CABA
Exceso de lobby
Argumentos bizarros, discusiones de locos, periodistas de espectáculos operando, expertas y ministros relacionados con una industria que no quiere que los consumidores estén informados. Argentina podría convertirse en el próximo país en tener una ley de rotulado frontal de advertencia con sellos negros, como Chile, Perú y México. O podría ser otro de los países en los que triunfan los conflictos de interés y el lobby en detrimento del derecho a la información y a la salud. De la redacción de Bocado.lat *.
Siete días atrás Argentina estaba cerca de tener un rotulado frontal de alimentos con octágonos negros de advertencias para productos con exceso de azúcar, grasa, sal y calorías, y también para productos con cafeína y edulcorantes no recomendables especialmente para las infancias. A pesar de las presiones de Coca Cola que intentaron afectar el proyecto hasta último momento, el modelo que inauguró Chile y perfeccionó México se plasmó en una ley que tuvo el respaldo de sesenta y cuatro senadores y sólo tres votos en contra (los legisladores de las provincias azucareras). Los argumentos que dieron para oponerse fueron entre desopilantes y bizarros: que se estaba demonizando a ese ingrediente que era orgánico y natural, que no se estaba teniendo en cuenta el hambre, que las barritas de cereal light iban a tener advertencias como los yogures…

Apenas la ley obtuvo dictamen favorable en Senadores, en cuestión de horas el jefe de la cámara de Diputados (hacia donde avanzó el proceso legislativo de aprobación), Sergio Massa, viajó al norte del país. A Tucumán, una de las provincias que lidera a la industria azucarera argentina y prometió a los gobernantes “atender la potencia que tiene el sector azucarero”.
¿Qué significaba esa promesa? Que iba a desenfundar la primera de las estrategias que han sido empleadas sistemáticamente para obturar el rotulado frontal en cualquier país que se le haya animado: la demora. Sergio Massa pasó el proyecto de ley a seis comisiones para que fuera debatido antes de ingresar al tratamiento oficial. Eso podría significar una postergación de años. El escándalo estalló en redes sociales bajo el hashtag #ExcesoDeLobby, lo que obligó a Massa a reducir el mismo día las comisiones a la mitad, aunque no hay garantía de que el proceso se agilice.
Enseguida se reavivaron las otras estrategias que por 10 años han impedido que en Argentina exista siquiera un debate sobre rótulos: confundir y propagar miedo.
Ideas apocalípticas del tipo La ley va a quebrar el sistema, porque enlazan supuestos como Coca Cola va a vender menos, el kiosco de la escuela también y el Mercosur va a desbarrancarse. Es ese espacio de cooperación comercial de América del Sur, el Mercosur, el que es utilizado como el instrumento más efectivo para boicotear sistemáticamente los avances de todos los países que lo conforman aduciendo una necesidad de consenso para homologar rótulos.
La discusión dentro del Mercosur parece de locos. Porque las normativas no dicen nada como que hay que acordarlo todo. Pero la presencia de la industria en cada una de las reuniones es imbatible. Uruguay fue el primer país del bloque en animarse a sancionar la ley de rotulado frontal y debió enfrentar el bullying del resto, que pretendían avanzar sobre su autonomía. Pero la alegría duró poco. Cambio de gobierno mediante, las marcas encontraron en Mercosur el espacio para postergar la aplicación a 2021 y dejar a Uruguay en un limbo: si el espacio de comercio internacional acuerda un camino común (el que sea) ese país también deberá adoptarlo. Curiosamente, Brasil también logró generar un etiquetado de advertencias pero diferentes: “lupas” que aparecen ahí donde hay ingredientes problemáticos que destacar, con un diseño gráfico tan particular que se vuelve mucho más débil que el de los octágonos negros. Además que su perfil de nutrientes es más laxo, exponiendo solo a aquellos productos que tienen excesos evidentes y permitiendo que se oculten los productos ofrecidos como saludables a pesar de tener excesos de nutrientes críticos. “El peor sistema de rotulados que se ha aplicado hasta ahora” según un estudio canadiense. Tan complicado resulta el modelo brasileño que los legisladores argentinos opositores a la ley toman las lupas como ejemplo. “Si Brasil es más amable con sus rótulos, nos mudamos para allá”, dicen.

Daniel Funes de Rioja, titular de COPAL (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios, la cámara que engloba a todas las marcas de Argentina), catalogó de “demonizadora” y poco razonable a la medida de octógonos negros. La Cámara de Comercio de EEUU en Argentina (Amcham) ya habría enviado tres notas a las comisiones que tratarán el tema, expresando su opinión negativa. A todos los anteriormente nombrados se les suma Juan Luis Manzur, médico y político que gobierna actualmente la Provincia de Tucumán, quien fue Ministro de Salud Nacional entre 2009 y 2015, en férrea alianza con las azucareras. Juntos, Manzur y Pablo Yedlin, presidente de la comisión de Salud del Senado, han atacado la ley de rotulado y defendido públicamente al ingrediente: “Así como está el proyecto victimiza o pone al azúcar en un lugar que no se merece (…) El azúcar es natural, más sano que los edulcorantes. Necesitamos un proyecto de ley para acercarnos a Mercosur, y este definitivamente no lo es”.
Otro sector que se opone a que los consumidores tengan acceso a la información es el de nutricionistas y médicos que trabajan frecuentemente para las marcas alimenticias. Personas como Sergio Britos, director de CEPEA (Centro de Estudios Sobre Políticas y Economía de la Alimentación) y profesor asociado de nutrición en la Universidad de Buenos Aires, quien trabaja frecuentemente para Danone (que tiene un catálogo de yogures y postres infantiles con exceso de azúcar), comenzó la campaña #PorUnBuenEtiquetado. Publicó un artículo en su cuenta en LinkedIn, en el cual cataloga al proyecto de excluyente, afirmando que solo apunta a limitarse a nutrientes cítricos (como azúcar y sal) sin contribuir a mostrar los nutrientes “buenos” que los productos pueden tener (como vitaminas sintéticas agregadas). Britos también compartió por Instagram reuniones sobre la iniciativa YINI, financiada desde el Instituto Danone: una serie de estrategias para la promoción de cualidades y características de los yogures, en las que se evaden las altas cantidades de azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa y/o edulcorantes que muchos poseen. Es tan poderoso el alcance de los financiadores de estas ideas, que la semana anterior terminaron siendo propagadas por el periodista de espectáculos Jorge Rial a través de su cuenta de Twitter. Rial es Management de Minta Group, empresa encargada de posicionar marcas en medios masivos. Y uno de sus principales clientes es Danone. Además está en pareja con Romina Peirano, también nutricionista, y embajadora de Activia, uno de los yogures azucarados de Danone.
Entre los comentarios destacados al post de Britos aparece la directora del Centro Katz y directora de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), Mónica Katz, quien aprovechó para sumar su apoyo: “Argentina se debe una discusión transversal”. Después, por medio del diario Infobae, Katz se dijo alarmada ante la posibilidad de que su nieta encontrara rótulos negros sobre los productos que ella le indica comer.
Las opiniones de Mónica Katz no son ingenuas porque también colabora con la industria alimentaria. La SAN recibe financiamiento de empresas como PepsicO, Danone y Arcor, pero además ella personalmente, entre sus últimos trabajos, estuvo encargada de desarrollar el rotulado “La porción justa”, una campaña de la transnacional de alimentos y golosinas Arcor. Así la empresa encontró en Argentina la forma de implantar un sello verde -propio y único- con cual indica la porción de chatarra que recomiendan diariamente, como si tal cosa existiera. Así, en las góndolas argentinas hay productos marcados como “la porción justa” cuando en Chile, Perú y Uruguay tienen entre dos y tres sellos negros de exceso.
“Argentina va a tener una ley de rotulado frontal”, dijo unos meses atrás Ginés Gonzalez García, el actual Ministro de Salud. Y a priori todos estamos de acuerdo. Pero ahí hay una trampa: una mala ley puede ser peor que ninguna, y hacia eso apunta el lobby actual: “más amable como la de Brasil”, “que agregue nutrientes buenos”, “que tenga un perfil de nutrientes distinto”. Nuestro ministro de salud, González García, es el fundador de la universidad privada Isalud, que tiene una carrera de nutrición dirigida por el médico mediático Alberto Cormillot. Cormillot fue funcionario en el gobierno anterior inaugurando la dirección de Alimentación Saludable desde donde tomó una única medida: firmar una acuerdo con la cámara de empresas de la industria alimentaria COPAL, que les garantiza una silla en todas las reuniones donde se debaten políticas públicas relacionadas a la alimentación. Además Cormillot es una marca: hay una línea de productos con su nombre, muchos altos en azúcar y edulcorantes.
Además de confundir y asustar, el lobby anti-etiquetado tiene por estrategia interferir: Correr los límites que se establecen en el proyecto de ley actual (que son los que sugiere la Organización Panamericana de la Salud) para adoptar unos más laxos (los que sugiere la industria).
“Buscan debilitar el sistema de perfil de nutrientes que fue desarrollado por la Organización Panamericana de la Salud”, dice Ignacio Porras, licenciado en Nutrición y director de SANAR, una sociedad de nutrición libre de conflictos de interés que tiene representación en todo el país. Porras explica que para ser útil, la ley debe mantener tanto su sistema de rotulado octagonal como el perfil de nutrientes de la OPS.

La oposición a la ley es férrea pero su apoyo también. No solo SANAR lo comanda desde la sociedad civil sino también la Fundación Interamericana de Nutrición, UNICEF, OPS y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) que publicó una carta pidiendo el tratamiento urgente de una ley que protege principalmente a niños y niñas.
Actualmente los activistas se esfuerzan por sostener el perfil de nutrientes y resumir el trabajo de Comisiones, para que el proyecto sea tratado a modo de plenario. Quien tiene el poder de decisión en ese aspecto es la diputada Cecilia Moreau, y ha dicho que el viernes 13 convocará a una primera reunión informativa.
En el congreso argentino se debate más que una ley: existe una guerra de conflictos de interés acechada por una de las industrias más poderosas del mundo. Un poderoso sector que entre ingenios y grandes marcas alimenticias ha logrado nada menos que mantener ocultas las cantidades de endulzantes que se agregan a los productos, convirtiendo a los consumidores de procesados y ultraprocesados en protagonistas de un experimento: comer azúcar, escondida bajo 56 nombres.
* Bocado- investigaciones comestibles: Bocado.lat es una red latinoamericana de periodistas con perpsectiva científica y de derechos humanos, dedicada a temáticas vinculadas a la alimentación, los sistemas alimentarios y los territorios.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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