CABA
Aires de libertad
Festeja sus 20 años de transmisión de las voces del barrio Sur, en el conurbano cordobés. No sólo se trata de los programas que los vecinos hacen, ni de que es la radio más escuchada en esa zona, sino del trabajo social que la sostiene y que demuestra de qué se trata, en serio, la comunicación.
Al llegar cuesta entender si esto es una radio o una nave que está a punto de partir hacia algún viaje inesperado. Los integrantes del programa Fiesta de Cuartetos andan subiendo equipos a una camioneta para llevarlos a una exposición de jóvenes de barrios periféricos, donde cantarán grupos de cumbia y habrá teatro hecho por chicos con Sindrome de Down. Mientras suben los equipos saludan a Pituca, que conduce Amigos del Tango todas las noches y es madre de una desaparecida.
Quizás la nave ya partió, porque en la sala los operadores timonean a Tito Guzmán, que está en el aire, con su programa La Feria, donde caben desde las denuncias sobre lo que pasa en el barrio, hasta las recetas de cocina de Lucy. “Pero no es mi programa –dice Tito– yo soy el conductor: la radio la hacemos todos”. Un poco más allá, los chicos de uno de los talleres de capacitación del barrio están organizando una carpeta de fotos maravillosas que hicieron ellos mismos. Y otro poco más acá, con unos mates que rondan como micrófonos, se arma una reunión con los corresponsales populares de la radio: Susy que además hace reiki, Cristina que es farmacéutica, y Oscar, integrante de la legendaria Comisión del Inodoro Gigante que –con la radio como altavoz- movilizó al barrio para lograr que sus habitantes no vivieran sumergidos en ya-saben-qué.
Este flash es apenas un minuto de lo que vive Radio Sur, fm comunitaria ubicada en el barrio Villa El Libertador de Córdoba, que no está a punto de partir: siempre está viajando. El itinerario va por dentro de la sociedad, sus conflictos y sus alegrías. Como lo saben los vecinos –quizás no los científicos de la comunicación– esta radio se mueve de un modo que cualquiera puede imaginar: una pata en la tierra y la otra en el aire.
La gesta del inodoro
Villa El Libertador forma parte de Barrio Sur, 250.000 personas, una enorme ciudad en sí misma donde se escucha por todos lados esta radio que habrá que agasajar con torta y velitas porque el 10 de diciembre cumplirá una edad mítica: 20 años.
La fecha no es casual, cuenta Judith Gerbaldo: “El 10 de diciembre es el Día de los Derechos Humanos. El barrio es emblemático por la cantidad de desaparecidos sociales que tuvo durante la dictadura, y todo lo que hacemos está impregnado por esa idea: ni los propios organismos de derechos humanos a veces han entendido que la comunicación también es un derecho humano”. La historia nació con un grupo que integraba cecopal (Centro de Comunicación Popular y Asesoramiento Legal) organización que trabajaba con los vecinos por el problema de la tierra, los abusos inmobiliarios y la creación de huertas comunitarias. Pronto verificaron que la comunicación era algo demasiado importante como para delegarla en manos de los “medios de comunicación”. Estaban necesitando pronunciar y oír sus propias palabras. Fecundada la idea, el parto fue feliz: “Queríamos darle micrófono a quienes no lo tenían para que pudieran contar sus problemas, ver entre todos cómo resolverlos, y además escuchar música, informar de otro modo, y trabajar con los vecinos” plantea Mario Farías, director de la radio.
Lo hicieron. Han organizado campañas de vacunación, forestación de espacios públicos y talleres de capacitación en las áreas más diversas. Frente a una toma de una escuela reclamando salarios, por ejemplo, transmitieron tres días desde dentro de la toma. “No estamos afuera, formamos parte de las luchas del barrio” explica Cristina.
Un caso emblemático fue el reclamo de los Consejos Vecinales: “Vivíamos en medio de los excrementos por falta de obras” recueda Oscar Parissi, que tiene un taller mecánico en el barrio y con sus vecinos y la radio promovió un reclamo que se simbolizó en la construcción, con caños y tela de pasacalles, de un inodoro de casi nueve metros de altura en pleno 2001. “Formamos la Comisión del Inodoro Gigante, hicimos cortes de ruta, pero dejábamos pasar a los autos dándoles un volante informativo. Cuando volvían, del otro lado de la ruta, recuperábamos los volantes para poder repartirlos otra vez. Mucho recurso no había, ¿sabe?”. La gesta fue exitosa, aunque recién tras cinco años de inodoro movilizado.
Al entender su propia fuerza, todo este movimiento siguió viaje, cuenta Oscar: “Hay unos 236 centros vecinales, y los estamos recuperando porque en muchos casos no hacen nada o no nos representan, y eso casi siempre pasa porque se van para la política partidaria o la función pública. Y ahí sí que morimos. Si vamos a terminar siendo punteros políticos, todo esto no sirve para nada”.
Pituca baila el tango
Uno de los emblemas de la radio es el programa Amigos del tango, que Pituca Avendaño conduce de lunes a viernes desde hace 19 años. La diferencia de un programa así en una radio comunitaria es que la gente va a bailar a la emisora una vez por mes. Los oyentes escuchan tango en vivo y pueden imaginarse una fiesta de firuletes (o ir a sumarse). “Conocí la radio porque venía a denunciar los problemas del asfalto, la luz, el colectivo, y a pelear para que pusieran un colegio secundario, que se logró”, narra Pituca, que tiene una hija desaparecida por las huestes de Luciano Benjamín Menéndez. “Nunca me devolvieron los huesitos. Lloro, pero calladita. Y acá seguimos peleando, pero también haciendo una radio que es como una segunda casa para todo el barrio”. Cuentan que hace poco presentaron una obra teatral en la fm, y varios vecinos confesaron que jamás habían ido a un teatro.
De abajo hacia arriba
Sur emite informativos de Aler (Asociación Latinoamericana de Enseñanza Radiofónica) y Farco (Foro Argentino de Radios Comunitarias). Judith: “Nosotros recibimos los informativos y participamos. No es una cadena, como la CNN, suponete, que manda un tipo con su mirada y su ideología. Acá es una red. Cada radio hace su propuesta, decide a quién pone, qué informa, y así se va elaborando un tipo de informativo totalmente diferente, de abajo hacia arriba”.
Otro secreto: Sur no es una de esas típicas emisoras-hosteles, que alquilan espacios al que pasa por ahí, con baño compartido. “Aquí hay un concepto que reúne a toda la radio, y por eso hay programas de 19 años como el de tango, pero también otros que están desde hace 10 o 15, siempre con mucho éxito” dice Tito Guzmán. Éxito difícil de medir. “Para Ibope no existimos” cuenta Mario. “Algunas investigaciones de estudiantes con muestreos sobre 250 casos, indicaban que La Feria, a la mañana, tiene un 40 por ciento de encendido en el Barrio Sur. Baja a la tarde y sube otra vez con el programa de Pituca”.
Medios y fines
Más secretos: la otra fuente informativa de Radio Sur son sus corresponsales populares. “Para nosotros lo que hacen ellos es verdadera comunicación contrahegemónica, porque no son periodistas sino vecinas y vecinos que encontraron en la comunicación un modo de fortalecer a las comunidades” explica Judith. La red de corresponsales incluye a la enorme comunidad boliviana, con don Sócrates Condorí, albañil, puestero de ropa, y ex compañero de Evo Morales como un referente. Susy Carranza, especialista en reiki y terapias alternativas, además de corresponsal, pronuncia una definición antológica: “Para mí comunicar es que la gente se entere de las cosas que los medios no cuentan”.
Cristina Yáñez, presidenta de una junta vecinal y farmacéutica, postula: “El sentido actual de los medios de información es desinformar. Son parte del poder, quieren que naturalicemos la pobreza, la injusticia y la exclusión, que nos parezca lo más normal del mundo”.
Susy, además, produce el programa feminista Tramando, y cubrió el juicio a Luciano Benjamín Menéndez “con una mirada de género”. ¿Qué significa eso, en un juicio a militares? “Si bien hombres y mujeres sufrieron torturas, padecimientos y crímenes, se vio que el caso de las mujeres fue peor por su vulnerabilidad y porque estaban en manos de quienes las tenían secuestradas como objetos, no como sujetos, para sus necesidades. En este juicio apareció muy fuertemente como dato la violación como uno de los tormentos”. La corresponsal popular detectó así algo que suele quedar oculto o relegado en las denuncias sobre la dictadura: los militares eran literalmente violadores.
Susy detalla que Tramando se dedica también a hablar de la píldora del día después, de los centros de salud que no la entregan, de organizaciones de mujeres, “en un lenguaje llano para mujeres que a lo mejor no terminaron la primaria, pero sostienen familias enteras y saben mejor que nadie cómo es la vida”.
¿Todo eso implica una mirada local? Judith plantea que al contrario, la radio funciona abierta al mundo. “Aquí se apunta a la transformación social a partir de la recuperación de la palabra. Se habla de lo que pasa en el mundo y en el país, sin quitar lo cotidiano, la alegría, la música. Tiene que estar la denuncia, la crítica. Pero también tenemos que enamorar”.
Power on
La radio se financia con publicidad del barrio definida como “bolichera”, algunas pautas oficiales que brillan más por ausencia que por presencia, el aporte voluntario que realizan algunos programas cuando pueden, y toda una línea de fondos que buscan para realizar proyectos educativos y de comunicación (por ejemplo, una red de radios escolares del barrio). “Somos expertos armadores de proyectos, siempre que estén en línea con lo que hacemos. Preferimos morirnos secos antes que hacer cualquier cosa para conseguir recursos”, explica Mario.
¿Cómo se ve desde este lugar lo que pasa con el periodismo? Parissi aprendió que la prensa convencional se acercó movida por la curiosidad hacia el inodoro. “Pero esta radio fue fundamental para que el reclamo se convirtiese en obras”. Cristina: “Son monopolios ideológicos, quieren ser formadores de conciencias, pero no ayudan a nada positivo”. Judith: “Estamos pasando por un momento gravísimo para la democracia. Los medios trabajan al servicio del poder financiero y económico, sin importarles lo que sucede en la base de la sociedad. Lo del campo fue la mejor prueba. La manipulación a favor de los sojeros fue asquerosa salvo en nuestro caso y en el de Radio Nacional, que se bandea para el lado oficialista. Las radios han sido de la peor derecha, principalmente LV3 y la sucursal cordobesa de Mitre”.
Hacer política
Parece que unos investigadores en comunicación anduvieron por el barrio consultando sobre la influencia de Sur. “La radio nos enseñó a hacer política” contestó un grupo de vecinos. Los investigadores pensaron que allí se hacían talleres políticos, seminarios concientizadores, memorizaciones militantes. “No. Lo que pasa es que la radio nos obligó a hablar, a planear qué queremos, cómo vemos las cosas, a discutir al aire con funcionarios para que hagan lo que tienen que hacer. Y para eso tuvimos que prepararnos, conocer, argumentar y hablar mucho entre nosotros para saber qué decir”. Es posible que sea otra definición para recuadrar sobre lo político, pero habrá que pensarla después porque ahora los chicos de la Expo Joven que promueve la radio se están instalando en un centro comunal para hacer talleres sobre salud sexual, cómo detectar y defenderse de los abusos de autoridad, o de la discriminación, y después habrá recitales de cuarteto y cumbia. Vendrán casi 1.000 chicos de barrios llamados periféricos (cada vez más centrales). En un rincón encienden los equipos, y armaron algo que llaman radio abierta. Tal vez en esas dos palabras esté la clave de todo.
CABA
El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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