Nota
El caso Tejerina: una víctima en prisión
Romina Tejerina tenía 18 años cuando fue violada por Eduardo Vargas, su vecino, un comerciante de 42 años, hermano de un policía . Fue en la madrugada del 1º de agosto de 2002, en la jujeña localidad de San Pedro, cuando la joven salió de su casa para ir a bailar. Romina no denunció el ataque ni contó luego que estaba embarazada. Y en la oscuridad de ese silencio, parió y dio fin al hijo de su violación. Así comenzó el Caso Tejerina, el primero que abrió un debate social sobre los dramáticos alcances de la violencia que sufren las mujeres y los límites de la justicia para juzgarlos: el violador está libre y Romina fue sentenciada a 14 años de prisión. Mañana Romina cumple cinco años de encierro y su causa está a la espera de una decisión de la Corte Suprema. Por eso, este viernes un grupo de mujeres se reunió frente a la Casa de Jujuy para reclamar su liberación. Entre ellas, su abogada Mariana Vargas, quien explicó a lavaca la situación actual de la causa:
“Estamos esperando la decisión de la Corte Suprema. Sabemos que tres jueces ya se han pronunciado (el doctor Zaffaroni, la doctora Argibay y el doctor Petracci) y que ahora el expediente está en manos del doctor Maqueda. Por supuesto, esperamos que se resuelva en forma urgente y favorable. Tenemos esperanza porque creemos que la sociedad en general y el movimiento de mujeres en particular se han pronunciado claramente. Ahora nos queda comprobar si la Corte está en condiciones de sintonizar con la madurez que esos sectores han manifestado”.
-¿En qué consiste la presentación que hicieron ante la Corte?
-Nosotros pedimos la absolución, porque tanto en la investigación de la causa como en la instancia del juicio oral quedó probado que en el momento del hecho Romina sufrió un episodio psicótico y el Código Penal es claro al respecto. Hay pericias que quisieron probar lo contrario, pero no fueron realizadas por especialistas autorizados. Por ejemplo, hay una que suscribe un médico cirujano. Pero también, subsidiariamente planteamos la reducción de años de condena, que también podría dejar inmediatamente en libertad a Romina, dado el tiempo que ya pasó en prisión. El peor escenario es que la actual condena quede firme, y ella pueda salir en libertad condicional en el año 2010. Romina está preparada para lo mejor y para lo peor.
El debate de fondo
El 12 de julio de 2004, la Sala de Apelaciones de la Cámara en lo Penal de Jujuy confirmó las actuaciones del juez Argentino Juárez, por lo que Romina Tejerina quedó procesada por homicidio calificado agravado por el vínculo. El juicio oral confirmó esa calificación y la condenó a 14 años de prisión. Los jueces Antonio Llermanos, Héctor Carillo y Alfredo José Frías consideraron que Romina vivió una «infancia plagada de violencia tanto física como moral», que «se encontraba sola esperando un niño sin padre» y que «no tenía apoyo familiar», dado que la única que sabía de su embarazo era su hermana Erica. El tribunal argumentó de esta manera porqué no dio lugar al pedido de la fiscal, Liliana Fernández de Montiel, de sentenciar a la joven a prisión perpetua.
Pero tal como recuerda hoy la abogada de Romina, el Caso Tejerina no nació en los tribunales. “Desde el primer momento de la detención un centenar de hombres y mujeres se movilizaron para reclamar su libertad. Se organizaron marchas todos los meses y de esa manera se logró que el caso llegue a los medios de comunicación. En una provincia como Jujuy, donde el poder político está tan concentrado y controla todas las instituciones, tuvimos que enfrentarnos a un verdadero ataque contra Romina, pero aún así esto permitió que el tema se debata masivamente.”, resume la abogada.
-¿Cuál cree que fue la consecuencia de ese debate?
– El debate llegó a cada casa y eso ya es importante. Sirvió para que muchas mujeres rompan el silencio, para combatir la culpa que silencia a toda mujer abusada. Abrió un camino para revisar la historia de muchas mujeres que han sido víctimas de abuso. Y también para pensar colectivamente en esto temas. Por ejemplo, en San Pedro no se conocía la existencia de la píldora del día después. ¿Qué hubiera pasado si Romina hubiese tenido esa información? Hoy día, a pesar de la difusión del Caso Tejerina, si una joven violada va al hospital de San Pedro, los médicos se la siguen negando. Nuestra lucha, entonces, es para que el Caso Tejerina no vuelva a ocurrir y para eso es necesario que pensemos colectivamente quiénes son los que verdaderamente provocan que estos casos sucedan.
-¿Tiene esperanzas de una resolución favorable?
-Aunque suene trillado, es cierto que la esperanza es lo último que se pierde, pero no sabemos cuál será la decisión. Sería grave que la Corte no perciba cuánto ha avanzado el movimiento de mujeres en nuestro país y no reconozca cómo impulsó a que toda la sociedad avance en la defensa de sus derechos y en contra de la violencia. Pero no estoy en la cabeza de los jueces y no sabemos qué puede pasar. Por eso nos preparamos para lo mejor y para lo peor.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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