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Naturaleza viva

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El Delta. Está a punto de dejar de ser un paseo popular para convertirse en el terreno de grandes negocios turísticos, barrios privados y de curiosas iniciativas oficiales, tales como el monocultivo del bambú. Los que resisten.

Naturaleza vivaNunca te podes morir de hambre en el Delta”. Lo dice Rosendo Saín con la seguridad de quien sobrevivió de la pesca, de la caza del carpincho y la nutria durante 42 años. Ganó unas monedas con el mimbre y el junco. Fue peón en las quintas que cultivaban limón, naranjas y manzanas. Pero la necesidad lo fue alejando de la Segunda Sección de islas donde nació. Así llegó a la Primera, reformulada por el turismo.
Dice que las diferencias son del ‘mil por mil’ y que se fueron acrecentando con los años. “Me acuerdo que de pibe íbamos a vender frutas al puerto, pero en un momento nos nos pagaban un carajo. Mil naranjas llegaron a valer 20 pesos”. Recuerda que ese proceso se acentuó cuando tenía 8 años. Es decir, a comienzos de la dictadura militar. Y no es una casualidad sino una causalidad del plan económico ideado por Martínez de Hoz y otros. Por si queda alguna duda Rosendo aclara: “En la Segunda Sección está todo muerto, la gente sobrevive de lo que planta, de lo que cosecha. Y en la Primera se hacen edificaciones y hay gente con mucho dinero”.
Rosendo se adaptó a las nuevas reglas de juego y trabaja en la construcción para mantener a sus hijos y su esposa.
Sin embargo, advierte que no le gusta que “lo corran al isleño o al que quiere vivir en la isla, así de pesao”.
“Así de pesao” es la descripción de las maneras que adoptan los emprendimientos turísticos para desalojar a los isleños, como en el caso de la Isla Privada Colony Park . Rosendo define ese escenario con sus palabras: “Lo natural contra lo que está forzado”.
 
 
Nirvana oficial
A mediados de octubre el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y las autoridades del China National Bambu Research Centre (cnbrc) firmaron un convenio de cooperación para la promoción y desarrollo del bambú como recurso en la región del Delta, en el marco de un plan integral forestal. Días después, el intendente de Tigre, Sergio Massa, detalló que se utilizarán 100 hectáreas para esta producción en el Delta. Según el jefe comunal “de esta manera vamos a crear esta nuestra reserva de carbono y se mejorará el perfil ambiental de Tigre”.
El convenio se realizó sin conocimiento y aval del Comité de Gestión de la Reserva de Biósfera Delta del Paraná, una entidad vinculada con la producción de la región y los organismos técnicos y académicos, con actuación en el medio isleño. Fue uno de los motivos por los que Luis Alberto Cancelo, concejal de Tigre, presentó un proyecto cuestionando la iniciativa. Entre otros puntos, insta a que “se tomen medidas de planificación, protección y control que garanticen que este patrimonio no continúe siendo degradado y contaminado por la acción inescrupulosa y cortoplacista.”
Por otro lado, señala un razonamiento poco difundido: “La globalización del cambio climático creó un nuevo mercado con un nuevo producto: carbono”. Los países centrales como China y Estados Unidos son los que mayor cantidad de gases aportan a la atmósfera. “De esta manera se promueve el traslado de la contaminación a países de bajo costo –explica Cancelo– y se disfrazan actividades nocivas de sumideros de carbono, como los monocultivos de Bambú”.
Advierte además que lo que está en peligro son “los humedales del Río Paraná, un sistema único en el mundo, que constituye uno de los más grandes reservorios de agua dulce y biodiversidad en Sudamérica”.
Lo natural contra lo que está forzado.
 
 
Guerra cultural
«Al Estado no le interesa que haya gente en el Delta, no genera ninguna condición para el arraigo”, sentencia Diego Domínguez, docente de Humanidades de la Universidad de Buenos Aires, quien desde hace un año vive en una casa sobre el arroyo Gambado que alquila por 250 pesos por mes.
La creciente expulsión de los isleños para el negocio inmobiliario, el aniquilamiento de la producción local dejaron a la población del Delta solo como el “sector servicios” del turismo. Como si esto fuera poco, hay otras dificultades que son más cotidianas que alimentan ese futuro oscuro para los lugareños, por ejemplo, la falta de transportes para los niños que van a la escuela.
Santiago Arena, hace dos años vive en el Delta es profesor de canotaje y también bajista. Explica: “Terminar la primaria es todo un logro, polimodal hay uno solo en la zona y, en general, los chicos trabajan desde muy chicos con los padres en el mantenimiento de casas de fin de semana, en la construcción, o con el junco y el mimbre”.
Cuenta que su abuela, Irma Martinoli, nacida en la Tercera Sección de Islas, andaba 60 cuadras para ir al colegio y 60 para volve pero por el agua, remando. Cuando el hermano más grande terminó la escuela primaria ningún otro chico de la familia quiso repetir esa experiencia. “Sin embargo –reflexiona Diego– hay otras ventajas en esta forma de vida. Un derecho propio del isleño. Por ejemplo, el junco no es de nadie pero es de todos. El Estado no ha llegado a algunas prácticas, no las puede regular, aunque intente. Y esto tiene que ver con la fuerza y con la forma de vida de supervivencia donde se juegan reglas propias”.
El docente hace la siguiente distinción: el ‘islero’ es el habitante más profundo, y el ‘isleño’ es un personaje que crea el discurso del Estado. En ese marco de sutiles distinciones podemos incluir la inauguración del Rincón del Escritor, una especie de homenaje a Haroldo Conti que reconstruye su casa en el paraje Punto Muerto de la Isla Les Palmiers, en el arroyo Gambado. Desde el 13 de junio fecha de su apertura no se realizó ninguna actividad y lo que se publicitó como un centro cultural quedó solo como una escenografía.
 
 
Lo pequeño, junto
¿Quiénes habitan el Delta? ¿Qué los une? Diego ataja la primera pregunta: “Campesinos que adaptaron su ser campesino al agua, gente que se escapa de la ley, gente que elige vivir acá. La identidad isleña está atravesada por un montón de cosas, pero nadie te hace pagar porque sos de otro lugar.”
Santiago: “La creciente y la bajante te hermanan. Hay una solidaridad muy grande a pesar de que saludes con la mano todos los días y nunca hayas cruzado más que ese saludo.”
¿Establecerse en un lugar como este tiene un costado político? Diego: “Yo voy a criticar a nuestros padres que creían que las cosas iban a cambiar al tomar el Estado. Creo que al mundo lo vamos a transformar, transformándolo. Nos hemos dado cuenta de que tenemos que construir las relaciones personales de otra manera. También, de que tenemos que producir nuestros alimentos, sino dependemos de los supermercados. Estas pequeñas cosas son pequeñas experiencias, pero también una opción política.”
Y agrega: “Relacionarte con la tierra y con los animales de otra manera es ir hacia la vida. Y en ese proceso uno no se plantea ser un mártir, sino crear tus opciones.”
Cecilia, profesora de filosofía y música, cuenta que antes de instalarse en el Delta ya tenía una idea: hacer talleres productivos. Pero esa premisa se fue modificando al adaptarse al paisaje. Y entonces cuenta en qué derivó: “El Centro Cultural Casa Puente fue recuperado por nosotros. El lugar estaba abandonado y lo fuimos laburando. Empezamos a hacer una feria de intercambio, proyectamos películas. La idea era simple: conocernos. Las primeras veces venia la gente nueva del Delta. Luego llegaron los vecinos más antiguos”.
Así comenzaron a funcionar los talleres de teatro, de arte con basura reciclada, huerta, música. Sin embargo, todavía no cuentan con la convocatoria deseada. En ese sentido, Cecilia aclara: “Quizás no está en el imaginario del isleño la idea de asistir a un taller, pero en nosotros está la de responder a las necesidades: si la necesidad es construir una balsa, hacemos un balsa. Pero también si queremos ver una película que nos gusta solo a nosotros, la vemos.”
Andrea Kelmasky, bailarina y música, remarca que los lazos entre los pobladores se dan desde las necesidades prácticas. “No te ponés a charlar en medio del río. Y eso hace que estén limitados los acuerdos y las posibilidades de discutir cosas que surgen y nos afectan a todos”
Uno de los trabajos que potenciaron la posibilidad del encuentro fue la realización de “Otro mapa, otro Delta”. Esta actividad implicó el diálogo y puesta en común con otras personas inquietas. Los integrantes de El Puente lo explican así: “El mapa intenta reunir y comunicar actividades que se realizan en el Delta y sus alrededores para hacerlas públicas y mostrar la red de organizaciones que también habitan y hacen a este su territorio. El objetivo que compartimos es defender y producir un Delta alternativo a los modos individualistas y consumistas de urbanización.”
En ese mapa se pueden distinguir organizaciones tales como El Foro Isleño, El Centro Cultural Popular La Perla, la Asamblea Delta y del Río de la Plata y el movimiento Intuwasi.
Puentes que comienzan a comunicar.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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