CABA
Desaparecide: ¿dónde está Tehuel de la Torre?

La madre de Tehuel habla por primera vez con los medios sobre la desaparición del joven trans. Denuncia que la investigación es lenta, que hay personas que saben qué ocurrió pero callan, y las insta a que se animen a hablar. Retrato de una familia pobre en el conurbano bonaerense, y de la vida de Tehuel en ese contexto. Lo que dicen los grupos autoconvocadxs que sostienen la consigna de aparición con vida. El hermetismo de la fiscal. Y la lupa sobre dos sospechosos que mantienen un pacto de silencio.
Por Inés Hayes y Melissa Zenobi.

Son las 10 de la mañana y pese a las restricciones por la pandemia, la autopista que va de la ciudad de Buenos Aires a Ezeiza está poblada de camiones y autos. La avenida principal para entrar a San Vicente está llena de árboles frondosos y hay un cartel que presenta al Museo Histórico 17 de Octubre, prueba de que Perón y Evita vivieron un tiempo en esta localidad de 20 mil habitantes que queda a 56 kilómetros de la Capital Federal. Rodolfo Walsh y el filósofo Alejandro Korn también vivieron aquí. Si bien fue una localidad pujante a mediados del siglo XX, hoy la mayoría de su población vive bajo la línea de pobreza.
Para llegar a la casa de Tehuel hay que atravesar el centro local y hacer seis cuadras por calles de tierra. En la entrada, un móvil policial custodia a la familia: “Está desde que nos amenazaron cuando comenzamos a buscar a Tehuel”, dice Norma, su mamá, sentada en la cocina de su casa. “Es la primera vez que hablo con un medio”, cuenta mientras mueve los pies sobre el piso de tierra.
En la habitación de adelante duerme su hijo más chico (16 años) y en la cocina, sobre un aparador, está el cartel con la foto de Tehuel pegada a un cartón que dice “Buscamos a Tehuel: cualquier dato comunicate con la fiscalía”. En el baño, un espejo de puerta de ropero se apoya contra una pared; y al lado del baño hay otra habitación con una ventana que da al patio. La casa es de madera y el techo, de chapa.
“Me cuesta dormir y a la mañana cuando me levanto no puedo creer que no esté Tehuel, que no podamos tomar mate en el patio y hablar de nuestras cosas”, sigue Norma con los ojos llorosos. En el patio crecen los zapallos y una planta de ají: “Esta la puso Tehuel pero se la están comiendo los caracoles”, sigue Norma mientras mira una rosa roja que ha crecido tanto que es más alta que el techo de la casa.
El jueves 11 de marzo, cuando Tehuel desapareció, Norma había ido a la casa de su hija Verónica a cuidar a sus nietas porque su hija estaba con bronquitis. El trayecto de San Vicente a Alejandro Korn no supera los once minutos en auto, pero Norma debe tomar un colectivo que la deja en la ruta y desde ahí caminar un largo trecho por calle de tierra. Cuando llueve como hoy la zona se vuelve intransitable; por eso cuando va a lo de Verónica se queda unos cuantos días. Como aquella vez. “Les encargué a mis hijos que cuidaran las gallinas y regaran las plantas”.
Cuando volvió, Tehuel ya no estaba.
Teoría de la conspiración
En el patio cae un rayo y empieza a llover. Ella sigue recordando un llamado: “Tehuel se fue el jueves y no volvió, se fue a trabajar de mozo y no volvió –me dijo Michelle, su pareja, por teléfono– y yo me quedé paralizada”, cuenta Norma sobre la forma y el momento en que se enteró de que su hijo no había vuelto.
El sábado 13 de marzo Michelle fue a hacer la denuncia a la comisaría local pero no se la tomaron porque era menor; faltaban unos días para que cumpliera los 18 años. Entonces Verónica se levantó de la cama, con fiebre y bronquitis, y acompañó a Norma hacer la denuncia por la desaparición.
Desde entonces la vida familiar cambió para siempre: “Hasta el primer mes fue muy duro, no hablaba con los medios. Recién ahora me estoy reponiendo y activando. Fui una vez a hablar con la fiscal (Karina Guyot, de la UFIJ-San Vicente) y ahora tengo que volver a ir”, dice Norma mientras las gotas caen ahora también adentro, a través del techo de chapa. Se acomoda el pelo castaño detrás de las orejas y sigue: “Yo me pongo a hacer cosas para no pensar, pero es muy difícil: es todo muy raro”.
Lo que se sí se sabe: Tehuel salió de su casa el jueves 11 de marzo a las 7 de la tarde para encontrarse con Luis Alberto Ramos quien, presuntamente, le había propuesto un trabajo de mozo para un evento. Desde que comenzaron a buscarlo se allanaron diferentes viviendas y terrenos, así como la casilla donde vivía Ramos. Allí se encontró el celular de Tehuel destruido y su campera quemada. Ninguna de estas pistas sirvió hasta ahora para encontrarlo a él; tampoco los rastrillajes que se hicieron con les vecines y la policía.
“La línea de investigación más fuerte es que Ramos lo asesinó y hubo una conspiración entre Montes y Ramos, los dos detenidos que hay hasta el momento. Además hay dos personas más que pueden estar involucradas”, dice el abogado de la familia, Alejandro Valle. “Hasta ahora solo se encontró la campera de Tehuel quemada y el teléfono roto y su carcasa”.
El primer detenido fue Ramos. “A Ramos lo detuvieron en Dock Sud”, sigue el abogado Valle. “Había cambiado su fisonomía, se había cortado el pelo, teñido de rubio. Estuvo 9 años en prisión en General Las Heras por un homicidio cometido en Lomas de Zamora y salió en libertad condicional. Está caracterizado por los vecinos como una persona violenta, que vendía drogas y oficiaba de puntero en un barrio marginal”, detalla.
El segundo detenido es Oscar Alfredo Montes, imputado por falso testimonio y encubrimiento ya que, a pesar de declaró no conocer a Tehuel, la DDI de La Plata obtuvo una foto de celular en la que están Tehuel, Ramos y Montes compartiendo una cerveza en una casa que no fue reconocida.
Al cierre de esta edición tanto Ramos como Montes se habían negado a declarar.
Que los detenidos hablen es uno de los reclamos de la familia de Tehuel. Yo creo los detenidos no quieren seguir embarrándose más de lo que están: por eso no hablan”, dice a MU Michelle, pareja de Tehuel.
Roscas para el barrio
Norma trabajaba cuidando a personas mayores. A veces de noche, a veces de día, a veces en el hospital. “Pero con el Covid se cortó todo. Cobré el IFE dos veces, y cobraba la Asignación Universal por Hijo por mi nene más chico, pero cuando comencé los trámites de la prensión, me sacaron la Asignación”.
Tras la desaparición de su hijo, agradece la ayuda del Ministerio de las Mujeres de la provincia de Buenos Aires, desde donde recibió apoyo económico: “Lo necesitaba porque en este momento no tengo nada. Hace poco que falleció mi esposo”.
Recuerdos de la cotidianeidad y de su hijo: “Tehuel se levantaba y nos sentábamos afuera a tomar mates, conversábamos. Era una persona sin maldad, muy buena. No me decía mamá, me decía vieja. Si necesitaba algo o un mandado, iba a comprar, estaba siempre sonriendo, haciendo chistes, era muy alegre y teníamos una relación muy compañera: siempre me avisaba cuando salía”.
Aquel 11 de marzo también Tehuel salió de su casa en la calle Buenos Aires al 500 de San Vicente; fue visto por última vez entre las 19.30 y las 21 de ese día por las calles Mansilla al 1200 o Frías al 800. Norma no tiene una hipótesis formada de qué pasó, y mientras espera poder reunirse con la fiscal del caso, Karina Guyot, dice sobre la investigación: “Ella a veces me dice que hay cosas que no puede decirme y otras que sí, porque debe reservar algunos datos. Pero yo creo que la causa va más lenta de lo que debería. Los dos detenidos están con preventiva, pero siguen sin declarar. La justicia siempre es lenta”.
En la mesa de la cocina vuelan mosquitas sobre una bolsa de pan y en el secador hay platos, vasos y cubiertos limpios. Vuelve el recuerdo: “Con Tehuel hacíamos rosquitas o bolas de fraile y él salía a vender por el barrio, o los fines de semana iba a la laguna. Ahora estamos haciendo el contrapiso de la pieza, pero yo quiero que vuelva Tehuel”.
Pobreza trans
Activistas trans, travestis, no binaries, marikas, intersex, lesbianas, bisexuales, gays, organizaciones políticas, culturales, sociales, sindicales y educativas se organizaron en “Autoconvocadxs por Tehuel”. Desde que desapareció, las asambleas se realizan de manera virtual y reúnen a más de 200 personas de todo el país que siguen reclamando en las calles y en las redes su inmediata aparición con vida.
Florian, activista trans no binarie de distintas organizaciones, se sumó a Autoconvocadxs “con el objetivo de poder construir transversalmente una voz colectiva que nos permita decir lo que no parece estar instalado en la agenda de la sociedad como debería: hay un pibe trans desaparecido hace dos meses”.
Lo que conecta el grupo autoconvocado es la situación de pobreza en la que vivía Tehuel junto a su familia, agudizada por su condición de varón trans, las dificultades para encontrar trabajo –Michelle, su pareja, contó que cada día “se levantaba con la esperanza de que lo llamen por algún trabajo”- y las facilidades para encontrar peligros. Florian: “Salió de su casa al encuentro de un trabajo precario y todavía lo estamos buscando”.
La activista Marlene Wayar es una de las integrantes de Autoconvocadxs y señala los graves errores en los que incurrió la investigación en esos primeros días: “Se buscó el NN de una persona femenina, luego se corrigió y se buscó un NN masculino”. Explica el impacto: “Esto habilita o cancela hipótesis posibles que en los primeros momentos son muy importantes”. Insiste Marlene: “Tehuel es el primero de nosotres en calidad de desaparecido. Siempre nos enteramos cuando los cuerpos de nuestres compañeres aparecen sin vida. Somos apariciones sin vida de cuerpos asesinados, desmembrados, quemados, violados, torturados, abandonados. Queremos que Tehuel aparezca con vida, queremos que no se baje la intensidad de la búsqueda, y que se dejen de lado las lecturas estereotipadas sobre nuestros cuerpos”.
Coi Bressan es activista y milita en la organización “Transistemas”, que a su vez integra TodesporTehuel: “Estamos en constante movimiento para dar a conocer este caso, que no es un caso aislado”, dice Coi y explica que las masculinidades trans no están en la boca y en el imaginario de mucha gente. “Al principio no solo tuvimos que salir a buscarlo, sino también salimos a defender su identidad y sus pronombres”, recuerda.
“Esto es resultado de una total invisibilización de nuestras identidades”, asegura Coi, que se autopercibe travo –travesti masculino–. “¿Qué buscan cuando buscan una persona trans pero sobre todo una masculinidad trans? ¿Qué cuerpo? ¿Con qué pronombres? ¿Quién lo busca?”, se pregunta el joven de Baradero, provincia de Buenos Aires.
Para les autoconvocades que Tehuel haya desaparecido tras estar desempleado y yendo a buscar un trabajo no es una casualidad sino la causa; por eso siguen impulsando y reclamando el tratamiento de la Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero: “Necesitamos el cumplimiento del Cupo Laboral Travesti-Trans-No binaries. Es urgente que nos acompañen en este pedido para que dejemos de tener miedo de ser el próximo Tehuel”.
Al cumplirse dos meses de la desaparición, el Equipo de Antropología Forense Argentino se incorpora a la investigación. El abogado Alejandro Del Valle suma las últimas novedades: “Se están recolectando muestras en el cinturón ecológico de Benavídez para que el Equipo busque rastros genéticos”. Otras de las novedades tiene que ver con la aparición de una nueva prueba: “Está a la espera de peritaje el celular de Priscila, la ex pareja de Ramos, que fue borrado el mismo día que el de Ramos”. “Tenemos esperanza de que ahí pueda aparecer algún indicio que pueda esclarecer algunas cuestiones, pero por ahora sigue en espera”.
“Les pido que no tengan miedo, que no les va a pasar nada”, dice Norma cruzada de brazos mientras en la cama su hijo menor se tapa hasta el cuello con una frazada oscura a cuadros.
¿Por qué creés que no hablan?
Porque hay códigos o porque tienen miedo a las represalias.
¿Qué le dirías a esa gente?
Que hablen. Que digan dónde está.
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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