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Palo Pandolfo, la luz de todos los colores cantando

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Pablo Marchetti despide a Palo Pandolfo (1964-2021) a través de un recorrido musical exquisito que se detiene en cada etapa (o década) del genial artista, de Los Visitantes y Don Cornelio a las andanzas como solista, del rock al tango. La originalidad, la autenticidad, las alianzas musicales, el lugar y la huella de Palo en la música argentina y en la Argentina, ¿el éxito?, y la opción de clickear en los discos que repasa Marchetti para acompañar la lectura con la música de cada época.

Por Pablo Marchetti

“El hundió su nariz en la espuma de las olas

los rebotes del sol coronaron su final”.

No puedo creer estar recitando esto a manera de epitafio, a manera de despedida. De tu epitafio, de tu despedida, Palo querido. Las palabras que da la impresión que vos mismo escribirte para este adiós dolorosísimo. Lo siento, hoy estoy muy triste, muy triste.

Es curioso, pero esas palabras tienen que ver con primera reinvención de Palo Pandolfo. Así se presentaba en sociedad Los Visitantes. En realidad, era el primer momento en el que Palo nos marcaba la diferencia con Don Cornelio.

Salud Universal, el disco debut de Los Visitantes, arrancaba con un rocanrol furioso, “Abajo en la ciudad”. En lo que sería un paseo por la ciudad en épocas oscuras. En ese sentido, Palo seguía siendo nuestro Baudelaire de la canción. El Cadícamo de «Niebla del Riachuelo», el Homero Expósito de «Afiches», pero del post punk.

Sin embargo, con Los Visitantes Palo abandonaba la oscuridad feroz de Don Cornelio y se adentraba en un mundo algo más complejo y contradictorio. De luminosidades truncas o aparentes.

Palo parecía más luminoso en Los Visitantes. Pero no, nada que ver. Desde su oscuridad, desde las profundidades poéticas que necesariamente son oscuras (aún bajo el sol) Palo se permitió cuestionarse todo. Inclusive aquello que había sido su bandera dark en Don Cornelio: el rock, la distorsión.

La luminosidad de Los Visitantes nunca perdió profundidad. Ni siquiera cuando recurrió a onomatopeyas (en temas como «Pi Pa Pu», o «Bi Bap Um Dera»), ni siquiera cuando habilitaba a armar la pista del fogón oscuran-hippie. Claro que los signos de identidad folk que aparecían en Los Visitantes habían dado algunas pistas ya en Don Cornelio.

Empezando por el nombre de la banda: Don Cornelio y la Zona. Un mix entre el presidente de la Primera Junta de Gobierno tras la Revolución de Mayo (Cornelio Saavedra, porque Palo fue al Colegio Don Cornelio Saavedra) y la obra que reinventa la ciencia ficción, la película Stalker o La Zona, del ruso Andrei Tarkovski.

El primer disco de Don Cornelio se llamó igual que el entonces nombre completo del grupo. Salió en 1986 y lo produjo Andrés Calamaro. Tuvo un éxito de esos que no terminan de ser hits y está bien. No se trata de canciones ATP ni ATR. Más bien es un tipo de canción que ubica a un artista en el lugar de conocido y reconocido, pero no de número uno.

En el mundo angloparlante, esa combinación te puede convertir en Nick Cave. Por la combinación de calidad y repercusión. En la Argentina, en cambio, te lleva a ser Palo Pandolfo. Ese sería el lugar de Palo desde entonces.

El artista al que legiones de artistas colocan como uno de los más grandes, como un caso único. Pero que justamente por eso no termina de ser masivo. Aunque tampoco lo suficientemente marginal. Si me preguntan a mí, el lugar ideal. Aunque a veces tengas que hacer malabares para pagar las cuentas.

El segundo disco de Don Cornelio (así firmó la banda su segundo y último trabajo) se llamó Patria o muerte. Salió en 1988, un año después de que se aprobabra la Ley de Obediencia Debida y dos antes de que Carlos Menem firmara los indultos a los represores de la dictadura.

Estos parecen datos sin conexión. Pero es curioso que un disco de rock new wave post punk llevara como título la consigna que una década antes habían utilizado los Montoneros. Además, el título en el disco de Don Cornelio, estaba escrito sobre una bandera argentina.

No había un mundo menos vinculado con el término “patria” o con las reminiscencias a la lucha armada de los 70, que una banda con la oscuridad que tenía Don Cornelio en los 80. Pero en eso consistía la búsqueda estética de Palo Pandolfo.

Es curioso. Palo parece (y es) un artista inclasificable, que rompe moldes y prejuicios. Pero al hacer un repaso por su obra nos damos cuenta que es muy simple de clasificar en décadas.

Los 80 fueron para la oscuridad del rock dark de Don Cornelio. La salida de la dictadura, la respuesta al rock que se había vuelto mainstream tras Malvinas, el grito de una generación nueva, la intrincada elegancia de los raros.

Todo eso está allí. ¿Te gusta el rock pero no te gusta el rock que nos quieren vender? ¿Creés que tenés que esperar a que vuelva The Cure porque en la Argentina no tenés quién te identifique? Pues acá está Don Cornelio.  

Los 90 son el pasaje al encuentro con ritmos locales, con Los Visitantes. El asunto es gradual. Comienza con Salud Universal, el más rockero de todos los discos, que da cuenta de algunas luminosos destellos dark. Como «Playas Oscuras», el tema de la cita del comienzo.

Luego llega Espiritango, el disco en el que Palo lo hace de nuevo. Año 1994, 20 canciones (¡20 canciones!) otra vez un disco producido por Andrés Calamaro. Otra vez, la clave aparece en el título. El tango aparece aquí como la lucha armada en Patria o muerte.

No hay un solo tango en el disco. Pero al mismo tiempo todo el disco dialoga con el tango y hace explícita la pregunta que venía dando vueltas hacía tiempo: si ciertos paisajes urbanos donde habitaban muchas canciones de rock no eran los mismos que había habitado el tango.

Es decir, si no hay una continuidad lírica entre el tango y el rock. Y si no es esa la clave por la que el rock argentino se volvió un fenómeno que tiene mucho más de argentino que de rock.

Justamente, con Los Visitantes, Palo se vuelve más argentino que rockero. Pero esperen: no estoy hablando de nacionalismo, mucho menos de chauvinismo. Estoy hablando de autenticidad. De no caer en impostaciones. De no ser lo que no se es.

Sí, dark. Sí, oscuridad new wave. Sí, existencialismo post punk. Pero esto no es Nueva York ni Londres. Esto es Buenos Aires, estos son los 90, esta es una ciudad donde crece el desempleo y las personas que duermen en las calles, pero hay mucha gente que viaja a Miami a hacer compras.

Espiritango no es sólo un disco. Ni siquiera es sólo una obra maestra. Que lo es. Igual que Don Cornelio y La Zona. Y también, igual que el primer disco de todos, el segundo disco de Los Visitantes es, además, un germen. Una referencia, el campo fértil sobre donde iba a florecer lo que antes no sabíamos que existía.

Busquen en Youtube. Van a ver a Hernán Cucuza Castiello cantando «El Ente», junto a Palo y Acho Estol. Todo eso que sucede allí es parte de Espiritango. Las presentaciones de Espiritango fueron tan grandiosas como desbordantes. Y, si me permiten, desprolijas.

Fueron en el Teatro Astros. Palo comenzó a jugar como nunca con su voz, a aportar una dimensión teatral a su expresividad vocal. La banda se hacía ancha y por momentos se iba a cualquier parte. Pero ese espíritu lúdico era bienvenido, porque formaba parte del riesgo.

El disco en vivo En caliente se grabó en vivo en Obras en 1995. Allí sí hay tango: Palo canta una versión de Sur, acompañado por el bandoneonista Ernesto Baffa.

El viraje de Los Visitantes hacia eso que en los 90 se llamó “rock latino”, llamó la atención de la multinacional MCA, que firmó a Los Visitantes como primera banda en su desembarco en la Argentina, para hacer un disco para el “mercado latino”.

Maderita fue, efectivamente, el disco más “amable”, limpio y menos distorsionado del grupo. Y, viéndolo con perspectiva, de toda la obra de Palo. Maderita es un disco, que honra a la madera a la que hace mención en el título. Que tiene zamba y folklore, pero además, letras más luminosas, vinculadas a la tierra, menos urbanas.

El hit del disco fue «Estaré», un tema de un optimismo hasta entonces inédito en Palo. Pero al mismo tiempo no había allí un cambio, sino una relectura, una mutación. Que incluyó un tema bizarro como «Bip Bap Um Dera», con un video clip aún más bizarro, que sonaba una y otra vez en MTV y Much Music.

Maderita fue producido por Afo Verde y cuenta entre los músicos invitados a León Gieco, Lito Vitale y Héctor Limón García, ex cantante de Vía Varela, que luego formó parte de Bersuit Vergarabat y actualmente está en Rascasuelos. Es decir, otro rockero que recaló en el tango y que hoy es un prolífico autor de tangos del siglo XXI.

Podría pensarse que, a pesar de que sus temas sonaron bastante, Los Visitantes no logró transformarse en esa banda exitosa que se esperaba. Pero, ¿eso hubiera sido un éxito?  Antes de responder esa pregunta hay que aclarar que en 1998, Palo cerró el siglo con el último disco de estudio de Los Visitantes: Desequilibrio.

Aunque suele pasarse por alto porque a veces las cosas se miden en función de estándares comerciales, Desequilibrio es un discazo que vuelve a abrir caminos. Tiene candombe y ska y termina con un electro rock crudo: «Si vas, yo voy», que tiene como subtítulo «Candombre».

La producción de Desequilibrio es del ex integrante de Riff, Michel Peyronel, el baterista de heavy metal que fue el creador de la primera FM de Buenos Aires dedicada exclusivamente al tango.

Y ya que hablamos de los títulos de los discos y de algunas pistas en las portadas de los discos, en la de Desequilibrio, Palo aparece con un vestido, travestido. Hermosa manera de terminar el siglo XX.

El siglo XXI fue para Palo el de su etapa solista. Una etapa plagada de búsquedas y de síntesis. A través de los sueños, de 2001, es el disco que lo pone entre los grandes solistas del rock argentino. Como el Nadie sale vivo de aquí, de Calamaro.

Desde entonces, su obra combinaría toques electrónicos con el pulso sanguíneo de su banda La Hermandad, con quien hizo esa joya que es Esto es un abrazo, discazo de 2013, producido por Goy Ogalde y Charlie Desidney.

En 2016 salió el disco siguiente de La Hermandad, Transformación. Transformación fue un disco y también un documental dirigido por Iván Wolovik, que registra la gestación y grabación del disco, e incluye una charla del director con Palo.

Aquello que Palo plantó con Espiritango floreció años después. Aquel disco sería clave en la conformación de una escena dark-tanguera. Que tendrá un momento fundacional cuando la entonces desconocida banda Reincidentes tocó en 1996 como telonera de Nick Cave.

No, la mención a Nick Cave y la comparación con Palo que hice antes no fueron al azar. Y las similitudes son muchas, en muchos sentidos. Desde entonces, Reincidentes pasaría a ser la Pequeña Orquesta Reincidentes, una banda surgida al calor de Los Visitantes.

Tanto que hoy el bajista de Don Cornelio y Los Visitantes, Federico Ghazarossian, integra Acorazado Potemkin, junto con Juan Pablo Fernández, cantante y compositor de la Pequeña Orquesta Reincidentes. Pero estába hablando de Palo.

Si hay una orquesta tanguera que representa como nadie a la escena dark del tango, esa es la Fernández Fierro. Pues bien, Palo escribió un par de letras para la Fernández Fierro: la milonga Azucena Alcoba y el tango Sierpe. Temas con música de Yuri Venturín (contrabajista y director musical de la Fierro) y que Palo nunca grabó ni tocó en vivo. No, fueron temas especiales para la Fernández Fierro.

Palo estaba grabando un nuevo disco cuando se murió de golpe, sin avisar. Estaba caminando por la calle, se cayó y se murió. Así de simple. Tenía 56 años y una obra monumental. La última canción que compartió en Spotify fue Tu amor, con la colaboración de Santiago Motorizado. El tema iba a formar parte de su nuevo disco que tenía previsto publicar en la primavera.

Durante su vida, Palo colaboró como invitado de muchos artistas. Grabó un par de temas de Acho Estol, en los discos solistas de Acho Buenosaurios (el tema «Putas flacas», que luego versionaríamos junto al Conjunto Falopa, con arreglos increíbles de Fede Marquestó) y en La calle del desengaño, donde grabó «¿De qué te vas a disfrazar?», otro tema de Estol.

Acho fue otro de sus hermanos musicales, de los artistas con quien no puedo dejar de relacionarlo. Palo tenía la misma edad que Acho, aunque La Chicana comenzó cuando Palo ya había sacado sus dos primeros discos con Los Visitantes y los dos de Don Cornelio. Y sí, sería imposible entender a La Chicana sin la existencia de Los Visitantes.

 Lo dije antes y lo repito: estoy muy triste. Odio que la muerte nos marque la agenda. Pero no me sale otra cosa que evocar a uno de los más grandes de la canción de estos años. A un creador enorme, de esos que dejan obra con raíces profundas, pero que también tienden puentes a través de los estilos, las épocas y las almas. A un tipo hermoso, generoso. A un artista imprescindible

Buen viaje, Palo querido. No sabés lo importante que fuiste, sos y serás en la vida de mucha gente. Te vamos a extrañar mucho.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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