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#CaminoAChaco: el Encuentro Nacional de Mujeres ya empezó

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Apenas termina un Encuentro comienza otro: el que durante todo el año prepara el viaje hacia el próximo. Esta vez será en Resistencia, Chaco, este fin de semana. Y ahora mismo ya están ardiendo las cadenas que se tejieron para llegar. Estrategias y recursos de grupos y organizaciones sociales para autogestionar el viaje, compartir info y recomendaciones de autocuidado. La agenda de actividades y los ejes que recorrerán tres días de poderoso abrazo feminista.

#CaminoAChaco: el Encuentro Nacional de Mujeres ya empezó

Foto: Lina Etchesuri para lavaca


Se siente: el Encuentro ya empezó. Se hace carne en la ansiedad de todas las que viajan por primera vez, en posteos y notas que circulan en las redes sociales y en las guías prácticas para transitar de forma plena este hecho político creativo y autogestionado que se repite desde hace 32 años. Se palpita en los grupos de whatsapp creados entre las que comparten el viaje, donde circulan consejos, información de los talleres y las marchas y, sobre todo, recursos y recomendaciones de autocuidado. Se materializa también en las diversas estrategias implementadas para bancar los gastos: rifas, bonos contribución, obras de teatro a beneficio. Estrategias basadas en el reconocimiento de que aunque la experiencia de ser mujer en esta sociedad nos hermana, no nos iguala, y las condiciones materiales son de lo más variadas. Así, las organizaciones gestionan becas para que la falta de dinero no sea motivo de ausencia. Los verdaderos recursos son otros.
Lo que se deja ver, entonces, es que el Encuentro dura mucho más que tres días. Cada una, de forma individual y colectiva, está recorriendo desde hace tiempo la ruta que la lleva a Resistencia. Las redes que se activan, las prácticas y las relaciones que garantizan sus condiciones de posibilidad, se están tejiendo desde hace meses y son en sí mismas transformadoras.
Tejiendo el Encuentro
Dice la definición que tejer es pasar un hilo repetidamente y con distintas combinaciones entre pequeñas mallas hechas con él mismo para formar un tejido.
Un ir y venir creativo que se entrelaza en una red, que se expande y se encuentra con otros hilos, que se mezcla y crea un tejido que sostiene a las propias manos que se mueven.
Tejer es sostenernos. Agarrarnos de las estrategias y saberes que se comparten o inventar nuevas formas que nos permitan estar juntas.
El último Encuentro en Rosario desbordó 42 cuadras, calculando más de 100 mil personas que por las calles del centro de la ciudad cantaban para exigir una ley que despenalice el aborto. Pero cada año, cuando termina el Encuentro Nacional de Mujeres empieza otra cosa: el tejer invisible, delicado y potente se reanuda para el próximo.
Ir a aprender
Nazarena hace unos muffins riquísimos. Es estudiante de teatro en la Universidad Nacional de las Artes, y a muchas de las chicas que son parte del Centro de Estudiantes las conoce de la cursada y de llevarles sus exquisiteces.  Con ellas va a viajar a Chaco. No conoce a todas. No importa. “Este año empecé a curtirme más, a hablar de feminismo, de patriarcado, de deconstruirse”, dice y eso es lo que importó para que las ganas de ir por primera vez al Encuentro de Mujeres le ganen a todo. “No quería que un año más no tener un grupo con quien ir sea un impedimento. La idea del Encuentro nace desde que arranco a ir con mujeres que casi ni conozco, es parte de todo el evento: compartir cada una sus realidades, sus conocimientos. Ir a aprender”.
Tomar la calle
Del barrio Rodrigo Bueno y la Villa 31 viajan más de sesenta mujeres. Algunas viajan con hijos, que Maru, referente de El Hormiguero llama “hijos colectivos”. En otros encuentros viajaron también varones que se encargaban del cuidado de niños, pero este año, el bolsillo las obligó a crear otras estrategias: entre ellas están armando grilla de responsables de cuidados para que las madres puedan asistir a los talleres. “Tenemos que ponernos creativas para no dejar de ocupar esos espacios”, dice Maru Bielli, que también es docente, socióloga y rectora del Instituto Superior de Formación Docente Dora Acosta en la Villa 31, y enumera las acciones que desde la organización y en cada barrio hicieron para juntar la plata: fiestas, encuentros, ferias, venta de tortas y comidas en los recreos del profesorado, rifas y un ciclo de arte feminista, con todas protagonistas mujeres. La cifra a alcanzar era gigantesca. “En este contexto de ajuste, que podamos poner la voz en el Encuentro y que no tengamos que recortarlo es fundamental y es una decisión política de la organización”.
Maru está convencida: el Encuentro es una de las actividades principales del año. ¿Por qué? “No volvemos las mismas que nos vamos. Compartir con compañeras es muy lindo, pero el momento más transformador es la marcha. Ahí nos damos cuenta la potencia que tenemos cuando nos juntamos miles y miles de mujeres. Nos pintamos, gritamos, saltamos, cantamos. Y lo hacemos desde la alegría, sabiendo que necesitamos poner el cuerpo y ser muchísimas. Ese momento de tomar las calles es transformador”.
#CaminoAChaco: el Encuentro Nacional de Mujeres ya empezó

Foto: Lina Etchesuri para lavaca


El fin de un mundo
Miranda, Evelyn y Flor están reunidas ultimando los detalles de logística. Son parte del Colectivo Fin de un Mundo, un espacio donde artistas se proponen interpelar en la calle mediante manifestaciones con lenguaje poético. Desde que bajaron del micro que las trajo de Rosario, empezaron a pensar en Chaco. El pensar fue colectivo en encuentros que llamaron Eclipses, donde la propuesta fue poner el cuerpo y ver qué pasa. El primer eclipse fue con otras activistas: hicieron un intercambio de cómo funcionaban los distintos colectivos artísticos y de por qué eligen la calle como lugar de intervención. En el segundo hablaron de violencias: “hicimos una quema de lo que el patriarcado nos dice que tenemos que hacer”. En el tercer eclipse aparecieron los cuentos infantiles y dispararon la acción que llevan a Chaco: Juguemos en el bosque. “Es un recorrido que venimos haciendo hace unos años en las intervenciones feministas, la necesidad de ponernos en otro lugar. Desde la representación no seguir imitando imágenes de violencia. Buscar cómo podemos salir al bosque sabiendo que el lobo siempre va a estar, que es un territorio que lo tenemos inhabilitado y que igual lo tenemos que salir a tomar”.
Ese bosque es el espacio público. “Salir de la intimidad y desde la intimidad hacia ese espacio. En esta acción aparece la sexualidad, el erotismo, la lucha, el duelo, el ritual de unión. Hay una serie de secuencias que se van sucediendo. La caída de las compañeras, la libertad en la sexualidad, el orgasmo como una trinchera, la unión, la sororidad”.
Son 65 mujeres las que viajan a estallar las fronteras entre arte y política. Van en un micro junto a la Murga Baila La Chola, que en sus redes sociales subieron una canción para escuchar en la previa al Encuentro. Cantan:
“Si de fe estamos hablando eso no nos da rechazos,
las creencias nos unieron aborto legal gritamos.
Ya dijimos ni una menos y abajo el patriarcado,
defendiendo nuestras vidas en las calles te encontramos”
Apuntando al Estado
Los Encuentros Nacionales de Mujeres se constituyen en espacios de autonomía femenina, de intercambio de experiencias y saberes, de generación de redes militantes y de lazos afectivos y amorosos. Sin embargo, son también espacios de denuncia de discriminaciones y violencias múltiples y, fundamentalmente, de demanda frente al Estado. Allí se visibiliza y se articula la situación de las mujeres y las femineidades en todo el país, con énfasis en los derechos que falta reconocer o, aun reconocidos, se continúan violando de forma sistemática.
En este punto, es el Estado el que tiene que rendir cuentas. Y el panorama no es muy alentador. Como es bien sabido, un aspecto fundamental de las políticas es el presupuesto. Mientras que en 2017 se asignó al Consejo Nacional de las Mujeres (actualmente Instituto Nacional de las Mujeres) $163.500.000, para el 2018 el monto presentado es de $161.548.292. Es decir que en términos absolutos se restan dos millones de pesos, recorte que asciende aún más si se considera la inflación estimada para el próximo año, que según el gobierno nacional será del 15,7%. Aún más, en el presupuesto presentado por Nicolás Dujovne, Ministro de Hacienda, se evidencia la ausencia de financiamiento del Plan de Acción contra la Violencia hacia las Mujeres, que presupone una partida específica para el INM para, entre otras cosas, la construcción de Hogares de Protección Integral y gastos operativos hasta 2019. Ya en el 2017, el Ejecutivo Nacional había incurrido en este “olvido” y debió demandarse una asignación especial adicional.
Afuera de los recintos donde se debaten las cifras de las políticas, la violencia machista mata. Hasta principios de agosto de este año, hubo 173 femicidios, de acuerdo a los registros de MuMaLá.
Sofia es referente de Mumalá Rosario, Santa Fe, una de las tantas provincias desde donde viajan: son más de 600 mujeres, muchas militantes de la organización y otras compañeras cercanas, con quienes comparten otros espacios o acciones específicas. En la previa, se organizaron para recaudar fondos y pensar la logística, pero también para pensar los temas que quieren debatir en el Encuentro: “Soberanía para poder decidir sobre nuestros propios cuerpos, la legalización del aborto y la autonomía de las mujeres. Pero también no salimos de un año electoral, y de esa lógica. El año pasado creo que tuvimos un Encuentro antimacrista, con un fuerte mensaje desde el feminismo hacia el gobierno. Este año se notó muchísimo las dificultades económicas, no recuerdo otro año donde haya sido tan así. Creo que va a ser un Encuentro que va a estar muy teñido de estas discusiones que son nacionales: las cuestiones económicas, la desaparición forzada de Santiago Maldonado y el aborto legal, seguro y gratuito”.
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Cómo llegar
Llegar al Encuentro implica juntarse y organizarse. Algunas experiencias que nos compartieron por Twitter:

  • “Somos tres abogadas de Junín. Vamos en auto. Como sobraba un lugar, decidimos avisar por Whatssap, pero ahí pensamos ¿a qué grupo? Elegimos al de ex compañeras de secundario. Terminó armándose una cadena. Vamos 14, en diferentes autos”.
  • “El centro de Estudiantes de mi cole organizó colecta. Alcanzó para dos pasajes, que se sortearon. Cuando le conté a mi mamá que gané uno, decidió sumarse”.
  • “Somos 8, de la oficina. Vamos en 2 autos. Llevamos bolsa de dormir y si llueve, a los coches. Es el tercer año que vamos”.
  • Otra, que nos cuenta el diario La Posta: “La organización Madres en Lucha, de Mar del Plata, es una agrupación de jóvenes mujeres que hace 12 años que organiza una delegación para concurrir a los encuentros nacionales. Laura Ruocco, una de sus referentes, describe a la organización: ´Cada año crecemos más y eso nos pone muy contentas. Nuestra organización tiene una composición muy variada, principalmente somos todas jóvenes mujeres, y eso incluye a chicas de colegios secundarios, universitarias, de organizaciones barriales, mujeres que trabajan en fábricas de la ciudad, como Havanna, o la industria del pescado, docentes, también jóvenes que son amas de casa, trabajadoras de la salud. Somos mujeres muy diversas entre nosotras´. El grupo se auto financia: algunas de las estrategias que realizan para reunir los fondos para viajar son peñas, fiestas, elaboran y venden comidas (empanadas, tortas), también rifas. Además, venden una revista que hacen desde la organización. Uno de los objetivos es sumar a mujeres que viajan por primera vez: interesadas que necesitan la contención de un grupo para animarse a vivir la experiencia, situación que todas conocen y recuerdan con emoción”.

El Encuentro día por día
Las actividades arrancarán el sábado, a las 7, con la recepción de las delegaciones y la inscripción de las participantes en la Sociedad Rural (avenidas Alvear y McLean). Se estima que serán aproximadamente 90 mil mujeres las que asistirán, provenientes de distintas puntos de Argentina, Latinoamérica y otras partes del mundo. A su vez, en el mismo lugar, se recibirá a los y las casi quinientos periodistas que solicitaron su acreditación.
El primer día, a las 10, en el estadio Centenario del Club Sarmiento (Avenida Alvear 1977) se llevará adelante el acto de apertura. La Comisión Organizadora leerá el documento elaborado para el Encuentro de este año, señalando las injusticias y exigiendo políticas públicas integrales que aborden la problemática de género.
De 15 a 18, darán inicio los talleres. Este año se han incorporado a la grilla oficial dos nuevos (sobre activismos gordo y “Cultura de la violación”) por lo que serán 71 los espacios en los que las mujeres se reunirán a debatir y compartir experiencias. A estos se les sumarán talleres autoconvocados, que se replicarán en diferentes espacios de la ciudad, de acuerdo a la demanda y autogestión de las involucradas.
A las 18.30, partiendo de avenida Alberdi y peatonal Arturo Illia, se desplegará la Marcha Orgullosamente Torta, que culminará en un festival en la plaza Belgrano (French y avenida Paraguay). A la misma hora, proseguirán las actividades culturales en los distintos espacios de la ciudad.
Al día siguiente, el domingo 15 de octubre, de 9 a 12 y de 15 a 17, continuará el trabajo en los talleres. Y a las 18, será la concentración para la Marcha (avenidas Las Heras y Castelli), que mostrará la masividad y diversidad del Encuentro. Las actividades de ese día cerrarán a las 21.30 en el Parque de la Democracia, con una gran Peña.
El último día, el lunes 16 de octubre, en el estadio Centenario del Club Sarmiento (Avenida Alvear 1977), se llevará a cabo el acto de cierre del 32º Encuentro Nacional de Mujeres. Allí será elegida la próxima sede a la que Chaco pasará la posta para 2018.

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Hospital Bonaparte: agumentos versus fake news para evitar el cierre de una institución modelo

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De un día para otro, el gobierno anunció que cerraría el único hospital de salud mental de AMBA, amparándose en la fake news de la supuesta baja tasa de pacientes. Esta medida sería publicada en el Boletín Oficial el día lunes. Mientras tanto, las y los trabajadores de la institución ubicada en Combate de los Pozos 2133 permanecen adentro del edificio, en estado de alerta y asamblea, convocando a distintas actividades de apoyo hoy y mañana, y se preparan para dar una conferencia el lunes.

En diálogo con lavaca desmienten una por una las mentiras del gobierno, y cuentan lo que implica el eventual cierre: dejar sin trabajo a 612 trabajadores y trabajadoras, y también y sobre todo a la deriva a miles de pacientes por casos de salud mental, adicciones y en situación de calle que son atendidas regularmente en el Hospital o en uno de sus tantos dispositivos. Por qué el Bonaparte es un hospital modelo, y el sentido de pertenencia de quienes allí trabajan como un plus en una lucha que recién comienza.

El Hospital Laura Bonaparte -fundado en 1974- se encuentra hoy en peligro tras la decisión administrativa de parar el ingreso de pacientes a la institución, y el trascendido de que el lunes que viene se publicaría un Decreto anunciando su cierre definitivo. Esto fue comunicado por el ¿ex? director del hospital, Christian Baldino, a las y los 612 trabajadores, y no fue desmentido por el Ministerio de Salud que, al contrario, emitió un comunicado plagado de errores.

Gabriel Hagman, psiquiatra con 11 años en la institución, cuenta el estado de situación actual: “Estamos sin novedades desde ayer al mediodía hasta ahora. Estimo que va a ser así de acá al lunes, al menos que haya un problema con la permanencia que estamos sosteniendo en el Hospital. No nos vamos a mover hasta el lunes y hasta que sepamos algo más”, dice mientras preparan una convocatoria a las puertas del edificio, Combate de los Pozos 2133, con diferentes actividades de apoyo:

Hospital Bonaparte: agumentos versus fake news para evitar el cierre de una institución modelo

La última novedad data de ayer: “Lo de ayer es una indicación de cierre de las internaciones: no ingresa ningún paciente más por indicación del Ministerio de Salud, y en consecuencia de eso se cierran los ingresos de pacientes. Eso implica que ni la guardia ni la demanda espontánea cumplan funciones. En esa misma comunicación, pero de manera verbal, no por vía oficial, nos dijeron que se cerrará el hospital”.

La comunicación del cierre de las internaciones llegó primero vía el director Baldino, y luego formalmente mediante el sistema de tramitación digital del Estado, el famoso GDE, sin previo aviso: otro acto de inhumanidad. Luego llegó el trascendido del cierre definitivo: “Eso empezó a cobrar más dimensión en la medida en que todos los medios que dieron cobertura consultaron a fuentes de Ministerio y empezaron a decir que iban a derivar pacientes – cuenta Gabriel–, que el Ministerio se iba a hacer cargo de la cobertura y alguna otra explicación de por qué hacen lo que hacen”.

¿Qué explicaciones dieron? Fake news. Para intentar justificar la decisión de avanzar con el cierre, en el comunicado el Ministerio aduce una “baja tasa” de internaciones –supuestamente, 19– cuando en verdad el Bonaparte se encuentra a tope de internaciones con 37 internados en tratamiento de alta complejidad.

Los números de la verdad: “Respecto a los números, el comunicado de Ministerio es una doble falacia. Una respecto al presupuesto asignado, y otra sobre los pacientes atendidos. Es una tasa rara, no se entiende a qué refiere: las estadísticas son abiertas y son continuamente revisadas por el Ministerio. Los números reales los tienen. Por Ley de Transparencia se sabe cuál es el presupuesto aprobado por este mismo Ministerio”, analiza sobre la jugada. Los supuestos 17 millones destinados al Hospital no serían tales.

¿Cuáles son los verdaderos números? Gabriel: “El número de pacientes en el cálculo que estamos manejando es de 25 mil consultas por año. Esto incluye a los 37 pacientes internados actualmente y una asistencia a la guardia que puede llegar a 7 estaciones diarias, ingresos que pueden llegar hasta 3.000 consultas al mes y 140 personas que retiran medicamentos por día. Y la asistencia en consultorios externos es enorme: hay alrededor de 30 profesionales y de agenda completa hay 300 pacientes diarios. Los números son infinitamente mayores a hablar de 19 personas”.

Hacé clic acá para seguir las redes que crearon las y los trabajadores para difundir el plan de lucha.

El desmantelamiento como política

La única política del Ministerio de Salud es el desmantelamiento. Al nulo manejo del brote histórico de dengue (así como su inacción ante el brote que viene) y por las denuncias a los recortes de medicamentos para pacientes oncológicos, ahora se suma esta decisión que deja a la deriva a los pacientes más vulnerables: aquellos con padecimientos de salud mental.

El Ministro de Salud, Mario Lugones, lleva apenas una semana en su puesto, tras la salida de Mario Russo (quien se fue aduciendo “razones personales”, aunque se supo que su eyección tuvo que ver con internas con Santiago Caputo, además de las inacciones expuestas arriba). Lugones debutó con la idea de cerrar el Bonaparte y también con la de pedirle la renuncia al Consejo de Administración del Hospital Garrahan, cuyos trabajadores se encuentran también en pie de lucha.

El Bonaparte ya venía siendo objeto de distintos tipos de recorte, al igual que otras instituciones de salud y del Estado en general. Entre otras cosas, las contrataciones pasaron a renovarse de manera anual a trimestralmente, lo cual provocó que hubiese la misma cantidad de renuncias que de cesanteos. En la última tanda de renovación se dieron de baja 32 contratos, es decir: el gobierno despidió a 32 personas.

Con menos profesionales en este nuevo trimestre, las paritarias del sector cerraron al 1% en el último mes: las más bajas de la historia. Así y todo, se mantenían las tareas y los puestos de trabajo, y por eso la decisión intempestiva de cerrarlo igualmente sorprende. Aunque la única política del Ministerio de Salud sea el desmantelamiento.

Otra alarma se encendió dos semanas atrás, cuando el vocero presidencial Manuel Adorni anunció el traspaso de hospitales nacionales a las jurisdicciones locales. Al único Hospital que nombró fue al Bonaparte. Hortencia Cáceres, jefa de guardia, ex jefatura de consultorios externos, desde el 2016 en el Hospital, cuenta:“Dentro de los organismos descentralizados somos el más chico, pensamos que nos iban a traspasar a la Ciudad. No había ningún tipo de confirmación ni tampoco desde el Gobierno de la Ciudad sabían nada. Entonces lo que nosotros creemos es que la intención del cierre va en línea del desguace que se está haciendo desde el Estado y el Ministerio de Salud sea solo un rector y esté por fuera del presupuesto los descentralizados. El Bonaparte es el que menos presupuesto tiene, y empezar por acá es uno de los puntos más débiles: se está metiendo con la salud mental”.

Cómo trabaja el Bonaparte

Cuenta Hortencia sobre lo que está en juego: “Nosotros tenemos muchísima población que está en situación de calle y nosotros le brindamos la atención, es un grueso muy importante en nuestra población. Pero últimamente también estamos recibiendo también personas que no están pudiendo pagar la prepaga: a esas personas también las estamos absorbiendo nosotros”.

El cierre del Bonaparte no contempla un plan B: no es una reestructuración ni se plantearon instancias intermedias. “Es dejar a la deriva no solo a los 620 trabajadores que somos hoy en día sino también a los miles de pacientes que hacen tratamientos”, remata Hortencia.

Gabriel Hagman relata desde adentro: “Hay que entender que es muy difícil para la población a la que nosotros apuntamos acceder al sistema de salud. La problemáticas de salud mental es una problemática de lazos; son personas que están solas, con niveles altos de vulnerabilidad. Una gran parte son personas con consumo problemático. Lo que se ha construido en todo este tiempo es un hospital abierto, que rompe esas trabas de acceso, y acompaña: hay muchísimas personas y familias para las que el cierre significaría un impacto muy grande”.

El Bonaparte es un hospital modelo en el abordaje de la salud mental. Su universo implica el seguimiento de tratamientos de internación y ambulatorios, de consultorios externos, de hospital de día; los 365 días del año una guardia de lunes de 8 a 20 que atiende con demanda espontánea; y de 20 a 9 una guardia interdisciplinaria que sostiene la posibilidad que cualquier persona que llegue sea atendida o sea derivada.

Además: tiene equipos territoriales que hacen operativos; tiene una casa en el barrio Zavaleta con asistencia a familias; y hasta hace 3 meses también tenía una presencia diaria en Isla Maciel, cerrada tras la decisión de la gestión actual de eliminar el dispositivo y trasladar a los profesionales al Hospital. Esa población difícilmente viaje hoy de la Isla a la sede central.

¿Qué hay detrás de esta jugada perversa? Gabriel lo piensa en relación a otros momentos históricos con decisiones parecidas e intenta avizorar, en medio del shock, qué tipo de modelo insalubre se está planteando desde el gobierno nacional: “Hay un antecedente trunco respecto a la instauración de la cobertura universal de salud que fue muy resistida y que tiene que ver con pensar distinto cómo se financia la salud. Quieren correr al Estado como el prestador, el que genera equilibrio y equidad de que la salud sea pública, igualitaria y de calidad. Seguramente viene más por ahí: por el lado de las tercerizaciones y las privatizaciones encubiertas”.

La fortaleza de la lucha

Hortencia relata que las y los trabajadores se encuentran en “vigilia permanente”, haciendo actividades culturales en la puerta del Hospital, con permanencia adentro en turnos rotativos (el Bonaparte sigue atendiendo) hasta el día lunes en el que, en teoría, saldría el decreto. Ese día se convoca a una conferencia de prensa a las 11 horas en la puerta del edificio.

Hoy la calle de Combate de los Pozos sigue llena. De médicos, psiquiatras, psicólogos, licenciadas en educación, residentes, ex residentes, ex trabajadores de Hospital que sienten que el Bonaparte, por ser un hospital modelo, es un lugar de pertenencia. Eso, dice Hortencia, es una fortaleza en este proceso de lucha que parece recién comenzar: “Es un hospital modelo a nivel de cómo se aplica la Ley Nacional de Salud Mental. Por eso para nosotros es un orgullo enorme el Bonaparte y vamos a demostrar eso: lo mejor que tenemos es seguir organizados para evitar el cierre”.

Gabriel coincide: “Es difícil, es shockeante. Nos cuesta mucho asimilarlo y pensar cómo se puede seguir. Hay algo muy notorio que es el altísimo compromiso de los laburantes del Hospital con el proyecto de salud que representa. Eso se nota mucho y ha posibilitado sostener en instancias muy difíciles que el hospital siga existiendo. Tenemos muy claro por qué estamos acá y qué estamos haciendo. Está claro que se trata para todas y todos de nuestro trabajo, pero a la vez es el hecho de que uno tenga la convicción de que mucho de cada uno está puesto en ese trabajo. Tiene que ver con lo que uno cree, con el tipo de práctica, de garantizar el derecho, que hace que no sólo están tocando un hospital: nos están tocando a todos y a todas. Y eso me parece que es un poco lo que se reflejó ayer y hoy: no tardamos ni un minuto en generar una convocatoria que a la media hora teníamos miles de personas en la puerta de Hospital, con compañeros de otros hospitales, de otros sectores. Hay apoyo. La salud mental es algo importante, serio; nos damos cuenta que se están metiendo con algo muy sensible. El involucramiento personal que cada uno tiene con esto que hacemos es una fuerza que va a hacer que el costo que tengan que pagar será mucho más alto del que imaginaban”.

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Volvió Julian Assange: “Me declaré culpable de haber hecho periodismo”

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El fundador de Wikileaks dio hoy su primer discurso público desde que fue liberado tras 14 años de encierro. “Puede que mis palabras fallen o mi presentación carezca de brillo, el aislamiento me ha pasado factura, estoy tratando de aliviarlo y expresarme en este entorno es un desafío”, comenzó disculpándose ante la audiencia. Acompañado de su esposa y abogada, trazó un detallado racconto de lo que representa su caso hoy, haciendo eje en los peligros de la persecución al periodismo y los límites a la libertad de prensa; señaló a la justicia, a la inteligencia y a los poderes “transnacionales” como parte del esquema de amedrentamiento, a favor del ocultamiento de la verdad: “Veo más impunidad, más secretismo, más represalias por decir la verdad y más autocensura”, sintetizó. Resumimos aquí sus palabras incómodas, que volvieron a ver y echar luz.

Por Bernardina Rosini

Estrasburgo, Francia. En el Consejo de Europa y bajo la mirada atenta de los parlamentarios de 46 estados de la organización de derechos humanos de Europa, habló Julian Assange. Es el primer discurso público que realiza desde su liberación el pasado mes de junio, tras 14 años de encierro —primero en la embajada de Ecuador en Londres, y luego en la prisión de Belmarsh, en el Reino Unido—, enfrentándose a la extradición a Suecia y a Estados Unidos.

El escenario elegido por Assange para su regreso a la vida pública no pudo ser más simbólico. El fundador de WikiLeaks es una figura emblema de la libertad de expresión, y lo expresado esta mañana no fue tanto una declaración personal como una advertencia sobre los peligros que enfrentan el periodismo y las democracias hoy.

Sentado junto a Stella, su esposa, madre de sus hijos y su representante legal, Assange expuso con voz pausada pero firme. Esta aparición fue una excepción dentro de su esquema de recuperación: “La experiencia del aislamiento durante años en una celda pequeña es difícil de transmitir. Te quita el sentido de identidad”, dijo Assange. “Tampoco puedo hablar todavía de las muertes por ahorcamiento, asesinato y negligencia médica de mis compañeros de prisión. Puede que mis palabras fallen o mi presentación carezca de brillo, el aislamiento me ha pasado factura, estoy tratando de aliviarlo y expresarme en este entorno es un desafío”, se disculpó ante la audiencia.

Periodismo en el banquillo

Julian Assange no brindó más detalles que aquella mención sobre su encierro. Su mensaje, claro y directo, apuntó más bien al papel del periodismo en las democracias contemporáneas y al ataque sistemático que éste sufrió en las últimas décadas.

“Finalmente elegí la libertad por sobre una justicia irrealizable”, afirmó Assange al explicar por qué aceptó el acuerdo que lo liberó: “Quiero ser totalmente claro: no soy libre porque haya funcionado el sistema. Soy libre porque me declaré culpable de haber hecho periodismo” y detalló: “Me declaré culpable de buscar información de una fuente. Me declaré culpable de obtener información de una fuente y me declaré culpable de informar al público cuál era esa información. No me he declarado culpable de nada más”.

En sus palabras Assange no solo reflejó su lucha personal, sino que también expuso una verdad más amplia: el sistema judicial, que debiera proteger la verdad y la libertad de prensa, se convirtió en un instrumento para silenciar o inmovilizar oponentes. ¿Nos suena?

“Después de años de encierro y enfrentar una pena de 175 años de prisión sin ninguna solución efectiva, no podré buscar justicia por lo que me hicieron debido a que el gobierno de los Estados Unidos insistió por escrito en su acuerdo de culpabilidad en que no puedo presentar una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o incluso en virtud de la Ley de Libertad de Información”.

La intervención de Assange resaltó las fallas fundamentales del sistema legal internacional, que fue utilizado como arma en su contra. “La persecución transnacional es una amenaza real”, subrayó. Los poderosos, según él, han aprovechado los vacíos y contradicciones en las normativas internacionales para perseguir y reprimir a quienes exponen sus crímenes: “Molestamos a uno de los poderes constitutivos de los EE.UU.: el sector de la inteligencia, quienes tuvieron el suficiente poder para forzar una reinterpretación de la Constitución americana. Mi ingenuidad fue creer en la ley; después de todo, las leyes son solo trozos de papel y pueden reinterpretarse por conveniencia política”.

“La criminalización de las actividades periodísticas es una amenaza para el periodismo de investigación en todas partes”, alertó Assange, llamando la atención sobre el peligro que representa este tipo de persecución para la democracia y esperando que su testimonio sirva para visibilizar las debilidades del sistema de garantías existente. Además de señalar los desafíos por delante, Assange compartió su análisis sobre el periodismo y las noticias desde que está en libertad: “La verdad parece ahora menos discernible y lamento todo el terreno que se ha perdido durante ese período de tiempo. Cómo se ha socavado, atacado, debilitado y disminuido la expresión de la verdad. Veo más impunidad, más secretismo, más represalias por decir la verdad y más autocensura”.

La persecución transnacional y el impacto en la libertad de expresión

Julian Assange es más que una figura en el ojo del huracán. Su caso sienta precedentes peligrosos para la libertad de expresión y para la justicia a nivel global. En su discurso ante el Consejo de Europa, Assange denunció la persecución feroz que ha enfrentado, no solo como individuo, sino como un periodista que expuso verdades incómodas. “Ningún individuo tiene la menor esperanza de defenderse de los vastos recursos que puede desplegar un Estado agresor”, afirmó con dureza, señalando cómo su lucha contra el aparato judicial estadounidense revela la fragilidad de las garantías jurídicas cuando un poder decide imponer su voluntad extraterritorialmente.

Assange también reflexionó sobre la naturaleza del periodismo y el rol de quienes buscan la verdad: “Entiendo el debate que hay a la hora de diferenciar a un activista de un periodista. Para mí, la clave es ser siempre preciso. Todos los periodistas deben ser activistas de la verdad”. Este comentario enfatiza la importancia de no solo informar, sino también de actuar con responsabilidad, profesionalismo y precisión en un mundo donde la información se ha convertido en un campo de batalla.

Lo que comenzó como una acusación de espionaje se transformó en una guerra jurídica que desafía los límites del derecho internacional. Assange dejó en claro que la criminalización del periodismo de investigación, especialmente cuando involucra a potencias mundiales, es una amenaza latente. A través de su caso, se desvelaron las inconsistencias y abusos de los sistemas legales, los cuales se tornan herramientas para reprimir voces disidentes en nombre de la seguridad nacional.

La situación que Assange tiene resonancias directas con los procesos de lawfare que afectaron a figuras políticas América Latina, y la violencia creciente contra periodistas críticos del gobierno de nuestro país. El uso de herramientas legales como mecanismo de persecución política y judicial para silenciar voces críticas interpela nuestra actualidad. En su intervención, Assange también subrayó la necesidad de una respuesta colectiva: “Es vital estar juntos para hacer frente a las amenazas a la libertad de prensa”, en un llamado a la unidad frente a la creciente represión a nivel global.

La advertencia de Assange no debiera diluirse: los derechos de quienes exponen la verdad están bajo ataque, y las democracias que no los protegen se arriesgan a morderse la cola. La criminalización del periodismo no solo pone en peligro la libertad de expresión, sino que erosiona los pilares de sociedades abiertas e informadas.

Lo que está en juego es el futuro del periodismo y su capacidad para desafiar el poder: eso es lo que, una vez más, nos dejó claro Assange hoy.

Gracias.

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Crónica de una causa armada: condenaron por “usurpación” a 7 integrantes de una comunidad mapuche

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Después de agradecer a la Gendarmería, “que nos facilitó las instalaciones” (ya que las audiencias se realizaron dentro de un Escuadrón de esa fuerza), la Justicia Federal condenó a 7 mujeres de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu por una supuesta “usurpación” de hectáreas pertenecientes al Parque Nacional Nahuel Huapi. La comunidad plantea que se trató de una recuperación que incluso fue homologada por el propio juez Hugo Greca que ahora firmó la condena (y agradeció a Gendarmería). La síntesis de la ausencia de justicia según una de las abogadas: “Tenemos una Justicia armada a medida del poder, que no tiene que ver con los gobiernos sino con los grandes intereses turísticos y de la megaminería”. Pese a la condena, la prisión de las mujeres queda en suspenso. Lo que molesta en el sur, la postura de las condenadas y una causa armada que tiene en el medio otro crimen impune: el de Rafael Nahuel. La voz de una de las acusadas tras la sentencia: “Nos quiere cortar la vida y viene por todo. Acá estamos y acá estaremos nosotras, mujeres y niños, porque eso es lo que más les molesta: que sigamos resistiendo”.

Por Francisco Pandolfi

Unos segundos antes del veredicto, se obsequiaron algunos agradecimientos, verbales y sin pudor.

“Primero a Gendarmería Nacional, que nos facilitó estas instalaciones. También al Comandante Principal García, jefe del escuadrón, y al Comandante Mayor Morales. Nos dieron comodidad, café, agua, nos mantuvieron bien”.

Ahora sí, después de las palabras de juez Hugo Greca (titular del Juzgado Federal de Coronel Roca), las condiciones parecían dadas para la lectura de una sentencia sobre un juicio exprés, que sólo tuvo tres audiencias. Exprés XXL. Exprés al cuadrado. Un juicio oral que arrancó el jueves pasado.

Que continuó el viernes y que finalizó hoy, con los últimos testimonios, los alegatos y con un fallo que se pronunció en un ámbito inapropiado: el escuadrón 34 de Gendarmería, en la ciudad rionegrina de Bariloche. Un salón que estuvo revestido para la ocasión: rodeado de un desmedido despliegue de efectivos de seguridad. 

La causa (armada)

Este lunes se juzgó a siete integrantes de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, por la usurpación de un predio de siete hectáreas del Parque Nacional Nahuel Huapi, en septiembre de 2017. Una rectificación a la palabra “usurpación” la hace la comunidad, porque plantea el quid de la cuestión: no lo llaman usurpación, sino recuperación. “Nos acusan de usurpar nuestro territorio”. Y explican: “Fue parte de una reivindicación ancestral con el objetivo principal de estar en el territorio donde está nuestro Rewe (sitio sagrado de conexión con otras energías) en donde la Machi (guía espiritual y sanadora del pueblo mapuche), se levantó hace siete años en la lof Lafken Winkul Mapu”.

En ese proceso de recuperación, el 25 de noviembre de 2017 fue asesinado uno de los integrantes de la comunidad: Rafael Nahuel recibió un disparo por la espalda, del grupo Albatros de la Prefectura Naval. Por ese crimen fueron condenados cinco prefectos a 4 y 5 años de prisión.

Antes de comenzar el juicio, desde la defensa que llevó adelante la Gremial de Abogados y Abogadas, habían anticipado: “La sentencia ya está redactada y firmada, de antemano. Vamos seguramente a una condena porque todo esto forma parte de una ofensiva instrumentada hacia el pueblo mapuche”. La presunción tenía un basamento evidente: la causa judicial la reactivó el actual gobierno nacional al erradicar un pacto preexistente que reconocía al Rewe como sitio sagrado. El juez Hugo Greca –el mismo que hoy dictó el veredicto– había homologado el acuerdo conciliatorio firmado en junio de 2023 entre Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación en ese entonces, y Alejandro Marmoni, expresidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

El fallo

En los alegatos, desde la Gremial exigieron la absolución, apoyándose en los tratados internacionales y las leyes nacionales que amparan los derechos mapuche. Y expresaron que el juez tenía “la oportunidad de aportar al proceso histórico”, así como abonar a “una solución dialogada y pacífica. Si hay condena, el conflicto territorial y de cosmovisión va a seguir”.

Sin embargo, luego de los agradecimientos a Gendarmería se escuchó “la condena de dos años de prisión cuya ejecución se dejará en suspenso” a Martha Luciana Jaramillo, María Isabel Nahuel, Yéssica Fernanda Bonnefoi, Romina Rosas, Mayra Aylén Tapia, Joana Micaela Colhuan y Gonzalo Fabián Coña, por considerarlos coautores penalmente responsables del delito de usurpación.

Crónica de una causa armada: condenaron por “usurpación” a 7 integrantes de una comunidad mapuche
El juicio se desarrolló dentro de un escuadrón de la Gendarmería Nacional. Foto Alejandra Bartoliche

La farsa actual

Gustavo Franquet es uno de los abogados defensores. Desde Bariloche le dice a lavaca: “Esta condena compromete internacionalmente al Estado, por violar todo tipo de tratados y convenciones nacionales e internacionales, inclusive la Constitución Nacional. Que los condenen por usurpación es negar su realidad de pueblo originario, es negar su propia existencia, es negar sus derechos particulares. Con esta resolución se ponen del lado colonialista, así que por supuesto que vamos a apelar, y si es necesario iremos hasta la Corte Suprema”.

Una de sus compañeras, Laura Taffetani, agrega sobre la resolución del juez Hugo Greca: “El juicio fue una farsa y forma parte de esta nueva versión de la Campaña del Desierto que venimos denunciando hace años. En las audiencias quedó claro el desequilibrio que hubo entre la querella de Parques Nacionales y la Fiscalía en comparación a nosotros. Todo lo que pidieron ellos fue todo lo que el juez condenó, excepto el tema del Rewe. El fiscal había pedido que los miembros de la comunidad no pudieran ir al lugar sagrado, y eso el juez no lo aceptó”. 

En relación a lo que muestra la condena: “Tenemos una Justicia armada a medida del poder, que no tiene que ver con los gobiernos sino con los grandes intereses turísticos y de la megaminería”.

Después de la sentencia, en la puerta del cuartel de Gendarmería se improvisó una ronda donde hablaron las mujeres mapuche, en medio de un viento bien patagónico  –de esos que no entienden de primaveras: “Aunque nos hayan condenado en suspenso, esta lucha no se termina acá, hay que seguir por el Rewe, por todos nosotros y por nuestros pichis (pequeños)”, dice María Nahuel. La Machi Betiana Colhuan Nahuel –que era una de las acusadas pero en la primera audiencia fue absuelta porque era menor en 2017–, continúa, con énfasis: “Esta lucha viene de nuestros ancestros y la continuaremos. No nos vamos a rendir, seguiremos firmes hasta que dejemos esta tierra. Otras comunidades se levantarán y vamos a resistir desde los distintos territorios”.

Romina Rosas fue la última en tomar la voz y en dar su propia sentencia: “No tenemos que bajar los brazos pese a que el winka (blanco invasor) nos quiere cortar la vida y viene por todo. Acá estamos y acá estaremos nosotras, mujeres y niños, porque eso es lo que más les molesta: que sigamos resistiendo, con nuestra verdad y con nuestras palabras”.

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Las mujeres detenidas, fuera del escuadrón, prenden el fuego.

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