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Siete policías presos por una desaparición catalogada como homicidio

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La Cámara Criminal Tercera de General Roca, Río Negro, confirmó los procesamientos con prisión preventiva para siete policías por la desaparición de Daniel Solano y abona en el fallo la teoría de que se trató de un homicidio, con encubrimiento civil y policial. La Cámara sostiene que de acuerdo a “la lógica, la experiencia y el sentido común” lo más probable es que hayan asesinado a Daniel para luego hacer desaparecer al joven de 27 años.
Siete policías presos por una desaparición catalogada como homicidioEl padre de Daniel, Gualberto Solano (Mu nº 57: ¿Nunca más?) sigue reclamando el cuerpo de su hijo, voluntad que junto a las investigaciones de su abogado Sergio Heredia han permitido dar vuelta un caso que parecía destinado a la impunidad.
La decisión de la Cámara ratifica la medida dictada en julio por el juez de Choele Choel Víctor Soto, en sintonía con la investigación que trazó el abogado de la familia Solano Sergio Heredia: mediante una serie de testigos (cuyas declaraciones además filmó y en muchos casos subió a YouTube) Heredia logró reconstruir la secuencia de hechos desde que Daniel Solano fue sacado del boliche Macuba el 5 de noviembre de 2011, golpeado, llevado a un terreno conocido como Isla 92 y desaparecido desde entonces.  En ese momento Daniel tenía 27 años, y había llegado hasta Río Negro desde la comunidad guaraní Misión Cherenta de Tartagal, Salta, como obrero golondrina para la cosecha,
Fallo fundamental
La investigación de la familia a través del abogado, y del juez Soto, permitió comprender la intervención de los siete policías en el caso. En los últimos meses, el abogado Heredia viajó a Tartagal, la ciudad natal de los Solano, donde reclutan empleados para trabajar en la cosechas del sur. Allí tomó testimonio a dos compañeros de Daniel que fueron clave para la decisión de la Cámara Criminal:
Heredia incluso los trasladó hasta la fiscalía de Choele Choel, para que dieran su versión sobre un rastrillaje en aquella Isla 92 donde Daniel fue visto por última vez. Allí habrían encontrado la billetera y las zapatillas del joven desaparecido, dos pruebas que la policía no sólo desestimó sino que hizo desaparecer – de nuevo- del mapa. “El fallo es fundamental porque no solo confirma el trabajo del juez y el aporte nuestro, sino que ratifica el homicidio por parte de los policías. También cambia la figura de ‘apremios’ por ‘vejaciones’, y fundamentalmente acepta la teoría del encubrimiento y de las pistas falsas”, dijo el abogado Sergio Heredia a lavaca.
Para entender
Los dictámenes de la Cámara pueden entenderse en tres partes:

  • La muerte y desaparición: Se confirman los procesamientos con prisión preventiva dictados en julio para los suboficiales Sandro Berthe, Juan Barrera y Pablo Bender  por “vejaciones, privación ilegal de la libertad y homicidio agravado, todo en concurso real y en grado de coautores”. A los suboficiales Pablo Andres Albarrán Cárcamo, Pablo Quindel y Diego Cuelloc omo partícipes primarios de «privación ilegal de la libertad y homicidio agravado”; y al oficial inspector Héctor  César Martínez como partícipe secundario de los delitos de «vejaciones, privación ilegal de la libertad y homicidio agravado».
  • El encubrimiento: La Cámara Procesa como responsable del encubrimiento del asesinato al oficial Héctor Martínez, atribuyéndole además los delitos de “abuso de autoridad en concurso ideal con falsedad ideológica”.
  • El cambio: La única modificación que hizo la Cámara al fallo del juez Soto fue la de reemplazar la figura de “apremios ilegales” por la de “vejaciones”. La diferencia es la mayor intensidad del castigo  y de los padecimientos que soportó la víctima.

Sentido común, la desaparición
El fallo se extiende sobre los vacíos que deja el rompecabezas de los testimonios: la muerte y la cuestión del cuerpo: «No es injusto sostener -frente a este cuadro indiciario muy fuerte- que hayan acabado en aquél último sector con la vida de Solano, encargándose posteriormente -la lógica, la experiencia y el sentido común lo indican- de hacer desaparecer el cadáver». Que la Cámara hable de lógica, experiencia y sentido común para referirse a una desaparición, explica la vigencia de una metodología policial que involucra también casos como el de Iván Torres, Luciano Arruga o Julio López, entre otros desaparecidos en democracia.
Las presunciones de la Cámara Criminal se basan en los testimonios de distintos testigos que vieron cómo Daniel Solano era sacado del boliche Macuba (el fallo agrega “injustificadamente”), llevado a la vuelta de la esquina, golpeado brutalmente y luego trasladado en una Ecosport policial a la famosa Isla 92. Esta secuencia fue relatada por el abogado Heredia en la Mu n° 57: ¿Nunca más? según el testimonio de una joven con identidad reservada al que este 10 de octubre la fiscalía sumó otro testimonio, de una persona que se encontraba junto a un grupo de amigos en la esquina del lugar, desde donde habría observado la secuencia de hechos.
Los policías reconocidos
Este nuevo testigo ratificó cada detalle: que a Solano lo sacaron del boliche los policías Bender, Berthe y “posiblemente otra persona”, que en la vereda “lo aguardaba el coimputado Martínez  (…) para sumarse luego a este grupo”; también que “los funcionarios policiales Albarrán Cárcamo, Cuello, Quidel y Barrera” llegaron al lugar en una Eco Sport policial en la que fue trasladado Solano (luego de que se le propinaran a la vuelta “golpes de puños, patadas y con la probable utilización de un elemento contundente”) “en dirección al puente de acceso de la Isla 92, siendo seguidos de cerca por un Fiat Duna rojo (…) propiedad del coimputado Berthe y acompañado por los indagados Martínez, Bender y Barrera». Así quedan señalados los siete policías que participaron de la secuencia y que, según la Cámara, «fueron los últimos (y únicos) sujetos que estuvieron hasta el último momento con quien en vida fuera Francisco Daniel Solano».
La billetera que faltaba
A su vez, este 5 de octubre declararon dos compañeros de la cosecha frutícola de Daniel Solano a quienes el abogado Heredia fue a buscar especialmente a Tartagal, Salta.
¿Por qué? “Descubrimos que estos compañeros habían encontrado la billetera de Daniel en un rastrillaje”, dice el abogado Heredia en referencia al rastrillaje realizado en la Isla 92 el 9 de noviembre de 2011, 4 días después de la última vez que fuste visto Daniel. De ese rastrillaje aparentemente no se habían obtenido resultados. Participaron tanto policías como compañeros de la cosecha y los punteros de la empresa. Fue entonces que una de las personas que declaró recientemente, de identidad reservada, encontró una billetera que otro compañero identificó como de Daniel Solano.
“Llamaron a la policía y llegaron dos vehículos. A esa billetera la pusieron en una bolsita de plástico,  pero luego desapareció,  y jamás se tuvo en cuenta como prueba”, explica Heredia sobre ese encubrimiento. “Por este testimonio el juez pidió más informes, que incluyeron uno de criminalística que registraba una escucha por radio en la que se decía que habían encontrado la billetera. Y a la oficial que escucha este radio se le hace una inspección indagatoria y reconoce que en el llamado se piden bolsitas y además también se encuentran las zapatillas”, asegura Heredia.
Cómo lograr impunidad
El encubrimiento de estas pruebas se complementó con la teoría falsa de un viaje voluntario de Daniel a Neuquén, y desmintió a un supuesto testigo que decía haberlo visto en la terminal de Choele Choel: el Tribunal valoró todo esto como “pistas falsas. El desbaratamiento de esta teoría pone bajo sospecha la actuación del jefe de la Comisión Investigadora por el caso de Daniel, el oficial Martínez. «Como jefe de la Brigada de Investigaciones de la Regional IV de Policía, investigó las instancias preliminares de este terrible hecho, desplegando una estrategia tendiente a desviar la ‘pesquisa verdadera’, para lograr la impunidad del crimen», asegura la Cámara.
Esqueleto mutilado
Mientras corren los procesamientos y los siete policías esperan el juicio detenidos, sigue la investigación para encontrar el cuerpo de Daniel Solano. Según Heredia, continúan los rastrillajes y los análisis del removimiento de tierras en los lugares aledaños. Una pista: “Ayer se encontró un cuerpo a 80 kilómetros de Conesa: un esqueleto sin manos y sin pies”. ¿La descripción coincide? “La altura sí… pero es sólo el esqueleto. El torso tenía una remera con una inscripción evangelista: No es la que tenía Daniel, pero es llamativo porque los policías son evangelistas”.
Sobre los miembros mutilados: “Nosotros tenemos la información de que el cuerpo había sido atado de pies y manos”.
¿Cuándo se sabrá si es Daniel o no? “Estamos esperando la autopsia… Hemos dado la información dental de una muela que le faltaba a él para cotejar”. Gualberto Solano, el padre de Daniel, sigue esperando. “Quiere el cuerpo”.
Cómo disciplinan a los obreros
Tras el escándalo que significó para la empresa Agrocosecha la desaparición de Daniel Solano, todos los peones rurales volvieron a sus hogares. No sólo eso, sino que el abogado Heredia avanzó judicialmente sobre los responsables de la firma y los punteros que se encargaban de reclutar jóvenes de las barriadas pobres del norte argentino.
La teoría de Heredia es que ellos fueron parte indispensable del encubrimiento. Dos nombres resonaron especialmente tras la desaparición de Daniel Solano: Hugo Domínguez y Hugo Pachinda. Fueron señalados como el personal de Agrocosecha más cercano a Daniel. Ellos lo habían conectado, y hacía 2 años que lo llevaban a la temporada de cosecha de manzanos.
Daniel era uno de los trabajadores que más conocía a la gente de la empresa, sobre todo  Hugo Domínguez; incluso jugaba en el equipo de fútbol de Agrocosecha en el torneo regional. Esa cercanía le había valido a confianza de los punteros para ofrecerle ser una especie de representante entre los trabajadores. El ofrecimiento, para nada inocente, llegó después del primer mes de trabajo y el pago: 800 pesos sobre los 1200 prometidos. Pero Daniel no sólo se negó a jugar del lado de la empresa sino que planeaba junto a sus compañeros un paro en reclamo de lo que la empresa les debía.
Policía insólita
Dentro de la propia empresa, además, moviéndose como grupo de choque y disuasión en las gamelas  en las que duermen los peones, tenía sus sede la BORA (Brigada Operativa de Rescate y Antitumulto) policía estatal que funcionaba como guardia privada parapolicial de la empresa. Este mismo caso llevó a la provincia gobernada por Alberto Weretilneck a disolver ese grupo. Weretilneck es el sucesor de Carlos Soria (quien fue asesinado por su esposa).
El caso y la persistencia de Gualberto Solano y del abogado Heredia han permitido que la comunidad descubra lo ocurrido. Heredia sostiene que el sistema de impunidad sigue vigente ya que hay empresas  que tienen en su nómina a empleados y punteros que fueron cruciales para el encubrimiento de lo ocurrido con Daniel. En todo caso el juicio, que los policías deberán esperar en prisión, determinará los alcances extrapoliciales de un caso que revela no sólo las formas actuales de violación a los derechos humanos, sino la genética de modelos económicos basados en la disciplina, la obediencia,  y el silencio.
 

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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