CABA
El Bordo: Con los pies en la vereda
Quisieron llenar un Obras sólo con el boca a boca y lo lograron. Ahora, están pegando otro salto en ese mundo que, consideran, cumple hoy una nueva función.
L uego de llenar el Estadio Obras sin siquiera comprar un aviso en los diarios y negándose a conceder entrevistas, incluso diciendo que no a una oferta que les prometía ser tapa de un suplemento, Miguel Soifer y Ale Kurz, dos integrantes de El Bordo, explican por qué: “La idea para promocionar Obras era hacer comunicación directa, entre el público y la banda”, cuenta Ale. Y así fue: volantearon, avisaron a sus conocidos para desencadenar el boca a boca, pusieron un mensaje en la página web y el 7 de octubre salieron a tocar en el que para ellos fue el recital más emotivo que dieron hasta ahora.
Lo que hicieron, de alguna manera, quebró la lógica de hacer promoción antes de una fecha. ¿Cómo se les ocurrió esta idea?
Ale: No queríamos nada en el medio y los medios de comunicación son justamente un “medio” entre nosotros y el público. No es que nos hagamos las estrellitas de rock ni que estemos en contra de la publicidad -de hecho para nuestras nuevas fechas sí vamos a hacerla- pero simplemente elegimos que para este Obras queríamos hacer las cosas de otra manera.
Empezaron hace ocho años, cuando todavía estaban en la escuela secundaria. ¿Cómo viven ahora el crecimiento?
Miguel: Arrancamos por amor a lo que hacemos. Después, se fue sumando un montón de gente: iluminadores, asistentes, sonidista. Somos un bloque y trabajamos juntos.
Ale: Para nosotros El Bordo es una cosmovisión, es la lupa con la cual miramos al mundo y las canciones hablan de eso. Todos los que trabajamos tenemos esa misma visión, los mismos ideales, es medio difícil que choquemos en la organización. Pero siempre, más allá del nihilismo o del idealismo que tengamos, nos gusta hacer las cosas con seriedad, con responsabilidad, buscando profesionalizarnos.
¿Qué significa “profesionalizarse”?
Miguel: Profesionalizarse es mejorar la relación con el público. Nosotros estamos eternamente agradecidos con la gente que se toma el trabajo de ir no sé cuánto tiempo antes a sacar la entrada y después toman un colectivo, un tren y otro colectivo para ir a verte. Creo que tenemos que hacer el mayor esfuerzo para darles lo mejor. Además, lo de profesionalizarnos tiene que ver con que si bien somos todos amigos y no hacemos diferencia entre músico y plomo, eso no quiere decir que no nos sintamos responsables de su trabajo, porque todo se hace con compromiso, tiempo, laburo. La idea futura es darle a todo el equipo un ingreso fijo más allá de que haya show o no. Por ahora, dependemos de los espectáculos.
Cuando ven a alguien con el nombre de la banda en la mochila o la remera, ¿se la creen?
Miguel: Lo que nos mantiene los pies sobre la tierra es la forma en que elegimos hacer las cosas. Preferimos hacer crecer el logo de la banda y no que aparezca nuestra foto en todos lados. El camino se lo arma uno.
Ale: Para mí, la forma de permanecer en la tierra es sorprendiéndote cuando ves al chico con la remera de la banda, o sorprendiéndote cada vez que alguien te saluda y te cuenta que le gusta lo que hacés. Cuando perdés la capacidad de sorpresa ahí se te puede llegar a complicar. Pero si agradecés cada vez que te aparecen estas señales de que estás haciendo las cosas bien, podés disfrutarlo tranquilamente, sin que se te suba nada a ningún lado.
Rockear la política
Ale, reflexivo, cree que el protagonismo que tomó el público del rock actual en general (se organizan para viajar, hacen banderas, sitios web, etc.) tiene que ver con lo que él define como “la función social que tienen las bandas hoy en día”. Explica que ante la desprotección que ofrece el Estado, aparecen como opción de contención los espacios que se generan en torno a una banda. “Antes quizá los chicos se juntaban a militar y ése era el lugar donde participabas y ponías tus ideas, ideales y convicciones. Hoy en día las bandas representan mucho a los chicos y a veces te ponen en un lugar de referente que es pesado también. Pero los chicos, a partir de las canciones de la banda, forman un montón de cosas que nosotros nunca soñamos y que disfrutamos mucho. Creo que nuestro público sabe bien cómo pensamos y por eso viene. Sabe que nosotros no pensamos en ellos como tickets cortados sino como personas con cabezas y con intereses.”
Miguel, baterista, sobrevivía tocando diferentes instrumentos de percusión en eventos, sobre todo, cumpleaños de 15 en donde a veces, para su inquietud, pasaban temas de El Bordo. Ale, que compone las canciones y además interpreta la guitarra y voz de la banda, estudió un tiempo la carrera de Comunicación en la uba y hasta hace pocos días fue repartidor de cajas para una empresa.
¿Cuándo se animaron a largar esos trabajos para apostar al proyecto de la banda?
Ale: Estamos justo en esa transición.
Miguel: Primero queríamos que al recital viniera alguien que no fuese amigo ni familiar. Después queríamos que a esos que venían les gustara lo que hacemos. Recién ahora, nuestro deseo es sobrevivir de esto. La pregunta es ¿cuándo dejás el trabajo formal para quedarte sólo con la banda? La respuesta llega cuando la ganancia empieza a reemplazar lo que tenías por otro lado. Y ahí estamos, arañando con lo justo. Me acuerdo de una anécdota: La Renga estaba por hacer su primer Obras y el Tanque, que es el baterista, seguía manejando un taxi. Recién después de ese recital dijo: “Bue, ya está”.
El poder de hacer
La cita a La Renga no es azar. Muchas de las decisiones que toman tienen que ver con la influencia de esa banda que lidera Chizzo Nápoli. Y las que quisieran tomar, también: “Cuando vos ponés un mensaje en tu página de internet y a los tres días juntaste tres toneladas de alimentos tenés un poder, no en el sentido de poder sobre los demás sino de poder hacer algo bueno”, explican.
Cuidados
Cuatro veces por semana durante cuatro o cinco horas, se juntan en la sala de ensayo que alquilan en el barrio de Almagro. Pero ese espacio también es para charlar, escuchar música o compartir alguna lectura. Ale es el que se encarga de hacer circular los libros: “En algún momento me copé mucho con Castaneda, Rilke, Huxley, Nietzsche. Acabo de leer los diarios de Kurt Cobain, El Principito. Entre los chicos compartimos la lectura de La Naranja Mecánica… Leer te abre un montón la cabeza”, cuenta Ale y se queda pensando. Miguel interviene: “Cuando dejaste la carrera, decías que era mejor comunicar desde arriba de un escenario.” Responde Ale: “Y sí, el mejor medio de comunicación para nosotros es ése”.
¿Qué piensan de la idea de que el rock actual perdió calidad poética, según señalan algunos veteranos?
Ale: Creo que eso es ser conservador y no permitir que un género crezca. Además, si solo me decís que el rock murió porque vos ya no sacás discos buenos hace diez años, bueno…
Miguel: Hablar de eso es negar lo que está pasando. Ahora el problema que tiene el rock es otro: las bandas más chicas, que llevan 100 ó 200 personas, no tienen lugar para tocar y si esto no cambia va a desaparecer toda una movida.
Por un lado nadie quiere un nuevo Cromañón y por el otro, se ve con tristeza el cierre de todos los espacios para bandas chicas. ¿Cómo ven este tema desde adentro?
Miguel: ¿Sabés lo que te da más bronca? Que dicen que esto de los cierres es para tratar de hacer las cosas bien y eliminar la corrupción… ¡Ni en pedo! Pasa lo mismo que antes, sólo que los lugares que cierran son los que no quieren tranzar. Es simple. No tiene más vuelta.
Ale: Desde Cromañón no dejan entran banderas a los recitales. Pero nosotros queríamos que en Obras hubiera banderas. Entonces preguntamos ¿cómo se hace correctamente? Juntamos 90 banderas que mandó la gente. Hicimos el trámite para ignifugarlas, a través de un organismo oficial. Eso era lo que nos pedían. El día del show vinieron los bomberos a colgar las banderas y comprobar si se prendían o no. Probaron una bandera y encendió. La siguiente no encendió. La tercera, sí. Resulta que las habían ignifugado mal. Terminaron por pedir que sacáramos todas. Estábamos a las puteadas, pero nos calmamos y pensamos: bueno, vamos a tratar de leerlo como que nos están cuidando. Al día siguiente jugó River-Boca y la cancha llena de banderas, bengalas, la gente colgada de los paravalanchas. Ahí dijimos: no nos están cuidando un carajo. Me parece, entonces, que todo este control no tiene que ver con el cuidado sino con reprimir al movimiento del rock.
Miguel: Fue Cromañón y fue terrible, pero mañana puede ser el tren Once-Morón a las seis de la tarde o el subte en cualquier momento o un chabón que no revisa el líquido de frenos…
La pregunta entonces es: ¿cómo cuidarse cuando nadie te cuida?
Miguel: Es entre nosotros.
Ale: Ni siquiera tenés que buscar en otro lugar
Miguel: ¿Vas a pedirle que te cuide el policía al que coimearon?
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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