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Cordobazo Cultural

Una suerte de exorcismo, un encuentro de baile, protesta y canto. El resultado de una construcción asamblearia, una manifestación abierta. El peso de haber sido el distrito donde proporcionalmente más votos obtuvo Javier Milei a 30 días exactamente de la asunción de este nuevo gobierno, Córdoba teje el tun tun de la resistencia. ¿Cómo lo hace?
Por Bernardina Rosini
Adhiriendo a la convocatoria de Unidos por la Cultura -colectivo que nuclea a más de 100 asociaciones culturales y comunitarias del país-, en la tarde del miércoles se realizó el Cordobazo Cultural en Plaza Vélez Sarsfield, epicentro de la capital cordobesa. Tres semanas atrás en esta misma zona se reprimía el primer cacerolazo espontáneo a fuerza de gas pimienta, palo y detenciones. El gobernador Martín Llaryora dejó expresado así su fuerte acompañamiento a las propuestas del gobierno nacional.
Con este antecedente, con los cuerpos sosteniendo una tensión diaria por la fuerte inflación, despidos masivos, y amenazas de cierre de organismos y fondos que sostienen la actividad artística y cultural local, el encuentro fue una catarsis. ¿Cómo comprometer cuerpos colectivos en tiempos de odas al individualismo? El Cordobazo Cultural como propuesta. Veamos.
“Es un desayuno diario de angustia y ansiedad”, me dice Paula Fernández, artesana. Para mantener el diálogo debemos movernos hacia un extremo de la plaza; el ruido de las cacerolas no me dejan escucharla. Retomamos: “Constante, la tensión hace semanas se mantiene y tengo picos cuando voy a comprar los insumos o cuando me encuentro con que el RENAPER me cobraba 300 pesos la renovación del DNI y ahora es 3.000 y si no pago la diferencia ¡no me entregan el documento! Es un desquicio”. Paula me dice que en la calle ya se nota el modo supervivencia encendido, el trabajo de la artesanía pasa a ser prescindible, y se desploman las ventas a una velocidad feroz. No participa del espacio asambleario Cordobazo Cultural, pero siente alivio por haberse acercado. Sí, alivio. “Qué necesario poder vernos y bailar y a la vez gritar contra el apagón cultural, qué grito tan contenido”.
Entre despidos y candombe
Tres grandes grupos de intervenciones artísticas dieron inicio al encuentro: danza, intervención de carteles y circenses atravesaron el Paseo de las Artes; un grupo coral se deslizó por la Cañada y el candombe partió desde Plaza San Martín, para converger a las 18 horas en la plaza.
“Prefieren un pueblo tonto, sin memoria y de alma gris, que esté privado de todo aquello que lo hace sentir. Decimos ¡NO! a quien vende la patria, decimos ¡NO! al DNU que aplasta, decimos ¡Si! por nuestros derechos y la cultura estalla”. Un cancionero para la ocasión se repite, lo interrumpen sirenas y las voces se silencian; quietud y todos hacia el suelo. Parálisis.
Una semana atrás se conocía que la Agencia Córdoba Cultura, organismo provincial, despedía a 21 trabajadores, la mayoría entre 9 y 15 años de antigüedad en sus puestos de trabajo. El recién nombrado Presidente de la agencia, Raúl Sansica, se acercó a la Asamblea Cordobazo Cultural el pasado martes y con solo 48 horas en el cargo ya contaba con el libreto oficial: “No son despidos, son no renovaciones” sostuvo. Aun así, manifestó que no sería definitivo y que se analizaba caso por caso.
Entre los puntos que plantea la ley Ómnibus enviada al Congreso, se contempla la eliminación del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y el Instituto Nacional del Teatro (INT) la provincia de Córdoba cuenta con el circuito teatral independiente más grande del país con más de 60 espacios que concentran casi el 90% de la producción de las artes escénicas. El impacto del cierre de estos organismos sería letal. “Implicaría la destrucción de cientos de puestos de trabajo, porque erosiona todo un circuito de producción, publicistas, montaje, diseño… y ni hablar del costo que implica en el tejido social más allá del desempleo. la cultura es clave para el desarrollo, para procesar vivencias colectivas, para construir identidad, necesitamos cuerpo para pensar y el arte es la dinámica de lo sensible”. Reflexiona Matías, actor de la escena local.
Preparando el paro
“Nos convoca el rechazo al DNU y a la Ley Ómnibus, no queda nadie exento al impacto de estas medidas, es un ataque a toda la sociedad”, afirma Pol del grupo artístico Fulanas & Menganas. “Este gobierno se quiere hacer con la suma del poder para dejar al conjunto de los trabajadores pauperizados, es una situación alarmante, estamos frente a la máxima expresión de un modelo saqueador, Estamos preparando el paro del 24: todo el pueblo debe movilizarse”.
Una voz al aire, otra se suma y se suceden, y se solapan, y no se detienen y de pronto aparece un gran grito y se distancian del suelo y crecen ¡Abajo el DNU! ¡Abajo la Ley Omnibus! ¡Arriba la cultura! La parálisis se tornó grito y celebración ¡Arriba, arriba, arriba la cultura! Trompetas, redoblantes, tambores. Hay sonrisas, hay danza, hay un trencito de personas que recorren y envuelven. Hay abrazos.
La Asamblea Cordobazo Cultural continúa organizándose. Pronto habrá un nuevo llamado al encuentro con vistas a la participación en el paro general del 24 de enero.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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