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Coronavirus: cómo afecta a seis países latinoamericanos

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Miradas sobre cómo afecta el coronavirus a seis países latinoamericanos

Apuntes del Grupo de Trabajo de Economía Feminista Emancipadora, de CLACSO: preguntas para abrir el debate. Paraguay, Colombia, México, Ecuador, Guatemala, Costa Rica y una preocupación en común: la política, la sociedad y la peste.

a las 21 horas del 17 de marzo 2020

Paraguay

Aquí esta peste se asemeja a la Hidra de Lerna, ese personaje mitológico al cual le nacen dos cabezas cada vez que se le corta una. Dengue, coronavirus, otras enfermedades respiratorias, diversas parasitosis son enfermedades que como siempre terminan impactando de manera más dramática entre las poblaciones más pobres y representando una sobrecarga de trabajo para las mujeres que tienen que lidiar con el cuidado de los enfermos.

Coronavirus: cómo afecta a seis países latinoamericanos

El gobierno paraguayo ha tomado medidas que promueven el aislamiento social casi de inmediato, al reconocer los primeros casos. Por supuesto, estas disposiciones impactan directo en la capacidad de movilización de los sectores populares. Un  ejemplo: se suspendió  hasta nuevo aviso la tradicional marcha de la Federación Nacional Campesina prevista para estos días. Sin embargo, siendo justo y razonable, el gobierno está actuando más o menos bien en términos de manejo de una crisis epidemiológica.

Más allá de cómo adopte cada gobierno las medidas ante esta pandemia, un análisis crítico de la coyuntura debería focalizarse en los siguientes puntos:

a) Origen de la crisis : estas pestes no acontecen por autogeneración, su diseminación es otra consecuencia más del modelo productivo que conocemos bien;

 b) Trabajo de cuidados ¿cómo se distribuyen las responsabilidades de cuidados en el contexto de la crisis?;

 c) Interdependencia: ¿en qué medida la crisis refuerza o debilita la solidaridad entre distintos grupos sociales. por ejemplo, entre personas jóvenes y personas viejas;

 d) Ecodependencia: esto devuelve al punto a ¿hasta cuándo seguiremos sin reconocer que lo que nos sucede como especie guarda estrecha relación con lo que hacemos con la naturaleza;

 e) Pobreza: las medidas de aislamiento, si bien es lo que se tiene a mano desde el punto de vista epidemiológico, hay que valorarlas de modo diferente en contextos de pobreza debido a que:  i) producen discriminación, ii) son de dificilísima aplicación cuando las personas viven hacinadas y sin acceso a servicios básicos.

Situaciones como éstas son las que hay que recuperar con el fin de devolver a lo público el rol que las narrativas del mercado pretenden desmontar. Es una oportunidad para poner en evidencia ante grupos más amplios las insuficiencias del mercado y la crisis de su modelo. Un ejemplo: una de las primeras reacciones de la industria farmacéutica fue subir por las nubes el precio del alcohol en gel y, después de algunas denuncias, el gobierno -de derecha-  tuvo que salir a regular.

Colombia

En el contexto de un exterminio de líderes sociales y de cuestionamiento por corrupción, el gobierno colombiano tiene en el coronavirus su mejor aliado.

Uno de los debates más fuertes surge alrededor del dengue: la semana pasada hubo 16 personas muertas. Y lo que demuestra esa cifra es que la neoliberalización del sistema de salud no tiene capacidad para responder ante enfermedades que ya llevan muchos años. Uno de los principales cuestionamientos es que el alcance que tiene el coronavirus es muchísimo menor que el dengue, pero todos los medios de comunicación están volcados a ese tema y se han desarrollados algunos teléfonos y guías sanitarias para eso, pero para el dengue nada.

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Por otro lado este brote ocurre en el momento de peor gobernabilidad del Presidente Iván Duque. Hay una interpelación social muy fuerte. Se han destapado casos de corrupción que demuestran el apoyo del narcotráfico que hizo posible su gobierno e incluso denuncias de fraude electoral. Y en este contexto, el coronavirus le ha servido para controlar a la población. En los últimos meses hubo muchas movilizaciones que cuestionan la legitimidad de este gobierno y que pugnan por el desarrollo de sistemas públicos y universales, no sólo de salud sino también de educación.

La pregunta principal que surge de la experiencia de Colombia es cómo a los regímenes autoritarios estas pandemias le sirven para disciplinar y encerrar a la población y para acallarla y así limitar las críticas y la protesta social.

México

Hay 40 casos confirmados hasta ahora en todo el país. El miedo avanza más rápido que el virus. El sistema educativo de todos los niveles estará suspendido desde el 20 de marzo al 20 de abril. Hay una campaña importante para evitar que se entienda el periodo de suspensión de actividades como vacaciones. Hay mucha gente que dice que es la enfermedad de los ricos porque solo afecta a quienes han viajado al extranjero o tienen contacto con quienes lo han hecho. La gente hace algunas compras de pánico, sobre todo de papel higiénico y jabón. Hay muchos memes sobre la decisión de iniciar en México, a partir del 20 de marzo, un receso de clases para contener el contagio. En todos esos memes se hace mofa de que serán las mujeres quienes se quedarán a cuidar a los niños. También vi un estudio que dice que las profesiones más vulnerables ante el virus son: cajera, enfermera, intendente, peluqueras/os… La mayoría de las personas que hacen esas labores, al menos, en México, son mujeres.

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Fui a Costco (supermercado mayorista) hoy, los hombres y mujeres salen con grandes cantidades de laterías y congelados. Eso, seguramente golpeará a la economía local y también a la salud, porque no es lo más natural o fresco. Los supermercados están racionando la venta de limpiadores y desinfectantes para no generar desabastecimiento. Me acaba de comunicar una compañera de comunidad rural que solo autorizan a vender alimentos a los supermercados y no a las mujeres que suelen hacer sus ventas ambulantes.

Me preocupan muchos las voces que demandan aislamiento total sin pensar en que carecemos de la infraestructura para encerrarnos en nuestras casas y dejar los trabajos. Ejemplo básico de esto es que en mi universidad:  mañana revisaremos la situación de las plataformas tecnológicas y habilidades tecnológicas de docentes que harán posible las clases y exámenes en línea de más de 1.600 grupos.

En un contexto de violencia como el que se vive en el país, donde las estadísticas muestran que la mayoría de los agresores están en la propia casa, es probable que la violencia, no sólo la referente a la asignación desigual de los trabajos de cuidado, sino también la física, aumenten con el confinamiento.

La pregunta, entonces,  es ¿podrá la sociedad mexicana diferenciar el aislamiento físico del social para evitar efectos negativos sobre los ya vulnerables?

Ecuador

En Ecuador el clima político ya era complicado antes del virus. Hoy 17 de marzo, ya amanecimos con Estado de Excepción y toque de queda por las noches. Días antes se lanzaron medidas económicas y el gobierno, anunció las primeras medidas, pero ahora se detuvo por la gravedad de la crisis sanitaria. También empezamos a sentir la baja del costo del barril de petróleo que nos perjudica directamente. Paran las potencias y eso afecta el precio. Yo estoy en un pueblo pequeño y dada la falta de derechos básicos, existe miedo de una complicación de la situación, pero no como en las grandes ciudades. Tenemos miedo por los ancianos y las personas débiles. Los médicos dicen en voz baja que la cosa puede ser peor y por eso hay que quedarse en la casa. Ya son 111 personas contagiadas y dos muertos. La policía va a controlar la no circulación , prohibida a menos que sea una emergencia. En un contexto en el cual la mayor parte de gente , en general y las mujeres , en particular, trabajan de forma informal el reclamo es que se entreguen alimentos a las familias.

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El movimiento indígena preparaba movilizaciones que se suspendieron. La protesta social estaba motivada por la falta de un diálogo nacional por la economía del país, que beneficie a las mayorías y no solamente al sector empresarial,  la indignación además, que produjo  el millonario presupuesto invertido en implemento policial para reprimir , y otros  gastos superfluos como un circo de hielo que costó 3 millones de dólares, dado en meses anteriores.

El gobierno acaba de decretar el Estado de Excepción, eso provoca algo de temor dado el discurso belicista y el no reconocimiento a la violación de derechos humanos por parte del gobierno, que se armó de forma millonaria para reprimir y ha quitado presupuestos al sistema público de salud, de educación y, por supuesto, a los programas de contención y prevención de violencia hacia las mujeres.

En este contexto, la pregunta que me haría es ¿cómo va a ser nuestra reflexión como sociedad ahora que hemos evidenciado la urgencia de mantener los servicios públicos y universales? ¿Qué pasará con los diálogos económicos  ahora que gobiernan los empresarios y grupos de poder, que apuestan por la venta de empresas y del estado y la privatización de los servicios, lo que ellos nombran “monetizar”?

Guatemala

Se decretó primero un estado de calamidad, el día 11 de marzo. Desde el lunes 16, las medidas han sido más drásticas, cierre del espacio aéreo y fronteras terrestres, sólo pueden ingresar guatemaltecas/os o residentes, y diplomáticos, y deben someterse a cuarentena.

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A partir del martes 17, se cierran las oficinas públicas y la mayoría de establecimientos privados, exceptuando quienes prestan servicios esenciales: salud, telecomunicaciones (aquí incluyen a los call centers), expendios de combustibles y supermercados con restricciones de horario. Se suspende el servicio de transporte público, cierran las escuelas, universidades. Se insta al tele-trabajo. 

Se han confirmado 6 casos de contagio por coronavirus, una persona falleció el domingo 15, que entró vía aérea procedente de Italia.  Las fronteras con El Salvador y Honduras están cerradas, en cuarentena.

Una de las pocas veces en más de 400 años de creada la ciudad capital que se suspendieron las procesiones y las misas por Semana Santa, que convocan a cientos de miles de personas.

Lo que es cierto es que los supermercados vendieron todo lo que tenían acumulado. Aquí también hay acaparamiento, y compras sin sentido, los precios de artículos básicos han aumentado, por ejemplo, los granos como el frijol y el maíz.

En un país con un 60% de pobreza, y un porcentaje similar de personas que viven de la economía informal, estas medidas (si bien necesarias por cuestiones sanitarias) constituyen un duro golpe porque viven del día a día, y ninguna de las medidas anunciadas ha contemplado un solo programa para paliar esa situación.  Es decir, más de lo mismo, sólo que ahora con el coronavirus rondando.

Y para muestra unos ejemplos, en medio de este caos, el Gobierno anunció la semana pasada que cerrará la institucionalidad de la paz, creada al amparo de los Acuerdos de Paz firmados en 1996, así como la Secretaría Presidencial de la Mujer, creada en el 2000.  Y mientras tanto, el Congreso de la república se reúne para elegir a los/las magistrados/as para el próximo período del Tribunal Supremo Electoral, y según las noticias de la tarde, los electos son, con alguna excepción, personas impresentables.

Algunas de nuestras preguntas en este contexto:  ¿hasta dónde aprovechará la clase política corrupta las circunstancias de inmovilidad social, y la cuarentena de protestas, para avanzar en su agenda regresiva?  Y el trabajo de los cuidados, dada la estructura familiar y la cultura patriarcal ¿sobre quiénes recaerá? 

A propósito, este este párrafo de un libro oportuno de leer hoy, en estas circunstancias confusas y peligrosas:

«… Hace años, un estudiante le preguntó a la antropóloga Margaret Mead cuál consideraba ella que era el primer signo de civilización en una cultura. El estudiante esperaba que Mead hablara de anzuelos, ollas de barro o piedras de moler. Pero no. Mead dijo que el primer signo de civilización en una cultura antigua era un fémur que se había roto y luego sanado. Mead explicó que en el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a tomar algo o buscar comida. Eres carne de bestias que merodean. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane.

Un fémur roto que se ha curado es evidencia de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con el que se cayó, ha vendado la herida, le ha llevado a un lugar seguro y le ha ayudado a recuperarse. Mead dijo que ayudar a alguien más en las dificultades es el punto donde comienza la civilización».

Ira Byock, en su libro La mejor atención posible: la búsqueda de un médico para transformar la atención hasta el final de la vida.

Pienso que esta situación nos debe poner a pensar la importancia que tiene la producción local, los mercados campesinos, los circuitos cortos de producción y consumo, no solo para emergencias, sino como una manera eficiente de distribución. Vivo en un barrio muy popular desde hace más de 50 años: acá no ha faltado nada, nadie anda acaparando, ni las vendedoras han subido los precios. Pero en los supermercados la gente está haciendo colas y arrasando con todo… pero es la gente con dinero, capas medias acomodadas y una costra de un sector que se ha enriquecido aceleradamente y por medios dudosos. La pregunta entonces que dejó para reflexionar es la siguiente: ¿el acaparamiento y el egoísmo es una cuestión de clase?

Costa Rica

Hay ya 50 casos confirmados. Ningún muerto. Se han descartado muchos casos sospechosos. Y el gobierno está aprobando medidas para atenuar el impacto económico. El sistema público de salud ha respondido a la altura. El sector privado calladito: ha tenido que recular con su discurso privatizador porque la respuesta ha sido muy buena. En Costa Rica hay monopolio estatal sobre la producción de alcohol. Y ahora están trabajando 24 horas para producir un alcohol especial que se está vendiendo en forma regulada a la gente y muy barato. Parte de la empresa estatal de correos que está tercerizada y lleva el alcohol a domicilio si uno lo pide.

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En este marco es absolutamente necesario recoger que la violencia contra las comunidades y territorios indígenas se ha recrudecido, tras el asesinato del dirigente Yehry Rivera, con incendios de casas y cosechas y amenazas de muerte contra la compañera Mariana Delgado; mientras la mayor parte de la población está atenta a la aparición de los casos de coronavirus, y la escasez de algunos medicamentos y artículos de limpieza.  El sistema de educación pública aún no procede al cierre de todas las escuelas y colegios, que afectaría por otra parte a gran cantidad de niños y niñas que reciben sus alimentos en estos establecimientos educativos.

En este panorama, trazado desde miradas muy situadas, ya que los escenarios cambian cada día e incluso varias veces al día, en un contexto donde se acentúa la polarización social entre quienes entienden la reducción en la interacción social y quienes acentúan el aislamiento social, la pregunta que formularía es ¿vamos a entender que se trata de construir  solidaridad o vamos a seguir profundizando la discriminación y el despojo?

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Cien

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Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

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En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

Cien

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

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Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

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Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

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Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

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“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

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Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

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Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

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Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

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En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


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