Artes
Una trans, una inquilina y una madre para reflejar con humor y emoción el teatro de las vidas

Un biodrama musical que recurre a la alegoría de La Sirenita para representar a las mujeres trans. Tres historias de misterio en barrios porteños contadas por una inquilina al borde de un ataque de nervios. Una conmovedora forma de narrar la relación entre madres e hijas. En tiempos tantas veces oscuros, la luz que nos regala el teatro.
Por María del Carmen Varela
Teoría de la Sirena
“Recuerdos, anécdotas, momentos que marcaron mi vida”, así describe la actriz y cantante Sofía Dieguez al espectáculo Teoría de la Sirena, el unipersonal que vuelve a presentarse en MU Trinchera Boutique. Una biografía musicalizada podría ser otra forma de contar por dónde va el show, cuya idea surgió a partir de su presentación en el mismo teatro, a mediados de febrero, en el marco del Festival Amores. Allí Sofía cantó sus propios temas –La Sirena, Medusa, Sola, La Poderosa– grabados en su primer EP, hizo algunos covers y dio a conocer su nuevo material. Llevó algunos de sus objetos personales preferidos para compartir con el público: un cuaderno con sus ilustraciones –donde abundan las sirenas-, un portarretratos de su propia infancia sonriente, elementos cargados de memoria y emoción.
Sofía decidió resignificar su show y junto al Laboratorio de Experimentación en Comunicación y Artes Escénicas de la Cooperativa lavaca y a la colaboración de la actriz, directora, dramaturga, docente e integrante del colectivo Piel de lava, Elisa Carricajo, fue moldeando algo nuevo. Teoría de la sirena es una manera de contar fragmentos de su vida y compartir canciones inspiradas en su propia experiencia.
¿Por qué Sofía recurre a la alegoría de la sirena? Cuando vio por primera vez, a corta edad, la película La Sirenita , el impacto fue determinante. “Desde que la vi me sentí identificada con esa historia, con no pertenecer al mundo, sin saber mucho a los tres años, después entendí de grande la historia original de La Sirenita de Andersen. Las mujeres trans somos como sirenas que damos el paso a ser mujeres y en ese paso, muchas pierden a la familia, amigues, el lugar donde viven y metafóricamente también la voz, socialmente. Hoy quizás no tanto pero es lo que pasaba y es lo que pasa en la historia de La Sirenita“.
A partir de esta identificación Sofía creó una obra para las infancias: Magenta, una sirena más allá del mar, que fue estrenada en MU con un público formado por niñes de la Asociación Civil Infancias Libres. Desde chica Sofía se preparó en comedia musical. Como actriz trabajó en las series Pequeña Victoria y El Marginal, participó del musical Crianzas, basado en el libro de la artista Susy Shock; es dramaturga y coprotagonista en la obra teatral Estar System, realizada en el Laboratorio de Experimentación en Comunicación y Artes Escénicas; y una de las protagonistas de la película Unicornio en 2023, entre otros trabajos.
En la adolescencia escuchaba pop latino, inglés y soñaba con ser una Spice Girl. “Recuerdo la primera vez que vi a esas cinco mujeres superpoderosas cantando, saltando, comiéndose el mundo, vistiéndose como querían, sin importarles nada. Con su lema de girl power e igualdad hacían que yo, siendo una infancia y adolescencia trans, me olvidara de mi dolor, de mi desazón, de mis dudas de cómo sería mi vida. Encerrada en mi cuarto bailando sus canciones, me olvidaba de la realidad, y era feliz, podía ser quien quería”.
La actriz y bailarina colombiana Carolina Ramírez –protagonista de las series La Reina del flow y La hija del mariachi– recomienda efusivamente la obra: “Es una biografía absolutamente conmovedora, pertinente, importantísima. Siempre nos preguntamos si somos las personas en las que nos queríamos convertir cuando éramos niños y este es un viaje a la infancia de alguien que volvió a nacer, que se parió a sí misma. Hay que verla, vale la pena atravesar este viaje junto a Sofía”.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 7 de junio, 20.30 hs
Entradass por Alternativa Teatral
Terror de Arrabal
Tres historias se entrelazan en una obra de teatro que propone la escucha atenta a una protagonista que saca provecho de sus buenas artes como narradora oral.
- Una historia de amor: la mujer más bella de la Argentina de fines del siglo XIX, codiciada, aristocrática, la que buscó decidir por ella misma a quién amar hasta que la tragedia truncó sus más profundos deseos.

- Un viaje en subte puede desencadenar el espanto, y no sólo por el valor de la tarifa sino por la posibilidad de cruzar miradas con quienes ya no habitan este mundo.
- Recorrer un cementerio con mate, en busca de muertos célebres quizás no siempre sea una buena idea.
Las tres historias tienen algo en común: lo sobrenatural. Lo que nos eriza la piel, pero también nos resulta atrapante.
Barracas, Balvanera y Chacarita son los tres barrios porteños a los que aluden los relatos. En cada uno de ellos la protagonista ha vivido al menos dos años –lo que marcan los contratos de alquiler– y allí ha transitado momentos de alegría, desencanto, amor y, por supuesto, miedo. Con gracia y buena dosis de misterio, Daniela Carballo, la actriz del unipersonal Terror de Arrabal hila sus anécdotas personales con las leyendas de los barrios por los que va posando su anatomía luego de cada mudanza.
Daniela, por primera vez está sola en el escenario, con dramaturgia propia. Les llevó un año a ella y a la directora Lara Hernaiz, amasar la obra, primero hubo un período de investigación y selección de material con la intención de recuperar leyendas urbanas que pudieran adaptarse a un espectáculo de narración oral. Una vez seleccionadas las tres historias, le siguió la tarea de bordar anécdotas alrededor de los relatos y sus ubicaciones geográficas y armar “una obra teatral –indica Daniela– que fuera coherente, en este caso es el de una inquilina que se va mudando de barrio en barrio. Ese es el hilo conductor que junta estas tres historias”.
¿Qué tanto de autobiográfico hay en la obra? “Bastante. Sobre todo por la situación de inquilina, en la que está la protagonista y en la que vivo yo. Este rebobinar cada dos años teniendo que volver a empezar en una nueva casa, en un nuevo barrio, el reseteo constante de la vida del inquilino, está presente en la obra y hay un color de quien vive hace tiempo en Buenos Aires pero no es porteña. Entonces hay cierto nivel de extrañeza a la hora de la dinámica que le presenta Buenos Aires a personas como yo, la velocidad con la que se hacen las cosas, cierta noción medio opaca a la hora de definir en qué barrio estás, una identidad que está armada por personas que no son propias de la ciudad y que se ensamblan en esas lógicas”.
Terror de Arrabal ya se llevó a cabo en otros espacios de la capital porteña. En esta ocasión, se presentará en MU Trinchera Boutique los sábados 8 y 22 de junio.
Vale contar detalles del barrio. En la vereda de enfrente a MU, en Riobamba 144, se encuentra la conocida “Casa de la palmera” –actualmente funciona la redacción de La Izquierda Diario y el Instituto de Pensamiento Socialista Karl Marx– donde algunas personas aseguran que circula el fantasma de Elisa. Ella era hermana de cinco varones a los que acusaba, desde su afán religioso, de despilfarro e inmoralidad. Cada uno de ellos fue muriendo en trágicas circunstancias y hasta se sospechaba que ella había tenido que ver en algunos de esos desenlaces. A medida que sus hermanos iban muriendo, Elisa, quien trabajaba de taquígrafa en el Congreso de la Nación, cerraba con llave y clausuraba los respectivos cuartos. Durante algunos días no concurrió a misa, fueron a buscarla y la encontraron muerta en el sótano de la casa. Por otra parte, hay quienes aseguran que la Casa de la palmera inspiró a Julio Cortázar a escribir su famoso cuento Casa tomada. El espacio de MU Trinchera Boutique es también un lugar con historia: funcionó el Club de Magia del renombrado mago inglés David Tobias Bamberg, Fu Manchú, quien compartía en el sótano que actualmente es la sala teatral de cooperativa lavaca sus trucos de magia con colegas y así lo hizo hasta sus últimos días.
Asombro, misterio, asuntos inconclusos y fenómenos fuera de lo común son los ingredientes que conforman la obra, extraídos de una constelación de leyendas que sobrevuelan esta ciudad y dejan huella en la memoria de sus habitantes. Asegura Daniela: “En esta obra nos propusimos reeditar miedos más actuales a partir de las leyendas, pero también nos esmeramos en que tenga cuotas de humor porque después de todo queremos que la experiencia sea disfrutable y porque también creemos que hay que reírse un poco de aquello que nos aterra”.
MU Trinchera Boutique – Riobamba 143, CABA
Sábados 8 y 22 de junio, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral
Estoy acá sin fin
“Es un homenaje a mi hija Amanda, el gesto de dejarle en papel y obra mi amor como madre para el resto de su vida”, dedica la actriz y directora Leticia Coronel. Al inicio de la obra – en Estudio Los Vidrios que dirige artísticamente el intérprete, director y dramaturgo Lisandro Rodriguez– Leticia se para frente al público y cuenta que escribió esta obra para su hija Amanda, que está por cumplir 13 años y a quien dio a luz cuando tenía 22 años. También cuenta que ensayó la obra con Amanda pero que al tiempo desistió y le dijo que no le gusta el teatro. “Mamá, la vida de ustedes es muy estresante. Siempre les falta algo, siempre”. Entonces Leticia buscó a cinco amigas actrices y bailarinas y comenzaron a ensayar esta obra que conmueve desde la primera frase.

Dos bailarinas y tres actrices –azarena Amarilla, Maira Annoni, Blanca Anzoategui, Damiana Gamarra y Jennifer Hernández– de las cuales solo una es madre, son las creadoras escénicas junto a Leticia de todo lo que sucede en una hora de obra teatral: “En el primer ensayo que tuvimos juntas, Lisandro Rodriguez, colaborador artístico, nos dijo: esta obra les pide a ustedes que se vinculen desde el afecto. Fue clarísimo, cada una empezó un proceso personal de mucho vínculo afectivo y eso hizo que la obra pudiera deslizarse en zonas honestas, personales y viscerales”. Por supuesto que la dramaturgia sacude la emoción de cada espectador/a porque la temática de la maternidad nos atraviesa de alguna manera, pero más allá de esa condición, la performance de cada actriz excede las fronteras de la interpretación bien ejecutada. Hay algo más. “Cada una fue trayendo sus historias, sus recuerdos, sus anécdotas, sus vivencias. Me interesaba que cada una pudiera nombrar cosas desde un lugar real, que nombraran ese amor por más terrible que sea. Cada una hizo el mapa de lo que tenía”.
La obra emerge de un vínculo concreto: el de Leticia y Amanda, madre-hija, y a medida que transcurre, lo trasciende y ese límite queda sin efecto, nos involucra a todxs. “No quería que la obra quedara en mi historia, no me interesa cuando el material tiene un perímetro pequeño de trabajo”. Leticia entra y sale de la obra, para narrar, interrogar, hacer algún pedido concreto a las actrices y eso le da un valioso dinamismo y una cercanía con quienes espectamos. Nazarena, Blanca, Damiana, Maira y Jennifer aportan un estilo, un concepto, una rueda que no para de girar y enciende chispas de sensibilidad a su paso. “Cada una tuvo desde el primer momento una entrega absoluta, con la misma pasión, el mismo amor. En lo personal fue satisfactorio y reparador. El desafio fue actoral porque no sabíamos como actuarla, fue algo tan real que nos costaba, ¿cómo se actúa esto?”
La obra fue ganadora del segundo premio Germán Rozenmacher XV a la nueva dramaturgia y el texto fue publicado en 2023 por la Editorial Eudeba en edición trilingüe. Leticia asegura que fue un trabajo de afinación: “Una vez que nos empezamos a dar cuenta de que el material tenía que ver con el estar, con lo más cercano a la persona, ahí nuestros oídos dijeron: es por acá. El desafío fue la afinación y que el trabajo estuviese lo más cercano posible a la persona y no a la actriz”. Estoy acá sin fin se propone ante todo ser sincera, dibujar la maternidad con trazos incompletos, irregulares, pero auténticos, dar lugar a las luces y también a las oscuridades. Dice la obra y seguramente coincidiremos en la metáfora y en la literalidad: “Ser madre es un estallido. Ser hija también”.
Estudio Los Vidrios – Donado 2348, CABA
Domingos a las 19 hs
Reservas: [email protected]
Teatro
ENTRÁ: una semana de teatro contra la motosierra

El Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa (ENTRA) organiza una semana de funciones teatrales de todas las salas que quieran sumarse, del 3 al 9 de julio, como una gran vidriera del trabajo artístico “y un megáfono para visibilizar la situación de emergencia cultural que atraviesa el sector”, según plantea. La crisis incluye el desfinanciamiento del Instituto Nacional del Teatro, que pone en crisis tanto lugares y puestos de trabajo, como la riqueza teatral y cultural que se ha venido gestando con el correr del tiempo. Trabajadorxs de las Artes Escénicas de Buenos Aires con redes en todo el país planean distintas acciones performáticas y el Festival teatral. Los datos para sumarse y participar.
La asamblea de artistas ya lleva tres encuentros en El Galpón de Guevara de Chacarita (CABA), y está en contacto permanente con otras asambleas de distintos puntos del país: su espíritu federal busca visibilizar la falta de políticas destinadas a la gestión cultural pública. El resorte que puso de manifiesto la necesidad de juntarse a pensar y pasar a la acción fue el decreto presidencial que perjudica, entre otros, al Instituto Nacional del Teatro (INT) y una precariedad cada vez más notoria que afecta fuertemente al sector desde hace años y se agravó desde la asunción del actual gobierno.
¿Qué dice el decreto 345/2025 sobre el INT?
Este decreto publicado el pasado 21 de mayo, convierte al INT en una unidad organizativa de la Secretaría de Cultura de la Nación y disuelve su Consejo de Dirección. Crea un Consejo Asesor con carácter ad honorem. De esta manera le quita su condición de ente autártico, es decir, pierde la capacidad de gestionar sus recursos y pasa a depender de la Secretaría de Cultura. El decreto alega “una gestión deficiente de la administración”. Se espera que el resultado sea el progresivo desmantelamiento y más despidos con el fin de “equilibrar las cuentas públicas”.
¿Para qué sirve la Ley Nacional de Teatro?
El Instituto Nacional del Teatro fue creado gracias a la Ley Nacional de Teatro (24800), una norma modelo impulsada por el sector artístico que está vigente desde 1997 y con el tiempo consagró a Buenos Aires como una de las ciudades con más salas teatrales del mundo. El apoyo a teatros, espectáculos y elencos a partir de concursos, muestras, festivales, premios, becas, planes de formación e investigación, permitió que cada vez más salas y espacios culturales surgieran a lo largo del país y generó trabajo para trabajadorxs del arte. Si el INT se desfinancia, el resultado será el cierre de salas y pérdida de puestos laborales y de esa riqueza cultural gestada en años de trabajo.
Como modo de manifestar la necesidad de defender la cultura, la asamblea propone –en articulación con asambleas de todo el país– un Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa (ENTRA), del 3 al 9 de julio. ¿Para qué un encuentro de teatro? “En el marco del decreto 345/2025 por el cual se pretende modificar los elementos esenciales del funcionamiento de INT y convertirlo en una oficina más de la Secretaría de Cultura de la Nación y en el contexto de ajuste sistemático a la cultura, nos proponemos brindar una semana de funciones teatrales como una gran vidriera del trabajo artístico, utilizando el hecho escénico como megáfono para visibilizar la situación de emergencia cultural que atraviesa el sector. El festival tiene como finalidad difundir nuestra actividad, fortalecer los lazos entre creadores y públicos y reivindicar el valor del arte como herramienta de resistencia y transformación social”.
De este Encuentro Federal podrán participar todas las salas que quieran sumarse y proponer al menos una función a la gorra del 3 al 9 de julio, día en que se realizará una asamblea abierta con el objetivo de trazar un mapa cultural nacional donde cada asamblea de cada localidad del país redacte un breve documento con reflexiones y propuestas.
Para participar, cada sala podrá completar el formulario, hasta el 23 de junio:
e-mail: [email protected]
IG: @festivalentra

Artes
Esa musiquita

Liliana Herrero y Susy Shock presentaron Hay palabras, que no es un show sino una ceremonia que sembró emoción y magia. Junto al guitarrista Pedro Rossi y con artistas invitadas, las dos funciones programadas se agotaron en menos de 24 horas. Así fue la primera.
Por Claudia Acuña
Fotos Lina Etchesuri

Susy Shock tiene todas las palabras necesarias escritas en un libro que lee saboreando el tono exacto que necesita esta época. Las despliega como si sacara de una cajita mágica pañuelos de colores o palomas, o cualquiera de esas cosas que maravillan justamente porque no son exóticas, sino precisas: tocan algo que está muy adentro. ¿Será memoria? ¿Quizá emociones? No hay que esperar mucho para saberlo. Apenas un tema que templa las delicadas cuerdas de Liliana Herrero y entonces, sí, ya está, a la segunda canción, apenas nos estamos acomodando en la silla para disfrutarla, la pequeña gigante ya es La Herrero. No es justo decir que canta porque lo que hace es algo que va más allá de interpretar un tema. Tampoco lo actúa. Diría que lo siente, lo acaricia, lo sacude y lo atrapa como una médium poseída por los acordes y los sentidos de cada estrofa. Nos cantará Liliana:
“Toda la patria en el suelo
sobre dos palos en cruz
y encima el viento
y abajo el viento”.
Y entonces La Herrero es ese viento. Literalmente y sin metáforas.
Ya está.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
A los pocos minutos de iniciado lo que nunca podrá denominarse show estamos definitivamente atrapadas en una ceremonia regada con lágrimas. Lloramos todes, sí, y es difícil definir por qué o demasiado fácil: no es por tristeza, aunque también; no es por dolor, aunque también; definitivamente no por nostalgia: es la belleza lo que conmueve.
Un rato antes y en el camarín Liliana estará brindando porque los chequeos médicos la consagraron ganadora de una guerra contra las células malas y Susy recordará aquella vez en la que su maestro de teatro, Héctor Propato, les preguntó qué era la felicidad. Luego de escuchar algunas respuestas, las corrigió: “La felicidad es ser lo que soñaste ser a los 20 años”. Susy tenía por entonces 18. Le pregunto cuál era su sueño. “Esto”.
Al verlas juntas en el escenario es difícil reconocer la fragilidad del cuerpo de Liliana baqueteado por los tratamientos, pero es evidente la seguridad que transmite la mirada de Susy cuando contempla lo que significa su compañera de escena, no solo para ella, sino para ese público y para esta época. Hay algo ahí para aprender, para valorar y para llevarse como recuerdo. Algo que abriga.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
“Lili nos constituye como disidencia”, dirá Susy para hacer explícito ese legado. ¿Cuál es? Estoy, estamos, frente a una mujer de 77 años que no tiene edad cuando canta. Que lo hace, además, de una manera única, que es especial y esencial. Especial porque no hay otra como ella y esencial porque invita a romper moldes y barreras. También porque lo hace, hay que decirlo, desde el folklore, si se trata de ponerle una etiqueta a lo que entona para transformarlo en otra cosa. ¿Qué cosa? Otra vez será Susy la que tiene la palabra exacta:
“Me siento como una hormiguita frente al huracán
Así de inútil
Así de estallada”.
Así me siento, nos sentimos, porque este Hay palabras nos ha dejado sin ellas para definirlo.
Hay más, por supuesto.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Quizá lo que emociona, también, es escuchar a Valen Bonetto en su dulce interpretación de Brotecitos.
Y a Mochi cantar:
“Nunca te entregues
ni te apartes del camino:
Nunca digas: No puedo más y aquí me quedo”,
Elles interpretan lo que hoy más se necesita: el futuro.
También suma que nos sorprenda Teresa Parodi agitándonos con Esa Musiquita:
“Tanta soledad, tanta falta
Tanta lejanía
Tanto no poder, tanta nada
Tanta despedida
Tan dolor de puertas cerradas
Tan dolor que humilla,
pero en tu piecita de lata
esa musiquita.
Cómo te devuelve a la vida
esa musiquita”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Esa musiquita, dirá Susy, es una poética.
La nuestra.
La que jamás tendrán ellos.
Quizá por eso mismo lloramos: para regarla.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca.
Músicas
Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad

Por Claudia Acuña
Están sentadas frente a frente en una amplia mesa repleta de palabras y de cosas. Hay lapiceras y cuadernitos de coloridas tapas, empanadas, ceniceros, libros, vino, agua, flores, y un sinfín de amorosos recuerdos de las formas más variadas, todo en un desorden creativo que da cuenta que desde hace horas que están allí urdiendo lo que soñaron y disfrutando como dos criaturas que juegan muy en serio a crear con lo que hay lo que falta. Susy Shock y Liliana Herrero mantienen por eso mismo una conexión de miradas emocionadas y cómplices durante toda esta charla que intenta dar cuenta de aquello que ese gesto hace obvio: qué las une. Lo harán explicito es una ceremonia que titularon Hay palabras y que agotó en menos de 48 horas todas las localidades para el domingo 15 de junio (a las 20 horas, en La Paz Arriba), lo que las obligó a programar otra el domingo 29, que también se agotó, y ojalá más.
“Si las solas se juntaran la soledad queda sola”, nos recuerda la canción de Susy Shock y esta reunión es exactamente la puesta en práctica de ese verso. De eso también se trata este Hay palabras: de la coherencia entre el decir y el hacer. Las dos cargan con grandes ausencias que están tan presentes como para encender este motor que las impulsó a compartir escenario: sus compañeros de vida –Horacio González y Joel– las acompañan desde otro plano y acomodarse a esa nueva realidad les ha dado una sensibilidad que las impulsa a producir con ese peso, alas. Sin duda, ellos también están sentados en esa mesa, disfrutando lo que intercambian y que de alguna extraña manera ayudaron a concretar. Durante la charla explicitarán que también están allí y aportando a esa olla que las hace hervir Batato Barea, Evita, Lohana Berkins, Nora Cortiñas, Hebe de Bonafini… y muchas más. “Son seres que nos constituyen”, dirá Susy. A partir de esa memoria sensible, este encuentro -se entiende- es abrazo.
Encuentro cercano
Susy es muchísimas cosas, pero sobre todo poeta. Liliana es tantísimas más, pero fundamentalmente cantora. Una desplaza con el impulso de la pasión el orden previsible del lenguaje. La otra, tiene la espada del oído preciso: sabe escuchar aquello que es nuevo y es certero.
Dirá, por ejemplo, Lili, buscando en su cuadernito de tapas coloridas:
“Acá anoté una frase que dijo Susy que abrió una puerta: Todo país es una poética”.
Explicará Susy:
“En estos tiempos de crueldad lo que intentan destruir no se limita a cerrar un ministerio, recortar un programa o pegarles a los jubilados. También se trata de destruir la poética que somos, esa belleza de lo sagrado que nos legaron personas que hicieron muchas cosas en momentos también terribles, que vencieron al miedo, que no estaban adormecidas y de las que hemos heredado una épica que es la que nos va a salvaguardar de esta época de mierda”.
Dirá, también, Lili, leyendo otra anotación de su cuardenito:
“Otra frase que dijo Susy: esta época es más de fieras que de aves”.
Explicará Susy:
“Cuando nos pusimos hablar con Liliana nos fuimos contando las cosas que nos constituyeron y fueron apareciendo historias de nuestra vida personal, muchas personas que nos enseñaron cosas, muchos encuentros colectivos que nos dejaron experiencias, trayectos que atravesamos hasta llegar acá. Y así fuimos poniendo el acento no en esta situación horrible que estamos atravesando, sino en cómo fuimos construyendo nuestras disidencias, cómo fuimos dando nuestras batallas, que son muy similares porque las dos somos guerreras”.
Completará Liliana:
“Que son historias muy diferentes, pero interesantes para cada una de nosotras, porque nos completan. Por ejemplo, en un momento de la charla Susy me dice: “yo siempre decido qué decir”. Y eso me explica también. Porque nunca a ninguna nadie nos pudo imponer letra. También Susy me habla de la importancia de la tribu en momentos así. Y me reconozco en esa definición.”
Así, acobijándose en las palabras, fueron tramando lo que harán y lo que dirán, lo que cantarán y lo que actuarán –atención: Liliana va a actuar!– y lo que tratarán de transmitir.
Para explicarlo, ahora es Susy la que cita una frase de Liliana:
“Me dijo: a través de una canción se puede pensar un país. Y eso es lo que celebramos cuando nos encontramos: la belleza de nuestras canciones. ¡Las de ellos son horribles y ni riman! Entonces es un momento en el que tenemos que hacer algo, que no sé si lingüísticamente es correcto, pero es algo así como elongar hacia la belleza. Nuestra propuesta es esa. No vamos a inventar nada nuevo, sino convidar los sabores que nos constituyen porque creemos que es un momento para aferrarse a eso, de abrazar eso y de honrarlo, de hacer una gimnasia de autoestima. Si lo que pretenden es que odiemos a nuestro país para poder venderlo, lo que necesitamos es indignarnos como cuando escupen algo sagrado.”
Completa Liliana:
“Soy una cantora y como tal nunca pude hacer nada sola: no toco un instrumento, por ejemplo. Pero también como cantora soy responsable y me siento honrada por todo un legado de cantoras, toda una memoria que me sostiene y que, como intérprete, me obliga a interrogarme qué hago con eso. Hay que conversar con ese legado, intervenirlo, cuestionarlo, debatirlo. Y sobre todo formular las preguntas que faltan. Todavía no hicimos todas las preguntas que necesitamos para saber qué fuimos, qué queremos ser y qué queremos aportar a ese legado nosotras. La derrota sería esa: no saberse parte de esa historia y no comprender lo que puede aportar tu voz a ella”.
A esta altura de la charla tengo plena conciencia de que no voy a encontrar las palabras exactas para definir lo que significa esta maravillosa conspiración que representan, así que les pido que lo hagan ellas, porque pueden y saben. La respuesta es una imagen:
“Somos las dos manos que están en el escudo nacional que representan la alianza, la fuerza, la lengua en común, el encuentro, el amor, la amistad y la disposición a no aceptar que las cosas sean inevitablemente como son. No vamos a aceptar ser como ustedes quieren que seamos: eso somos. Y me parece que nuestro país está necesitando que digamos eso”.
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