CABA
6 tips para evitar el desastre
Walter Pengue, ingeniero agrónomo y único científico argentino que integra el Panel Internacional de los Recursos de la ONU, es titular de la cátedra de Economía Ecológica de la UNGS y miembro del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente de la UBA. De esta entrevista con MU surgen las propuestas para pensar los problemas del territorio y las ciudades desde el punto de vista ambiental y social. Los Escudos Verdes y la agroecología para superar la degradación de un modelo económico insustentable. Por Sergio Ciancaglini.
1
“Estamos en lo que se conoce como una economía marrón, un modelo de producción que crece a costa de explotar y agotar los recursos naturales sin reconocer las externalidades: los costos sociales y ambientales que eso implica.
El planeta no aguanta más, hay una fuerte presión sobre bienes naturales de base como la tierra, el agua, la biodiversidad, los recursos energéticos. Es la expansión humana, no por crecimiento poblacional, sino por hábitos de consumo principalmente de países occidentales y de otros como China, tan devastadores o más que el capitalismo de Europa o los Estados Unidos.
Si consideramos todo el panorama, vemos que es un modelo totalmente inviable y la perspectiva que se tiene a mediano plazo es la de acumulación de costos presentes con impactos ambientales, sociales, y hasta para el propio sistema económico actual, que resulta insostenible. Un gigante con pies de barro.
El escenario de los próximos 40 años con esta tendencia muestra agotamiento de los suelos, del agua, una brutal pérdida de la biodiversidad y una sociedad que demanda energía que ya no tiene ni necesita. La economía marrón es también una economía podrida: los países industriales están consumiendo 40 veces más energía per cápita de la que precisan para vivir. Es una sociedad energívora.
Lo primero entonces es cambiar el enfoque. Y eso no lo van a hacer los políticos que piensan las cosas electoralmente, a cuatro años a lo sumo. Necesitamos pensar a 30 años, por lo menos”.
2
“Hay indicadores que están reventando. Por ejemplo, la absoluta pérdida de biodiversidad. La tasa masiva de desaparición de especies emula la ocurrida en la época de los dinosaurios. Es un reflejo de la capacidad del ser humano de destruir recursos naturales, biodiversidad, y a sí mismo.
La situación también es crítica con respecto a los cambios en el uso del suelo: la expansión de lo urbano sobre lo rural y de ambos sobre lo natural. Se redujo además la capacidad de resiliencia del planeta, de absorber un impacto y volver a la situación anterior. Podés tirar un litro de agua contaminada al mar y el mar lo va a absorber rápidamente. Pero si son millones y millones de toneladas, esa capacidad se va anulando.
Por eso hay que pensar una transformación en la matriz de consumo, porque la catástrofe está a la vuelta de la esquina, pero a la vez es una oportunidad. Si seguimos pensando en términos de ‘crecimiento’, en cambiar de auto y de celular a cada momento, y en tener aire acondicionado en lugar de aire en nuestra cabeza, no hay solución. Los indicadores muestran una advertencia para que la civilización actual haga todo de otro modo. Hay que destruir el consumismo como modo cultural y de vida, y cambiar de hábitos. Pero hace falta un pensamiento que esté por encima del sistema económico. La economía no nos va a salvar. Lo que nos puede salvar es el humanismo”.
3
“Hay quienes consideran que el capital natural puede ser canjeado, reemplazado por lo que es el capital hecho por los humanos. Es la sustentabilidad débil: el capital natural puede ser un chancho y el capital que pueden obtener los humanos es un chorizo. Pero lo que no se puede hacer –sin invertir una enorme cantidad de energía y conocimiento- es convertir un chorizo en un chancho. En la economía los números siempre cierran. Pero en la ecología jamás cierran, porque siempre hay pérdida de energía y materiales.
En el mundo 1.300 millones de toneladas anuales de alimentos van a parar a la basura, generando un costo perdido de casi 750.000 millones de dólares: un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se desperdicia.
En las ciudades argentinas se tiran y ni siquiera se aprovechan para reciclado más del 50% de las frutas y hortalizas, el 30 % de los cereales y el pescado y el 20 % de la carne y la leche y sus derivados. En el AMBA los desechos alimenticios llegan al 41,55% de todos los residuos sólidos. El despilfarro es global. Según la FAO se pierde el 30% de los cereales, 20 % de los productos avícolas y lácteos, 30% de los pescados y productos marinos, 45 % de las frutas y hortalizas, 20% de la carne vacuna que equivalen a 75 millones de vacas por año, y un equivalente a 1.000 millones de bolsas de papas y batatas. Todo esto demuestra la falsedad del argumento de que hay que incrementar la producción de alimentos.
En el caso argentino, además, con la agricultura extractiva, no se habla del agua que perdemos al producir cada grano, ni de la huella de nutrientes que se regalan. Fósforo, nitrógeno y potasio, son como billetes que están en nuestro suelo. Cada cosecha se lleva esos billetes en una exportación invisible cuyo valor es del 30% de lo que deja esa cosecha (no menos de 6.000 millones de dólares anuales, regalados).
El mundo está yendo a una segunda ola de urbanización. En el caso argentino la proporción de población que vive en las ciudades es de las más altas del mundo: 92%. (Nota: sólo superada por Bélgica, Japón, y por países que son ciudades, como Mónaco o Singapur). Vivimos de espaldas a la naturaleza o al campo. Por eso el sistema puede hacer tantas macanas en el territorio: se llenan las periferias urbanas, y el campo se vacía de gente”.
4
“Argentina ha cementado el campo, lo pavimentamos, lo impermeabilizamos. La lluvia no se absorbe y escurre. Estamos viendo los efectos, al haber más lluvias. Eso es por el masivo uso de agroquímicos: estamos sembrando petróleo. Pero las sociedades no se suicidan. Se nota una toma de conciencia que implica un pasaje de lo individual a lo colectivo y que eso se convierta en políticas públicas y ambientales más armónicas. Muchos que se llenaban de plata con la soja hoy están literalmente con el agua al cuello y pidiendo agroecología.
La idea de un crecimiento infinito de la economía es totalmente loca e inviable. Lo que dicen los políticos es: ‘Hay que crecer para tener más trabajo’. Pero es un error de la izquierda, que quiere un supuesto derrame, y de la derecha, que apunta a la concentración. Cometen equivocaciones gravísimas y todos pagamos el pato. Pero si discutís la idea de crecimiento es piantavotos. Hoy, en realidad, lo que conviene es pensar en otra matriz productiva, o en una transición agroecológica. Pero eso no lo van a resolver los economistas, sino las acciones de las propias comunidades.
La ciencia también puede tener un rol si piensa en gente, en lugar de trabajar como furgón de cola de las corporaciones internacionales con el discurso de la innovación”.
5
“La agroecología no sólo significa producir de un modo diferente, sin agroquímicos, sino que implica el manejo ecológico de los recursos naturales a través de formas de acción social colectiva, que presenta alternativas a la actual crisis de la modernidad mediante propuestas de desarrollo participativo. Incorpora a la gente, y encima le da de comer. El fundamento es lograr la seguridad y la soberanía alimentaria.
Eso enlaza con Agroecología y urbanismo en el siglo 21 un trabajo que hice que va a publicarse este año, con la propuesta de crear Escudos Verdes Productivos (EPV) en los pueblos y ciudades del país. Es la idea de producir en una escala agroecológica en la interface entre lo urbano y lo rural. Así se puede lograr es que la agricultura industrial no avance hacia las ciudades, con la contaminación que significa. Y que lo urbano no avance hacia zonas productivas. Los productores que están en lugares en los que se prohíbe fumigar podrían trabajar agroecológicamente para mercados locales, con lo que se cortan también los monopolios de distribución de alimentos.
Con los Escudos Verdes se impulsa el trabajo rural, recuperar suelos, frenar la contaminación, generar producción de alimentos baratos, sanos y accesibles. Le agregamos la mirada de lo urbano, donde los nuevos barrios de planes sociales, por ejemplo, en lugar de un jardín inútil podrían tener una huerta en 10 o 15 metros cuadrados, capaz de generarle anualmente a cada familia 200 kilos de hortalizas, por valor de unos mil dólares. Planteamos además la idea de los techos verdes que se aplica en ciudades como Chicago, y la de plazas comestibles, en la que se generen comunitariamente alimentos: un cambio absoluto de la ciudad”.
6
“La propuesta de los Escudos Verdes alrededor de los pueblos y ciudades permite, además, pensar en recuperar escenarios de solidaridad, cooperatividad y salud, que hoy perdieron terreno frente al capitalismo urbano que es brutal.
Las ciudades verdes pueden tener sistemas agroecológicos como los que ya se han probado con el Prohuerta, que ha permitido la autoproducción de alimentos a casi 2.500.000 personas a través de 400.000 huertas y granjas familiares, escolares y comunitarias. La agroecología es un modelo que propone algo superador frente a la crisis energética, la degradación de la diversidad y de los suelos, la expansión urbana, los serios problemas de salud, los impactos derivados del cambio climático.
Con los Escudos Verdes, entre muchas cosas, se logra disminuir el riesgo socioambiental producido por la agricultura industrial, promover modelos de recuperación ambiental, impulsar la agricultura familiar de base agroecológica, controlar el crecimiento urbano, recuperar suelos, incluir población rural y periurbana, mejorar la calidad alimentaria y nutricional, crear mercados locales y redes de comercio justo con canales de certificación que escapen a la concentración y costos de la certificación orgánica.
Todo esto implica también otro rol del Estado. El gobierno actual quitó las retenciones al campo y la minería. Las estaban usando pésimamente en la administración anterior. Pero bien vistas y bien aplicadas, las retenciones ambientales son un derecho soberano para resarcir el daño ambiental que se está produciendo. Ahora se está regalando, lo cual genera más concentración económica, empobrecimiento ambiental y social, y economía marrón.
Creo que cada vez hay más conciencia de estos temas. En ese sentido la agroecología puede resultar revolucionaria, porque conecta a las comunidades y movimientos sociales con la ciencia, mostrando un camino a seguir que nos saque la economía podrida. No se trata del pasado, sino del futuro de la agricultura”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
- Revista MuHace 2 semanas
Mu 207: Crear lo que viene
- NotaHace 3 semanas
Julio López, 19 años desaparecido en democracia: sus testimonios contra la Bonaerense
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Triple narcofemicidio: la respuesta al horror
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Femicidios territoriales: las tramas de la violencia
- NotaHace 3 días
Entrevista a Celeste Fierro, tras ser detenida en la flotilla de ayuda humanitaria a Gaza