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Causa Maldonado: qué (no) hizo la fiscal y el informe que compromete a Noceti

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A 36 días de la desaparición forzada de Santiago Maldonado y luego de 20 días de secreto de sumario, la familia del joven denuncia que la fiscal federal Silvina Ávila no los recibe. La abogada Verónica Heredia cuenta que aún están leyendo la causa: “Faltan resultados de muchas pruebas, pero no parece que hayan hecho nada”. lavaca accedió a un informe oficial de Gendarmería que compromete a Noceti: el ministro de Gobierno de Chubut Pablo Durán señaló al jefe de Gabinete de Patricia Bullrich como el funcionario que coordinó los operativos. Qué analiza Mario Coriolano, defensor ante la Suprema Corte bonaerense, miembro de Naciones Unidas y uno de los expertos que colaboran con la familia para garantizar una investigación independiente: “Hay un zigzagueo judicial que va en contra del derecho  a la verdad y a la justicia que tienen las víctimas”.
A 36 días de la desaparición forzada de Santiago Maldonado y luego de que la fiscal federal Silvina Ávila levantara después de 20 días el secreto de sumario en la causa penal, la familia del joven de 28 años denunció a lavaca que la funcionaria estatal no los está recibiendo. “Sergio fue el lunes a la fiscalía, pero la fiscal no lo recibió porque dijo que era un violento”, contó a esta agencia Andrea Antico, cuñada de Santiago. En su carácter de víctima por ser el hermano de una persona desaparecida de manera forzada, Sergio le pidió a la fiscal que activara una investigación cuyas medidas habían demorado días cruciales y que sólo tendían a investigar una persona extraviada. La exigencia no llegó en cualquier momento: ocurrió el día en que la fiscal accedió al pedido de la familia en recaratular la causa como desaparición forzada de persona. Si bien Sergio se disculpó, ese hecho es la excusa que –dice la familia- utiliza hoy la fiscal para no recibirlos. “Tampoco recibió a nuestra abogada. Nos atendió por mesa de entradas a través de su secretaria. Es una falta de respeto porque tendría que estar preparada: nosotros somos las víctimas y no nos puede decir que no nos puede atender”.
La familia había anunciado en una conferencia de prensa en el Hotel Plaza de Esquel –en la que también participó el CELS, la Regional Noroeste de Chubut de la APDH y la Defensoría Federal de la ciudad- que iban a analizar cuáles habían sido las medidas ordenadas por la fiscal. “Faltan resultados de muchas pruebas”, dijo la abogada Verónica Heredia. “Estamos trabajando en analizar la causa que recién ayer pudimos tener acceso porque durante 20 días estuvo en secreto de sumario. En función de lo que se haya hecho -aunque entendemos que no se hizo nada- vamos a analizar. No nos llama la atención que no hayan avanzado: estamos denunciando a la Gendarmería como responsable de la desaparición forzada en democracia”.

Cómo garantizar una investigación independiente

La familia Maldonado había exigido al Estado que se iniciara “una investigación imparcial, seria, eficaz y pronta” que estableciera las circunstancias de la desaparición de Santiago y a los responsables materiales e intelectuales y determinara las responsabilidades penales, administrativas y políticas. Por esa razón se requirió la colaboración del defensor Mario Coriolano para que se conforme un equipo de investigación independiente a cargo del perito Alejandro Mejías Fonrouge. “A los pocos días que desapareció Santiago nos contactó la familia a través de la abogada para pedirnos alguna orientación: nosotros habíamos ayudado en la causa Iván Torres”, dice a lavaca Mario Coriolano, defensor ante la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires, miembro de Naciones Unidas y uno de los colaboradores expertos de la familia. El caso al que se refiere es la desaparición forzada en 2003 de Iván Torres, en Comodoro Rivadavia (Chubut), que motivó en 2011 una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos al Estado argentino. “Lo primero fue asegurar una investigación que sea independiente y creíble para que sea, a su vez, pronta y eficaz. Eso se planteó en la causa y nunca fue respondido. Después de que la familia decidiera hacer un comunicado con todos los pedidos y al tomar visibilidad, el Ministerio pidió tener una reunión con la familia”.
Los reclamos concretos:

  1. Reconocimiento público del gobierno de la desaparición forzada.
  2. Participación efectiva en la causa de un grupo de investigadores de Casación y apoyos económicos y materiales a la familia y sus colaboradores para desplazarse en la investigación.
  3. La intervención de la Oficina Regional para América del Sur del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos para la conformación de un grupo de expertos internacionales independientes que supervisen y colaboren con la investigación.

“Está pendiente el punto 1 y 3. En cuanto al punto 3, el mismo día se le dio instrucciones al secretario de Derechos Humanos (Claudio Avruj) para que con la Oficina del Alto Comisionado se ponga en marcha el grupo internacional. Se convocó al representante regional el 31 de agosto, se hizo una reunión con Garavano y demás autoridades. Estuvimos presentes con la abogada. A la tarde, se armó un borrador que se iba a firmar el viernes pero hubo problemas formales de Cancillería. Se pasó al lunes, luego al martes y hoy miércoles todavía no nos han hecho la devolución del texto ya acordado. Todo esto en el marco del levantamiento del secreto de sumario, la posibilidad de analizar lo que se hizo y lo que falta y la familia en paralelo con investigadores de confianza que ubicaron a uno de los testigos para que declarara a la Justicia, a la cual ellos no creen. Además, declararon otros testigos de contexto corroborando la presencia de Maldonado en el lugar. Con este conjunto se está rediseñando un plan de investigación y de búsqueda por parte de familia y colaboradores hoy”.
-¿Cómo evalúa usted la causa?
-Por un lado, veo que la familia inició la búsqueda y trató de profundizarla, pero lo cierto es que hay que diferenciar la búsqueda de la investigación. Tiene que haber una teoría del caso que no sabemos cuál es para la fiscal o el juez de lo que estamos viendo. En cambio, la familia tiene muy en claro, por información que le está llegando, que la principal y única teoría del caso es la desaparición forzada en manos de Gendarmería. Hay que orientar con mucha urgencia medidas investigativas que no se han hecho. Pero la clave está en lograr credibilidad y confianza en los órganos independientes que, a su vez, cuenten con habilidades y herramientas para actuar de un modo pronto y efectivo. Si no, la prueba faltante se va a desperdiciar o no ser útil.
¿Hay algún otro caso a nivel regional de la conformación de un grupo de expertos internacionales con participación del Alto Comisionado de Naciones Unidas?
-Hay antecedentes del Alto Comisionado, pero con una impronta diferente en Guatemala por cuestiones de impunidad. Después, lo más similar a esto es lo que conformó en el marco de una medida cautelar de la CIDH para México en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. En el país sería inédito hacerlo de esta manera si finalmente se concreta.
-En Argentina aún no hay un procedimiento o protocolo de actuación ante una desaparición forzada.
-Se iba a aprovechar la conformación de este grupo para que, además de la supervisión del caso y la ayuda de los actores judiciales de la querella, queden lineamientos para un protocolo faltante, que fue un poco lo que ocurrió en México. Una forma de cooperación y asistencia técnica de un organismo internacional que permita a Argentina mejorar la intervención del Poder Ejecutivo Nacional en el caso y de la Justicia, pero también cumpla con la sentencia del caso Iván Torres (la sentencia de la Corte IDH ordenaba la confección de un protocolo).
-A partir de su experiencia en el caso de Iván Torres, ¿cuáles son los elementos con los que debería contar este proceso para garantizar una investigación pronta y eficaz?
-Lo primero dividir, por un lado, la búsqueda, y por otro lado, la investigación en sí misma. En tercer lugar, la protección efectiva a la víctima que incluye a la familia, que también es víctima según la normativa internacional en casos de desaparición forzada. El problema central está en que este tercer eje, como núcleo central en una perspectiva de derechos humanos, lleva a que deban tener una participación activa en el diseño de la búsqueda y efectiva en la investigación. Acá hubo cosa muy extraña: en todo el secreto de sumario se tuvo alejada a las víctimas tanto de la búsqueda como de la investigación, y eso no entiendo por qué. Además, surgía que había muchos actores que tenían información de la causa: ¿cómo sabían? O estaban inventando o tenían acceso de una manera que con el secreto de sumario no es legalmente posible. Después estuvo el informe de la fiscal, muy extraño, que circuló por los medios donde ya prácticamente dice algo que choca con el mismo pedido que había hecho de recaratular la causa como desaparición forzada. Hubo un zigzagueo sumado a lo del secreto de sumario y otras cosas que cuenta la familia (el rechazo de la fiscal a reunirse con ellos), que va en contra del derecho  a la verdad y a la justicia que tienen las víctimas desde el que primer día en que empiezan a trabajar en la búsqueda e investigación.
¿Puede decirse que hay una práctica del Estado que se repite en estos casos ya sea por negligencia en algunos casos o complicidad en otros?
-Estoy moviéndome en tres planos: uno de ayudar a las víctimas, después está la cuestión social y el tercero es el análisis político al que apunta la pregunta. En eso, saber si es negligencia o intencional es la clave para un delito donde hay una privación ilegal de la libertad por parte de funcionarios que niegan después información sobre el paradero y mirado del marco del tipo delictivo y de la pluralidad de partícipes que puede haber a través de acciones y omisiones, habrá que evaluar luego en su conjunto quiénes tuvieron actitudes negligentes o cómplices. Para responderla seriamente va a haber que esperar un tiempo.

Noceti, en la mira

El Juzgado Federal recibió el 16 de agosto un informe de Gendarmería Nacional (redactado el 8) que aporta más pruebas en el rol de coordinación de los operativos del 31 de julio y 1 de agosto en la Patagonia del Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación, Pablo Noceti. A partir de los dichos de la propia ministra Patricia Bullrich, las fotos que ubicaron a Noceti en los horarios del violento operativo en el que desapareció Santiago Maldonado y el testimonio de Soraya Maicoño –revelado por lavaca– que vio al funcionario pasar dos veces por el lugar donde Gendarmería las demoró por horas para que no comunicaran lo que ocurría en la lof, cada día se suman más pruebas que posicionan a un funcionario de primera línea del Ministerio de Seguridad en el operativo donde se vio por última vez a Santiago Maldonado.
En dos entrevistas radiales, Noceti se ubicó en tiempo y espacio en la coordinación de dos operativos represivos que se llevaron a cabo esos días: tanto el 31 de julio, en Bariloche, que dejó un saldo de nueve detenidos en la protesta por la liberación del lonko Facundo Jones Huala como en Esquel, con represión y posterior desaparición del joven de 28 años. El funcionario admitió que coordinó personalmente a fuerzas federales y provinciales de Río Negro y Chubut para “tomar intervención y detener a todos y cada uno de los miembros del RAM que produzcan delitos en vía pública en flagrancia”. El CELS y la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia, advirtieron a lavaca que la figura de flagrancia fue la ventana por la que Gendarmería justificó su ingreso al territorio sin ninguna orden judicial. La justificación con la figura de “fragancia” fue introducida por Noceti en las reuniones previas de coordinación y esa interpretación, que se efectivizó en los violentos operativos, fue confirmada por el funcionario en una entrevista exclusiva a lavaca.
El Comandante Mayor Jefe de la Agrupación XIV de Chubut, Diego Conrado Héctor Balari, dijo el 2 de agosto en declaraciones al Canal 4 de Esquel que las fuerzas actuaron en los operativos del 31 de julio y 1 de agosto bajo “órdenes precisas y emanadas del Ministerio de Seguridad”. En la interpelación en la Legislatura de Chubut, el ministro de Gobierno, Pablo Durán, comprometió aún más la participación de Noceti: reconoció que el 31 se julio estuvo en Bariloche con su par de Río Negro, jefes de Gendarmería, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Prefectura en una reunión encabezada por el propio Noceti.
El documento al que accedió lavaca refuerza esa afirmación. La nota AA7-5100/3284 informa que el jefe del operativo del 31 de julio (el despeje de la ruta 40) estaba al mando de Balari y nucleaba a personal de los Escuadrones 35 (El Bolsón) y 36 (Esquel) y del comando de la Agrupación XIV. Agrega que a partir del 1 de agosto, el comandante que quedó al mando del “personal apostado en la Ruta 40” fue Juan Pablo Escola, segundo del Escuadrón de Esquel. Escola fue quien declaró a Clarín que ingresaron a la comunidad a las 11:30 del 1 de agosto, reconoció que estuvieron 5 horas allí y negó que los efectivos hubieran bajado al río. Esto fue desmentido en la conferencia de la familia Maldonado por el director ejecutivo del CELS, Gastón Chillier, quien afirmó que los propios videos de la fuerza la muestran en ese lugar.
El informe de Gendarmería –cuya carátula dice Resistencia Ancestral Mapuche, vinculando sin pruebas a la Pu Lof con esa tendencia- reconoce que también se solicitó apoyo de personal al Escuadrón 37 “José de San Martín” y del Destacamento Móvil 4 de General Acha, de La Pampa. Luego, en un apartado titulado Apoyo de otras fuerzas federales o provinciales, dice:

  • “El 31 de julio del corriente año a las 22:00 hs el Jefe del Operativo CTE MY D DIEGO CONRADO HECTOR BALARI, tomó contacto telefónico con el Sr. Ministro de Gobierno de la provincia de Chubut, Sr. Pablo Durán, quien en horas de la mañana había participado en la reunión de coordinación mantenida con el señor Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad Dr. Pablo Nocetti, en la ciudad de San Carlos de Bariloche (RN), quien se comprometió a ordenar a personal de la policía de esa provincia a colaborar con la Fuerza, lo cual no se concretó pese a los reiterados llamados telefónicos realizados al Sr. Jefe de la Policía de Chubut y Segundo Jefe de la Unidad Regional de Esquel”.

El documento –que subraya parte del equipamiento con que Gendarmería intervino ese día y demuestra que no filmó todo el operativo- está firmado por el comandante general Claudio Osvaldo Domenechini y lleva el sello del Ministerio de Seguridad.

Causa Maldonado: qué (no) hizo la fiscal y el informe que compromete a Noceti

La hoja del informe que menciona que el Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, participó en reuniones de coordinación del operativo de Gendarmería.

Planificación y participación

El informe confirma lo que el integrante de la Regional Noroeste de Chubut de APDH, Julio Saquero, reveló en la conferencia de prensa junto a la familia: “El jefe de la agrupación 14 de Gendarmería informó en sumario que hubo una reunión el 31 de julio en Bariloche. Allí destaca la presencia de los jefes de escuadrones de Gendarmería, de Noceti (Pablo, jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad) y la presencia del ministro de Gobierno de Chubut, Pablo Durán. Destaco su importancia: dice que el ministro de Gobierno participó en esa instancia previa al operativo de Gendarmería. Hasta ahora nadie ha mencionado ese informe”.
El testimonio de Saquero es clave en la causa: su relato pormenorizado de los hechos del 1 de agosto abre la foja 1 del expediente penal que lleva adelante la fiscal Ávila. Su denuncia es del 2 de agosto a las 17:20 horas y, desde allí, subraya la responsabilidad de Noceti, de Bullrich y del Presidente Mauricio Macri en el operativo de Gendarmería.
-¿Qué significa esta información?
-Es una prueba evidente de que hubo una planificación y participación de Noceti el día previo, que se suma a todo lo que  hizo después: pasar por la ruta, haberse detenido en dos ocasiones (frente a la subcomisaría de Leleque, donde estaba demorada Soraya Maicoño y dos personas y que ante la pregunta de por qué estaban detenidas, el funcionario respondió: ´Si yo quiero las puedo tener seis horas más´) y eso lo muestran las fotos. Noceti estuvo el 31 planificando eso en concertación con los jefes de Gendarmería y Pablo Durán. ¿Por qué esta información no fue conducente a otros peritajes o indagatorias que no se hicieron sobre Gendarmería y se centró todo en culpabilizar a la familia y la comunidad mapuche?
A 36 días, el Estado aún no contestó esa pregunta.
El informe de Gendarmería que compromete a Noceti:

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

Un abrazo contra la motosierra

Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

Un abrazo contra la motosierra

La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

Un abrazo contra la motosierra

Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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Nota

Gabriel García Márquez: periodismo, ambiente, el nudo de la soledad, y las victorias sobre la muerte

Gabriel García Márquez había abierto mis ojos, neuronas y corazón sin proponérselo con sus libros y sus artículos, pero cuando por una carambola yo estaba por cumplir una especie de sueño despabilado, el de poder entrevistarlo ahí, en Cartagena de Indias, hace exactamente 30 años, me dijo: -No estoy aceptando entrevistas, porque debo escribir. Pero además, me duele una muela.

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Una muela, zapatos blancos y un charco. Un edificio llamado Máquina de escribir. Flores amarillas frente al mar, un dibujo de puño y letra. Lo narco las drogas. Su paso por Buenos Aires y la señora que venía de la verdulería. La memoria, lo real, las mujeres, el ambiente, el fin de la humanidad. El Nobel, los diluvios, las pestes, las guerras eternas. Las respuestas de la vida frente a los sordos poderes de la muerte. La cordialidad, la generosidad, el humor. Hace diez años murió Gabriel García Márquez, dicen. Lavaca publicó esta nota -estos recuerdos- aquel día, cuando se conoció la última noticia sobre ese escritor que nunca dejó de sentirse cronista, y decía que el periodismo es el mejor oficio del mundo.

Texto: Sergio Ciancaglini, lavaca.org
El señor Gabriel García Márquez había abierto mis ojos, neuronas y corazón sin proponérselo con sus libros y sus artículos, pero cuando por una carambola yo estaba por cumplir una especie de sueño despabilado, el de poder entrevistarlo ahí, en Cartagena de Indias, hace exactamente 30 años, me dijo:
-No estoy aceptando entrevistas, porque debo escribir. Pero además, me duele una muela.

Yo sabía que García Márquez había rechazado contactos con un enviado de Times, con periodistas de la televisión japonesa, y con suecos indescifrables. Un humilde cronista argentino quedaba naturalmente fuera de juego. Le respondí que lo compadecía, y que frente a un dolor de muelas no había argumento, clemencia, ni ruego que esgrimir de mi parte. Cuando me estaba despidiendo desolado, me detuvo:
-Pero a las 3 de la tarde puede ser. Voy antes al dentista, a ver si lo soluciona.
Esa historia revolotea en mi cabeza desde hoy, cuando estaba con Osvaldo Bayer grabando el programa de radio Decí Mu, y nos interrumpió el teléfono. Osvaldo atendió, dio media vuelta, anunció: “Murió García Márquez”, y me dejó alborotados los ojos, las neuronas y el corazón.
Revolotea la historia porque aquella tarde me encontré con un escritor que cambió la historia de la literatura, que había ganado el Nobel, pero que fue capaz de decirme: “Todo eso está muy bien, pero yo me siento periodista”. Quisiera contar lo que aún no he olvidado de aquel encuentro para mí inolvidable.
García Márquez volvió efectivamente a las 3 de la tarde, bajó de su Mercedes, y miró preocupado el charco oceánico que un aguacero de Cartagena de Indias, Colombia, le había instalado en la playa de estacionamiento. Llevaba zapatos blancos, pantalones blancos y guayabera blanca, como cantante de sábado televisivo. Cruzó el charco apoyándose en los tacos. Al llegar a la otra orilla nos dijo “pasen por favor” a mí y al fotógrafo, enviados por una de las autodenominadas “revistas de actualidad” a cubrir las noticias sobre un asunto entonces llamativo, letal para los colombianos e incomprensible para nosotros: el narcotráfico.
No existían los celulares ni Internet, o sea que todo esto se ubica en la prehistoria de 1984, con la carambola de estar en el charco correcto, y de que un dentista providencial había rescatado del dolor a su paciente. García Márquez nos hizo subir. El edificio tenía balcones escalonados hacia la playa: lo llamaban Máquina de escribir. El departamento tenía dos ambientes, con vista al mar, una verdadera máquina de escribir (¿Olivetti, Remington, dónde estará la revista donde publiqué la nota?). El escritorio miraba al mar. Y había flores amarillas que siempre conviene tener a mano, explicó, para ahuyentar a la mala suerte.
Me planteó que no aceptaba hablar si lo grababa o si tomaba notas. Me dijo algo más o menos así: “No me gustan los grabadores, prefiero que conversemos con libertad, y que todo dependa de tu atención. Luego tú escribirás lo que te parezca, y eso es un beneficio para mí: los periodistas me mejoran. La memoria mejora a la realidad”.

Gabo en Argentina
La publicación original de Cien años de soledad ocurrió en Argentina gracias a una editorial llamada Sudamericana, que ya no existe. Fue en mayo de 1967, plena dictadura de Juan Carlos Onganía, y el lanzamiento fue acompañado por una entrevista realizada por Ernesto Schóo, editada por Tomás Eloy Martínez y publicada en tapa por la revista Primera Plana que dirigía Jacobo Timerman.
García Márquez me contó que el éxito del libro fue inmediato. “Ahí, en Buenos Aires, empezó todo”, me dijo. Sudamericana había dispuesto editar 5.000 ejemplares, lo que para Gabo era un despropósito y el augurio de un fracaso para el libro de un desconocido escritor colombiano. Pero esa primera edición se vendió en 15 días, y la segunda fue de 10.000 ejemplares. En junio Gabo llegó a Buenos Aires. Me contó que viajó con Mercedes Barcha, su esposa: “Estábamos en un café y vimos pasar a una mujer que llevaba la bolsa de sus compras, con lechugas y tomates y Cien años de soledad”. La pareja fue al Instituto Di Tella a ver una obra de Griselda Gambaro, y el público los ovacionó de pie. Mientras él me lo contaba, todavía asombrado, yo recordaba que eran tiempos de The Beatles, revolución cubana, hippies, peronismo clandestino, rebeliones nacientes y todos los embriones de cambio, desventuras y utopías que se desplegarían en los años siguientes.
Cien años de soledad fue el libro de la época, y de varias generaciones. Tengo las dos ediciones que mis padres compraron para poder leerlo en simultáneo. Macondo era una patria. Entre la feria y la intelectualidad, miles de libros seguían vendiéndose y además se exportaban. El éxito se contagió en Europa, esto avivó el interés por otros autores (Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa) y estalló el llamado boom de la literatura latinoamericana. “Buenos Aires fue generosa conmigo. Nunca volví. No sé por qué. Tal vez por una superstición: a un lugar donde todo fue tan perfecto, quizás convenga no volver” me dijo, o creo que me dijo, mirando el Caribe.

Periodismo, droga y entusiasmo
Aquel día de 1984 García Márquez me contó una novela que estaba intentando escribir. No tenía título. Al año siguiente la reconocí ya publicada: me había anticipado El amor en los tiempos del cólera. Pero me dijo que pese a todo se seguía sintiendo fundamentalmente un periodista. “Escribo literatura como periodismo, con método. Todos los días intento tener dos páginas listas” me dijo sobre algo que hoy habría que traducir a unos 5.000 caracteres. “Tienen que estar impecables, sin tachaduras. Y tengo un truco: siempre dejo escrito el comienzo de lo que pienso escribir al día siguiente, para que me resulte más fácil comenzar”. Pero varias veces explicó esa idea de no diferenciar ambos oficios. “La crónica es como un cuento o una novela sobre algo real”. Algo más: “Tanto en la literatura como en el periodismo hay que ganarse al lector, capturarle el interés para que se quede leyendo”.
Planteó una teoría sobre las redacciones de periódicos y revistas: para él están puestas de cabeza, invertidas. El staff de las publicaciones ubica en el rol principal a directores y jefes que engordan junto a un escritorio y editorialistas que monologan desde su propia jaula.
“Pero ese esquema debería ser exactamente a la inversa. Los cronistas son quienes cumplen la labor principal porque son los que están afuera, donde las cosas ocurren”. En vista del contexto colombiano le pregunté si alguna vez se había drogado para escribir y me contestó: “No me hace falta. Yo nací drogado”.
Un detalle: fue la única vez en mi vida que pedí un autógrafo. En Cartagena sólo conseguí un ejemplar de El coronel no tiene quien le escriba. Le expliqué que no era para mí sino para mi novia. “¿Se llama la señorita?” Se lo dije. Dibujó un tallo, cinco pétalos, y escribió: “Para Claudia, con una flor. Gabo 84”.

Gabriel García Márquez: periodismo, ambiente, el nudo de la soledad, y las victorias sobre la muerte

Aquel día, además, me regaló los seis tomos de su obra periodística, publicados por la editorial Oveja Negra. Y organizó todo para que, una vez en Bogotá, un auto con su chofer fuera a buscarnos al hotel para llevarnos al aeropuerto. “Así van más tranquilos” dijo, y nunca supe si se le había cruzado alguna sombra para disponer ese viaje. Nunca pude evitar recordarlo como una persona amable, entusiasta, alegre, generosa.
Con el tiempo entendí que esa cordialidad, ese entusiasmo, ese interés por el otro, era un modo ético y hasta político de pararse frente a la vida.

Ideas
En sus obras periodísticas pude leer las primeras crónicas que publicó en El Universal, de mayo de 1948, cuando era un chiquilín de 21 años. La primera celebra que se suspendió el toque de queda militar, al que define como símbolo de una decadencia. “Con este mundo materializado donde los peces de colores tienen que abrirle agua a los submarinos, con esta civilización de pólvora y clarines, ¿cómo se nos puede pedir que seamos hombres de buena voluntad?” y plantea que quizás ahora la gente pueda ir a dormir mansamente “antes de que los relojes doblen la esquina de la medianoche”. Luego escribe sobre indios, negras, retratos de la ciudad y de la época. Escribió sobre cine, sobre deportes, sobre todo. La pasión por conocer y por contar lo que el mundo estaba desplegando ante sus ojos.
A fines de los 50 García Márquez participó en Cuba con los argentinos Jorge Massetti, Rodolfo Walsh y Rogelio García Lupo en los primeros pasos de Prensa Latina, idea que puso en marcha Ernesto Guevara, hasta que el lado soviético de la vida isleña desplazó a este elenco por otro más dócil.
García Márquez nunca perdió la afinidad con el propio Fidel Castro. El director argentino Eduardo Mignogna contaba que cierta vez, invitado a La Habana, estaba comiendo con García Márquez cuando el propio Fidel cayó de improviso y comenzó a hablar con sabiduría de crítico sobre la historia del cine argentino, mientras Gabo se quedaba irremediablemente dormido en un rincón. Pero más allá del sueño o de los discursos de Fidel, García Márquez se plantó en defensa de Cuba como una cuestión cultural y estratégica frente a los Estados Unidos y la densa idea de controlar vida y obra del resto del continente.

Las ventajas de la vida
Cuando me contó la noticia, le pregunté al propio Osvaldo Bayer sobre Gabo: “Tenía mi edad, pero yo aprendí de él. Es el mejor escritor que ha tenido Latinoamérica. Aprendí con él a amar la literatura, ver las cosas que se pueden hacer y crear. Para mí fue un hombre que luchó por la libertad, o sea un libertario, y cumplió la misión que tiene un intelectual: escribir para todos, para mejorar la sociedad, y para seguir soñando”.
De todas las ideas y escritos de Gabo, frecuentemente abominados por las academias, no resulta demasiado conocida su exposición al recibir el Nobel de Literatura en 1982, llamado La soledad de América Latina, que resulta un manifiesto por la descolonialidad, para usar términos actuales. “La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia” dijo ante la academia sueca. Repasa los golpes de Estado, crímenes y matanzas ocurridos en el continente. “Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad”.
Al recibir el Nobel de Literatura, García Márquez hacía periodismo sobre la realidad del continente, incluyendo la situación argentina: “Ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto, 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi 120 mil, que es como si hoy no se supiera donde están todos los habitantes de la cuidad de Upsala. Numerosas mujeres encintas fueron arrestadas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aun se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 muertes violentas en cuatro años”.
Otro concepto: “La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios”.
Y otro: “Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte”.
Se preguntó por qué le habrían dado a él semejante distinción, y postuló que se trató de un homenaje a la poesía: “En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte”.

Mujeres, aborto y ambiente
Cuando le preguntaron sobre las prioridades de la humanidad para las próximas décadas, propuso que las mujeres asuman el manejo del mundo. “Alguien dijo: ‘si los hombres pudieran embarazarse, el aborto sería casi un sacramento’. Ese aforismo genial revela toda una moral, y es esa moral lo que tenemos que invertir. Sería, por primera vez en la historia, una mutación esencial del género humano, que haga prevalecer el sentido común –que los hombres hemos menospreciado y ridiculizado con el nombre de intuición femenina- sobre la razón –que es el comodín con que los hombres hemos legitimado nuestras ideologías, casi todas absurdas o abominables”.
Y luego plantea: “La humanidad está condenada a desaparecer en el siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo por su incapacidad de sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Es apenas un ejemplo. Pero aunque sólo fuera por eso la inversión de poderes es de vida o muerte”.
Son solo ideas sueltas para pensar, discutir, y leer, ahora que el reloj dobló no sé qué esquina, tras la malparida noticia sobre la muerte de Gabriel José de la Concordia García Márquez, hace unas cuantas horas de soledad.  

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