CABA
Por abajo
Una mirada desde abajo sobre lo que pasó en la primera vuelta y la que se viene. Desde Famatina a Esquel, pasando por el conurbano. Cómo analizan el nuevo escenario. La apuesta en común: construir la democracia todos los días, en el barrio y en la calle.
A días de un balotaje inédito y tal vez insólito que nadie sabe bien qué cosas desatará en la siempre extraña realidad argentina, Waldemar Cubilla mira la villa La Carcova, junto a los basurales de José León Suárez, y propone una palabra para describir la situación actual, que tal vez refleje lo que sienten millones de personas asombradas:
“Jaque”
Así comenzó una recorrida de MU para conocer ideas, incertidumbres e intuiciones de quienes integran algunas experiencias sociales emblemáticas (aunque para algunos serán desconocidas), que orbitan lejos de las farándulas de moda, pero palpitan estos tiempos. Modos diferentes de pensar la política, no sólo como asunto partidario, sino como acción de grupos y comunidades. Otras miradas, otras formas de actuar, y otras orejas.
“La oreja tiene que estar más presente que la boca en estos barrios para entender qué es lo que pasa. Por eso hay críticas a los partidos políticos o a algunos funcionarios. Vos tenés frío, y te traen ojotas” dice Waldemar, Wali, que hace un año conmovió al Papa cuando pudo saludarlo en Roma, regalarle una gorra de la Biblioteca Popular La Carcova y decirle, entre otras cosas: “Yo era adicto a la delincuencia, pero ahora estoy dando clases”. Waldemar tiene 35 años, pasó 10 en la cárcel, robó con armas y empezó a estudiar Sociología cuando la Universidad de San Martín instaló la carrera, tanto para presos como para guardiacárceles. “Estudiar me abrió la cabeza, me mostró otro mundo”. Cumplió su condena. Volvió a La Carcova (que en el barrio se pronuncia sin acento en la a). Tiene dos hijos: Eros y Jano. “Mucha mitología griega en la cárcel”, se ríe. Venía de hacer alfabetización de adultos detrás de las rejas y quería replicar la experiencia en la villa, fundando además una biblioteca: empezó a construir una casilla con chapas y maderas sobre la tierra, pero lo rodeó un puñado de chiquilines de entre 8 y 10 años con preguntas irreverentes como ¿qué es una biblioteca? La oreja comprendió todo, y Wali decidió que La Biblio (así se la conoce desde siempre) sería para los chicos. Eso fue hace 4 años. La Biblio ha crecido mucho, tiene 8 talleres para los chicos, Wali sigue yendo a la cárcel a ver a sus compañeros, trabaja además en la UNSAM y está a punto de recibirse de Licenciado en Sociología, en un país absorbido por la situación electoral.
“Acá el resultado fue una sacudida, por los planes que se pueden perder. Al mismo tiempo pasó algo: mucha gente recibió ayuda para hacer su casa, por ejemplo. Pero es mucha más la que no la recibió. Todo fue muy administrativo. A vos te doy, a vos no. Y los que no recibieron se sienten afuera”. ¿Y los planes sociales? “Te asegurás la olla, no morirte de hambre. Pero también es muy administrativo. No se lo siente como un derecho, no se lo politiza en el buen sentido de la palabra, para que se entienda qué significa ese plan”. La Biblio ha crecido en ladrillos y cemento y talleres gracias al aporte de la UNSAM, el SEDRONAR (por allí la invitación a visitar al Papa) y la Secretaría de la Niñez. “Uno lo agradece, pero a la vez sabe que lo que nos dieron son migajas. Igual crecimos una banda. Otras organizaciones recibieron mucho más, y están cada vez peor. Lo que nos dieron está puesto acá. Los vecinos lo ven. Y por eso nos creen y confían”.
Otro dato: “Lo primero que me vino a la cabeza es qué puede pasar con nuestro trabajo en la cárcel al gobernar María Eugenia Vidal. Hasta ahora el gobierno nacional hacía campañas para contener a la policía, para que seamos los veedores de la Bonaerense. Pero ahora va a haber un gobierno en la provincia más preocupado por la represión. Y la droga las maneja la policía en gran parte”, advierte, recordando que a mitad de año cayó toda una banda de jefes policiales ligada a la protección al narcotráfico. “Pero si tenés un gobierno más de derecha que va a trabajar al lado de la policía, tenemos problemas. Charlamos entre nosotros que es un momento más que nunca para llamarnos, estar atentos, buscarnos, porque la puerta de la cárcel es cada vez más grande. El discurso de la guerra contra el narcotráfico es cárcel contra nosotros, vidas en riesgo, mientras el narco sigue igual, trabajando como siempre, o más tranquilo todavía”.
Decisiones: “Voto a Scioli, a pesar de que duplicó las cárceles, porque creo que con Macri sería peor. Pero no vamos a las reuniones de los movimientos kirchneristas del barrio. Somos nacionales y populares, pero estos compañeros nos dejaron afuera siempre. Si no sos un soldado te quedaste afuera. Bueno, preferimos ser independientes, ser autónomos, tomar nuestras propias decisiones”.
Repartir el poder
Corina Milán es una joven profesora de Literatura, dos hijos, vecina y asambleísta de Esquel, la ciudad que en 2003 plebiscitó con un 82% su rechazo a la megaminería. Fue una de las fichadas este año por servicios de inteligencia (con perdón de la palabra inteligencia) junto a otros vecinos y a comunidades mapuches de Chubut, lo cual indica que las mineras y determinadas autoridades (con perdón de la palabra) mantienen su nivel de hostilidades con respecto a la comunidad. Hace un año la Iniciativa Popular presentada con más de 13.000 firmas para prohibir la megaminería fue ignorada por diputados chubutenses que recibían mensajitos telefónicos con directivas de los ejecutivos de las mineras.
“En las elecciones de Esquel pasó algo raro. Para presidente ganó Scioli, para gobernador, Mario Das Neves (opositor a kirchnerismo) y para intendente Sergio Ongarato (radical de Cambiemos). Mucho corte de boleta, como que la gente quiere repartir el poder. Todos los candidatos en Esquel, incluso el intendente electo, estuvieron contra la minería, eso es un avance, si es que cumplen con su palabra. Das Neves se vistió de antiminero para oponerse a Buzzi (kirchnerista, ex dasnevista) que hizo un gobierno bastante espantoso. Pero sabemos que a nivel nacional vienen tiempos difíciles. Los dos muchachos que pelean el balotaje son enemigos de lo que nosotros planteamos”. Por mail Corina envía la tapa de El Inversor energético y minero, que titula La minería celebra la orientación pro-sector de Scioli, Massa y Macri.
Corina nunca pensó en votar a Macri ni tampoco a Scioli, aunque aclara que lo dice a título exclusivamente personal, y no en nombre de los vecinos autoconvocados. “Valoro políticas que llevó adelante el kirchnerismo, por ejemplo en recursos educativos. Nos llegan buenos libros, películas, materiales. Valoro la reivindicación de las Madres y Abuelas, el matrimonio igualitario, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y montones de cosas que celebro, pero muchas corresponden a luchas anteriores y más amplias. No es que las inventó el kirchnerismo graciosamente. Los derechos humanos son un patrimonio de todos. Pero esa vara tan alta que pusieron con buenas políticas marca la contradicción con otras. No puede haber derechos humanos selectivos. Que las víctimas de los 70 tengan un valor que no le dan a los derechos humanos de los pueblos de la cordillera, los fumigados, o los pueblos originarios. Uno tiene que ser coherente”, se ilusiona Corina.
Esquel ha creado consignas inolvidables como el No a la mina (sitio web de referencia internacional), ¿Qué parte del No es la que no entienden?, El agua vale más que el oro, o No somos Grinpis, somos la ballena. “Lo que decimos es que vamos a seguir siempre en la calle hasta que las mineras se vayan. El 4 de cada mes nos movilizamos haga frío, calor o una primaverita como ahora, y vamos con nuestros hijos, conversamos, estamos juntos. Se ganó mucha conciencia, y se ganó autodeterminación. Lo nuestro es de largo aliento. El objetivo está por encima de la coyuntura electoral y por eso vamos a estar en la calle, sin descartar que quieran hacer una represión zarpada contra nosotros. Ojalá entiendan que tenemos razón, como lo demostró el derrame de cianuro de Jáchal, en San Juan, el mes pasado. Pero cuando supe cómo reprimieron a la gente allí o en Angulo (La Rioja) te juro que lloré de bronca. Parecería que no les importa la vida. Parecería que creen que somos todos boludos”.
Valores que Corina adjudica a la experiencia de Esquel: “Salimos a hablar casa por casa, no hay líderes, así que no pueden descabezarnos, la experiencia colectiva, fraternal, es preciosa de experimentar y te fortalece, te compromete y sobre todo te entusiasma. No es lo electoral, sin otro modo de hacer política, no de partidos sino entre nosotros, y cotidianamente”.
Sobrar el partido
«Nosotros no votamos a Macri porque lo conocemos en la ciudad y ha trabajado fluidamente con la patronal que quiso vaciar el hotel”. Federico Tonarelli es vicepresidente de la Cooperativa del Hotel Bauen, y presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA). “Pero frente al balotaje estamos preocupados. En términos futbolísticos, creo que cancherearon el partido en la primera vuelta, pensando que sacaban más de 10 puntos de diferencia. No vieron que había un torrente de votos que piensa que el macrismo es un cambio. También reconozco que pudo haber un voto castigo de gente que no es macrista, pero me parece peligroso creer que Macri representa la continuidad de las cosas bien hechas. Para nosotros es todo lo contrario”.
Federico reconoce:“Hay muchas cosas que este gobierno hizo, y también muchas cosas que no hizo, y que ahora habría que poner en marcha. Lo que aprendimos en las empresas recuperadas es que no podés confiar simplemente en la voluntad de quien gobierna. Si no se pelea desde abajo, desde el mundo del trabajo, los cambios no van a poder producirse ni aunque todos los funcionarios sean compañeros. Acá hubo un veranito de esperar que te contesten algunos reclamos, pero ahora deja de tener sentido seguir recostado en eso. Hay que prepararse para lo que se viene, que no es fácil. Y si no, pueden venir por nosotros, uno por uno”.
¿Qué significa la autogestión, pensando hacia el futuro? “Que no somos como las empresas de capital. Somos cooperativas, horizontales, gestionamos y decidimos los trabajadores. Todo el mundo se llena la boca hablando de distribución de la riqueza, pero en estas experiencias se distribuye equitativamente en serio. Son valores contrarios a las empresas con fines de lucro. Lo nuestro es la economía social y el trabajo colectivo”. Desde 2007 el Bauen está amenazado de desalojo. Alguna vez Federico pensó que no dejaría que lo saquen vivo del hotel. “Pero en los peores momentos, aparecieron los mejores momentos: la solidaridad de la gente, la confianza, y la legitimidad que nos da saber que tenemos razón y que nuestro planteo es el justo. Una compañera me dijo una vez que convertimos en normal algo anormal, como es trabajar todos los días en un lugar acechado judicialmente. Pero es así: de acá no nos vamos ni locos”, dice, sabiendo nunca se puede cancherear ningún partido.
Todo se puede
Cristina Devita es una de las fundadoras de una escuela que no es privada ni estatal, sino de gestión social: Creciendo Juntos, de Moreno. Cuenta que la Radio Estudiantil Comunitaria de esa escuela lanzó un manifiesto titulado No somos neutrales. Cristina: “No estamos hablando de nombres sino de proyectos, en nuestro caso en el campo educativo. Creo que la situación de la primera vuelta es que todos nos tranquilizamos un poco, pero los votos demostraron que no tendría que haber sido así”, dice. En lo educativo hay cuestionamientos gruesos sobre lo que ocurre en las escuelas bonaerenses: “Los chicos han tenido pocas clases, pero a la vez la currícula educativa es excepcional. Entonces hay una paradoja. Los buenos programas solos no alcanzan, los ponen en práctica los docentes, que a veces son un hueso duro de roer. Te pueden bajar plata, capacitarte, pero si no querés hacerlo, estás en un confort bárbaro y no pensás en los chicos, la cosa no funciona. Mejorar la educación, hacer cambios, trae incomodidad porque exige más de cada uno”.
Creciendo Juntos no tiene dueño, es de la comunidad de docentes, padres y alumnos. Aplica un paradigma educativo de excelencia, participativo y con logros notables en términos bonaerenses: no hay casi deserción, los chicos no faltan (incluso van los feriados) y egresan rumbo a las universidades. “Nosotros ya sabemos lo que se viene, porque en provincia ganó el PRO. Y bueno: nos tendrán que conocer. Empezaremos desde cero. Iremos, nos presentaremos. Capaz que nos beneficia, aunque a nosotros nos interesa que se beneficien todos. Habrá que ver si estamos o no en el horno”, diagnostica culinariamente. Cristina recuerda una frase que repite a los chicos, a sus compañeros, y a sí misma. No se refiere a las elecciones ni a los gobiernos, sino a la vida: “Todo se puede, menos rendirse”.
Cristalizados
La Unión Solidaria de Trabajadores (UST) es una cooperativa encargada de sanear el relleno sanitario del CEAMSE en Wilde, pero además creó escuelas, un polideportivo una Mesa de Organizaciones Barriales y un emprendimiento agroecológico para enseñar a los chicos de las escuelas y abastecer a sus 80 obreros. Mario Barrios: “Somos de un barrio pobre, peronista y kirchnerista, donde lo que pasó electoralmente se nota: incluso los que reciben programas sociales se sienten cansados. Es que el plan social, aparte de las corruptelas, no te cambia la vida, sino que cristaliza la pobreza. Podés consumir, o parar la olla, pero no te da horizonte. Se pierde el orgullo por lo que hacés, que reconozco que es lo que hemos recuperado nosotros con la UST: la capacidad de hacer cosas. El Estado no es una cosa arriba nuestra, el Estado somos nosotros, y me parece que se delegó mucho en que el gobierno haga las cosas. Y eso siempre termina mal, más allá de las cosas positivas. Creo que nosotros estamos destinados a todo lo que seamos capaces de inventar y de sostener. Porque hay que sostener con el cuerpo lo que uno dice con la boca. Nuestras herramientas son trabajar, estar siempre, hablar, tener autonomía, que sepan que nadie nos maneja con una billetera. ¿Nos van a querer cerrar, o no darnos plata? Hay que perder el miedo. Este país pasó por demasiadas cosas, ¿cómo vamos a tenerle miedo a Scioli o a Macri?”.
Desde Famatina, Carina Díaz Moreno, de los vecinos autoconvocados contra la minería habla de algo similar: “Acabamos de echar a la cuarta minera de los últimos 10 años, ahora haciendo un bloqueo de caminos en Angulo. No tenemos esperanza en las elecciones ni porque cambie un presidente. Ojalá el que gane entienda. La democracia la creamos nosotros, todos los días, participando en la decisión sobre los bienes comunes y el territorio, recuperando el pensamiento crítico y la participación. Ese es el motor de lo social”.
Cuando le cuento lo que dijo Carina, Waldemar mira el campito, la villa, y aclara una idea que había quedado pendiente. “Vamos a ver qué pasa. Es jaque, pero no mate”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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