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Un nuevo no-encuentro con el Presidente tras 15 pedidos, y una carta escrita a mano con el corazón

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Como cada segundo miércoles de cada mes, el colectivo Familiares Sobrevivientes de Femicidios se reunió en Plaza de Mayo para entregarle al presidente Alberto Fernández una carta solicitándole una reunión. Se fueron sin ser escuchadas porque era feriado. Hace 15 cartas que las familias –con causas archivadas, sin abogados, sin justicia– no son recibidas. Hoy decidieron, además, escribirle a Fernández a mano. Qué redactaron y expresaron. Y qué aportes quieren hacer para otras familias: “Queremos ser escuchados por la máxima autoridad de este país”.

«Hola: soy Susana Reyes, a esta altura del tiempo ya nada me asombra, pero la falta de humanidad no la tolero, más que nada en un personaje tan importante que nos representa como país».

Susana Reyes es la mamá de Cecilia Basaldúa y escribe estas palabras a mano sentada en una confitería frente a Plaza de Mayo. El cuerpo de su hija apareció el 25 de abril de 2020 en Capilla del Monte, Córdoba, luego de 20 días de rastrillajes por la zona, con signos de abuso sexual y estrangulamiento. Susana escribe a mano a partir de una idea de Analía Romero, sentada a su lado, que propuso que la decimoquinta carta del colectivo Familiares Sobrevivientes de Femicidios al presidente Alberto Fernández tenga algo más: “A ver si les llegamos acá”, dice, tocándose el pecho.

Un nuevo no-encuentro con el Presidente tras 15 pedidos, y una carta escrita a mano con el corazón
Susana, la madre de Cecilia Basaldúa.

Analía es la mamá de Camila Flores y la mujer que desde el 11 de diciembre del 2020 lucha para demostrar que su hija, de 20 años, no se suicidó, sino que fue víctima de femicidio en el pueblo santafecino de San Guillermo. Mientras Susana escribe, Analía cuenta que el sábado se cumplirá un año, que lo recordarán con un Banco Rojo en la plaza de San Fernando, municipio bonaerense del que son oriundas, y revela un detalle que desnuda la soledad que atraviesan estas familias: “No tenemos abogados”.

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Analía, y el reclamo por su hija, Camila Flores.

Enfrente de ellas está Alfredo Soggiou, papá de Carla, asesinada el 26 de diciembre de 2018: su cuerpo apareció flotando en el Riachuelo, cuatro días después de activar dos veces el botón antipánico. “Tenemos que seguir viniendo”, dice Alfredo, como una forma de dimensionar, además de todo, qué significa que la decimoquinta carta refiera en verdad que hace al menos quince meses que no fueron recibidos. “Lo que habría estado bueno es que hubiésemos tenido respuestas, que el Presidente hubiese escuchado todo lo que tenemos para contarle. Es ese deseo. Estamos pidiendo cosas concretas, de prevención, para los casos de nuestras hijas, pero es para todos. Para que ocurra menos, y lamentablemente, para los casos que van a venir: que esas familias tengan el camino más allanado, que no tengan que caminar a ciegas y en círculos sin saber dónde recurrir, y que puedan tener el acompañamiento de un ministerio, que para eso es su esencia”.

Un nuevo no-encuentro con el Presidente tras 15 pedidos, y una carta escrita a mano con el corazón
Alfredo, el papá de Carla Soggiou.

En círculos y a ciegas, repite Alfredo, mientras Susana sigue escribiendo:

«Ud., Señor Presidente, tiene hijos, madre, esposa, amigos, amigas, ¿no piensa en algún momento de su vida qué haría si les llegara a pasar lo que nos pasó y nos sigue pasando a nosotros? ¿Padres y madres, tíos, hermanos, primos, amigos… etc? Tenga por seguro que como seres humanos que somos, y atravesados por tanto dolor, también estaríamos a su lado, solamente porque somos humanos. Esperemos algún día que Ud. reflexione y haya un cambio positivo para que dejen de matarnos y se cambie y cumplan las leyes, como corresponde. Nadie tiene derecho a cortarle la vida a nadie».

Susana le pasa la hoja y la lapicera a Analía, que empieza a escribir, también a mano.

Dice Susana: “Me gustaría saber si el presidente lee las cartas. Si no, sería una falta de empatía hacia nosotros, hacia nuestro país: ¿cómo quedamos ante el mundo con todo esto? La reunión sería un aporte muy importante para todos. El dolor de todo esto es que siguen pasando las cosas, pero siguen haciendo oídos sordos: es muy vergonzoso que una persona tan importante no se haga cargo. Igual vamos a seguir luchando. Soy una persona de fe y esto tiene que cambiar: no hay que abandonar”.

Mientras tanto, Analía escribe:

«Señor Presidente: le escribimos estas pequeñas cartas para pedirle que por favor nos atienda para tener una reunión, para hablar sobre los femicidios de nuestras hijas que todavía están esperando justicia. En el caso particular de mi hija Camila Flores quieren dejar su muerte en suicidio, nosotros su familia sabemos que no fue así. Cami esa noche me contactó para preguntar cómo hacer para sacar el permiso para viajar a Buenos Aires con su familia, esa noche fue la primera vez que Cami me decía que no podía salir, que se quería ir de esa casa, que la estaba pasando horrible, y en menos de dos horas ya la habían matado. La cuñada de mi hija es policía y con ayuda de otros policías armaron todo, no le hicieron en su momento la autopsia, nos negaron ese derecho. Luego de nuestro reclamo con una marcha vinieron a exhumar el cuerpo y al día de la fecha ya en unos días se cumple 1 año, no sabemos ni el resultado de la autopsia, ni de ninguna pericia, ni mostraron las cámaras. Por favor le pido, le ruego nos ayude a lograr justicia por Camila Flores y por todas nuestras víctimas».

Analía le pasa la hoja y la lapicera a Alfredo.

Se seca los ojos: “Siendo familias que pasamos por semejante dolor no hay necesidad de esperar tanto por una simple reunión para ver en qué nos pueden ayudar y dar un poquito de luz. No les interesa el dolor, la vida de las chicas. En el pueblo donde mataron a Cami hay seis muertes antes que la de ella que quedaron en la nada: no quiero que la de Cami quede así. Al menos ayudarnos a que haya justicia, que los asesinos paguen y que ellas puedan dormir en paz”.

Mientras tanto, Alfredo escribe:

«Hola Señor Presidente. Le escribimos esta carta para que después de 15 pedidos nos reciba y escuche, por favor. Necesitamos ser escuchados por usted, como familiares de víctimas tenemos la tristísima experiencia, conocemos y sabemos muchas formas para ayudar a combatir este terrible flagelo. Queremos aportar, queremos ser escuchados por la máxima autoridad de este país».

Alfredo deja la carta y la lapicera en el centro de la mesa.

-¿Qué es lo que las familias pueden aportar?

Susana: Necesitamos peritos. Pero elegidos por nosotros, porque las causas de nuestras hijas están muy escondidas

Alfredo: Nuestro aporte puede ser muy grande. Lamentablemente tenemos experiencia, conocemos cómo se maneja todo, cómo están los familiares y las víctimas en este momento. Cómo se tienen que mover, a quién tienen que acudir. Sabemos que tienen que conseguir representación, preservar la escena del hecho. Para que se acorten los tiempos en esto no puede haber burocracia, tiene que haber inmediatez. Los funcionarios no tienen capacitación, tampoco perspectiva de género. Úrsula (Bahíllo, la joven asesinada en Rojas) hizo 18 denuncias, no le hicieron caso, y hoy ya no está. Con esto está demostrado que no se motorizan ni articulan leyes. Ni qué hablar de todas las niñeces que quedan huérfanas en este país. Es terrible.

Las familias se abrazan –una vez más, levantan las fotos de sus hijas ante la cámara una vez másy cruzan una Plaza de Mayo que está siendo montada con caños y escenarios para el acto del 10 de diciembre por el Día de la Democracia.

Al llegar a la reja de la Casa Rosada, las recibe un oficial:

-Disculpen, pero hoy por el feriado no hay nadie que las pueda recibir.

Las familias dicen que no importa, que volverán al día siguiente.

Mientras se montan los escenarios, las familias se van de la Plaza sin ser escuchadas.

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Lucía Pérez: la trama de la injusticia

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“¿Por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles?” preguntó ayer el abogado Juan Pablo Gallego ante sucesivos cambios de carátulas, sospechosas reprogramaciones de fechas y maniobras que parecen revelar un entramado que busca la impunidad y la negación del femicidio de Lucía, que tenía 16 años. Ocurrió durante una audiencia en el que uno de los acusados pide salidas transitorias. El trasfondo de idas y venidas fue descripto por el abogado: “Lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad”.

Por Claudia Acuña

Hay que explicar lo inexplicable. Desde que el 8 de octubre de este año la Cámara de Casación modificó el segundo fallo por el crimen de Lucía Pérez para negar su femicidio se desató una catarata de maniobras –de alguna manera hay que llamarlas– para intentar liberar a sus femicidas.

El fallo de Casación confirmó la culpabilidad de Juan Pablo Offidani y Matías Farías y los condenó por los delitos de violación agravada por el uso de estupefacientes y por tratarse de una menor de edad, pero no por su crimen: Lucía simplemente se murió. Esta negación del femicidio tiene como consecuencia un disparate jurídico: por un lado, la familia apeló está decisión; pero al mismo tiempo esta apelación no puede avanzar hasta que no se determine el monto de la condena que le correspondería a Farías por esta nueva tipificación. Si es complicado de comprender, imagínense lo que significa para esta familia soportar lo que la obliga a padecer el Poder Judicial. A saber:

  1. Para poder determinar el monto de la pena que le correspondería a Farías –que en el segundo fallo y luego del juicio anulado había sido condenado por femicidio y por lo tanto a prisión perpetua– podría corresponderle entonces entre 8 y 20 años de prisión. Para establecer exactamente cuánto, de acuerdo a la evaluación de atenuantes y agravantes, se inventó un tribunal compuesto por tres jueces de diferentes juzgados. Serán los responsables de la audiencia de Cesura que, según dictaminó luego de una audiencia donde acordó con las partes –querella y defensa– cómo sería el procedimiento, se realizará el 29 de abril de 2026 y durante tres días.
Lucía Pérez: la trama de la injusticia
  1. Imagen de la audiencia. A la izquierda, el abogado Juan Pablo Gallego. Arriba, la foto principal, la movilización que acompañó a la familia.
  2. Unos días después la familia recibió una notificación que le comunicaba que esa audiencia se adelantaba a septiembre. Como su abogado, Juan Pablo Gallego, no estaba ni enterado de esta anticipación –y además se encontraba en España para la fecha pautada– se presentó un escrito denunciado esta irregularidad y solicitando se mantenga lo debidamente acordado: 29 de abril de 2026. Así será.
  3. Un mes después hubo otra novedad: el nuevo fiscal –cuyo rol se supone que es acusatorio– pidió el cese de la prisión de Farías, aun cuando las instancias de apelación y de establecimiento del nuevo monto de pena estaban pendientes de resolución.
  4. Unos días después llegó el turno de Offidani: solicitó salidas transitorias. La audiencia que se realizó este miércoles en los tribunales de Mar del Plata fue para decidir si las otorgaban o no.

En esa audiencia el doctor Gallego sintetizó lo que todo este proceder judicial despierta como duda “¿por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles? ¿Hay algo más detrás de esta causa que permite forzar tanto los procedimientos judiciales? Si nosotros, como parte querellante, no renunciamos a que se le aplique a ambos la figura de femicidio y eso está todavía en trámite, ¿qué se busca con esto? ¿Qué se fuguen antes de que se resuelva la cuestión central?”

Como respuesta la doctora Romina Merino, abogada defensora de Offidani, propuso: “Miremos para adelante”.

El doctor Gallego replicó:

“Nosotros no vamos a dejar de mirar lo que pasó porque lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad y eso implica una doble responsabilidad del Estado: por tratarse de una menor y por estar frente a una banda que vendía drogas en la puerta de un colegio, delito por el que cumplen una condena ratificada”.

El juez de garantías que debe evaluar el pedido de Offidani tiene ahora cinco días para determinar si cumple o no con los procedimientos necesarios para obtener los beneficios de la libertad transitoria.

En tanto la familia de Lucía sigue esperando justicia.

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Matías, el hermano de Lucía y sus padres Guillermo y Marta.

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Adiós a Claudia Rodríguez: la Trans andina que propuso politizar el amor

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Referente del movimiento trans latinoamericano, activista, poeta, escritora y tanto más, escribió sobre su infancia, la militancia trans, la vida sexual y se autoproclamó Miss Sida en 2007. Claudia Falleció este 29 de Noviembre. Su pelea incluyó al pueblo mapuche, la educación pública, los sin techo, y planteó siempre una filosa crítica al neoliberalismo, que quita posibilidades de vida y las transforma solo en posibilidad de consumo. En uno de sus viajes a la Argentina compartió con la revista MU sus ideas sobre el orgasmo, el feminismo sin resentimiento, la creación, y por qué hay que politizar el amor. Un modo de homenajearla, de recordarla, y a la vez de volver a estar en contacto con un pensamiento y una acción que dejan una sensible huella cultural, artística y política.  

Por María del Carmen Varela

Foto: Lina Etchesuri

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38º Encuentro Plurinacional: el regreso

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Por Claudia Acuña

Fotos Line Bankel

A las doce de la noche parte el micro que nos trae de regreso a Buenos Aires con el grupo de mujeres que lucen imborrables sonrisas y cachetes decorados con purpurina. La noche es para soñar y la mañana para compartir la transmisión de la asamblea que decide en qué ciudad se realizará el próximo encuentro: Córdoba.

Con el festejo llega la ceremonia que preparó la Comisión de Mística.

Estamos todas sentadas en el piso superior del micro mientras una voz encantadora nos cuenta el cuento La cabeza en la bolsa, mientras recorre el angosto pasillo mostrando las ilustraciones que dan vida a esta historia que escribió Marjorie Pouchet: la de una chica rabiosamente tímida que siempre sale a la calle con una bolsa en la cabeza, hasta que un día, regado por sus lágrimas, crece allí un jardín. ¿Qué hará entonces con esa timidez y con esas flores?

Consultar a una amiga.

Algunas compartirán en voz alta lo que ese cuento les resuena; otras sus lágrimas.

Luego, las organizadoras de la colecta para el viaje nos darán dos regalos. Cada una recibirá así una de las serigrafías creadas por el grupo de arte Vivas Nos Queremos y un pedido: que sean expuestas en lugares colectivos. El otro regalo está guardado en un sobre hecho a mano con papel reciclado. Contiene stickers, calcomanías y un papel amarillo donde nos piden que escribamos un deseo que acompañe a nuestras amigas de viaje hasta el próximo Encuentro. Una cajita de cartón recoge los mensajes y de allí cada una extraerá el suyo.

El mío:

“Seguí tus sueños, abrazá tu intuición, aferrate a tus compañeras: todo es posible”. Llegamos.

38º Encuentro Plurinacional: el regreso

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