeron?

Ellos lo único que decían era ‘se ha ido con el noviecito’; y yo les decía que más allá de que se hubiera ido con el noviecito, la tenían que buscar igual: es una menor de edad. Pero en ese momento yo no conocía la resolución firmada por el propio ministro de Seguridad Ekel Meyer, que dice que si desaparece un menor o una menor de 18 años debe activarse un código rojo, que es un operativo cerrojo por el que en dos horas se tienen que cerrar todos los ingresos a la ciudad y usar todos los elementos que se tengan para la búsqueda de esa persona: infantería, caballería, drones, perros. Pero acá no se usó nada. 

¿Conocías esa resolución?

No, la conocí después de que apareció Iara. Eso estaba cajoneado, guardado, pero tiene que ser público para que a cada papá o mamá que busca a su hija o hijo, no le digan que tiene que esperar 24 horas, porque son menores de edad y corren riesgo sus vidas. Esas primeras horas son fundamentales; en la misma resolución lo dice, corre riesgo la vida de esa persona. Por eso ahora estamos tratando de que todo el pueblo conozca esa resolución. Yo me enteré por los abogados y también dice que tienen que rastrear los celulares. A pesar de que les insistí a los de la Brigada que siguieran el registro del celular de Iara, nunca lo hicieron. Ella salió con el celular porque contestó a una llamada en la que le pedían un trabajo práctico. A ella la engañaron y no volvió más. Ahí la agarraron, cuando fue a llevar el trabajo de la escuela. Mi sobrino la buscó por el número y me dijo “la tienen acá”, y fuimos y les dimos ese dato a la Brigada, pero en vez de hacer cerrojo y buscarla casa por casa, no han hecho nada. Tienen esa resolución firmada por el Ministro de Seguridad de la provincia, pero el mismo ministro después se lavó las manos. Si hubiera sido la hija o la nieta del gobernador, o la hija de Ekel Meyer, hubiesen rascado las piedras, hasta encontrarla. 

¿Y qué hizo el gobierno provincial?

El lunes 28 informaron que apareció Iara asesinada y esa noche el gobernador Morales dijo en cadena que, ante una desaparición, tenían que buscar inmediatamente, pero la resolución ya estaba y no la buscaron. Quieren quedar bien con la sociedad, pero no, ya está. Acá parece que tiene más autoridad Ekel Meyer que el propio gobernador. Sale siempre en los informes del Comité Operativo de Emergencias (COE). Ni Meyer hizo cumplir la resolución que él mismo firmó; cómo puede ser que los comisarios de toda la provincia no sepan de esta resolución. ¿Para qué está? Tiene que irse.  

Alerta Jujuy: entrevista a la mamá de Iara, de Palpalá

¿Por qué creés que toda la comunidad ayudó a buscarla?

Acá todos nos conocen, somos gente de trabajo, hemos empezado vendiendo sándwiches cuando mis hijas eran chiquitas. Empezamos con dos gaseosas y un kilo de pan y fuimos creciendo. Las nenas iban diciendo “sándwich, sándwich” y los vecinos las vieron crecer, salíamos como los patitos en fila, todos juntos. La gente nos conoce bien y nos dice “no puedo creer que les haya pasado a ustedes”, porque si a alguien le faltaba algo o necesitaba una mano, siempre estábamos. Una vez, en pleno invierno, mi marido se encontró con un señor que vivía en la calle y se sacó la campera nueva y se la dio porque iba a dormir en el piso para que al menos estuviera abrigado. 

¿Iara era solidaria como ustedes?

Sí, así era Iara, igual que mi marido. ¿Sabés lo que hizo mi hija el año pasado? Vino Sebastián Yatra, un famoso que les gusta a los chicos. Ella ahorró peso por peso el dinero que le dábamos para cosas de la escuela y le compró la entrada a la mejor amiga para que pudiera ir a verlo. Así era ella. Iba a comprarle la entrada a la amiga y ella no iba a ir, entonces le dimos la plata para que también fuera. Ella era muy solidaria, muy querida. Por eso Palpalá la buscó, y por eso la llora Jujuy. Creo que mi hija estuvo en el corazón de cada jujeño. 

¿Cómo se llevaba con sus hermanas?

Todas son así de solidarias. Sabes lo lindo que era verlas a todas juntas tocando la guitarra. Ella era muy fanática de Freddy Mercury. Y ahora se juntan a tocar y lloran: la quieren ver. 

Mónica, ¿vos qué creés que pasó con Iara?

Yo creo que a mi hija la estaban estudiando. Creo que fueron las dos personas que están detenidas, pero también hay más gente porque mi hija es alta, para que te des una idea, su bici es rodado 29. ¿Cómo puede ser que a la hora que desapareció, justo en ese momento se cortó la luz durante 20 minutos? Y qué casualidad que cuando apareció el cuerpo también se cortó la luz en un barrio donde los vecinos nos cuentan que jamás se corta la corriente. Y una hora y media después de iniciado el rastreo, apareció el cuerpo en un lugar donde ya habíamos buscado… 

¿Y quién maneja la electricidad en Palpalá?

Yo espero que se averigüe quién maneja la electricidad. Pero tiene que ser alguien que sabe. Da para pensar. A mi hija la mataron en otro lado y después plantaron el cuerpo. Mi hija estuvo muerta 4 días a la intemperie en otro lado, y apareció justo cuando pusieron la caballería y todo para la búsqueda. Cuando me llamaron y me dijeron “tenés que ser fuerte”, a mí el corazón me empezó a latir aceleradamente. ¿Sabés cuántas horas duermo por día? Dos horas. Cuando me quiero dormir escucho su voz, la escucho pedir ayuda y no puedo creer que no esté con nosotros. 

Alerta Jujuy: entrevista a la mamá de Iara, de Palpalá

¿Cómo siguen ahora? 

No van a lograr que yo deje de pelear por justicia, se tienen que hacer responsables. Esto tiene que cambiar, esta gente tiene que irse. ¿Por qué el pueblo les tiene que pagar un sueldo para que calienten la silla? Mi hija está muerta y recién ahora se ha abierto la Legislatura, recién ahora se ponen a trabajar. Meyer no para de abrir secretarías. Quieren que lo vean bien pero es tarde. Ponen a amigos en esas secretarías, y es gente incompetente, que no sabe ni prender una computadora. Tienen que poner gente que quiera trabajar, que tenga compromiso, que les importe el pueblo. Seguiremos marchando para que las cosas cambien: que los diputados trabajen como corresponde, para defendernos, para cuidarnos. Si dicen que hay drones y perros: tienen que ser para el pueblo, no para estar guardados. No hay que esperar a que pasen estas cosas para salir, tiene que ser algo de todos los días. Además las cámaras tienen que funcionar, porque en la tele dicen “pusimos cien cámaras” y después resulta que no andan. 

¿Cómo es la organización con las otras familias?

Nos estamos juntando con otros papás y mamás para ayudarnos mutuamente. Porque este dolor no nos lo saca nadie, pero nos apoyamos mutuamente para reclamar justicia. Estamos todas juntas. Esto no es partidario, estamos pidiendo que se encuentren a los asesinos de nuestras hijas. Queremos justicia. Yo antes no sabía nada de todo esto, porque estaba muy metida en mis cosas, en mi trabajo, en mis hijas. Por ahí no veía las noticias y no me enteraba. Pero con las marchas, mucha gente se nos acercó y nos dicen “yo sufro violencia, yo sufro acoso laboral y no sé qué hacer porque me da miedo quedarme sin trabajo”. Hoy viene alguien y te cuenta “a mi hermana el novio le pega”. Hay un montón de casos así, que yo desconocía. Entonces ahora vamos a empezar a reunirnos, para cuidarnos. Tenemos que contenernos entre nosotras. Ya tenemos un grupo de whatsapp porque somos de distintas partes de la provincia de Jujuy: de Tilcara, de Alto Comedero, de Palpalá, de Maimará, de San Salvador. No tenemos que dejar de juntarnos, y seguiremos haciendo marchas y reclamando justicia.

¿Alguien del entorno de Meyer te llamó?

No, nadie. Ekel Meyer me debe odiar. 

Hicieron la marcha de las velas a un mes del asesinato, ¿cómo sigue la lucha?

Sí, y acá marchamos todos los martes, y lo vamos a seguir haciendo, aunque seamos sólo mi marido, mis hijas y yo: vamos a seguir pidiendo justicia. Son marchas pacíficas, tranquilas, porque mi hija era pacífica. Pero atrás nuestro nos sigue la policía con los palos. Acá nos conocemos todos, en las marchas al Comité Operativo de Emergencias siempre hay infiltrados. En otra marcha, íbamos muy tranquilos todos los papás y mamás y apareció un infiltrado, de la nada, a saltar las vallas. Están esperando que pase lo que pasó en Tucumán: que busquemos a los asesinos y que los matemos. Lo hacen para perjudicar las marchas, para decir que somos problemáticos. Pero vamos a seguir más unidos que nunca, reclamando justicia. 

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91 femicidios y ninguna respuesta

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“Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia” dice la 2ª carta del colectivo que nuclea a familiares de todo el país, dirigida a Javier Milei. Este 8 de abril las Familias Sobrevivientes de Femicidios se reunieron en Plaza de Mayo, como todos los primeros lunes de cada mes, mientras el mundo seguía el eclipse de sol. Denunciaron en un documento –también presentado en la Casa Rosada– que hasta el domingo 7 se produjeron 91 femicidios en el año, que dejaron además 9 víctimas menores asesinadas y 52 huérfanos. Hay, en lo que va de 2024, 18 mujeres desaparecidas. Luego las Familias hablaron sobre las causas, el factor narco y la responsabilidad del Estado.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta, madre de Lucía Pérez y Facundo, el papá de Luna Ortiz. La lectura del documento que exhibe el nivel de violencia contra las mujeres en el país.

En sintonía con el eclipse de sol de este lunes, la Plaza de Mayo presentó de pronto un clima desapacible, frío, ventoso, mientras las Familias Sobrevivientes de Femicidios volvieron a presentarse allí para visibilizar el reclamo sobre las mujeres asesinadas y para solicitar por carta (la 2ª en el año) que el presidente Javier Milei las reciba.

El grupo, alineado en sillas negras de espaldas a la Casa Rosada, aguantó la ventolera y leyó un documento del que se desprenden distintos datos:

  • º Hubo 91 femicidios en los 98 días del año hasta el domingo 7 de abril, registrados por el Observatorio Lucía Pérez.
  • º Además, 9 víctimas menores fueron asesinadas en el transcurso de esos femicidios.
  • º Otro saldo: 52 huérefanxs.
  • º Se contabilizaron otros 62 intentos de femicidios.
  • º Hay en el país 18 mujeres desaparecidas en lo que va de 2024.
91 femicidios y ninguna respuesta

Mariela, y el reclamo por su hija.

Genocidio por goteo

Sobre estas cifras –que revelan lo que Marta Montero (madre de Lucía Pérez) define como “genocidio por goteo”– no ha habido respuesta alguna por parte del Estado.

El texto de la misiva fue presentado por la propia Marta, su esposo Guillermo Pérez, Susana Reyes (madre de Cecilia Basaldúa), Mariela Quintanilla (madre de Iara Nardelli), Facundo Ortiz y Marisa Rodríguez (padres de Luna Ortiz) en nombre del colectivo.  

El texto: “Señor Presidente de la Nación Argentina. Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia. Creemos necesario y urgente ser escuchados por usted. Desde ya, muchas gracias”. En marzo se había presentado la primera carta en la Casa Rosada y les dijeron que sería derivada a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.

91 femicidios y ninguna respuesta

Susana con imágenes de su hija, Cecilia Basaldúa.

Asesinadas en democracia

Susana Reyes, con una foto de su hija y las palabras “Verdad y justicia”,   recordó que hace cuatro años desaparecía Cecilia Basaldúa en Córdoba, cuyo cuerpo apareció el 25 de abril de 2020. “Y todavía estamos luchando para tener un fiscal en la causa por el crimen de mi hija, porque hubo un primer juicio en el que metieron preso a un inocente. Hay muchas causas armadas en Córdoba. Ahora estamos esperando que nos nombren nuevo fiscal, porque el que nos habían designado se jubiló el año pasado en agosto. Y no salió el decreto del nuevo.  Nosotros vamos a seguir siempre. Estamos luchando no solo por Cecilia sino por todas y todos los asesinados en democracia”.

Susana agrega: “Queremos que nos reciban para ver si nos pueden escuchar, si pueden hacer algo. Cada vez son más muertes que se siguen sumando. Hay niños huérfanos y las madres también quedamos huérfanas por la muerte de nuestras hijas. Así que vamos a seguir peleando hasta las últimas consecuencias”.

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Marisa y Facundo, los padres de Luna Ortiz. El caso de su hija (drogada y muerta por sus captores) fue calificado como “homicidio imprudente”. Las familias reclaman justicia.

Homicidios imprudentes

Facundo suma sobre la historia de su hija, Luna Ortiz (19 años cuando fue asesinada el 2 de junio de 2017): “Hace ya siete años que asesinaron a Luna y todavía no podemos llegar a conseguir justicia, es una lucha interminable. La causa está en Casación, la Sala I. Es algo muy importante. Necesitamos que estos jueces nos escuchen y tomen una buena decisión condenando a Villarreal por femicidio”.

Para comprender: Luna fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal. Los jueces Ariel Introzzi Truglia y Sebastián Hipólito Urquijo y la jueza Verónica Mara Di Tommaso lo condenaron finalmente al máximo posible solicitado por un delito menor: 4 años y 11 meses por “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real con homicidio imprudente”.

Marisa, la madre de Luna, agrega: “El femicidio sigue impune, nos encontramos en la etapa de Casación otra vez planteando un femicidio. Apelando lo después de siete años de impunidad porque los jueces liberaron a uno de los femicidas de Luna. Vamos a seguir luchando porque queremos justicia por Luna y por todas nuestras hijas”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Lucía Pérez y Carla Soggiu. “Luchamos por justicia para todas”.

¿Cuál es la responsabilidad del Estado?

Guillermo (el padre de Lucía Pérez): “Hace 8 años que venimos buscando justicia por nuestra hija (el femicidio ocurrió el 8 de octubre de 2016 y provocó el Primer Paro Nacional de Mujeres). Ahora el 29 de abril tenemos el recurso de Casación”. En el caso de Lucía, en marzo de 2023 hubo sentencia a perpetua en un caso (Matías Farías), y el otro acusado (Juan Pablo Offidani) terminó con una condena menor, 15 años en total, como “partícipe secundario” del crimen, que incluye la condena a ambos por la venta de drogas en la puerta de una escuela secundaria, lo que desencadenó toda la tragedia. La familia apeló la sentencia a Offidani, y las defensas de los acusados apelaron sus condenas. Es lo que comenzará a debatirse en el tribunal de Casación bonaerense.

“Queremos justicia” dice Guillermo, “y que nuestras hijas puedan descansar”.

En el documento presentado el mes pasado al gobierno junto a la solicitud de audiencia, se planteaba una mirada amplia y a la vez profunda de lo que ocurre: “No podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar, sin nombrarlo, de ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social”.

Marta Montero habla sobre el rol estatal: “El Estado es responsable, por eso hablamos de genocidio, con un Estado que no hizo ni hace nada por evitarlo. Y decimos que son narcofemicidios, porque muchísimas veces tienen que ver con esa cuestión de lo narco, donde el Estado no solo está ausente sino que muchas veces está presente, porque ¿quién es el que no hace nada cuando venden droga en la puerta de una escuela? La policía, que es parte del Estado. ¿Y quién deja impunes muchos de estos crímenes? El Poder Judicial, que es parte del Estado”.

¿Y en los casos en que el origen es la violencia dentro de una pareja? “El Estado también es responsable al no avanzar en las investigaciones, al ocultar pruebas muchas veces, al dejar impune al asesino, al no atender a las víctimas, a los huérfanos, a las familias. Pero además, muchas veces esa violencia se genera por lo que hablábamos antes: el tema de la droga, la violencia que se genera territorialmente y en la gente que está en eso, que termina golpeando y matando a las mujeres”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta y Guillermo, los padres de Lucía.

El caso de Lucía implica una ruptura y un precedente, porque la familia logró que se anule el primer y vergonzoso juicio que absolvió a Farías y Offidani por el femicidio, acusándolos solamente de vender droga en vereda de la escuela marplatense a la que iba Lucía, que tenía 16 años cuando la mataron. Esa anulación permitió el segundo juicio (el que ahora irá a Casación por las respectivas apelaciones) y motivó además un jury: un juicio a los jueces de aquel primer proceso. “Estamos esperando que se concrete, porque ya está todo listo” explica Marta.

El rol de Marta Montero en Mar del Plata generó la invitación a participar con una ponencia en la 5º Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos que se está llevando a cabo en esa ciudad hasta el 11 de abril. Marta intervendrá este martes 9 en una sesión que tratará “Justicia de género en salud. Praxis feminists por la justicia en salud”. En el panel coordinado por Melanie Alperstein (Sudáfrica) intervendrá Marta (Femicidio, luchas por la justicia de género y rendición de cuentas), Julie Dale, de Brasil (Violencia y discriminación contra LGBTQI+), Zahira Bouhabra (en conexión desde Marruecos), y hablará sobre Resistencia a los sistemas violentos y respuesta a las crisis de violencia de género Rawia Mahmoud (en conexión desde Sudán).

Lo crucial del trabajo de la familia continúa en Mar del Plata con La Casa de Lucía, punto de encuentro, de conferencias, recitales, eventos culturales y lugar además de acompañamiento para otras familias víctimas de violencia o de femicidios.

O sea que allí se reúne lo académico con lo barrial y la solidaridad concreta, no discursiva. Sostiene Marta: “Para nosotros es una alegría, porque hay un enorme movimiento alrededor de las cosas que se hacen allí. Vienen mujeres, familias, también estudiantes, abogados, de todo. Estamos empezando un curso de huerta, pero también va a ser lugar para que terminen la secundaria quienes no pudieron hacerlo. Y el acompañamiento a otras familias es fundamental, porque a todos nos pasa que ante la justicia estamos desorientados, te hablan de modos que no entendés muchas veces. Con la experiencia que lamentablemente hemos tenido, ahora podeos ayudar a otra gente que pasa por lo mismo para que conozca y entienda sus derechos, y cómo llevar adelante las causas”.

Vuelve a hablar sobre la casa, y la cantidad y calidad de eventos que allí suceden: “Eso sorprendió incluso a los vecinos. Nos decían que era una casa que había estado siempre cerrada, oscura, abandonada (había pertenecido a un grupo narco, según puede verse en MU 190). Y la gente del barrio nos dice que hoy pudimos transformar esa oscuridad en una luz muy linda, que les da entusiasmo. Imaginate la alegría que es para nosotros” dice Marta, cuando se iban de Plaza de Mayo habiendo presentado la carta y el informe y –sorprendentemente- el lunes frío, ventoso, desapacible y eclipsado se transformaba en un día de otoño cálido y luminoso.

El próximo encuentro está previsto para el 6 de mayo.  

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En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

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Nuevo informe mensual del primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal.

En lo que va del año el Observatorio Lucía Pérez registró  85 femicidios y travesticidios en todo el país. Solo durante marzo ocurrieron 18, con el agregado de 3 infancias asesinadas: Alma, de 11 años; Mateo, de 2; y Zamir, de 9. El total en lo que va del año es de 9.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Otro dato que surge del relevamiento es que, como resultado de estos crímenes de mujeres, se registraron 47 huérfanxs.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

En este 2024, se llevan registradas 53 tentativas de femicidios.

Hay 18 mujeres desaparecidas.

Y llevamos 1.144 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Por otra parte, se realizaron 105 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal que exigen justicia ante los crímenes que no cesan. 

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

El número de funcionarios denunciados que ha registrado el Observatorio asciende a 482.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Esos datos, esos crímenes, no son solamente cifras: por eso en nuestros padrones se visualiza cada nombre, la edad, el lugar donde vivían las víctimas y cómo sucedió cada femicidio, entre otros muchos datos que permiten dimensionar la violencia.

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencia, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así reunidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.

Todo la información que producimos es de público y libre acceso en en www.observatorioluciaperez.org

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8M: Estamos

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En otro Día Internacional de la Mujer el movimiento feminista volvió a llenar las calles de Buenos Aires, frente al Congreso, como supo hacer durante las movilizaciones a favor del aborto, en medio de algunas novedades: un gobierno que ataca al feminismo, que cree que lo puede contener con un protocolo antipiquetes y que enfrenta la agenda de derechos que las mujeres y disidencias volvieron a poner hoy en la calle. La desigualdad como eje. Las principales reinvindicaciones y palabras de hoy. Los testimonios que hablan de emergencias de hambre (con comedores sin comida y con el triple de gente), a la conexión con las banderas de derechos humanos. Les Nietes de personas desaparecidxs, y el lema de la bandera que salió hoy por primera vez a la calle: “Soy feminista porque tengo memoria”.

Texto: Anabella Arrascaeta

Fotos: Lina M. Etchesuri

“Soy feminista porque tengo memoria”, dice la bandera que Ana, nieta de detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar, pintó para marchar junto a sus compañeres de Nietes. Es la primera vez que esta frase sale a la calle, en este 8M, a días del 24, el primer marzo de la era de Javier Milei. 

8M: Estamos
Les Nietes en la puerta de Mu Trinchera Boutique. Foto: Lina Etchesuri

Argentina, 2024. Sobre Callao la Policía Federal intenta mantener cortada la Avenida para la foto que da cumplimiento al protocolo de la ministra Patricia Bullrich. No pueden. Los autos circulan solo esa cuadra y doblan a la izquierda por Avenida Rivadavia. Hacia la plaza Congreso las calles están cortadas porque el músculo de los feminismos está entrenado y volvió a llenarla. Partidos políticos, organizaciones sociales, sindicales, culturales, asambleas, deportistas, músicas, periodistas, y miles de grupitos de amigas, madres, abuelas, hijas, vecinas, nietes, en un largo y cada vez más inabarcable etcétera.  

A las cuatro de la tarde el hit sacude el pasto: “El que no salta votó a Milei”. 

La Plaza, una vez más, está llena.

¿Por qué?  

Límites

Cristina, 80 años, abre los ojos grandes desde abajo de la gorra que la protege del sol y dirige la mirada hacia sus amigas (otra Cristina de 72 años, y dos Lilianas, 67 y 70 años). Dice: “Peleamos mucho por este momento, y lo tenemos que defender”. Llegaron temprano, con sus remeras del grupo de teatro comunitario al que pertenecen y con el que en el último tiempo hicieron una obra sobre la Semana Trágica, y otra que es un homenaje a Azucena Villaflor, Madre de Plaza de Mayo desaparecida. “Tenemos una edad donde vivimos a full el patriarcado, y vemos en nuestras hijas ese cambio de paradigma: no son las mismas mujeres y yo me alegro profundamente por eso. Y aprendo todos los días de las generaciones nuevas, necesitamos acompañarlas porque debemos lograr ese cambio que de a poco se va modificando. No es que se haya logrado todo, nos falta, pero tenemos que estar unidas”. 

“Estar” y “juntas” son de las palabras que más se repiten hoy en Congreso. Y que se sienten: todas las generaciones, de los centros a los bordes. Dice una de las Cristinas: “Te voy a decir una frase peronista: unidos o dominados. En este momento, con este gobierno estamos en un retroceso, y nosotras tenemos que poner un límite: hoy, todas en las calles, estamos poniendo ese límite concreto en la calle”. 

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Comedores

Claudia, 54 años, vino de San Miguel y señala a una compañera: “Ella trae una papa”, y después apunta a otra: “Ella trae una cebolla”. Después mira a otra: “Ella trae fideos”. Así explica cómo están sosteniendo en los barrios las ollas desde que no reciben alimentos tras la asunción del nuevo gobierno.

Dice que lo hacen porque, cuando hay una emergencia, “el pueblo es solidario”. Y porque saben cómo hacerlo. “Nosotras echamos a los ingleses: las mujeres. Hicimos la bandera para Belgrano, organizamos la campaña para San Martín, y ahora tenemos que organizar la campaña para sacar a este loco. Las compañeras muchas son de programas sociales, todas trabajan, sirvieron cuando estaba la pandemia pero ahora las quieren descartar”. 

Según su termómetro, la gente que asiste a los comedores se triplicó. No son solo niñes: ahora son familias enteras. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri

“El barrio ahora se está dando cuenta que la casta somos nosotros” dice a lavaca. “La gente estaba cansada de los políticos comunes corrientes, pero ahora las mujeres del barrio están preocupadas porque no les alcanza para comer. Muchas no pudieron comprar útiles de sus hijos, y en los comedores no hay mercadería”. 

Claudia, que es militante del Movimiento Evita, dice que la organización está haciendo una autocrítica interna, pero ella ya tiene clara una posición: “Aunque sea un gobierno nuestro, si hay que hacer un reclamo, hay que hacerlo. No hay que esperar. Aprendimos que si un funcionario o compañero no está haciendo las cosas como corresponde, hay que protestar”. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

En los comedores de La Boca que tiene el MST también se triplicó la demanda. “Muchos vecinos que no iban, ahora van. En diciembre ya teníamos escasez de variedad pero ahora la situación está cada vez peor. No tenemos alimentos, hace varios meses no llegan”, dice Susana. Para sostener la olla organizan actividades: rifas, hay quienes arreglan cosas, otras que hacen las uñas: “Nos la rebuscamos”. Ese es el reclamo que llegó hoy hasta el Congreso. 

Susana explica: “Los comedores están compuestos por mujeres: somos las que los mantenemos. Pero hoy hay muchas compañeras grandes que no pudieron venir; son mayores y hace mucho calor; otras tienen muchos chicos. Antes podíamos venir, pero ahora no, porque se reprime. Es una decisión que muchas compañeras que tienen muchos hijos se quedan cuidando los comedores y las demás que podemos venir, venimos”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Aguante

Paula está con un cartel que clama: “Nuestros derechos no se negocian”. Del otro lado sentencia: “Milei nunca”. Llegó sola a Plaza Congreso, pero se encontró con amigas en el camino. Tiene 52 años, y dice: “Viví muchas crisis, pero hoy veo que estamos cada vez peor, tenemos un gobierno que no tiene idea de lo que es la empatía, de cómo se lleva adelante un país con todos los sufrimientos que hemos tenido, con una dictadura todavía reciente, con cosas nefastas que nos han pasado. Y en ese contexto, las mujeres somos las que hemos luchado”. 

Paula afirma que así como hubo y hay crisis, hay salidas: “Salimos primero organizándonos; somos las que podemos sacar este país adelante, porque somos empáticas. Hoy tenía miedo que no haya gente pero para sorpresa y alegría veo que todavía hay mucho aguante. Seguimos acá”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Tensión

Cuando los bombos de ATE dejan de tocar, Marina, a quien llaman “La capitana”, descansa. Están al frente de la masiva columna de trabajadoras del Estado, aún cuando se anunció que se les iba a descontar el día a quienes pararan. El efecto fue el contrario: “Estamos acá justamente por eso, a pesar que nos quieren guardadas en nuestros lugares y casas, aunque estén avasallándonos con que nos van a descontar el paro, con tomar represalia, venimos a poner el cuerpo más que nunca porque no vamos a permitir que se retroceda en ninguno de los derechos que hemos conquistado y están tratando de poner en riesgo”. 

¿Cómo los resguardamos? “Con esto”, dice y mira alrededor una marea de gente. “Animándonos entre nosotras a salir a la calle, fortaleciéndonos entre nosotras en los lugares que ya habíamos conquistado, perdiendo el miedo, entendiendo que si estamos juntas vamos conseguir la fuerza para defendernos, que ninguna se va a salvar sola, que es muy necesario que los feminismos puedan poner una voz en lo que está sucediendo y poder decir cómo impacta sobre nosotras el hambre que está generando este gobierno. Las voces están, las compañeras estamos: hay que animarse a levantarlas porque los lugares están todavía en tensión”. 

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa, joven asesinada en Capilla del Monte. Foto: Lina Etchesuri

Transversal

Las integrantes de Nietes posan con su bandera que lleva la insignia con la que comienza esta nota. Ana cuenta que escribió esa frase para recuperar “las luchas que hacen a las libertades que tenemos hoy y la memoria de los derechos que tenemos: esa es la conciencia que hoy reivindicamos”. 

¿Cómo se conectan el movimiento feminista y el de derechos humanos?

Lucía: No lo hemos charlado con tal profundidad en el organismo, podemos darte nuestras perspectivas; yo considero que empezaron a tener puntos de conciliación a partir del 2017-2018, con todo el movimiento que generamos las feministas jóvenes junto con las feministas históricas, contra la violencia hacia las mujeres que después se pudo darle muchísima fuerza a lo que fue la legalización del aborto. Solemos tener mucho vínculo con sobrevivientes, construcción política fraternal y compañerismo; hablando con una compañera de la Asociación de Detenidos Desaparecidos, de Tucumán, nos contaba cómo le influyó el movimiento desde el 2017 en adelante, para tener el valor de poner en palabras la violencia sexual como parte de las torturas. A partir del 2017 se pudo retomar de otra manera porque también había más herramientas para problematizar un montón de cosas y para que también las nuevas generaciones acompañen procesos de históricas luchadoras.

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

¿Por qué les parece que esas dos banderas, la de feminismos y derechos humanos, son las más atacadas hoy? 

Ana: Creo que son los dos movimientos que han tenido la masividad, que han logrado interpelar al conjunto de la sociedad; tanto el movimiento de derechos humanos como el movimiento feminista ha logrado ser transversal a todas las tendencias. Y esa fuerza constituye una amenaza muy fuerte y ellos lo saben. Yo creo que los esfuerzos en desarmar todo esto es por la potencia que tiene en términos de transformación social, económica, subjetiva; por la fuerza y la potencia que tiene de interpelar al conjunto de sociedad, que se involucren personas que por ahí en la política no se meten tanto y en temas como derechos humanos y feminismos, sí. Eso es una fuerza muy grande. 

Después de marchar, les Nietes tocan en el piano de nuestra trinchera “Los dinosaurios” de Charly García. Y cuando terminan, aplauden y brindan por lo que están haciendo juntes. Historia, futuro, y presente.

Fotos: Lina Etchesuri

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