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La marcha de los carteles pintados

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En el Día Mundial del Agua, miles de jóvenes encabezaron una multitudinaria marcha del Congreso a Plaza de Mayo. La mayoría llevaba carteles pintados a mano y estampados con frases originales que denuncian a los distintos proyectos extractivos como “falsas soluciones”; reclaman leyes y medidas urgentes de acceso a la tierra, protección de humedales, del medioambiente y de las personas. De los incendios y la megaminería, a las granjas porcinas y los agrotóxicos; de las redes a la calle, por un cambio en la lógica productiva: qué dicen, quiénes son y cómo se está escribiendo un movimiento cada vez más grande.

La marcha de los carteles pintados

La marcha de los carteles pintados se estaciona en el Congreso, avanza por Corrientes hacia Diagonal Norte y seguirá hasta caer la noche en la plaza de Mayo, frente a la casa Rosada. Durante todo ese recorrido brotarán los carteles pintados desde las bocas de subte; desde las paradas de colectivo; llegarán en bicicleta desde las arterias que conectan al centro porteño para nutrir durante más de cinco cuadras un grito que simboliza muchos gritos:

-El agua no se vende, el agua se defiende.

En el Día Mundial del Agua miles de jóvenes, organizaciones sociales y partidos políticos se convocaron en Argentina en contra del saqueo de los recursos naturales y a favor de medidas que protejan de manera urgente el medioambiente y a las personas que en él vivimos. Pero la marcha también representa mucho más que eso.

-El agua vale más que todo.

Un cartel pintado es un cartón arrancado, reciclado, escrito con una caligrafía irrepetible y con un marcador que traza un grito colorido que desborda las consignas políticas, los discursos hechos, los moldes; es el dibujo vivo de un movimiento que sale a la calle -aun en plena pandemia, o por eso mismo- para hablar de lo que –ellos también dicen- ni los medios, ni los gobiernos ni las empresas hablan.

-Estamos en emergencia climática y ecológica.

La generación de los carteles pintados es sub 30, viaja en bici, en general no come carne, no mira (ni siquiera tiene) televisión, y ha incorporado hábitos personales pero también discusiones macro económicas; es una generación que se crió en las redes, que las usa para informarse y conectarse pero que, además de carteles, está escribiendo el futuro (o el presente) con los pies.

-No hay tiempo para esperar a que la próxima generación arregle el desastre.

Intensxs y piqueterxs

Esta generación está escribiendo a mano un grito transversal que ayer, por lo pronto, reunió a partidos de todo el arco político: del PTS a una sorpresiva aparición de jóvenes que se identificaban con remeras que decían Juntos por el Ambiente, parte del PRO.

El ruido de los megáfonos y las banderas estuvo a cargo de organizaciones sociales como el Movimiento de Trabajadorxs Excluidos, Barrios de Pie, la Unión de Trabajadores de la Tierra o La Poderosa. Asambleas como la que defiende a la costa de Quilmes-Avellaneda. Y también algunos sellos que motorizaron la convocatoria como Jóvenes por el clima, Acción ecológica ambientalista, Voicot, Ecohouse, entre muchas otras.

Y el movimiento más grande: el de los carteles pintados.

-Basta de terricidio.

Clara Luján y Julia tienen 24 y 20 años. Y así como muchos dirían que son parte del futuro, ellas dicen que, en verdad, son el presente. Clara: “Dicen que los jóvenes somos el futuro pero no nos están dejando un futuro en el cual vivir. Entonces decidimos que, además de ser el futuro, queremos ser el presente y salir a la calle por lo que el día de mañana es nuestro y de todes”. También tienen historia. Julia: “Los argentinos tenemos historia piquetera y nos conviene utilizar ese poder a favor de estos temas”.

Juntas llevan un cartel que lleva escrita una frase del cantante Adrián Berra. Dice:

-Cuando todo se haya evaporado el dinero no sacará la sed.

¿De qué habla el tema? “Hablar de que el dinero que buscan ahora es lo que nos va a perjudicar en un futuro, cuando no tengamos qué tomar. Buscan constantemente la moneda a corto plazo. Hoy en día el 30% de la población argentina, sino más, con las actividades extractivas desde hace años. ¿Entonces?”

Lina, 27 años, y Silvia, su madre de 61, también descreen de las falsas soluciones. Los carteles que llevan son un cuadro pintado a mano con temperas negras, amarillas y rojas que simulan un fuego que arde. Las letras dicen:

-Todo fuego es político.

Dice Lina: “A mí me pegó fuerte la frase todo fuego es político justamente porque se habla mucho de los incendios como si sucedieran por causas naturales, por el cambio climático como si fuera una fuerza de la naturaleza, cuando en realidad está provocado por decisiones y por cómo se rige el mundo. Se culpa a quienes no tienen nada que ver y no se mira al extractivismo. Todo lo que paso en Chubut y en Rio Negro, que no se dice en los medios hegemónicos, que hay luchas para que no saqueen la naturaleza.

Silvia, su madre, tiene otro cartel que dice:

-No a la megaminería.

Explica: “En relación al agua la megaminería justamente derrocha agua que después no va a estar para la gente. Es un problema macro, que va más allá que uno no use plástico o recicle la basura. Tampoco se dice la verdad: en todo el mundo se sabe que hay una emergencia climática. Y acá se tapa con parchesitos y falsas soluciones”.

Otra de las que avanza a paso firme por avenida Callao, antes de doblar en Corrientes, es Natalia. Ella elige nombrarse con un hashtag: @ecointensa, una cuenta de Instagram en la que difunde información sobre ambiente y ecología que creó hace 2 años.

Cuenta: “En su momento me sentí muy sola: pensé que era una preocupación mía y de unas pocas personas más. Con el tiempo siento que se van plantando cada vez más semillas y se va haciendo una diferencia”.

Su cartel dice:

-No estoy de acuerdo (cartel aplicable a todas las falsas soluciones).

¿Qué significa? “Últimamente lo que me pasa es que siento que no estoy de acuerdo con ninguna de las soluciones que quieren vendernos, porque en realidad profundizan la problemática. Estamos atravesando crisis económica, a los índices de pobreza, y todo tiene que ver con el modelo económico y de producción que venimos sosteniendo en todos los años anteriores. Y ahora nos vienen a decir que la forma de salir de esas crisis es profundizando los modelos que nos llevaron a la pobreza, a la desigualdad, al hambre… Evidentemente, hay algo ahí que falla”.

Periodismo bobo

Algo que falla, algo que no cierra: puede decirse que gran parte de este movimiento lo que practica es el viejo arte de constatar la experiencia con la realidad. Y también se nutre de redes –virtuales y de las otras- para contactarse con otras partes del mundo y comparar experiencias, soluciones y verdades.

Al menos así lo cuenta Clara Luján, 24 años: “La verdad es que es todo autodidacta, porque si dejamos la educación ambiental en manos del Estado… En lo personal, desde internet busco en asociaciones y también miro que el sistema no está funcionando. Si yo creo que esto no está funcionando, ¿qué es lo que sí funciona? Aprendemos del movimiento colectivo, de quienes tenemos intereses en común”.

-Ni plata ni oro: el agua es un tesoro.

Su amiga: “No solo sucede con lo medioambiental: la desinformación sucede con todo. No solo hay que buscar fuentes confiables sino múltiples fuentes; ser parte de la comunidad te permite entender e ir aprendiendo. Nadie puede hacerlo todo pero todos podemos hacer algo: esa es la clave del impulso”.

Esa frase aún no fue estampada en ningún cartel pero es la que impulsa esta noción que va de lo individual a lo social en muchos de estos jóvenes que sacan selfies para mostrarse en las redes pero también para amplificar la cobertura de la marcha no mediática.

-El capitalismo es ecocidio y es patriarcado.

Lina, 27 años, cuenta sobre cómo busca info: “Yo trato de no consumir los medios hegemónicos pero por ahí miro qué están diciendo al respecto porque es lo que llega a la mayoría. Trato de buscar datos para contrarestar eso que están diciendo. Inclusive en la información oficial del gobierno están los datos, por ejemplo de las hectáreas quemadas, pero eso no se difunde”.

¿Lo que viene?

Emiliano, 31 años, lleva un cartel que dice:

-Justicia climática.

Y así lo explica: “Hoy en el mundo, como siempre, sucede que los países del norte extraen recursos de los países del sur, que sufren mucho más las consecuencias climáticas. Se trata de equilibrar esa relación y que los países del norte se hagan argo. Los gobiernos están fomentando el etractivismo. Por eso estamos acá. Y una gran parte de la sociedad se está dando cuenta de que esto no va más y hay que decir basta. Que se organice el pueblo y empezar a pensar otra forma de desarrollo”.

Queda claro que estos jóvenes no solo están resistiendo y oponiéndose a los modelos de muerte sino planteando otras formas de entender la vida. Así lo cuenta @ecointensa: “Lo que estamos proponiendo es que se deje de plantear que el desarrollo está en contra del ambientalismo. Se puede lograr el desarrollo económico de una manera sostenible en el tiempo y no como se hace ahora que es a costa de la naturaleza y de muchísimas personas que quedan relegadas. El principal planteo es repensar esa forma de producción y entender que hay otras maneras más respetuosas del entorno y de las personas”.

¿Ves signos de cambio?

Por suerte cada vez somos más personas en la calle, y eso es un signo de que las cosas están cambiando o van a cambiar. También creo que desde la política se mal utiliza la sostenibilidad como concepto, no se lo usa bien; eso es bastante dañino para el movimiento. Y también vemos como en los medios masivos de comunicación de repente se habla del “ambientalismo bobo” y no se habla directamente de los incendios: todo eso son decisiones políticas que tienen mucho que ver con las ideas que tienen nuestros dirigentes respecto a las prioridades que tienen en sus agendas.

Mientras las agendas político mediáticas sintonizan otros temas, la calle avisa dibujando sus carteles:

-No se van a salvar con billetes mientras nos estemos hundiendo.

Silvia, la madre de Lina, mira a los jóvenes que no dejan de llegar a Plaza de Mayo y ensaya una síntesis generacional: “Nuestra generación luchó por otras cosas. Y hay que seguir siendo crítica. Hablar de esto no es lo mismo que hablar de derechos humanos o feminismo: te miran como si fueses de otro planeta. Va a llevar un tiempo a que la gente más masivamente se meta. O quizá antes la realidad nos pase por encima”.

En este contexto de pandemia, incendios, contaminaciones y enfermedades extractivas, dice Lina, “la idea de los carteles es que llamen la atención”.

Solo es cuestión de tiempo que muchxs aprendan a leerlos.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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