Nota
Antes de la marcha a Tribunales: el tic tac y el amparo colectivo contra un DNU con el que se intenta gobernar por fuera de la ley

Se presentó un amparo colectivo contra el Poder Ejecutivo que pide que se declare la inconstitucionalidad y la nulidad absoluta e insanable del DNU 70 del actual gobierno. A este amparo se agregará este miércoles la manifestación a Tribunales de todo el sector gremial, donde habrá también otro pedido de amparo presentado por la CGT. Cachorro Godoy, de la CTA, plantea que el DNU tiene “el carácter de un golpe de Estado”. El tic tac de estos días hasta el viernes, el texto completo del amparo y los razonamientos ante el presente.
El primer amparo colectivo contra el Decreto de Necesidad y Urgencia del gobierno de Javier Milei dice: “Lo que se impulsa es la modificación radical y estructural del modelo de desarrollo humano, de progreso económico con justicia social, de productividad de la economía nacional y de crecimiento económico del país sin esperar que el Congreso pueda evaluar la propuesta y el radical nuevo rumbo que se plantea. La Constitución Nacional no autoriza que los Decretos de Necesidad y Urgencia sean utilizados para este propósito cuya facultad corresponde sustancialmente al Congreso de la Nación”.
El amparo fue presentado ante el juez en lo contencioso administrativo federal Esteban Furnari por Hugo Cachorro Godoy, secretario general de la CTA Autónoma, el economista Claudio Lozano (del partido Unidad Popular), Rodolfo Aguiar (Asociación de Trabajadores del Estado, ATE) y el Observatorio del Derecho a la Ciudad, a través de su presidente Jonatan Baldiviezo.
Insanable
El primer párrafo del recurso plantea que:
“Se declare la inconstitucionalidad y la nulidad absoluta e insanable del Decreto de Necesidad y Urgencia N° 70/2023 y de toda normativa o acto que derive de su vigencia o que fue dictado en su cumplimiento, por violar la Constitución de la Nación Argentina (arts. 29, 33, 36, 76; art. 75, incisos 18 y 19, art. 99, inciso 3), por constituir el ejercicio de facultades extraordinarias y facultades equivalentes a la suma del poder público, por constituir una desviación de poder y un abuso de derecho público, por violar el principio republicano, la división de poderes, la democracia, el principio de reserva de ley y los derechos colectivos de la ciudadanía argentina a la participación en la dirección de los asuntos públicos directamente o a través de sus representantes”.
El amparo solicita una medida cautelar que suspenda cualquier efecto y vigencia del DNU: “Este DNU no tiene por objetivo afrontar la solución coyuntural y transitoria de una situación de emergencia en circunstancias excepcionales sino establecer un nuevo rumbo social y económico para el país de forma permanente».
Se reclama además que se declare para el tratamiento parlamentario del DNU la inconstitucionalidad del artículo 24 de la ley 26.122 “por violar los principios de división de poderes, el bicameralismo establecido en nuestro régimen constitucional, los principios democráticos y de corrección funcional que informan todo el texto constitucional y están particularmente presentes en los arts. 1°, 29, 76, 82 y 99, inc. 3°, de la Constitución Nacional”.
El amparo completo, para descargar aquí

Sospechas y sartenes
“Acá, andamos como rana en el sartén” dice a lavaca Cachorro Godoy de la CTA Autónoma, que junto a la CTA de los Trabajadores y la CGT convocan al acto de este miércoles, frente al palacio de Tribunales donde tiene su sede la Corte Suprema de Justicia.
“El dato principal es que el presidente quiere arrogarse la suma de poder y está actuando en consecuencia violando la Constitución y al Congreso con este DNU. No hay ninguna necesidad, ninguna urgencia. Solamente la voluntad de gobernar por decreto”.
Considera que el gobierno “se arroga funciones no solamente de derogar leyes que están aprobadas hace años en el Congreso, sino que modifica leyes sin fundamentar en absoluto, las razones. Se multiplican las sospechas de que el texto de ese de ese DNU fue elaborado en oficinas de las empresas o en bufetes de abogados de empresas privadas. Y es evidente que el decreto está hecho a medida de los intereses de sectores muy concretos”.
Godoy opina que “de ahí a la traición a la patria hay un breve pasito, que la justicia debe investigar”.
El protocolo
¿Y qué se viene? “La justicia tendría que expedirse sobre la inconstitucionalidad del decreto. Y los diputados y senadores se tienen que poner los pantalones largos, autoconvocarse, obligar a que se trate el tema en sesiones extraordinarias, rechazándolo. En ese mientras tanto, tenemos que multiplicar los esfuerzos de movilización popular. Este miércoles no solo vamos a Tribunales sino que hemos convocado a movilizaciones en todo el país”.
¿Y el protocolo? “La mejor manera de enfrentar los intentos de irradiar miedo es con participación popular. La mejor manera de que se guarden el protocolo allá donde no les da el sol es que esa participación se exprese con miles de compañeros y compañeras en las calles. Creo que es lo que va a suceder mañana”. Godoy no anticipa más sobre qué estrategia plantearán los sectores sindicales durante la movilización.
Sobre la sociedad actual, describe: “Argentina es un país fragmentado. Esa es la razón por la cual desde unas minorías están construyendo un escenario político aparentemente de mayorías. Yo creo que no es así. Creo que lo que hay es una construcción mediática que no da cuenta de la realidad de fragmentación de multiplicidades de sentido, de intereses y de pérdida de rumbo político, que se sigue expresando cotidianamente”.
Comparando Macri/Milei
Algunas personas sostienen que hay que darle tiempo a este gobierno y otras empiezan a sospechar un error. “Hay distintas opiniones y obviamente dentro de esa sociedad somos una parte de la clase trabajadora que quiere expresar con firmeza y con contundencia el rechazo a estas políticas. En 2015 organizamos la primera movilización para llevar una carta abierta al presidente Macri alertando sobre los riesgos de sus formulaciones. Fue el 29 de diciembre de ese año, al Ministerio de Trabajo. Después fue La Bancaria y recién el 24 de febrero se llenó la Plaza de Mayo del 2016”.
Ocurrió acaso lo impensado: todo empeoró. “Hoy es brutal el carácter de estas medidas. Y es muy consciente buena parte de nuestra sociedad de que esas medidas ya fracasaron y que no se pueden seguir aplicando sin producir tremendo daño sobre el cuerpo social de la Argentina, por eso hay tanta gente que ya se moviliza”.
Máscara, empresas y tic tac
No siempre funcionó la confluencia gremial que se supone hay ahora. Explica Godoy: “A nosotros nos hubieran gustado medidas más contundentes y más rápidas. La magnitud del DNU de Milei tiene el carácter de un golpe de Estado que se lleva puesta a infinidad de construcciones democráticas que se han hecho durante años en la Argentina y deja al Congreso como un como una máscara formal, que puede actuar si tienen el coraje suficiente para hacerlo, aunque la intención de Milei es dejarla sin que se pueda expresar”.
De esa situación, el esfuerzo gremial por lograr una acción única. “Acá hay que motorizar la movilización de del pueblo y el debate para demostrar de que hay otra salida que no es este recontra ajuste que nos quieren imponer como si fuera la única salida”.
El origen de este presente: “Creo que hay una tremenda crisis de representatividad, que explica que un outsider como este personaje creado por algunos medios y por el financiamiento de grupos de empresas transnacionales como Techint, Eurnekian y otros, haya podido ganar las elecciones. Para nosotros no es una sorpresa, pero sí tenemos la certeza de que hay que construir nuevos liderazgos y nuevas propuestas en los sectores populares para recuperar la confianza en buena parte de nuestro pueblo y demostrar que hay otra salida. Por eso creemos que la consigna en estos tiempos es unidad, resistencia y propuestas alternativas”.
El tic tac, la cuenta regresiva, indica que el 29 de diciembre el DNU entrará en vigencia. Otro “mientras tanto” sobre el que habrá que ver qué incidencia logra tener la movilización sindical y social de este miércoles.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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