Con 133 votos afirmativos, la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto que establece que el 30% de los festivales musicales incluya mujeres solistas, agrupaciones de mujeres o agrupaciones mixtas. Fue el resultado de la construcción colectiva de músicas de distintas generaciones y circuitos a partir de la radiografía machista de la escena. La autoridad de aplicación será el Instituto Nacional de la Música (INAMU) y contempla multas de hasta el 6% de la recaudación, que será destinado al fomento y promoción de proyectos nacionales emergentes. Mavi Díaz, una de las impulsoras, dice a lavaca: “Vamos a tratar de facilitar a empresarios y productores con nuestros listados de artistas para que puedan cumplir”.

En la última sesión del año, a las 22.23, con 133 votos afirmativos, la Ley de Cupo en eventos musicales se convirtió en ley. La Cámara de Diputados llevaba más de diez horas de sesión mientras las artistas esperaban desde media tarde su tratamiento. “Todos estos días fueron muy intensos, hasta último momento no sabíamos si entraba”, cuenta la música Mavi Díaz a lavaca.

La tarde anterior habían realizado frente al Parlamento proyecciones y batucada para pedir el tratamiento. La sesión iba a ser ordinaria pero el bloque del oficialismo presentó otras leyes para discutirse y se transformó así en extraordinaria dando la posibilidad de que la Ley de Cupo sea incluida, que ya contaba con media sanción del Senado. Cuenta Mavi: “Pero por cómo estaba impuesto el tratamiento de las leyes llevaba mucha discusión, se habían anotado muchos oradores y a lo último la gente se empezaba a ir. Decíamos: ¡a ver si cuando nos toca no hay quorum!”.

Minutos antes de la votación se le escucha al presidente de la Cámara decir que estaban al límite de quorum. Cuando se votó había 157 presentes y 100 ausentes. Después de presentado el proyecto solamente hablaron dos legisladores. El diputado Daniel Filmus, presidente de la Comisión de Cultura a la que tuvo giro, e impulsor del proyector, saludó a las artistas que estaban presentes, y dijo: “Marilina Bertoldi acaba de ganar el Gardel de Oro, diecinueve años después de que lo hizo Mercedes Sosa: esto indica la necesidad que tenemos de apoyar el cupo femenino en los espectáculos artísticos”. Luego tomó la palabra la diputada Paula Oliveto y anunció la abstención del bloque de la Coalición Cívica.

Fueron 133 votos afirmativos, 5 negativos y 16 abstenciones.

Y fue ley.

Hacer historia

Para la elaboración elaboración del proyecto, las músicas Celsa Mel Gowland junto a Alcira Garido, ambas con experiencia en gestión cultural, analizaron las grillas de los 46 principales festivales de música del país, abarcando todos los géneros y todas las provincias. El resultado es contundente:

• 42 de esos festivales, es decir el 91%, tiene menos de 20% de participación de solistas mujeres o agrupaciones lideradas por mujeres.
• En 25 de los 46 festivales, el 54%, el número de la desigualdad desciende a 10%
• En 8 de los 46 festivales no hubo ninguna mujer liderando.

Con esta radiografía machista de la escena, músicas de distintas generaciones y circuitos se juntaron para construir un proyecto que levante el piso de participación en los festivales. Entre ellas: Hilda Lizarazu, Isabel de Sebastián, Mavi Díaz, Mariana Bianchini, Nelly Gómez, Liliana Vitale, Elbi Olalla, Lucy Patané, Lula Bertoldi, Carolina Peleritti, Barbarita Palacios y Nora Sarmoria. Luego se impulsó en las 24 provincias del país mediante 32 agrupaciones de músicas.

Así armaron la ley, que en su primer artículo postula que “tiene por objeto regular el cupo femenino y el acceso de las artistas mujeres a los eventos de música en vivo que hacen al desarrollo de la industria musical”. Luego, sostiene que “a partir de los diez (10) artistas programados, se entiende que el cupo femenino se cumple cuando éste represente el treinta por ciento (30%) del total de artistas solistas y/o agrupaciones musicales de la grilla”. 

Para establecer el cupo femenino se tendrá en cuenta “artistas solistas y/o agrupación musical compuesta por integrantes femeninas y/o agrupaciones musicales nacionales mixtas entendiéndose por estas a aquellas donde la presencia femenina implique un mínimo del treinta por ciento (30%) sobre el total de sus integrantes”.  Y la Autoridad de Aplicación será el Instituto Nacional de la Música (INAMU).

En el caso de incumplimiento, los sujetos obligados -aquellos que cumplan la función de productor/a y/o curador/a y/o organizador/a y/o responsable comercial del evento- deberán “pagar una multa por un valor equivalente hasta el seis por ciento (6 %) de la recaudación bruta de todos los conceptos que haya generado la actuación de los eventos de música en vivo”. Lo recaudado mediante multas “debe tener como destino el fomento y la promoción de proyectos de músicos y/o músicas nacionales emergentes”.

Lo que viene

Después de la votación, las artistas que estaban en la Cámara se juntaron a cenar y pensar lo que viene. Mavi Diáz relata esas inquietudes: “Vamos a tratar de facilitar a empresarios y productores con nuestros listados de artistas lo máximo posible para que puedan cumplir. Nosotras queríamos que salga para que los festivales que todavía pueden metan mujeres en sus programaciones. No es punitiva: nadie va a ir preso porque no se cumpla este verano porque hay un tiempo de adecuación. Si bien la ley empieza a correr desde los cinco días posteriores a su aprobación en el recinto queremos tener todas las herramientas posibles para facilitar sobre todo en este momento que ya están los festivales en la puerta”.

Previo al plenario de comisiones de familia, mujer, niñez y adolescencia y de Cultura, donde se obtuvo el dictamen, las artistas tuvieron reuniones con empresarios, productores y managers. “Hubo todos los colores de opiniones que te puedas imaginar”, explica Mavi. “Pero con muy buena voluntad por parte de todos pudimos llegar a un consenso”.

Las reuniones estuvieron dedicadas a hablar de la aplicación, “sobre todo hacer entender que no es una ley que está hecha para castigar”.

El porqué de la ley se encuentra en los propios fundamentos del texto: “Es histórico el reclamo por parte de las mujeres músicas, tanto intérpretes como autoras y compositoras, sobre las dificultades para encontrar espacios donde exponer su visión del mundo a través del arte. Si para los músicos en general cada vez se achican más y más los espacios para tocar, en el caso de las mujeres esta estrechez alcanza la imposibilidad de dedicarse a la música como medio de expresión y como fuente de trabajo e ingresos económicos”.

Por eso, Mavi Díaz explicó a lavaca tiempo antes de la votación: “Cuando hablamos de la Ley no solo pedimos para que la cultura entera no se prive de la voz y de la obra de la mujer en la música, sino también hablamos de una ley laboral”