Mu44
De otro tipo
Boom Boom Kid. Creador de Fun People, una banda con estilo musical inclasificable que lideró la escena autogestiva en los 90, ahora se presenta con nuevo nombre y propuesta.
Cuando la conversación comienza, el cronista intenta dejar rotulada la grabación, para permitir una búsqueda futura más rápida, entonces le dice al grabador: “Señor Carlos Rodríguez” a lo que el entrevistado aclara: “No soy Señor, y ese es el nombre por el que me llama la policía…yo ahora soy Boom Boom Kid o El Carlo…”, seudónimos a los que se podría agregar, tal vez el más conocido para las mayorías: Nekro.
Compositor, interprete, dibujante, artista plástico, skater; creador y único exponente de un estilo musical que a lo largo de la década del 90 le dio reconocimiento internacional y un éxito rotundo conduciendo la agrupación Fun People. La banda se dedicaba a mezclar estilos de rock duro como hardcore, punk o heavy metal con otros de menos calorías como reggae, twist o be-bop y que hacía de cada una de sus presentaciones un verdadero batido de energía y sensaciones.
Tal vez hablar de sus canciones carezca de sentido, siendo que quien no las conozca las puede encontrarlas en la web con un solo click, pero la manera en la que Boom Boom Kid (o Nekro) desarrolló y desarrolla los ya 22 años de su carrera es ese carácter autogestivo, independiente, alejado y enfrentado a las corporaciones de la industria musical, en todas sus instancias, sumado a un talento compositivo e interpretativo reacio a soportar comparaciones, lo que hizo de él un personaje digno de ser reconocido.
Masticable
Durante la década del 70 el solo hecho de subirse a un escenario o abrir un sótano para musiquear para algunos amigos, ya era, en sí, un acto de rebeldía y un riesgo concreto. En esas condiciones surgía la escena del rock alternativo y sus géneros. Sumado a eso, la industria todavía no estaba consolidada y buscaba nuevos valores comercializables. Los cuidaba de no presionarlos demasiado para poder seguir agrandando el negocio de la música. Una década después, con la democracia ya instalada (¡o casi…!), cantar canciones insultando en varias tonalidades “al sistema” y grabarlas para una compañía que “propone” temáticas y melodías a sus artistas y elige y exige cantidad y calidad de composiciones, para después quedarse hasta con las migas, ya no tenía sentido. En ese contexto, los pocos que buscaron un camino alternativo, alejado de esas presiones, se vieron obligados a tener una propuesta artística original, porque ya no tendrían los recursos de las empresas para garantizar difusión. Ahí asoma la cabeza Fun People, un grupo de músicos-amigos, que decidieron no venderle sus creaciones a nadie más que a su público, en forma directa, mano a mano…
Dice Boom Boom Kid (en adelante BBK): “No quería trabajar más de cadete, quería ser dueño de mis mañanas, de mis tardes” y es por eso que subió uno a uno todos los escalones necesarios para que las canciones lleguen de la sala de ensayo a la compactera (o cassetera en aquella época) Entonces, BBK se encargó de la grabación, la edición, el diseño grafico, el armado de las tapas, las fotocopias y repartija de los volantes, la venta directa y distribución de sus discos… algo que continúa hasta hoy, ya con un sello discográfico propio. El músico sale a pegar afiches, pero ahora delega algunas cuestiones: “Antes tomaba calmantes, ahora me concentro más en la música y en el dibujo y hago patineta para calmar mis males o para expresar mi felicidad”. Y agrega: “Uso poco Internet… para difundir y para conocer música, pero tengo amigos que me ayudan con esa parte”. La idea del “outsider” va mas allá del manejo de la red de redes: “Trato de escaparme del sistema”.
Independiente (al cubo)
Fue en el 2000 cuando sacó boleto para emprender el viaje solista, se despidió de suscompañeros de ruta, dejó atrás 11 años de Fun People y otros tantos de su marca personal: Nekro. Comenzó entonces una nueva propuesta, y lo que los desprevenidos creían seria el próximo disco, resultó ser la nueva identidad del personaje en cuestión: BBK. Algunas cosas cambiaron en el plano musical, pero no la promiscua conjunción de influencias ni la fertilidad compositiva.
BBK escribe y sugiere paisajes imposibles, que aciertan en la sensibilidad del oyente. Habla de causas justas, como la defensa de la vida animal, el repudio a la represión de las dictaduras y otros temas con las que se ha comprometido más profundamente aún, como con el movimiento de mujeres. Se mantuvo relacionado con UMA, la Unión de Mujeres Argentinas durante casi una década.
Como se sabe, hacer un camino nuevo, por más finito que sea y por más piedras que tenga en el medio, suele resultar en elogios y seguidores de algún lado, pero también enojos y enfrentamientos. “Cobrábamos la entrada 5 pesos y los managers de otras bandas nos decían que les estábamos cagando el negocio, le tocábamos los huevos a las estructuras tradicionales”. Pero no eran solo las entradas: “Vendíamos los discos muy barato, porque así ya ganábamos guita y la música llegaba a todos lados”
Después de Cromañón las alternativas se comprimieron al extremo y el circuito se destartaló (“las bandas sentían que se les iban de las manos la escena y la juventud”) y en la necesidad de buscar nuevos caminos surgieron agrupaciones como UMI (Unión de Músicos Independientes) o MUR (Músicos Unidos Por el Rock) que organizaron a los artistas y las bandas que no tienen cabida en los sellos convencionales, o simplemente que no quieren entregar el proceso artístico y el negocio a los empresarios. Sin dudas, BBK es un precursor de esa idea. Él se sabe independiente, inclusive hasta de los independientes: “Fuimos parte de la generación de la independencia organizada, pero éramos los que menos hablábamos de eso…”
En ese momento BBK empezó a sellar el pasaporte más seguido: viajó solo y en banda por Japón, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, en salidas de un fin de semana o 6 meses. Cuenta la leyenda que a Norteamérica llegó con sus rastas amarillas, una guitarra acústica y un sueño libertario y con eso le bastó para pasar una temporada viviendo de, con, y para la música. ¿Cómo? Le enseñó sus canciones a un grupo improvisado de músicos improvisados y salió a rodar, a cambio de comida, casa y varios metros de amistad. La forma en que viajó con su música sirve para conocer algo de BBK alias Nekro, antes Carlo, si no fuera porque rápidamente aclara: “Eso es lo que sentía hacer en ese momento. No me ato a nada, mañana puede cambiar”. Como sus nombres…
Lo cierto es que si alguien quisiera encontrarlo, el correo electrónico no es la mejor opción, claro. Tal vez caminar: “Vivo por muchos barrios, siempre ando con crayones de colores: donde veo mucho gris, le pongo un color”. Una confirmación es su última producción. Se trata de un material, editado en vinilo, con forma de frisbee, esos discos para tirar en la playa, que sirve según cuenta “para escuchar música y jugar”… Jugar y ser libre. Siempre.
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De punta
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