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Alerta cultura: una movilización a Plaza de Mayo con propuestas de medidas urgentes
A través de una perfomance en vivo y con pedidos de propuestas concretas trabajadorxs de la cultura, la fotografía y la tevé se movilizaron a Plaza de Mayo ante la crisis desatada por el parate en el sector. Nucleados a través de distintas organizaciones dirigieron una carta a la Jefatura de Gabinete en la que reclaman una compensación salarial, la tarjeta alimentaria, el pago de montos adeudados, la exención de monotributo, la suspensión de pagos de alquileres y servicios de espacios. Proponen como método de financiamiento un aporte extraordinario a las plataformas virtuales. A través de altoparlantes en la calle y en diálogo con lavaca relatan situaciones angustiosas y la forma de aunar este reclamo inédito: «La pandemia y la cuarentena viene a exhibir crudamente las condiciones de deterioro en las que nos encontramos les trabajadores de la cultura y les artistas”.
A las 12 en Plaza de Mayo, y guardando la distancia obligatoria y las normas de protección sanitaria, Trabajadorxs de la cultura y artistxs de cine, televisión, música, artes escénicas y fotografía se concentraron hoy realizaron una movilización en reclamo de medidas urgentes para el sector de la cultura que incluyò una instalación de les trabajadorxs audiovisuales con trípodes y carteles que filmaron desde un dron, un show musical a cargo de Ramiro Pérez, cantante del Coro estable del Teatro Colón, intervenciones de representantes de cada una de las organizaciones convocantes y una performance de trabajadoras de la danza.
Luego entregaron una carta en Casa Rosada dirigida al Jefe de Gabinete Santiago Cafiero. En ella realizan una serie de reclamos y solicitan una reunión, ya que van casi cien días de cuarentena en los que sus actividades están completamente paralizadas. La mayoría están relacionadas a espectáculos en vivo o rodajes donde el contacto físico es prácticamente imposible de evitar. Al ser trabajadores discontìnuos, por sus formas de contratación, no están incluidos dentro de las ayudas económicas que dispuso el gobierno para esta etapa de pandemia.

“Somos distintas agrupaciones las que convocamos: TAP (Trabajadorxs Audiovisuales Precarizadxs), Asamblea de Trabajadorxs de la Fotografia, Actuemos, que es de actores y actrices, Musicxs Organizadxs, una agrupación de aritstxs de la zona sur, un grupo de trabajadores cinematográficos nucleados bajo una organización que se llama Panda y compañeras y compañeros independientes que se sienten también en la misma situación y plantean los mismos reclamos van a estar movilizándose también”, cuenta Francisco Rizzi, que representa a TAP. Subraya que la situación del sector es muy preocupante por la suspensión total de las actividades: “Nosotres no tenemos ningún tipo de ingreso, lo cual nos lleva a situaciones realmente dramáticas. Hay compañeras y compañeros que están pasando necesidades muy angustiosas, hay compañeras que están pidiendo ropa para bebés por los grupos que nos nuclean de whatsapp y distintas formas virtuales en que nos estamos organizando o compañeros que están pidiendo si se les puede acercar algo de comida lo cual da cuenta también de la precariedad de las condiciones en las que venimos trabajando durante muchísimos años. La caída en el poder de compra de nuestros salarios, siendo trabajadores inconstantes nuestras actividades generalmente tenían ingresos extraordinarios por no tener una continuidad y que suponían incluso la posibilidad de tener tiempos de parate como estos en donde tuviésemos la posibilidad de con una espalda económica poder sobrellevar tiempos de inactividad. Hace mucho tiempo que eso ya no sucede entonces esta pandemia y la cuarentena viene a exhibir crudamente las condiciones de deterioro en las que nos encontramos les trabajadores de la cultura y les artistas”.
Durante este tiempo distintas agrupaciones estuvieron llevando a cabo asambleas virtuales para hablar de las problemáticas comunes y buscar soluciones a sus principales necesidades. Primero reclamaron ante el Ministerio de Cultura, luego ante el Ministerio de Trabajo y hoy lo hicieron en Plaza de Mayo.

Rizzi agrega: “Nuestra situación contrasta muy seriamente con todo el festival de subsidios que reciben las grandes empresas en este momento, incluso aquellas que no han dejado de producir, como es el caso de Ledesma, o Viacom, la multinacional que tiene Telefe, para nosotros es una empresa que está muy cerca de nuestro sector y vemos que recibe subsidios de parte del estado y para les trabajadores en estos cien días de cuarentena no ha habido absolutamente nada. El colmo es el caso de Netflix que incluso teniendo en su poder los productos que nosotres logramos realizar antes de que empiece la cuarentena están teniendo ganancias extraordinarias. En el marco de la cuarentena Netflix amasa ganancias un 16 % por encima de lo que era su facturación anterior al 20 de marzo, por lo tanto hay un sector que está teniendo ganancias extraordinarias y se ha hablado bastante de un posible impuesto a estas OTTs (plataformas que ofrecen servicios por internet). Por el lado de les musicxs también está Spotify con la misma situación”.

En lo que va de la cuarentena ya realizaron otras convocatorias para exponer sus reclamos: “En la primera movilización que hicimos salió Luis Puenzo (el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales – INCAA) a acusarnos de que les trabajadores de cine no teníamos los subsidios porque no habíamos sabido explicar bien la naturaleza de nuestra actividad y de las relaciones contractuales que teníamos al momento de trabajar, que es completamente injurioso porque él siendo una persona que viene de la industria del cine lo conoce perfectamente. Además el secretario del sindicato de trabajadorxs de la industria del cine le había ido a plantear esto a Puenzo los primeros días de la cuarentena, pidiendo un IFE de $10000 y había dicho que no. Estaba perfectamente al tanto de la necesidad de todes les trabajadores audiovisuales de contar con un subsidio y terminó diciendo que estaban analizando lo del impuesto a las OTTs. Pero ese impuesto no sería tal porque saldría del IVA que pagamos los usuarios del 21 % en nuestras facturas, el 10% iría destinado a un “impuesto” pero no va a ir a los bolsillos de les trabajadores que estamos necesitando ese subsidio sino que pasarìa a formar parte de la caja que fomenta a las grandes productoras con las que se reunió, como el caso de Tinelli y Suar, que estuvieron en la Casa Rosada con Alberto y Puenzo- Así que estaría destinado a esos fines y no a paliar este cuadro de hambre y desocupación que está pasando el sector audiovisual de trabajadores”.
Estas son las reivindicaciones que solicitan en la carta presentada en Casa Rosada:
– Compensación salarial de $30.000 por el tiempo que dure la cuarentena, y retroactivo al comienzo del aisalamiento social.
– Tarjeta alimentaria ya.
– Trabajo registrado en plataformas online (ciclos, talleres, charlas, exposiciones).
– Exención del pago del monotributo.
– Suspensión del pago de servicios y alquileres de espacios donde se desarrollen actividades culturales.
– Pago de montos adeudados por el Estado (INCAA, INAMU, INT) a trabajadorxs de la cultura.
– Prohibición de despidos, suspensiones y cesanteos.
– Impuesto extraordinario a las plataformas virtuales (OTTs).

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Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
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Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
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