CABA
Qué es ser travesti
Marlene Wayar. Es una de las activistas y teóricas del movimiento trans más importantes. De la niñez a la elección de la identidad, repasa la experiencia que sustenta su pensamiento y las historias que nos permiten preguntarnos qué queremos ser.

Travesti, trava, trans, las palabras puede ser maravillosas pero a veces pueden ser puras etiquetas. Marlene Wayar es una persona que activa en la calle y a la vez sacude muchas normas y cánones de pensamiento del clásico y machista, también del clásico y feminista, y también del clásico y trans. Dirigió la revista El Teje, primera publicación trava del continente, y ayudó a tejer la cooperativa textil Nadia Echazú, un sueño concretado por la siempre recordada Lohana Berkins. Es también una de las socias fundadoras de Arecia, pero además Marlene ha publicado Travesti, una teoría lo suficientemente buena de la Editorial Muchas Nueces. En ese libro Marlene plantea la teoría travesti, trans, sudaca y popone paradigmas nuevos, o estallidos nuevos, para pensar desde la ciudadanía y la cultura, pasando por la niñez y la democracia, la educación y la rebeldía, y todo lo demás.
¿Cómo nació el libro?
Es violencia obstetricia. Quienes me circundaban, amistades, compañeros, Muchas Nueces, MU, insistieron que tenía que salir finalmente algo escrito que tenía que producir y salió a los ponchazos. Es un libro urgente, entendí que era necesario que diera el puntapié inicial. Desde los 2000 venimos proponiendo la teoría travesti latinoamericana como una cuestión a construir y no estaba sucediendo, siempre íbamos a parar con suerte al transfeminismo, que está todo bien que así sea, pero nos merecemos un corpus teórico e identitario propio.
¿Y con qué tiene que ver ese corpus?
Tiene que ver con lo que específicamente podemos aportarle a esta sociedad, a la sociedad, al globo, de lo que no están viendo. Creería que, o intuyo yo, que eso específico travesti está en ponerle un parate al adultocentrismo, volver al ejercicio de pensarnos infantes, donde las divisiones, cuando les niñes juegan solos, no emergen. Emergen cuando empieza el mundo adulto: no te juntes con este, qué haces con ese tonto, esa chinita no se qué… pero hay una cuestión física que nos separa del mundo adulto, están allá arriba, nos mandan, nos ordenan. Hay una cuestión de que después empezas a hacer comunista, socialista, peronista, de derecha o de izquierda, celeste o verde, en la infancia todavía está ese registro de somos nosotres, somos nosotras, somos nostredad y creo que aporta a poder jugar todos juntes.
¿Cómo se puede seguir jugando?
No sé si en rigor lo podemos sostener, creo que es un resultado poder mantener la alegría, la frescura, el juego, la capacidad de observar a les niñes, a la naturaleza, a las mascotas y reírte por lo que sea. Creo que es un resultado de la responsabilidad de no tener limada la cabeza de culpas, de sentirte que estás en una cadena de acciones que te van haciendo cómplices: asesinan a un qom sojeros y gendarmes en el Chaco y sos cómplice, ¿cómo hago para no ser cómplices? Estamos en un país donde deberíamos en algún momento haber ido todas y todos hacia el Chaco a decir: paren la matanza, no queremos ser cómplices de esto. O buscar alternativas, por Facebook, por Instagram… No creo mucho en el activismo por redes pero se trata de hacer algo concreto que diga “tenemos en claro, son ustedes”, e ir cercando a quiénes son los responsables, las responsables, por ejemplo de esa matanza, y tomar las acciones que deberían suceder, intervenir la provincia. Está todo escrito, es muy simple si se piensa, hay un corpus penal, hay tanto escrito, ¿qué parte de “no matarás” no entendiste? No matarás por acción, no matarás por omisión, no pueden morir niñeces de hambre y que nos sigamos negando a verlo, y que estemos con ese peso de sentir que somos responsables de eso. Somos responsables de no exigir que los medios de transporte con los cuales me dirijo a trabajar no sean con un mínimo de comodidad para mí que estoy queriendo aportar a mi sociedad y que quiero que el resto de los trabajadores y trabajadoras vayan bien en un transporte que se aparte de un concepto del tiempo que le dedico al trabajo. Todas esas cuestiones se van cargando y la consecuencia es la infelicidad, es alejarme de la posibilidad y la frescura de reírme. La risa que busco termina siendo el esperpento, el reírme del chiste burdo y barato del gordo porque es gordo, del puto porque es puto, del que se cayó, del que se le cayó el diente en cámara, del que se le cayó el paladar, de Norma Plá cuando le saca la peluca a la policía.
Ver lo conservador, lo reaccionario, el machismo, en la derecha es más fácil. Qué pasa cuando esos elementos aparecen en movimientos como el feminismo, ¿está eso también?
Está en mí tratar de negar lo inoculado que tengo en mí y saber que hay algo innato. La primera vez que en el subte me miran de mala manera, sigue caminado ese mismo tipo, le mira el culo a otra, le dice “gorda” a otra, y va así, la primera reacción que tengo es: “viene el subte, le pego una patada y que se lo lleve puesto”. No soy una santa. Trabajo conmigo misma para reconocerme en esos lugares, para tomarme cinco minutos, para perdonar a ese pobre personaje que tan alienado está que no nos puede apreciar con delicadeza, no nos puede abordar con respeto. Es un pobre resultado de una micro pedagogía constante que lo ha convertido en eso. No está afuera, es muy simple el ejercicio de poner afuera, cercar, es lo que hacen las sociedades y los Estados genocidas, construir esos guetos que cada vez son más etéreos, que cada vez son más intangibles, como el campo de concentración o la zona de apartheid. Ya no es así. No quiero convertirme en eso. Cuando era muy chica me hacía mucho ruido y me producía mucha seducción: “que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda”. Me hacía ruido: ¿hacerle comer mierda a otra persona? ¿Al rico? Prefiero sus recursos.
Infancia trava
¿Qué recordás de tu propia infancia que te haya traído a ser ésta que sos hoy?
Mi mamá fue muy prolija, ella tuvo a Walter, a los cuatro años a Waldo y a los cuatro años a mí. Con una criatura de cuatro años podía tener otra en brazos, tres estaba bien. Y mi hermano mayor no sé por qué celó mucho a mi mamá conmigo, en mi cabeza pensaba que debía celarlo a su hermano que lo había seguido y él le había sacado a su mamá pero yo tenía bastante apego con mi vieja, bastante complicidad, en la cocina, ellos con mi papá, eran electricistas, estaban con el auto, las herramientas, el futbol, tenían muchas más complicidades. Entre esas cosas él me escondía un oso que era el objeto preciado por mí, un osito, hasta que un día aparece arriba del ropero y descabezado. En mi elucubración era lógico que fuera él porque estaba tan alto que no podía ser otro, y mi mamá medio cansada de la situación lo llama a Walter, le dice “no podés ser así”. Él no niega el hecho y dice: “Fui yo porque ese oso es mío”. Y ahí me doy cuenta que ese oso no era mío, era una herencia, que él había dejado de jugar con el oso y yo lo había recibido; me hizo sentir una enorme frustración y desde ese momento mi objetivo fue mi mamá. Encima él vivía en otra lógica, entraba al secundario, turno doble, menos interés en la casa, yo quedé convencida de muy chiquita que habíamos tenido una batalla, casi legal, y que yo la había ganado: que el objeto preciado, mi mamá, me pertenecía. Y cuestiones como esa. Después de más adolescentes mi vieja y mi viejo no van a saber qué hacer con una trava, pero esta trava y su omnipotencia, su soberbia, su amor propio, el amor propio que ellos construyeron, amor propio por mi libertad, mi autonomía, hicieron que ellos sin entender nada de diversidad, de disidencia, sin Butler, sin nada, siguieran sosteniendo el abrazo, siguieran sostenido el amor. Les costará mucho dolor, y yo realmente pude ver que les dolía sobre todo verme marchar a la prostitución: era todo lo contrario para lo que estaban preparados y aun así sostuvieron el amor. Esas cuestiones me marcaron muchísimo.
La práctica de la teoría
Hiciste El Teje, ahora sacaste el libro, siempre bajaste al plano teórico y de la reflexión cuestiones que siempre tuvieron que ver con el ejercicio, con el hacer, salir a la calle, sin embargo decías que tardaste mucho ¿con qué tiene que ver esta reflexión?
Es con nuestras condiciones misma, con qué tiene que ver la travestidad; tiene que ver con tantísimas cosas, incluso con la biología, que la hemos puesto en el lugar de prohibido pensar que esto es biológico. Tiene que ver con el proceso de alienación que yo iba sufriendo e iba soportando desde esta soberbia, esta omnipotencia que tenía de niña, no darme cuenta que estaba muy enferma, con una cuestión de adicción muy grande, entonces yo salía eufórica a la escena pública, mataba a cualquiera y después volvía a castigarme y caía y caía, y me auto-laceraba. Tiene que ver con la insistencia de que esto fuese colectivo, de que lo construyéramos colectivamente, que no podía ser con mi firma, copyright de Marlene Wayar. Tiene que ver con que en ese proceso voy descubriendo que si tantas personas me lo piden y puedo manifestar que esto no es mío, que yo finalmente me hago responsable, pongo mi firma y digo esto yo lo legitimo, es legítimo, pero me ha sido pasado, no es mío, no es todo producción mía, a lo mejor se me cayó a mí la idea pero es un aprendizaje en la prostitución, con mis compañeras, esto es colectivo, yo soy la última que le da forma, empaqueta. Tiene que ver con la desesperación y la responsabilidad: no pueden seguir naciendo niñas, niños, que no tengan dónde pararse, que sigan pensando durante mucho tiempo que son la primer monstruosidad en el mundo, no, que sepan que habremos muchas monstras previas y que tengan de dónde pararse a caminar inclusive para criticarnos. Tiene que ver con la desesperación de saber que tenés una espada de Damocles sobre tu cabeza, podés ser mañana víctima en manos de un policía, en manos de un travesticida, en manos de un accidente pedorro, en tus propias manos con una sobredosis: está ahí la fehaciente posibilidad de tu deceso, entonces dejá algo. Que nuestras vidas no sean efímeras, la responsabilidad, el homenaje a todas mis muertas, tiene que ver con muchas cosas. Tiene que ver con la posibilidad de reparación, también, de decir: acá estamos, nos ha movido el resentimiento, nos ha movido tantas cosas a lo largo de nuestras vidas pero no nos queremos quedar ahí. Acá no hay victimismo, somos víctimas que es diferente, somos víctimas activas y a pesar de todo el desbarajuste que han hecho, del estado de cosas espantoso en el que hemos tenido que nacer, crecer y desarrollarnos, a pesar de eso queremos reparar, queremos ser propositivas.

El cuerpo político
¿La identidad es una construcción atravesada por lo colectivo pero es a la vez algo que uno se auto alumbra, una auto creación más que algo heredado?
Siempre partimos de la herencia, quieras o no está ahí, todo el mundo te preexiste. Y hay genialidades, saquémoslo del plano para ejemplificar: está Picasso, que tiene su recorrido propio pero hay tanto que lo preexiste, el hecho de que ya agarre pinceles y óleo son dos cosas que le preexisten. Con algo contás y desde ahí vas a empezar a construir, porque te oponés o por empatía con algo. Vas creando, y te vas independizando, y le vas dando una forma particularísima a todo eso que te preexiste, vas cometiendo errores, subsanando errores, y vas construyendo. Hay un elemento que creo que al menos nosotras no hemos contado que es el amor responsable. Y creo que muchos y muchas de nosotras no lo tenemos más allá de la comunidad travesti. Sí, tu deseo existe pero estamos en el plano de la realidad entonces con amor y diciéndotelo bien voy a decirte algunas cosas que hay que decirte para que pienses y para que pensemos en colectivo. Por ejemplo: estas con 40 kilos, tenés un metro setenta, no es saludable, estás vomitando sistemáticamente, no es saludable, te vas a morir, no estas siendo sexy con 40 kilos, es mentira, sos un esqueleto, sos una momia caminando, me da miedo verte así. Eso es amor responsable. La otra puede creer lo que quiera. Pero mi responsabilidad es decirte que no te veo bien y si recurrimos a cualquier informe mínimamente científico van a decir que no estás siendo alimentada bien, que tu perspectiva es que probablemente mueras. De la misma manera es nuestra responsabilidad es decirle “no” todas las intervenciones en nuestro cuerpo, incluso cuando lo quieras intervenir al extremo primero aprendé a querer tu cuerpo, este es el cuerpo que tenés, tu estatura, tu piel, tu genialidad, tus ojos, tus uñas: querelo y después dale la forma, pero intentemos ser lo menos invasivos posibles porque lo que está en juego es tu salud y que vos puedas disfrutar de tu cuerpo, que conozcas tu cuerpo, que conozcas tu deseo, que conozcas qué prácticas te gustan o no.
Marlene Wayar, ¿qué es para vos la política?
Es tu voz en el espacio público, que nadie opine por vos, que tu voz estéen cualquier discusión en el espacio público. La política es que tu voz no deje de estar en cómo construimos relaciones sociales. Ojalá esto pudiera ser realidad, que fuéramos tan conscientes de que la voz de cada quien importa en su autonomía y en la construcción de redes sociales que vamos a sostener después hasta lo macro político, pero empezando por lo micro.
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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