Actualidad
Izquierda, derecha y comunicación: la mirada en el oído

¿Cómo enfocar la “batalla cultural”? ¿Por qué la energía y la iniciativa han cambiado de bando? ¿Es un tema de dinero, poder y talento comunicativo de la derecha? ¿Cómo explicar la influencia de los discursos de odio, sobre todo entre los más jóvenes, la propagación de las fake news, el debilitamiento de los mensajes progresistas y los horizontes de esperanza? ¿Y si no se están pensando bien cuáles son las fuerzas en juego, asumiendo que todo es una cuestión de poder, de técnicas e ingeniería social? ¿Todo se juega en ver quién coloca mejor el mensaje? ¿Podría pensarse de otra manera la comunicación?
El español Amador Fernández-Savater, autodefinido como “filósofo pirata”, se hace estas preguntas y explora otros modos y claves de pensar, actuar y vivir el presente. El idealismo frente a lo material. El mercado y los influencers frente a prácticas progresistas y populistas: “La debilidad de la batalla cultural hoy en día, tanto de la izquierda clásica (que quiere convencer) como de la izquierda populista (que quiere seducir), es hacer de la comunicación una práctica de mercado, que presupone un conjunto de consumidores aislados, sin percepción activa, sin conversación o lazos entre sí. Estaciones repetidoras de estereotipos, de memes, de contenidos virales” escribe Amador, y brinda sus ideas sobre cómo salir de lo que llama “pulsión suicida” y “pulsión idiota” del presente. La conversación, no encerrarnos en nosotros mismos, la diversidad de tejidos sociales, la batalla cultural en clave materialista y de experiencias capaces de crear otras formas de estar en el mundo y de crear relaciones. “La conversación como ida y vuelta de la palabra en igualdad, como ejercicio de atención y de escucha, no mediado por ningún algoritmo, guion o protocolo rígidos, sino sostenida por los propios participantes”.
Amador es escritor, investigador, activista y editor. Ha colaborado e intervenido en lavaca y revista MU en numerosas ocasiones. Sus diferentes actividades y publicaciones pueden seguirse en www.filosofiapirata.net. Sus últimos libros son Habitar y gobernar; inspiraciones para una nueva concepción política (Ned ediciones), La fuerza de los débiles; ensayo sobre la eficacia política y Capitalismo libidinal; antropología neoliberal, políticas del deseo, derechización del malestar.
En este caso reproducimos su artículo “¿Hacia una batalla cultural en clave materialista?”publicado en el sitio ctxt.es (Contexto y Acción), una posibilidad de repensar, encarar y debatir la construcción del presente.
Por Amador Fernández-Savater
El mensaje de la derecha prende porque resuena y sintoniza con los miedos y las esperanzas de una vida inmersa en el líquido amniótico del mercado
“Somos una derrota que gobierna”. Leo esta dura caracterización del presente en el último libro del filósofo Juan Manuel Aragües, Gramática de los dioses. A pesar de que hoy gobierna una coalición de izquierdas, donde se pueden encontrar las posiciones antagonistas en que se reconoce el autor, hoy es la derecha (más o menos extrema) quien lleva la iniciativa en el plano social, callejero y anímico, poniendo a la izquierda a la defensiva. El impulso de cambio radical en la sociedad que expresó el 15M (nota: el movimiento de protestas y asambleas en España surgido a partir del 15 de Mayo de 2011) se ha congelado y las políticas de izquierdas se limitan (en el mejor de los casos) a medidas de contención, incapaces de revertir las desigualdades estructurales.
¿Por qué la energía y la iniciativa han cambiado de bando? Una respuesta que aparece entre los actores de izquierda implicados en lo que se conoce como batalla cultural es la siguiente: “La derecha tiene más dinero, más medios y más talento comunicativo”. Ese “más” explicaría la influencia de los discursos de odio, sobre todo entre los más jóvenes, la propagación de las fake news, el debilitamiento de los mensajes progresistas y los horizontes de esperanza.
Pero, ¿acaso hubo más dinero, más medios y mejores estrategias mediáticas durante la década anterior, cuando el deseo de cambio tuvo claramente la hegemonía social y cultural? ¿Y si no se están pensando bien cuáles son las fuerzas en juego, asumiendo que todo es una cuestión cuantitativa, de poder, de técnicas e ingeniería social?
El desafío político, dice Juan Manuel Aragües, es también filosófico, tiene que ver con maneras de pensar. Hay modos de pensar que llevan en sí mismos la derrota. ¿Es la batalla cultural una disputa de mensajes contra mensajes, con los medios y las redes sociales como terreno único o privilegiado? ¿Todo se juega en ver quién coloca mejor el mensaje? ¿Podría pensarse de otra manera la comunicación?
Idealismo y materialismo
El libro de Juan Manuel Aragües reivindica la tradición materialista de pensamiento para las prácticas de emancipación. Una constelación de la que forman parte desde Epicuro hasta Gilles Deleuze, pasando por Spinoza y Marx, opuesta resueltamente al idealismo. ¿Qué dice el idealismo? Aragües lo resume así: es la creencia de que un “etéreo mundo de nombres” define la realidad, tiene la verdad de lo real. El fundador de la corriente idealista sería Platón, con su famosa teoría de un mundo de ideas que rige por encima de la imperfecta materia.
¿Cuál es el problema del idealismo? Ese “etéreo mundo de nombres” simplifica (hasta el borrado) la complejidad y riqueza de lo real, que consiste en la emergencia continua de diferencias imposibles de captar (sin mutilación) en las ideas, los conceptos o esquemas a priori. El idealismo es una “lógica representativa” que pretende dar cuenta de la realidad, como si de un espejo se tratara, pero no consigue captar su dinamismo de cambio y movimiento.
De la filosofía a la política. La batalla cultural, tal y como hoy se plantea, ¿no sería profundamente idealista? La verdad se sitúa en la teoría o los relatos, se trata de transmitir esa verdad a las masas/ audiencias a través de la persuasión (en el caso de la izquierda clásica) o de la seducción (en el caso del populismo). En los dos casos, se concede a lo ideal –la teoría o los relatos– el privilegio de definir el sentido de lo material. Los constructores de explicaciones y narrativas, los intelectuales o storytellers, tienen el poder y la agencia en esta concepción de la política.
¿Cómo pensar en clave materialista? La verdad no se sitúa por encima de la materia, en un cielo abstracto de ideas o relatos, sino en la materia misma, en su perpetuo movimiento, en su producción continua de singularidades, en la trama de relaciones entre ellas en que consiste la vida. La materia se define de este modo como un “tejido de diferencias”. También la materia de la sociedad, la materia social.
Hay singularidad y hay diferencia, cada uno de nosotros es una perspectiva del mundo, un lector único e irrepetible de la realidad. La percepción es activa, los sentidos no sólo reproducen o reflejan lo que hay, sino que lo recrean. Pero, al mismo tiempo, esa diferencia y esa singularidad, la de cada uno de nosotros, es relacional, es decir, entra en contacto y diálogo con los otros, dejándose afectar y afectando, cambiando a través de los encuentros.
Pero, ¿qué importa todo esto? ¿De qué sirven estas filosofadas? ¿No se trata finalmente de tener más dinero, más medios y más eficacia en términos de mensaje? La diferencia es decisiva. Si pensamos en clave idealista, el emisor (que tiene la verdad de la teoría o el relato) se dirige a un receptor aislado y pasivo. La comunicación se convierte en un bombardeo de informaciones hacia un conjunto de individuos atomizados, cada cual encerrado en sí mismo y sin relación con los otros.
Es exactamente así cómo el mercado practica la comunicación. La debilidad de la batalla cultural hoy en día, tanto de la izquierda clásica (que quiere convencer) como de la izquierda populista (que quiere seducir), es hacer de la comunicación una práctica de mercado, que presupone un conjunto de consumidores aislados, sin percepción activa, sin conversación o lazos entre sí. Estaciones repetidoras de estereotipos, de memes, de contenidos virales.
Cuando se plantea la batalla cultural, la disputa en el terreno de las ideas, sobre la base del mercado, pensando exactamente igual que el mercado, es el mercado quien gana. La principal debilidad no es que el adversario tenga más dinero, más medios y más expertos influencers, sino que se está copiando su modelo, imitando su eficacia, pensando en espejo, en simetría con él.
La cuestión de la práctica
El idealismo, tal y como lo explica Juan Manuel Aragües, es la creencia de que primero va la conciencia, las ideas, el lenguaje y sólo después la vida. El “etéreo mundo de nombres” da sentido, orientación y dirección a la vida. El materialismo afirma algo muy distinto: la práctica, la experiencia, tiene un efecto determinante sobre la conciencia. Las prácticas y las experiencias de vida pueden generar nuevas miradas, nuevas ideas, nuevas maneras de pensar.
¿Por qué la derecha lleva la iniciativa en la disputa de las ideas? Podríamos pensar: no sólo porque tenga más dinero, más medios y más talento comunicativo, sino porque las prácticas y las experiencias de vida están de su lado. ¿A cuáles me refiero? A las más diarias y cotidianas: desde el supermercado a la tarjeta de crédito, pasando por el entretenimiento y el turismo, la vida hoy está enteramente organizada por el mercado.
Es decir, el mensaje de la derecha prende porque resuena y sintoniza con los miedos y las esperanzas de una vida inmersa en el líquido amniótico del mercado. La izquierda se ríe altanera de los disparates de Trump o de Ayuso, pero ellos conectan con deseos, formas de vida y lenguajes comunes. La derecha hoy es materialista, tiene las prácticas de vida mayoritarias de su lado. Es un materialismo cínico, un materialismo de lo dado, de lo que hay, de lo establecido, pero arraigado en lo real.
La batalla cultural no es sólo cuestión de ideas, de teorías, de relatos seductores, de significantes, de mensajes a colocar, sino que tiene que ver con prácticas, con experiencias, con sacudidas de la vida capaces, según explica la tradición materialista, de generar nuevas visiones del mundo. ¿No fue esa por ejemplo la fuerza del 15M? Sin dinero, sin medios, sin argumentario ninguno, pero apoyado en una práctica de vida diferente, que contagiaba afectos y valores diferentes, fue capaz de cambiar la mirada de un país.
Razones y pasiones
Por último, el idealismo, según lo caracteriza Juan Manuel Aragües, desconoce el carácter pasional y deseante de la materia humana. Un miedo al cuerpo, un desconocimiento de los saberes del cuerpo, lo acompañan desde siempre, al menos desde el momento en que Platón decidió expulsar a los poetas de su ciudad ideal.
La batalla cultural idealista piensa la eficacia de una verdad discursiva depurada de pasiones. En el caso de la izquierda clásica, es la confianza en la pedagogía, la ideología, los argumentarios. La izquierda clásica piensa la batalla cultural como una gran pizarra donde los expertos (que saben) enseñan a las audiencias (que no saben) aquello que debieran saber. En el caso de la izquierda populista, las emociones se tienen en cuenta, es un cierto avance con respecto a la izquierda clásica, pero se piensan como meras identificaciones. La emoción es aquello que hay que captar o suscitar para “colocar” mejor el mensaje.
En ambos casos se desconoce la capacidad motora de los afectos, su gran fuerza de desplazamiento, la potencia que tienen para movernos y conmovernos. Los afectos no son ni una interferencia en el pensamiento correcto, ni tampoco la emoción pasiva que se adhiere o no a los significantes propuestos, sino una intensidad vital que puede producir nuevas miradas, nuevas visiones y nuevos sentidos para la vida.
La acción política pensada en clave materialista no sólo es asunto de ideas puras, ni de ideas envueltas en ropajes sexys y atractivos, sino de ideas afectantes. Ideas capaces de afectar los cuerpos –tocarlos, moverlos, conmoverlos– porque ellas mismas nacen desde los cuerpos, en ciertas temperaturas vitales muy distintas al frío glacial del cálculo (político, estadístico, de marketing). La tradición materialista ha llamado a estas ideas “nociones comunes”, imágenes compartidas de mundo que brotan del encuentro de los cuerpos, de las prácticas de vida comunes.
La batalla del pensamiento
Singularidad y relacionalidad, percepción activa y creadora, tejido de diferencias, prácticas de vida, carácter pasional y deseante de lo humano… Desde estas claves, ¿podría pensarse una batalla cultural diferente? ¿Cómo sería?
La imagino en primer lugar como la apertura de espacios de conversación. Sin división tajante entre emisores y receptores, creadores de contenidos y consumidores pasivos o repetitivos. La conversación como ida y vuelta de la palabra en igualdad, como ejercicio de atención y de escucha, no mediado por ningún algoritmo, guion o protocolo rígidos, sino sostenida por los propios participantes.
Espacios de conversación, de palabra recíproca, ni monólogo ni guerra entre posiciones cerradas, sino una trama a la vez común y diversa, singular y colectiva. Una conversación que se alimente de las prácticas de vida (o sea incluso capaz de suscitarlas), que resuene con nuestras experiencias más cotidianas y pueda afectar por ello a nuestra mirada sobre el mundo. Espacios de encuentro, de pensamiento, de deliberación, de participación auténtica.
Allí donde somos convocados a pensar desde lo que nos importa y nos toca, desde lo que vivimos y nos implica vitalmente, se despliega siempre una inteligencia. Somos materia que piensa. La confianza en la igualdad de las inteligencias, en la inteligencia de cualquiera, es un presupuesto materialista. ¿Es posible dirigirse al otro, hablar con el otro, no para convencerle o seducirle, sino para pensar juntos?
La batalla cultural en clave materialista es una batalla del pensamiento. Juan Manuel Aragües la piensa como construcción de un conatus. El conatus es un concepto del filósofo Spinoza que designa el esfuerzo que hace cada cosa y cada criatura por perseverar en su ser. Pero ese conatus, que Spinoza considera como una fuerza primordial, un punto de partida, Aragües lo piensa más bien como un desafío, una construcción, un punto de llegada.
Lo dado no es el conatus, como muestra el mundo actual, sino la pulsión suicida. La pulsión suicida del capitalismo en forma de guerra, de agresión a la naturaleza, de ceguera voluntaria con respecto a todas las señales de alarma. La pulsión suicida de cada uno de nosotros como individuos aislados, sin relación, atomizados. Idiotas, en el sentido griego de la palabra, autorreferentes, encerrados en nosotros mismos, incapaces de encuentro con los otros. La pulsión de muerte freudiana viene redefinida en clave materialista como pulsión idiota.
Construir un conatus para sobrevivir, para plantearnos un horizonte de supervivencia humana en un planeta vivo. Hay que escapar para ello de la idiotez, de la superioridad moral, del identitarismo, de todo lo que nos haga incapaces de encuentro y composición con los otros. Construir el conatus es construir lo común, una salida y un éxodo de la pulsión suicida del capitalismo neoliberal, hoy ya brutalismo.
Contra la pulsión suicida, contra la pulsión idiota, contra la vida-mercado y su falsa comunidad de individuos atomizados, la batalla cultural en clave materialista, la construcción de un cuerpo colectivo, un espacio de conversación, un tejido de diferencias.

Actualidad
Ituzaingó: los trabajadores ocupan la fábrica de ascensores Cóndor y proyectan una cooperativa

Mientras se discute la reforma laboral en un contexto brutal de recesión económica e incremento del desempleo, el destino de miles de trabajadores parece ser simplemente la calle. Ascensores Cóndor en Ituzaingó es un ejemplo de empresa en situación de vaciamiento, pero también de otra forma de búsqueda: tras cinco meses sin cobrar, sus 34 trabajadores ingresaron a la planta y proyectan formar una cooperativa para sostener las fuentes de trabajo. “El camino no es solo irse con las manos vacías”, dice uno de de ellos a lavaca. Retrato de una época de crisis, y la estrategia de la autogestión.
Por Lucas Pedulla
Argentina es un país que tiene un día a día tan imprevisible que lo que pasó cinco meses atrás puede parecer de otro siglo. Por entonces, en ninguno de los portales de las empresas periodísticas tradicionales aparecía en agenda la reforma laboral que mañana movilizará a miles de personas frente a la Casa Rosada. Tampoco que la empresa metalúrgica Ascensores Cóndor, una fábrica líder con 50 años de historia, dejaba de pagarle a sus trabajadores, coronando un proceso que había empezado, al menos, otro año atrás.
En este país que cambia todos los días, hay 34 obreros que siguen en la misma situación: hace cinco meses que no cobran un peso. Por eso, luego de semanas de resistencias, de acampes y de festivales en el barrio para juntar lo indispensable para bancar la olla, decidieron dar un paso al frente: iniciar los trámites para conformar una cooperativa de trabajo y recuperar sus fuentes de vida y esperanza.
Saben que el contexto es brutal: Acindar (en Rosario) suspendió 2.500 trabajadores, Whirlpool (en Pilar) cerró y dejó a 220 familias en la calle –lo que desató un efecto dominó en el Parque Industrial–, y el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Aber Furlán, denunció que desde la llegada de Javier Milei al gobierno el gremio perdió más de 26 mil laburantes.
Dentro de la fábrica en el barrio Villa León, en Ituzaingó, municipio al oeste del conurbano bonaerense, el obrero Miguel Franco –51 años, 16 en la empresa, 5 hijos– asegura a lavaca: “Esperemos ser un faro para demostrar, en esta crisis, que se puede hacer algo”.
La chispa
Los trabajadores ubican el comienzo del desplome hace diez años, tras la muerte del dueño fundador. La empresa pasó entonces a manos de los hijos que, de a poco, se fueron peleando entre sí. Todo comenzó a sentirse en la producción: antes de la pandemia llegaron a fabricar 35 ascensores por mes –cada uno tiene un valor de alrededor de 30.000 a 40.000 dólares–, pero el número empezó a bajar: primero a 25, luego a 20. También bajó el número de trabajadores: fueron 220 en el momento de esplendor, luego 180, quedaron 70, y hoy resisten 34.
“Ellos empezaron a hacer que caiga la empresa”, dice Pablo Zamorano, 42 años, 15 en Cóndor, una hija. “Llegamos a estar en un nivel muy alto, fuimos una de las primeras marcas de ascensores. Pero el dueño murió y con su familia haciéndose cargo esto empezó a decaer. Armaron un esquema de vaciamiento, ni siquiera compraban materia prima. Hace un año empezaron a pagarnos el sueldo en cuotas, y hoy nos dejaron sin obra social, sin ART. Este año empezó peor y hace más de cinco meses que no cobramos nada”.
Los dueños firmaron retiros voluntarios con algunos trabajadores y establecieron planes de pago que sólo cumplieron durante un mes, lo cual demuestra la voluntad de los patrones, ni siquiera con una reforma laboral que pretende establecer bancos de horas y licuar indemnizaciones y jubilaciones, sino con la legislación actual. “A otro compañero, con 40 años de trabajo acá, le pagaron con un hornito de 150.000 pesos”, se indignan los obreros.
Miguel ubica el desplome en el contexto actual: “Hay una caída económica en todo el país. Lo que vivimos es terrorífico: suba de precios, sueldos planchados, un enfriamiento terrible. No sabemos a dónde vamos a llegar, porque todas las semanas están echando gente. Esperemos cambiar la situación y que la gente se dé cuenta de que este Gobierno no va”.
Pablo responde por qué una cooperativa: “El esfuerzo que estamos haciendo todos nos da la esperanza de armarla, para que ya no nos saquen el sueldo como lo hicieron. No conocía esta posibilidad, pero nos da ánimos. Nos va a servir a todos para no seguir sufriendo”.
Miguel destaca el apoyo y asesoramiento de otras experiencias del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), la banca de la delegación de Morón de la UOM, y la del sector político-gremial más importante de todos: “La familia, porque la banca que nos están dando es tremenda. Imaginate: estoy también al cuidado de mi papá, 93 años, con una jubilación retro. Pero él me apoya, también mi señora y mis hijos: ahí hay futuro”.
Los trabajadores saben que, en este contexto, la experiencia de Ascensores Cóndor puede ser una chispa y una inspiración para otras fábricas que estén en una situación similar. Miguel dice mirando a los ojos: “Lo tomo como un faro. Puede salir mal, puede salir bien, pero también es hacerle ver a la gente que está pasando el mismo problema que esto se puede hacer. Estamos cuidando nuestros puestos de trabajo, que es lo principal. Nos hemos hecho virales, hemos salido en varios lados, y por algo es: por algo venimos y por algo estamos en este mundo. Ojalá sea el inicio, la esperanza de saber que, cuando pasan estas cosas, el camino no es sólo irse con las manos vacías, sino también luchar”.
Actualidad
Petróleo y geopolítica: carta de María Galindo a Corina Machado

«Cuestionarte a ti no es legitimar a Maduro» escribe la artista, activista y pensadora boliviana María Galindo, fundadora de Mujeres creando, dirigiéndose a la reciente ganadora del Nobel de la Paz, la venezolana María Corina Machado. Galindo, entre muchos otros conceptos, refuta la idea de que hay dos opciones entre las cuales elegir y, al contrario, compara y equipara actitudes del régimen venezolano con las de la oposición que Machado busca simbolizar. El trasfondo petrolero y geopolítico de lo que está ocurriendo, y la desmentida a los lugares comunes mediáticos y políticos. El título de la carta, que María Galindo hizo llegar especialmente a lavaca: Alma llanera y alma imperialista no son lo mismo, ni tampoco son equivalentes. Aquí la reproducimos completa.
Alma llanera y alma imperialista no son lo mismo, ni tampoco son equivalentes
Dirigido a María Corina Machado
María Galindo
Desde Bolivia
Quiero decirte María Corina Machado que cuestionarte a ti no es legitimar a Maduro.
Quieres hacer creer al mundo que solo hay dos caminos y eso no es cierto y lo digo no porque esté en Venezuela, ni haya pisado jamás tu tierra, sino porque en ningún país hay dos opciones. Las opciones son múltiples y quienes están dispuestos a despedazar un país para hacer valer sus posiciones son equivalentemente detestables y en eso eres bien igualita, bien parecida al Maduro que detestas.
Maduro con tal de imponerse esta dispuesto a cualquier cosa, aunque quienes paguen esa cualquier cosa sean los, las y les venezolanes.
Tú lo mismo, tu igual, tú de otra manera, pero muy parecida, es decir a costa de la gente.
También quiero decirte que no eres Venezuela, no eres la democracia, ni la libertad. Eres Corina Machado; pretenderte Venezuela, pretenderte la solución para Venezuela, pretenderte la democracia para Venezuela es parte del gran problema frente al cual estamos.
No sé si vale la pena rebatirte de forma directa porque abres, partes y perteneces a eso que se llama no respetar a quien piensa diferente, no tener ni siquiera interés en ello, y por eso no vale la pena rebatirte porque no estas dispuesta a abrir ni siquiera una discusión sobre el papel que estas protagonizando para Venezuela y para todo el continente como bien sabes y vienes anunciando.
Tu eres la buena, la que no se puede poner en cuestión, la heroica, la representante de una democracia que no está dispuesta a discutir, debatir ni aceptar discrepancia.
Los planes de Trump sobre todo nuestro continente no son planes de respeto a democracia alguna, a brazo productivo alguno, a libertades culturales, filosóficas, o políticas y no se ni para que lo digo porque es tan obvio, tan pero tan obvio. Tu no sirves más que para abrirle las puertas a Trump para que se instale, invada y además controle el petróleo venezolano, tu papel en esta historia es un papel denigrante por decir lo menos.
Esto no va de democracia, ni de libertad ni de la buena de María Corina Machado; va de petróleo, de geopolítica marítima en el sur, va de repartija del mundo, de colonialismo, de ocupación y de guerra.
Tú en esta historia no eres la valiente, la resistente, ni tampoco la fiera planificadora, no estas sentada en una mesa con Trump definiendo el futuro geopolítico del mundo, aunque te quieras creer ese cuento, sabes que no es cierto.
Eres la envoltura, el celofán, el relato oficial para encubrir, maquillar, tapar, confundir una ocupación militar imperialista que reabra la herida del continente sur a los tiempos de la triple AA y de la CIA controlando policía, ejercito, calle y cielo.
Este lugar que ocupas no es inocuo, ni es menor, es central para que el mundo se trague el cuento.
Estoy aquí como boliviana, como radialista, como artista, como nada que soy, porque no soy ni ciudadana ya que la ciudadanía en el sur del mundo no existe. Estoy aquí para decirte desde una radio local que no me trago tu cuento y que no por eso soy pro Maduro. No necesito ni de la BBC, ni del New York Times, ni de la Deutsche Welle para contar esto que está sucediendo.
Puedo escribir esta crónica desde el barrio y desde el puesto de comida rápida, puedo escribir esta crónica desde el venezolano acróbata que en los semáforos de La Paz trata de recaudar monedas tragando fuego.
Maduro es una dictadura y tú eres frente a esa dictadura imperialismo no democracia, ocupación militar no libertad.
Tu hija muy elegante luciendo un traje de Carolina Herrena de un costo de 200 veces el salario mínimo vital en Venezuela recibió en tu nombre y hablando un perfecto académico y hoy políticamente imprescindible ingles el premio hablándonos de democracia.
Contemplándola, aplaudiéndola, y marchando en Oslo venezolanos de la oligarquía que es en gran parte la causa principal de la pobreza en Venezuela y la causa principal de legitimación del Madurismo, porque lo que ofrecieron es un despojo racista, clasista, misógino, y homofóbico a nombre de democracia. Y con esto ni quiero en lo más mínimo minimizar la corrupción grotesca del gobierno de Maduro, el papel de las fuerzas armadas y el empobrecimiento de los, las les venezolanes. ¿Como pueden ser 30 dólares el salario mínimo de un país tan inmensamente rico? Eso tendrá que responder el madurismo.
Tu hija más gringa que venezolana es lo que ustedes han producido como clase y como legado. Vive en Nueva York, no en Caracas se ha formado en la escuela de negocios de Harvard y es una perfecta hija del imperio. A ella no la deportaran después de trabajar 10 horas en Mac Donalds.
¿Ya tienen ese supuesto todo al que aspiran como máxima ambición qué más quieren?
¿Crees tú que esa Venezuela popular se puede tragar el cuento de la democracia de peones y esclavos que ofreces?
¿Crees tú que alguna joven venezolana se puede identificar con tu hija de cristal, con su destino de gringa asimilada?
¿Crees tú que no hablamos, que no tenemos voz, ni inteligencia colectiva quienes entendimos en nuestra carne que el único destino posible es el que es colectivo o sea para todos, todas y todes?
Quiero en nombre de la democracia que pregonas decirte que no estoy de acuerdo y que reclamo mi derecho a discrepar contigo, con la ocupación militar como solución al madurismo, creo en la soberanía de los pueblos sobre sus recursos y sus territorios.
No estoy dispuesta a morir por esas ideas, porque no quiero muerte sino vida.
Así que aquí estoy para decir lo que pienso, lo que siento
La vitalidad del Alma Llanera, su dulzura, el arrullo del sol y la capacidad de amar cantar y soñar nos pertenece a quienes amamos la tierra y tú, tú no sabes lo que es eso.
Parafraseando a Pedro Elías Gutiérrez, termino escupiendo tu medallita ya bastante basureada antes en el mundo para legitimar genocidios y ocupaciones imperialistas. No eres la primera en no merecerlo, ni la última en recibirlo para decorar los horrores de los tiempos que vivimos.
Good by baby
Actualidad
Represión en Mendoza y detención a periodistas: la política de la megaminería

Al menos 17 personas detenidas (9 de ellas aún lo están) entre quienes había dos periodistas que registraban los hechos. Corridas, persecuciones, detenidos que fueron golpeados por la policía y derivados a hospitales, y operaciones mediáticas para culpar a la ciudadanía. “Este proyecto no cierra si no es con represión y con violación a nuestras libertades democráticas” explicó a lavaca una de las asambleístas. Hubo cuestionamientos al proyecto por parte de la Iglesia Católica y las evangelistas, además de un informe contrario al Informe de Impacto Ambiental del CONICET, que fue censurado, simbolizando la escalada oficialista para defender los proyectos extractivos. Los números sobre posibles puestos de trabajo, que diferencian la propaganda minera de la realidad.
Bajo las órdenes del gobernador Alfredo Cornejo, la policía de Mendoza realizó la noche del jueves un operativo represivo en el centro de la capital provincial contra la “marcha del agua”, que se manifestaba en rechazo a la aprobación de cuatro proyectos megamineros que la legislatura votó el martes pasado. Hubo 13 detenidos en el comienzo, y luego cuatro mujeres más.
La policía persiguió a manifestantes incluso en bares, en un modo definido a lavaca como “cacería” por parte de integrantes de la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza. Las detenciones incluyeron a dos trabajadores de prensa: Bautista Franco y Santiago Algoberro, liberados este viernes al mediodía.
¿Golpes y heridas a detenidos?
Los abogados y abogadas pudieron entrevistarse con los detenidos varias horas después de las detenciones. Julieta Lavarello, abogada de la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza, denunció que al menos seis personas tienen lesiones que requirieron traslado a hospitales, con indicios de que las heridas se produjeron tras la detención y no en el momento del arresto.
La doctora Lavarello describió el accionar policial como “criminal” y describió: “Fue un despliegue masivo de efectivos, especialmente de infantería, que esperaron que la manifestación se disperse para hacer las detenciones de manera individual”.
Es una metodología habitual en Mendoza y otros puntos del país: marchas que se desarrollan pacíficamente y hacia el final de las mismas, cuando la gente se desconcentra, el ataque o persecución a grupos dispersos, y el clásico accionar de personajes que nadie conoce, infiltrados entre los manifestantes para provocar a la policía justificando así la represión. Todo esto incentivado por las empresas mediáticas oficialistas, dedicadas a atacar y estigmatizar toda opinión contraria a la megaminería. El cuestionamiento social a la actividadad se fundamenta en su carácter contaminante, destructivo, prebendario y aniquilador de un bien vital como el agua, que por eso tiene como emblema la Ley 7722 de defensa del agua (que posiblemente sea el próximo objetivo de la alianza de las corporación minera y política).

Persecución y golpes en la noche mendocina (imagen tomada de un video enviado por asambleístas provinciales).
El proyecto que no cierra
Durante la madrugada, otras cuatro mujeres fueron aprehendidas y liberadas al amanecer. De las 9 personas aún detenidas, 7 están en la estación transitoria de detenidos y aprehendidos, en el Polo Judicial.
Desde la puerta, Nora Moyano, integrante de la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza, le dice a lavaca: «Este Estado ya no es democrático, es un mineroestado. Este proyecto no cierra si no es con represión, con la violación de nuestras libertades democráticas, nuestro derecho ambiental y humano. Es una vergüenza lo que hicieron anoche, a dos personas les desfiguraron la cara a golpes y patadas. Cada día se profundiza más el aspecto autoritario y represivo de este gobierno, emulando las peores épocas de la Argentina”.
Empleo: propaganda y realidad
El geógrafo y docente Marcelo Giraud dijo a lavaca: “Con la crisis que hay, insisten diciendo que este proyecto genera trabajo y movimiento económico. Hay gente que quiere creer esa propaganda, que está desmentida por los propios informes de la empresa. En los comunicados hablan de 3.900 puestos de trabajo durante la construcción (muy poco tiempo) y 2.400 en operación, entre directos e indirectos. Sin embargo en todo el Informe de Impacto Ambiental plantea que para la construcción serán 71 personas de la empresa y 1.000 contratadas”. O sea, la cuarta parte de lo que dice la propaganda oficialista.
“Y para operación de la minera hablan de 2.400 empleos -1.600 indirectos y 800 directos-, pero el IIA reconoce solo 380 directos”. Traducción: solo será el 16% de empleos de lo propagandizado por el periodismo oficialista y el gobierno.
La Cámara de Senadores de Mendoza votó el martes la media sanción que faltaba a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y aprobó el proyecto de Megaminería PSJ Cobre Mendocino, conocido como San Jorge, que habilita el desembarco de la industria metalífera en la localidad de Uspallata, proyecto rechazado desde 2007 y que no cuenta con la licencia social por parte de las comunidades.
Diputados y senadores, por razones e intercambios que el tiempo quizás vaya aclarando, votaron lo mismo que fue rechazado otras veces, y que en esta oportunidad motivó un pronunciamiento del CONICET, que luego fue censurado. También se pronunciaron en contra la Pastoral Social mendocina, las iglesias cristianas organizaciones sociales de todo tipo y comunidades originarias. Entre el lunes y martes se produjo una masiva movilización de toda la provincia en rechazo al proyecto San Jorge, que se topó con un Congreso vallado para garantizar la votación a espaldas de la gente.
La historia recién se está escribiendo.

Lo habitual: después de una marcha pacífica, corridas policiales para estigmatizar a quienes se manifiestan. (Imagen de un video enviado por asambleístas).

Revista MuHace 3 semanasMu 209: Una de terror

Derechos HumanosHace 2 semanasA 40 años de la sentencia: ¿Qué significa hoy el Juicio a las Juntas?

ActualidadHace 3 semanasExtractivismo en Mendoza: movilización y rechazo ante la legislatura por el intento de votación del proyecto San Jorge

ActualidadHace 1 semanaMendoza en caravana hacia la capital provincial contra el proyecto minero San Jorge

NotaHace 2 semanasEncuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

















