CABA
Ciudades Miseria
. Este historiador norteamericano de 62 años, poco conocido en Argentina, define el desafío geopolítico moderno: mil millones de personas apenas sobreviven en las villas del Tercer Mundo.
Problema
Con el término “periurbanización” me refiero a una mezcla muy compleja de suburbios pobres, desplazados del centro de las ciudades y, en el medio, pequeños enclaves de clase media, frecuentemente de nueva construcción y vallados. Curiosamente, este fenómeno ha despertado también el interés de los analistas militares del Pentágono, que consideran estas periferias laberínticas uno de los grandes retos que deparará el futuro a las tecnologías bélicas y a los proyectos imperiales. Tras una época en la que se centraron en el estudio de los métodos de gestión empresarial de moda –el just-in-time y el modelo Wal Mart–, en el Pentágono parecen ahora obsesionados con la arquitectura y el planeamiento urbano. El problema que preocupa a los planificadores militares y a ciertos geopolitólogos es que se trata de la emergencia, en cientos de pequeños y grandes nodos en todo el mundo, de ciudades miseria fundamentalmente autónomas, gobernadas por milicias étnicas, bandas, organizaciones criminales internacionales, y demás. No hay duda de que se trata de un problema geopolítico y militar muy serio: si se controla sólo a una parte de la población humana –puesto que una parte de la gente vive exiliada de la economía mundial y algunos espacios ya no juegan ningún rol global–, entonces se están creando oportunidades para que otra gente decida ocupar estos espacios y organizarse en ellos para sus propios fines. Se trata de una situación con implicaciones mucho más profundas que cualquiera de los conflictos que se imputan a la civilización actual. En cierto sentido, ésta ha sido una forma muy inesperada de terminar el siglo xx. Ni el marxismo clásico ni ninguna otra versión de la teoría social predijeron jamás que una parte tan enorme de la humanidad viviría en las ciudades, y que básicamente lo haría fuera de todas las instituciones formales de la economía mundial.
Nuevo escenario
Creo que la izquierda y la derecha coinciden en que los suburbios de las ciudades del Tercer Mundo son el nuevo escenario geopolítico decisivo. En ese escenario más de mil millones de personas a duras penas alcanzan a subsistir en el “sector informal” de las ciudades del Tercer Mundo, como vendedores ambulantes, servicio doméstico, mendigos y similares. El “Planeta de los suburbios” actual es una obra del imperialismo neoliberal.
Riesgo
Nunca podrán reconquistarse esas partes de la ciudad mediante la actividad policial o la invasión militar; para eso hay que ofrecer a la gente algún medio para que puedan volver a conectarse con la economía del mundo. A menos que se proporcionen recursos, o empleos, hay un riesgo evidente de que eso vaya a peor. La gente ha sido arrojada a los brazos del clientelismo tribal y étnico como medio para sobrevivir e incluso como medio para excluir a otra gente pobre del acceso a esos recursos escasos.
Precariedad
Casi todas las investigaciones sobre economías urbanas informales han mostrado que la informalidad consiste básicamente en no generar sistemas de mejora social por la vía del empleo. Indefectiblemente, muchos microemprendedores van a acabar siendo miniemprendedores. Dicho de otro modo, lo que se está haciendo es simplemente subdividir la pobreza. Se pone cada vez más y más gente a competir, tratando de seguir las mismas estrategias de supervivencia en el mismo lugar. El Banco Mundial, las oenegés y los demás apóstoles de la autoayuda liberal lo hacen depender todo de la existencia de oportunidades de emprendimiento económico en el sector informal. Cuando las dos se agotan, se está poniendo a la gente contra la pared, y a partir de ahí ya no funciona ninguna posible válvula de seguridad. Cuando se agoten los recursos, a la gente pobre sólo le quedará esperar milagros.
Provecho
El nuevo imperialismo –igual que el viejo– juega con la ventaja de que la metrópolis es tan violenta, con una pobreza tan concentrada, que produce excelentes guerreros para nutrir esas campañas militares lejanas. Cuando lees lo que se escribe sobre las guerras actuales, te encuentras con que eso es lo que en realidad está capitalizando el Pentágono: están utilizando las ciudades como una especie de laboratorio de combate, que se añade a los experimentos que están realizando con nuevas tecnologías en las ciudades miserias del Tercer Mundo.
Democracia
Estoy convencido de que alguien podría escribir un libro que basara su principal argumento en que uno de los grandes desarrollos de los últimos diez o quince años ha sido el aumento de la democratización de muchas ciudades. Por ejemplo, ciudades que tradicionalmente no disponían de gobiernos consolidados, o en las que los alcaldes eran designados por una administración central, hoy tienen elecciones (como la Ciudad de México o Buenos Aires). En casi todos esos casos, lo más llamativo del asunto es que, habiendo mejorado enormemente la democracia formal –puesto que mucha más gente ejerce su derecho de voto–, en realidad esos votos tienen pocas consecuencias. Eso ocurre por dos razones: la primera es porque los sistemas fiscales de las grandes ciudades del Tercer Mundo son, con escasas excepciones, tan regresivos y corruptos, y disponen de tan pocos recursos, que es casi imposible redistribuir esos recursos a la gente que vota. La segunda razón tiene que ver con que en muchas ciudades –la India es el mejor ejemplo de esto–, cuando se dispone de elecciones masivas, el poder real simplemente se transfiere a agencias ejecutivas, a autoridades industriales y a autoridades de todo tipo dedicadas al desarrollo, las cuales suelen hacer las veces de vehículo local de las inversiones del Banco Mundial. La población local apenas puede ejercer control alguno sobre esas agencias. Lo cual significa que sigue sin poder acceder en serio al control democrático de las ciudades.
Nueva clase
Pienso que deberíamos conceder que el marxismo revolucionario ha subestimado los procesos de “pauperización absoluta”. La clase obrera informal de ahora es similar, en algunos sentidos, a la clase trabajadora clásica. Y, como Marx escribió, usa “cadenas revolucionarias”: no tiene interés en la perpetuación de la desigualdad capitalista. Pero a diferencia de la clase obrera industrial, está exiliada de la producción social y las posibilidades de auto organización y cultura ofrecidas por la industria moderna. Creo que estamos asistiendo a una búsqueda de nuevas fuentes de poder por parte de los pobres urbanos. Esto es particularmente cierto en los países latinoamericanos, tales como Venezuela, Bolivia y Argentina, donde hemos visto a habitantes de los suburbios periféricos hacer un uso excepcional de su poder para usar a los dioses del caos como aliados.
Nueva organización
La organización en los suburbios es extraordinariamente diversa. En una misma ciudad latinoamericana, por ejemplo, hay desde iglesias pentecostales hasta Sendero Luminoso, pasando por organizaciones reformistas y oenegés neoliberales. La popularidad de unos y otros colectivos varía muy rápidamente y es muy difícil hallar una tendencia general. Lo que está claro es que los pobres se han estado organizando a gran escala. Deberíamos prestar mucha atención a la cantidad y a la importancia política de esos movimientos emergentes, ya se den en Sadr City, en Irak, o en una villa miseria en Buenos Aires. No hay ninguna duda de que durante la última década se ha producido un crecimiento espectacular de la articulación de los pobres urbanos en organizaciones activas que están planteando exigencias, en algunos casos enteramente nuevas, de participación política y económica. Y, puesto que se sienten completamente excluidos, hacen oír sus voces por vías distintas a las tradicionales.
Desafío
En casi todos los programas gubernamentales que intentan abordar la pobreza urbana, el suburbio pobre se entiende como un mero subproducto de la superpoblación. Pero la cuestión fundamental no es si la población ha aumentado demasiado, sino cómo cuadrar el círculo entre la justicia social y el derecho a un nivel de vida decente. Por supuesto, la solución ha de pasar por la propia ciudad. El auténtico desafío es conseguir que la ciudad sea mejor como ciudad para todos sus habitantes.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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