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Artes

Teatro y cine: viajes a los seres humanos

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En épocas con vidas monitoreadas por lo artificial, el arte va por la comprensión –y el disfrute posible– de la vida real. Paradójicamente, o no tanto, lo hace a través de la ficción (que casi nunca es tan ficción). La propuesta: tres experiencias artísticas que atravesaron la necesidad de llevar a escena la propia historia. El documental Imprenteros, de Lorena Vega y Gonzalo Zapico: el devenir familiar que nació como biodrama y también se convirtió en libro con una pregunta: ¿cómo volver al lugar de donde no quisimos irnos? ¿Cómo recuperar esos retazos de la infancia? En el ámbito teatral, Nena gorda y El David marrón, son dos obras que tienen en común el debate sobre los cuerpos, la discriminación y el maltrato, haciéndose fuertes desde el humor para encontrar otros caminos. Por María del Carmen Varela

Imprenteros, el documental

¿Qué es una familia?  Lorena Vega escribió en su diario íntimo a los 10 años mientras estaba internada en un hospital. Habrá tantas respuestas como seres dispuestos a responder. La suya se fue construyendo con el paso del tiempo y las vivencias que involucraban a mamá, papá y dos hermanos, las personas más cercanas del entorno de esa niña que vivía en el barrio de Flores. Hasta que el padre, gráfico de oficio y dueño de la imprenta Ficcerd ubicada en Lomas del Mirador, dejó de ser tan cercano. Se separó de Yeni — así llaman a la morocha formoseña que supo cautivar el corazón de Alfredo —y formó otra familia. La obra teatral Imprenteros germinó en un taller de biodrama dictado por Vivi Tellas en el Centro Cultural Rojas al que asistió Lorena Vega. Que tras el fallecimiento de su padre los hijos de su segundo matrimonio cambiaran la cerradura del taller gráfico y no les permitieran la entrada a Lorena y a sus hermanos,  Sergio y Federico, fue el acontecimiento que disparó la necesidad de dialogar con ese pasado con clausura impuesta. ¿Cómo volver al lugar de la infancia?

Mientras transcurre la sexta temporada de la obra teatral y salió a la luz en el 2022 el libro, del mismo nombre: Imprenteros, asoma el documental dirigido por Lorena y Gonzalo Zapico. Fue filmado entre 2020 y 2023 y podria ser visto sin haber presenciado la  obra o leído el libro . Teatro,  literatura y cine, cada lenguaje proporcionó lo mejor de su género a la historia familiar de los Vega. Durante la pandemia y mientras su hermano Sergio le insistía: Hay que  hacer el libro, Lorena aprovechaba el tiempo disponible en su casa para llevar adelante una película sobre una mujer sola, filmada por el guionista y director de cine Gonzalo Zapico, su pareja. Sergio ganó, Lorena dejó de lado el proyecto de la película y se abocó a la tarea de juntar material para el libro. Si la obra teatral era tan exitosa, por qué no llevarla al papel para que el oficio paterno —y también el  de Sergio— fuera el protagonista del producto final.  La elaboración de los textos, la elección de las fotos, la residencia de una semana en Córdoba de lxs hermanxs Vega con Gabriela Halac y Clara Ciarapica de Ediciones Documenta, aparece en el documental y nos permite ser testigxs de cómo se gesta un libro. Incluso del momento en que se imprimió.

Teatro y cine: viajes a los seres humanos

¿Extrañás a papá? Pregunta Lorena a su hermano Federico. No, dispara mientras fuma un cigarrillo.  También interroga a Sergio acerca de su primera reacción ante este contratiempo – el cambio de cerradura— y él responde que tenía ganas de tirar el portón abajo con la camioneta, sacar a quienes estuvieran ahí y quedarse en el taller gráfico. Lxs hermanxs Vega no pudieron volver a entrar a la imprenta de su padre, pero de alguna manera regresaron. Sí, el arte ayudó a reparar las fracturas que irrumpieron en el camino y en esta oportunidad, colaboró de distintas maneras. “Hermanita, gracias por enseñarme a tirar ese portón debajo de una manera diferente a la mía”, le dijo Sergio a Lorena después de haberse subido al escenario en Imprenteros.

La imagen del afiche del documental (la primera que aquí mostramos) es la foto que nunca existió. Gracias a los beneficios de la tecnología, el arte fotográfico a cargo de César Capasso, amigo de Lorena, compone las fotos  que ningún click permitió ver la luz. Así aparecen lxs tres hermanxs Vega junto a la vieja máquina de la imprenta paterna, como si estuvieran trabajando en ella. Las fotos de la imprenta las había sacado César a pedido de Lorena cuando el padre cumplió 60 años. Su regalo fue enmarcarlas y colgarlas en Ficcerd. Esas fotos quedaron allí.  Cuando Lorena le diljo a César que ya no podrían entrar, él la tranquilizó: “No te preocupes, me dedico al retoque digital, yo con Photoshop lxs meto a lxs tres de nuevo adentro”. Mirando las fotos de familia, Lorena se dio cuenta de que no tenían ninguna con madre, padre y hermanxs. Entonces Capasso intervino y podemos asegurar que la foto de lxs cinco existe. El documental da cuenta de muchos aspectos que no aparecen en la obra teatral ni en el libro, quizás sea la pieza que faltaba para terminar de armar esta historia entrañable que ninguna cerradura puede dejar en el olvido.

Sala Lugones, Av. Corrientes 1530, CABA

Del 1 al 4 de agosto, 21 hs y del 6 al 8 de agosto, 18 hs

Museo Malba, Av. Presidente Figueroa Alcorta 3415, CABA

Sábados de agosto, 22 hs

Nena gorda

¿Quién me rellenó? ¿Por qué me rellenaron? ¿Cómo me saco el relleno? Preguntaba Barby, una niña a la que se calificaba como “grandota”, “gordita”, “morruda”o el adjetivo que pretendía ser más condescendiente: “rellenita”. Corría la década del ´90, Barby tenía ganas de bailar con sus amigas y concurría a las clases de danza clásica en la academia barrial. Por su apariencia física siempre le tocaba estar en la fila de atrás cuando se estrenaban las coreografías. En la escuela y cuando llegaba la hora de hacer deportes, era la última que elegían en los equipos. Bárbara Bonfil es ahora una mujer de 38 años, estudió actuación en la Universidad Nacional de las Artes, tiene una marca independiente de ropa (Ofeelia), baila flamenco y es autora y protagonista de un biodrama al que llamó, sin eufemismos, Nena gorda.

Teatro y cine: viajes a los seres humanos

Durante la pandemia y con tiempo disponible para hacerse preguntas, surgieron algunas. ¿De qué tengo de hablar? ¿Qué quiero contar con el teatro? Barby encontró respuestas mirando algunos espectáculos de referentes de la vanguardia del flamenco como Manuel Liñan, que compone su obra desde la homosexualidad, y Rocío Molina, que hace referencia a la menstruación, al aborto, a los cánones de belleza y notó que hablar desde su propia experiencia era una característica que le interesaba explorar. “Estaban haciendo arte desde algo que tenían impreso en sus cuerpos y que necesitaba ser contado y exteriorizado”. Y así germinó el proceso de creación que fue moldeando Nena gorda junto a la directora y dramaturga Laura Fernández.   

“Empecé un proceso muy introspectivo para indagar en cuál era mi huella personal, la herida latente, eso que puede seguir estando aunque no se ve , eso que pasado el tiempo seguía siendo parte constitutiva de mí. Descubrí que haber sido una nena gorda me había marcado durante muchos años y  que en mi mente y cuerpo delgado de adulta  seguía habiendo resabios de esas miradas acusadoras, de esas exigencias desmedidas, de ese señalamiento cruel que recibí por parte de allegados y compañeros de escuela”. Barby tomó el desafío de hablar en primera persona, para poner en escena a esa niña juzgada por su aspecto físico y lo que consiguió fue una obra divertida, profunda, que invita a conocer a la Barby de los ‘ 90 a través de fotos, videos, registros de esa infancia en zapatillas de punta, vestuarios para las muestras de fin de año, la filmación del padre, buscándola con la cámara hasta encontrarla, en la fila de atrás.

El trato que reciben las infancias, la influencia de la mirada de lxs adultxs, la construccion de su autoestima, son aspectos sobre los que le interesaba reflexionar mientras diseñaba la obra. “Generaciones enteras de mujeres  atravesadas por dietas, malos tratos  y condicionamientos que responden a exigencias y estándares de belleza que son violentos, generando frustración en el mas leve de los casos  y en el peor traumas y problemas alimenticios”. Propone Barby abrir preguntas. ¿Qué tanto nos condiciona la sociedad y la mirada de lxs otrxs en nuestras elecciones? ¿Somos quienes queremos ser o lo que nos dejaron ser? ¿Podemos realmente elegir de adultxs o estamos condicionados por el pasado? ¿Qué culpa tenemos de no haber tenido el cuerpo que se necesitaba para lo que se deseaba ser o hacer? ¿Quien determina lo que podés hacer o no, y por qué?

Otro aspecto que también inevitablemente aparece en Nena gorda es el gusto por la comida. Cuestionado por las personas adultas. Ya te comiste tres mollejas, Barby, ¿de verdad tenés hambre?  “En mi familia judía siempre se habló mucho de comida, se cocinaban manjares. Comer era sinónimo de momentos juntxs, agasajos para los seres queridos. ¿Por qué entonces sentir culpa de comer pensando siempre en los kilos que vas a engordar? ¿Por qué no disfrutar de ese momento, de ese compartir?”.  No se hablaba del bullyng en ese momento. “Opinar sobre el cuerpo ajeno en los ´90 era algo común e incluso aceptable. Recuerdo una tía diciendole a mi mamá, conmigo al lado y con mucha soltura: ¡qué gordita que está Barbarita! ¿va a la nutricionista? Mi mamá muchas veces me mandaba coser vestiditos con una modista porque lo que había en los locales para niñas de mi edad no me entraba”.

¿Cómo fue el preoceso de resignificar el cuerpo desde la disciplina y los stándares de la danza clásica a permitirte disfrutar del baile y el goce vital? “Cuando comencé a hacer actividades que me gustaban y me sentía aceptada y valorada fue cuando empecé a sentirme algo mejor. El teatro me ayudó mucho, ya que el cuerpo se ponía en juego desde un lugar mas lúdico, menos rígido . Más tarde me encontré buscando una danza donde me sintiera a gusto, probé contemporáneo y no,  hasta que llegué al flamenco y sentí que era mi lugar. Si bien es muy técnico como todas las danzas, me resulta  super democrática en relación a la inclusión de los cuerpos y a las edades que lo pueden practicar. Hay algo del peso de los cuerpos, del volumen , que se reivindica en el flamenco que suma a la hora de la expresión y el movimiento, que no se intenta modificar o tapar, que se incluye y se agradece . Yo en el flamenco tuve mi revancha con la danza”.

¿En qué cambiaron las cosas desde los ‘ 90 hasta ahora?  Barby resalta que el feminismo fue clave para abrir las compuertas y hablar de estos temas.  “Hoy nosotras podemos pensar sobre nuestros cuerpos, cuidarlos, valorarlos, defenderlos y hasta hacer una obra de teatro referida a ello, gracias a un colectivo que sacudió una estructura violenta y opresiva. Pero la estructura no se cae de un dia para el otro y no alcanza con que algunos grupos aborden estas cuestiones. La sociedad toda tiene que hacerse cargo. Es importante sostener el debate y el accionar para que por fin , en un futuro, haya generaciones que ya no consideran que gordo es un defecto y flaco es un valor. Donde las infancias sean aceptadas en todas las actividades que les guste hacer, donde las mujeres no sientan que la sociedad las desprecia por sus arrugas o canas, donde el género no determine quién sos ni lo que podes hacer o no. La cuestión del respeto por los cuerpos va para largo y hay mucho terreno por ganar. Pero lo  que sale a la luz , no vuelve nunca mas a la oscuridad”.

El Crisol, Malabia 611, CABA

Sábados 20 hs, hasta el 31 de agosto

El David marrón

Un romance que prende su primera chispa durante  la observación-admiración de la estatua del David de Miguel Angel en un museo de la ciudad de Buenos Aires. Las miradas se cruzan, se sostienen, se enciende el deseo y se desata presuroso en el baño del museo. David, el marrón y Juan, el rubio, se acurrucan, se besan y dan inicio a una historia de dos, aunque alguien más tiene peso en esta trama. El David de mármol, tan perfecto como frío, observa desde la altura, desde esa superioridad que le otorga la belleza.

David, el marrón, se deslumbra con Juan, el rubio, abogado, a quien todo el mundo le sonríe porque cae bien. Juan también se fascina con él. ¿Qué refulge en el otro? ¿Qué motiva a cada uno cuando emerge la pasión? Esta historia permite tirar del hilo para desentrañar muchas otras caras de la misma moneda. El arte consagrado y su pátina racista. La belleza encorsetada, disciplinada, esculpida, y blanca, por supuesto. El chico blanco que ejerce sometimiento hacia el marrón y en eso radica su goce.

Teatro y cine: viajes a los seres humanos

El actor, director, productor y dramaturgo David Gudiño comenzó a escribir el texto de este unipersonal en 2019, haciendo pie en 2012, cuando estaba viviendo en otro país y no le creyeron que era argentino, le dijeron que parecía vietnamita o filipino.  “Durante años acumulé anécdotas, algunas más chotas, como que me pare la policía y me revise de arriba abajo en plena luz del día y otras más graciosas como que me pidan que les venda verduras cuando yo también estoy comprando”. En cuanto a la incorporación del David esculpido, cuenta que fue lo último que apareció. “Yo quería que fuera algo del orden de lo real. No me gustan los unipersonales que hablan para el afuera sin razón o hacen que hay alguien que no está. Cuando me di cuenta que mi madre me puso el mismo nombre que la escultura más conocida del mundo encontré a quien decirle todo esto que tenía para decir y sin razón echarle todas las culpas. El David de Miguel Ángel es una víctima perfecta”.

El David marrón es la séptima obra que escribió y estrenó este salteño que creció en Tierra del Fuego, autor también del monólogo Marrón y es integrante del colectivo antirracista Identidad Marrón. Su cortometraje Argentina no es blanca tuvo más de 20 millones de visualizaciones en redes sociales, donde muestra desde un costado humorísitico la cantidad de prejuicios que afronta en lo cotidiano una persona morocha. ¿Cómo surgió la idea del unipersonal El David marrón? “Me di cuenta que si seguía haciendo castings no iba a quedar y si quedaba iba a hacer de ladrón o de policía. Entonces me cansé. Sentarme a escribir fue una decisión sobre todo laboral. Necesitaba que ser actor más allá del sueño. Necesitaba poder trabajar de esto”.

 David trabaja con el humor. “No podría vivir conmigo mismo haciendo una obra que no busca aunque sea sacar una leve risa del espectador. Pueden no reírse, pero sí encaré la escritura desde la imagen colorida que abre sentido”. En esta obra también trabajó, junto a la directora Laura Fernández, sobre lo vulgar. “No me interesa hacer un marrón bueno espiritual y conectado como Pocahontas. Quería expandir el rol y vulgarizar al David de Miguel y profanar al museo como institución”. Laura  le propuso conectar con lxs espectadorxs. “En ese sentido la obra no es algo para observar cuál cuadro muerto, sino que estoy todo el tiempo mirando a los ojos de quienes observan, buscando que les está pasando y dejándome afectar. Llegamos al punto en que puedo hacer la obra mirando a los ojos continuamente a una persona sin irme y eso es un abismo hermoso”.

Dumont 4040, Santos Dumont 4040, CABA

Viernes 22 hs hasta el 30 de agosto

Músicas

Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad

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Por Claudia Acuña

 Están sentadas frente a frente en una amplia mesa repleta de palabras y de cosas. Hay lapiceras y cuadernitos de coloridas tapas, empanadas, ceniceros, libros, vino, agua, flores, y un sinfín de amorosos recuerdos de las formas más variadas, todo en un desorden creativo que da cuenta que desde hace horas que están allí urdiendo lo que soñaron y disfrutando como dos criaturas que juegan muy en serio a crear con lo que hay lo que falta. Susy Shock y Liliana Herrero mantienen por eso mismo una conexión de miradas emocionadas y cómplices durante toda esta charla que intenta dar cuenta de aquello que ese gesto hace obvio: qué las une. Lo harán explicito es una ceremonia que titularon Hay palabras y que agotó en menos de 48 horas todas las localidades para el domingo 15 de junio (a las 20 horas, en La Paz Arriba), lo que las obligó a programar otra el domingo 29, que también se agotó, y ojalá más.

“Si las solas se juntaran la soledad queda sola”, nos recuerda la canción de Susy Shock y esta reunión es exactamente la puesta en práctica de ese verso. De eso también se trata este Hay palabras: de la coherencia entre el decir y el hacer. Las dos cargan con grandes ausencias que están tan presentes como para encender este motor que las impulsó a compartir escenario: sus compañeros de vida –Horacio González y Joel– las acompañan desde otro plano y acomodarse a esa nueva realidad les ha dado una sensibilidad que las impulsa a producir con ese peso, alas. Sin duda, ellos también están sentados en esa mesa, disfrutando lo que intercambian y que de alguna extraña manera ayudaron a concretar. Durante la charla explicitarán que también están allí y aportando a esa olla que las hace hervir Batato Barea, Evita, Lohana Berkins, Nora Cortiñas, Hebe de Bonafini… y muchas más. “Son seres que nos constituyen”, dirá Susy.  A partir de esa memoria sensible, este encuentro -se entiende- es abrazo.

Encuentro cercano

Susy es muchísimas cosas, pero sobre todo poeta. Liliana es tantísimas más, pero fundamentalmente cantora. Una desplaza con el impulso de la pasión el orden previsible del lenguaje. La otra, tiene la espada del oído preciso: sabe escuchar aquello que es nuevo y es certero.

Dirá, por ejemplo, Lili, buscando en su cuadernito de tapas coloridas:

“Acá anoté una frase que dijo Susy que abrió una puerta: Todo país es una poética”.

Explicará Susy:

“En estos tiempos de crueldad lo que intentan destruir no se limita a cerrar un ministerio, recortar un programa o pegarles a los jubilados. También se trata de destruir la poética que somos, esa belleza de lo sagrado que nos legaron personas que hicieron muchas cosas en momentos también terribles, que vencieron al miedo, que no estaban adormecidas y de las que hemos heredado una épica que es la que nos va a salvaguardar de esta época de mierda”.

Dirá, también, Lili, leyendo otra anotación de su cuardenito:

“Otra frase que dijo Susy: esta época es más de fieras que de aves”.

Explicará Susy:

“Cuando nos pusimos hablar con Liliana nos fuimos contando las cosas que nos constituyeron y fueron apareciendo historias de nuestra vida personal, muchas personas que nos enseñaron cosas, muchos encuentros colectivos que nos dejaron experiencias, trayectos que atravesamos hasta llegar acá. Y así fuimos poniendo el acento no en esta situación horrible que estamos atravesando, sino en cómo fuimos construyendo nuestras disidencias, cómo fuimos dando nuestras batallas, que son muy similares porque las dos somos guerreras”.

Completará Liliana:

“Que son historias muy diferentes, pero interesantes para cada una de nosotras, porque nos completan. Por ejemplo, en un momento de la charla Susy me dice: “yo siempre decido qué decir”. Y eso me explica también. Porque nunca a ninguna nadie nos pudo imponer letra. También Susy me habla de la importancia de la tribu en momentos así. Y me reconozco en esa definición.”

Así, acobijándose en las palabras, fueron tramando lo que harán y lo que dirán, lo que cantarán y lo que actuarán –atención: Liliana va a actuar!– y lo que tratarán de transmitir.

Para explicarlo, ahora es Susy la que cita una frase de Liliana:

“Me dijo: a través de una canción se puede pensar un país. Y eso es lo que celebramos cuando nos encontramos: la belleza de nuestras canciones. ¡Las de ellos son horribles y ni riman! Entonces es un momento en el que tenemos que hacer algo, que no sé si lingüísticamente es correcto, pero es algo así como elongar hacia la belleza. Nuestra propuesta es esa. No vamos a inventar nada nuevo, sino convidar los sabores que nos constituyen porque creemos que es un momento para aferrarse a eso, de abrazar eso y de honrarlo, de hacer una gimnasia de autoestima. Si lo que pretenden es que odiemos a nuestro país para poder venderlo, lo que necesitamos es indignarnos como cuando escupen algo sagrado.”

Completa Liliana:

“Soy una cantora y como tal nunca pude hacer nada sola: no toco un instrumento, por ejemplo. Pero también como cantora soy responsable y me siento honrada por todo un legado de cantoras, toda una memoria que me sostiene y que, como intérprete, me obliga a interrogarme qué hago con eso. Hay que conversar con ese legado, intervenirlo, cuestionarlo, debatirlo. Y sobre todo formular las preguntas que faltan. Todavía no hicimos todas las preguntas que necesitamos para saber qué fuimos, qué queremos ser y qué queremos aportar a ese legado nosotras. La derrota sería esa: no saberse parte de esa historia y no comprender lo que puede aportar tu voz a ella”.

A esta altura de la charla tengo plena conciencia de que no voy a encontrar las palabras exactas para definir lo que significa esta maravillosa conspiración que representan, así que les pido que lo hagan ellas, porque pueden y saben. La respuesta es una imagen:

“Somos las dos manos que están en el escudo nacional que representan la alianza, la fuerza, la lengua en común, el encuentro, el amor, la amistad y la disposición a no aceptar que las cosas sean inevitablemente como son. No vamos a aceptar ser como ustedes quieren que seamos: eso somos. Y me parece que nuestro país está necesitando que digamos eso”.

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Teatro

El teatro y la aventura de contar

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Jugar, crear, imaginar, divertirse. Los cuentos (y el teatro) como nexo. Como relatos para conectarnos y para entender, pensar y sentir tantas cosas de la vida. Eug Krla, Aldana Hilén y Macalú Entizne proponen una aventura teatral para explorar los distintos modos de contar historias sin que nadie nos diga cómo hacerlo. Un recorrido para reconocer nuestras formas de imaginar con otrxs, de la mano de un personaje que brilla, Luciérnaga, y un enigmático señor que quiere mandonearlo todo. La obra teatral para las infancias Cómo se cuentan los cuentos se presenta este sábado 10 de mayo a las 16 en MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA. Las entradas se consiguen por Alternativa Teatral.

Luciérnaga va en busca de historias. Esas historias se tranforman en cuentos. ¿Cuántos cuentos quedan por contar? Infinitos, por eso su labor no puede esperar. ¡A buscar historias! Con luz propia, Luciérnaga ilumina donde hay oscuridad y así va al encuentro de todo lo que el mundo ofrece a quienes saben mirar con ojos inquietos y curiosos. El camino tiene sus escollos pero la intrépida Luciérnaga no se detiene. Cuando aparece El Señor —personaje misterioso que parece ser una sombra— se produce un conflicto entre ambxs: él impone reglas y conceptos inamovibles para contar cuentos. Luciérnaga se rebela. ¿Por qué hay que contar los cuentos como quiere este Señor? ¿Por qué no dejarse llevar por la imaginación y contarlos como se nos ocurra?

El teatro y la aventura de contar

Fotos: Ana Julia Firpo.

“La obra tiene esa capacidad de juego que es lo que nos interesa acercarle a las infancias”, asegura Eug Krla, dramaturga de Cómo se cuentan los cuentos. La idea surgió hace un año. Eug y la actriz Aldana Hilén fueron invitadas por el espacio La pausa teatral a realizar una obra de teatro para las infancias. El primer disparador fue el de una luciérnaga que ilumina las sombras. Aldana se dejó llevar por el personaje y ahí aparecieron las ideas fundacionales a las que Eug convirtió en texto. Para darle lugar al teatro de sombras, llamaron a le intérprete y narradore Macalú Entizne y les tres se sumergieron en esta aventura de contar un cuento. Eug: “Pensar el cuento en términos de libertad, que es algo que las infancias tienen mucho más cerca de lo que pensamos. Justamente son los adultos y las adultas quienes tenemos esa estructura más arcaica heredada en relación a la narrativa”.

¿Cómo desarmar la estructura? “El mundo es un lugar armado, cerrado, una jaula, como propone el Señor en la obra y las infancias son una llave para abrir la puerta de la jaula. Los cuentos que cuenta Luciérnaga son los cuentos que podría contar cualquiera de nuestros espectadores pequeñes, con esa potencia de la infancia”.

¿Qué se esconde detrás del Señor, ese personaje sombrío y mandón? La obra propone darle espacio a la imaginación, a la creatividad que habita en cada unx de nosotrxs. ¿Nos permitimos jugar cuando ya no somos niñxs? Eug: “Cada quien puede trabajar su mirada sobre la obra, las infancias disfrutarla plenamente y lxs adultxs también, para que se lleven un par de perlitas”.

Macalú: “También nos interesa reivindicar el espacio del teatro, donde podemos reunirnos con otrxs. Que venga la gente al teatro para ver qué les pasa. imaginate que en 45 minutos, que es lo que dura la obra, podés ver cientos de reels de Tik Tok, en cambio, estás viendo una historia en la que suceden un montón de cosas que no pasan por una pantalla”.

La idea de los seres que habitan en la penumbra y  los que son luminarias dentro de la penumbra interpela a Eug desde hace tiempo. “Tiene que ver con la hostilidad de la realidad en la que vivimos. También podemos ser un farito de luz. El arte, la poesía, me han interpelado, me permiten encontrar una zona en medio de lo hostil, y tiene que ver con mi identidad travesti en el mundo”.

El universo del juego, de lo posible, de inventar lo que tengamos ganas de inventar. “Les intérpretes de la obra también tienen esa posibilidad de juego, de correrse del guion”. Aldana: “La pauta fue tener mucha libertad de poder hacer, de irme un poco de  la dramaturgia y poder jugar con en eso. Como soy clown, me relaciono mucho con lo que pasa en el momento, con lo que me va despertando interés con lo que divierte a mí, entonces ahí me doy unos permisos, me voy y vuelvo”.

De eso se trata, de los permisos, de ir, volver, moverse, divertirse y salir de las jaulas.

El teatro y la aventura de contar

Fotos: Ana Julia Firpo.

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Cine

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

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¿Dónde habitan las historias que queremos contar? ¿De qué territorios surgen las realidades que no suelen ser narradas? ¿De qué modo contar lo que está oculto, lo ignorado, lo incómodo? ¿Cómo encontrar belleza en lo que se esconde tras las sombras? Estas y otras tantas preguntas buscaron responder quienes llevan a cabo el Festival de Cine de Barrio (FECIBA), que ocurre cada año, desde hace seis, en la Ciudad Autónoma de México. Cada edición se desarrolla en una zona distinta de la ciudad con la intención de descentralizar el acceso a la actividad cultural. Por primera vez serán exhibidos en la Argentina cinco cortometrajes —tres documentales y dos ficciones— que forman parte de una extensión del festival: Del barrio pa’llevar. La proyección será este jueves 9 de enero en el espacio cultural MU Trinchera Boutique (Riobamba 143, CABA) a partir de las 19 hs., con entrada libre y gratuita.

El desplazamiento cotidiano y rutinario para ir a trabajar; la violencia en un barrio marginal donde se venden drogas; el trabajo sexual y el intento por sacarlo de circulación; dos mujeres profesionales de distintas edades y su trabajo paralelo como vendedoras de feria; y la facilidad que maneja el estado para expulsar a las personas de los lugares que habitan. El Festival Cine de Barrio parido en la Ciudad de México -donde transcurren esas cinco historias de resistencia- desembarca en MU Trinchera Boutique como una «herramienta de detonación de los diálogos necesarios para encaminar los cuestionamientos propios de los barrios y buscar soluciones a problemas comunes o reencontrar el valor de las tradiciones y prácticas que sólo se encuentran en estos territorios”, según aseguran sus organizadorxs. Historias que, a la vez, rebotan en los territorios locales.

La calle en el cine

Lxs cineastas mexicanxs Yuli Rodriguez y Emiliano Escoto son parte de la organización de este evento que propone abrir un espacio para realizadores que se mueven fuera de los «grandes circuitos». Eliana Gilet, periodista uruguaya residente en México, y el fotógrafo Ernesto Álvarez participaron de la última edición del festival con su cortometraje Chingadamadrx y son quienes acercan esta propuesta por primera vez en suelo argento.

Cuenta Eliana el motivo: «La idea es hablar de nuevos centros y darles el mismo peso, no importa dónde se hagan las cosas. El territorio es clave al momento de contar historias porque es lo único que nos permite generar un criterio de lo que es real: es el lugar donde nos encontramos, que nos permite hacer un periodismo de calle y hacer cine”.

Eliana y Ernesto iniciaron una investigación en 2016 sobre casos de desalojos en la zona central de la ciudad de México. “Habíamos estado registrando muchos de estos casos y en el momento de hacer el corto teníamos cerca de cien casos reporteados. La gente era acusada de un delito, como si hubieran invadido el lugar, cuando en realidad había conflicto de vivienda de generaciones; no aparecía un dueño claro y nosotrxs podíamos comprobar que quien terminaba quedándose con esos lugares tampoco era un dueño legítimo. Había un proceso de criminalización y gente que estaba organizada y en lucha: ahí nació el interés por hacer el corto». Aunque levantaran la voz, no llegaba a los medios de comunicación y esto nos llamó la atención». Eliana destaca que aunque las temáticas sean locales, “plantean muchos conflictos universales, de la gente que está abajo y pelea, por eso es interesante poder compartirlo”.

Ese momento llega este jueves, a partir de las 19 hs, con entrada libre en Mu Trinchera Boutique: Riobamba 143, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los cortometrajes

Combinados, de Luis Ángel Gómez e Israel Cancino

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

Combinados. Duración: 6´

El corto de ficción reproduce con humor y poesía las situaciones cotidianas en los medios de transporte. Las coreografías que repetimos involuntariamente, la ansiedad devenida de lo que ya no se tolera: la espera, la celeridad que rige nuestro andar, el tráfico atiborrado de gritos y desesperación.  Nos describe como un «girasol que crece en las grietas del pavimento enraizado entre dos tierras, acostumbrado a apuntar tus bellezas al sol capitalino. ¿Cuántas horas de tu vida has pasado en avenidas congestionadas?». Una curiosa aventura de cuerpos mecánicos, incomunicados, cerrados como capullos.

Mi esquina, mi trinchera, de Guinduri Arroyo

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio
Mi esquina, mi trinchera. Duración: 10:30.

Documental que muestra la vida de Krizna, trabajadora sexual transgénero y activista de la ciudad de México. La prostitución está profundamente estigmatizada y criminalizada, una ocupación de alto riesgo que puede terminar de la peor manera. Con una mezcla de dolor y orgullo, Krizna asegura: “Las putas somos buenas personas”.

Cola de rata, de Armando Salomo Rosas

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

Cola de rata. Duración: 18:17.

Cortometraje de ficción realizado por estudiantes del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) sobre tres estudiantes universitarios que ingresan a un barrio que es punto de venta de drogas. Mientras realizan la compra, irrumpe un operativo policial y quedan atrapados junto a los vendedores.

No se gana pero se goza, de Xochitl Barraza

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

No se gana pero se goza. Duración: 21:24´

Xochitl, de 28 años y la maestra Mary, de 63, viven en distintos puntos de la Ciudad de México. Xochitl estudió sociología, Mary es profesora de educación primaria, se licenció en derecho y en pedagogía, sin embargo ambas tambén trabajan como vendedoras en una feria y ven la vida de forma similar. Su trabajo como comerciantes les ha permitido llevar vidas más amenas y aprender sobre ellas. 

Chingadamadrx, de Eliana Gilet y Ernesto Álvarez

De México a MU Trinchera Boutique: Festival de Cine de Barrio

Chingadamadrx. Duración: 4:44

En la Ciudad de México, ya no hace falta una sentencia judicial para vaciar una vivienda: la fiscalía ambiental usa el despojo como herramienta para expulsar antiguos vecinos sin permitirles defenderse y entregar sus casas al capital inmobiliario.

Proyección del FECIBA

Jueves 9 de enero, 19 hs

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Entrada libre y gratuita.

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