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El quiebre de la Quebrada: Crónica desde el corte en Purmamarca

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En la provincia de Jujuy sigue pasando de todo: detenidos en medio de la seguidilla de represiones que salen a cuenta gotas, denunciando golpes y tormentos en prisión (al cierre de esta edición aún quedaban 16 personas dentro del penal de Alto Comedero); los docentes que ayer por la tarde tuvieron una reunión con el Gobierno provincial y evaluarán en asambleas la nueva propuesta salarial de un piso de 200 mil pesos; y múltiples cortes de ruta en distintos puntos de la provincia en rechazo a la reforma de la Constitución, por los bajos sueldos y en apoyo a la lucha docente. Uno de los cortes más significativos es el de Purmamarca: por la cercanía a la capital; porque allí se dio el martes pasado una cacería por parte de las fuerzas policiales; y porque a partir de la represión, varias comunidades se instalaron en esta trinchera. ¿Hasta cuándo? La pregunta tiene una única respuesta: “Hasta que se vaya el gobernador Gerardo Morales”. Crónica y voces que cuentan lo que pasa y lo que está en juego.

Por Francisco Pandolfi desde Purmamarca. Fotos de Lina Etchesuri

De San Salvador a Purmamarca hay una hora de viaje pero no hay transporte público, como sí había años atrás. Las opciones son micro (más caro) o remis compartido (un poco menos caro). Ya en viaje, el paisaje no tiene precio: los ojos se desbordan de belleza con la inmensa Quebrada de Humahuaca como acompañante. Se ve a simple vista una biodiversidad magnífica, con caballos y vacas e infinitos cactus; un degradé de verdes impresionante, que dibuja la pintura más hermosa. 

Del lado derecho serpentea el Río Grande, que de grande no tiene nada, porque por tramos solo hay un hilito, y cuando se amplía, se agranda por un par de metros, no más. «Ahora por lo menos hay algo de agua: muchos años no hubo ni para el riego», cuenta el remisero, que de repente para; para con previo aviso.

En la entrada de Purmamarca, 54 kilómetros al norte de la capital jujeña de San Salvador, el pueblo definió que el show no debe continuar. Y cortó el acceso, primero de manera total y, desde ayer, abierto cada seis horas. 

Un primer corte con ramas gruesas en el piso que configuran la barricada inicial. La segunda, unos metros más adelante, con maderas, ramas y chapas. Entre medio, dos palos de madera devenidos en estandartes y sostenidos con sendos montículos de piedras: en uno flamea la bandera whipala; en el otro, la bandera argentina. 

En la entrada al pueblo se leen dos inscripciones: “Pedimos la renuncia de Morales, abajo la reforma” y “Esto es Argentina, no China”. Al lado, un pasacalle blanco con letras rojas denuncia: “No a la reforma; sí al agua, no al litio”.

“No hay vuelta atrás”

Desde lavaca viajamos a Purmamarca para hablar con las comunidades originarias que decidieron ponerle punto final a su paciencia, debido a dos motivos principales: “Haber venido a matarnos el martes pasado y haber promulgado la reforma constitucional sin ningún tipo de consultas y a espaldas del pueblo”.

Bien pegadito al típico cartel turístico que en este caso dice Purmamarca, una bandera con letras verdes pintada prolijamente, reza: “Nación Kolla”. Al lado, un vecino de Maimará pide anonimato mientras masca coca. Tiene 26 años, dice que no tiene miedo, pero que prefiere no revelar la identidad porque “Morales está dispuesto a cualquier cosa”. Y refleja otro matiz de su bronca: “Además de la deshumanización que demostró al venir a cazarnos, nos trató de ignorantes. Por eso, ya no hay vuelta atrás. Hay focos de resistencia en todos lados, que renuncie ya”.

Nicolasa es de Tilcara Sumaj Pacha, tiene 31 años, 5 hijos, entre los cuales está su bebé de 5 meses, a quien acuna mientras habla: “Nunca pensé exponer a mis hijos de esta manera; estoy muy triste, jamás había pasado algo como lo del otro día. Fue horrible, agarraban a cualquiera, no importaba si era una mujer, un niño, les daba lo mismo. Morales es un traidor, una mala persona que está vendiendo a la Argentina con sus negociados, con la explotación del litio que nos quita el agua, que nos quita la vida”.

Hasta las 5 de la tarde, el sol calienta como si fuera pleno verano. Quien no tiene gorro, tiene sombrero, o un pañuelo o una remera que cubren las cabezas. Promediando la tarde, irrumpe el viento, de repente. Con calor, con frío, el pueblo resiste igual. “Nos tiraron a matar, porque buscaron callarnos; y lograron todo lo contrario. Acá estamos firmes y de acá no nos movemos”, dice Nora, que si no se supiera el contexto, pareciera que festeja otro campeonato mundial: está pegada a la ruta 9 con una vuvuzela celeste y blanca que sopla sin parar. Al costado está Mariana, 48 años, de Maimará. No tardan demasiado en empañársele los ojos: “Este gobierno basura quiere quitarnos los territorios; eso quedó claro en los puntos de la reforma que quiso modificar para tener la potestad sobre nuestras tierras. Morales es un dictador”. El llanto la hace parar. Se seca las lágrimas y avanza: “Por eso llevamos adelante el Tercer Malón de la Paz y, como siguieron sin escucharnos, recién ahí tomamos la ruta; nos mandaron a reprimir, no nos dejamos vencer y nos volvieron a reprimir. El martes estábamos pacíficamente cantando; había mujeres y abuelas entonando coplas y empezaron su guerra. Vinieron a matarnos”, cuenta, mientras se señala la nalga y la pierna, donde recibió balazos de goma. Y muestra la frente, moretoneada, blanco de gases lacrimógenos.

Un día después de la descarnada balacera, el miércoles 21 de junio se celebró el nuevo año andino (año 5531) y se realizó la ceremonia del Inti Raymi, la fiesta del sol. “Pese a la tristeza que quedará marcada por haber iniciado un nuevo año de esta manera violenta, el Tata Inti, nuestro sol, nos dio energías para seguir”, enseña Mariana. Otra compañera algo más joven, la complementa: “Estamos protegidos por guías sagradas y espirituales; por nuestros ancestros; por una fuerza superior que nos da fortaleza”, siente Semilla.

Durante el día, en varios momentos la tensión se apodera de la atmósfera, sobre todo cuando hay sospechas de infiltraciones por parte de la Policía, de la gobernación, de los servicios de inteligencia. No sería la primera ni la última vez. “Hay muchos infiltrados que vienen y nos sacan fotos; quieren provocarnos miedo. A muchos nos han amenazado de muerte”, dice Semilla, apodo que busca cuidar su identidad. Tiene argumentos pasados y también recientes: “Hace pocos días notamos que una persona era infiltrada. Un compañero logró sacarle el bolso y adentro tenía armas reglamentarias. No le tenemos miedo a Morales, pero sí a la gente que manda Morales, quien conduce un aparato violento y turbio, que de un segundo a otro puede montar lo que desee”. Se indigna: “El martes nos tiraron con gases vencidos para hacernos más daño aún; nos tiraron balazos a los ojos como en Chile; nos quieren hacer mierda, no les importa nada”. La indignación le da paso a la angustia: “Realmente parece una dictadura, con gente marcada, con listas negras, con camionetas que levantan gente sin patente, con personas que tenemos que estar hablando con otras identidades o sin mostrar la cara”.

El apoyo minero

Así como hubo situaciones tensas, también las hubo de emoción, de aliento, de contención. Antes del mediodía, llegaron una veintena de obreros de la empresa de cal Tilianes, lindante a Purmamarca, para solidarizarse con el reclamo: “Nosotros también tenemos los salarios bajos, mientras que la empresa no deja de producir nunca. Trabajamos 8 horas por día, 6 días a la semana y cobramos entre 130 mil y 160 mil pesos”, manifiesta Julio Zambrano. Su compañero y delegado Teófilo Suárez, 45 años, del pueblo kolla, completa: “No llegamos a fin de mes. El día 18, o 20 como tarde, estamos pidiendo un adelanto o un préstamo a la propia compañía, que nunca terminamos de pagar, endeudándonos con créditos cada vez mayores”. Por la tarde, arribó un grupo masivo de trabajadores de la mina El Aguilar, la más antigua del país según Daniel López, uno de los delegados: “Venimos a solidarizarnos con nuestros pueblos originarios, y también a denunciar las condiciones en las que trabajamos”. Enumera tres puntos: “Incumplimiento en el convenio colectivo, bajos salarios e inseguridad laboral”. ¿El empleador? “Hasta la pandemia era Glencore, una multinacional suiza canadiense; desde enero de 2022 la compró el Grupo Integra, del empresario José Luis Manzano”.

Existen motivos concretos que las comunidades plantean para revocar la reforma constitucional. “Se trató de un acuerdo entre Morales y el PJ traidor cuyos constitucionales estuvieron a favor de la reforma. En sólo 36 días crearon una nueva constitución, sin consulta previa, lo cual es inconstitucional. Ese tirano tiene que caer e ir preso, por perverso, por mala gente”, argumenta Semilla. Suma Aurora, de 41 años, de La Puna jujeña: “La reforma saca derechos a todo el pueblo, no sólo a los originarios. Violó leyes nacionales al sacarla a las apuradas; no informó sobre los cambios, no hizo reuniones, no intentó acordar con su gente; es inaceptable”.

Otro de los ítem que integra el reclamo masivo refiere a los bajos salarios. Explica Lucía, 48 años, que cocina y limpia en una escuela, además de tener un negocio de venta de comidas: “El gobierno paga muy poco a los estatales, no llegamos a la canasta básica. Esta situación nos afecta a casi todo el pueblo, y por eso me sumé, pero jamás pensé que pudiera pasar algo así”. Mientras sirve arroz desde una olla enorme que alimenta a las centenares de personas que sostienen el corte, continúa -a la par de no poder contener el llanto: “Sentí mucho miedo y sólo pensé en mis hijos, ¿qué iban a hacer si me pasaba algo? ¿Por qué pasar por esto si no estábamos haciendo nada? ¿Por qué este gobierno maldito?”. Jacinto tiene 83 años y vive en Yavi. Dice que no sabe leer, pero que eso no le imposibilitó ser campesino, ni trabajar la tierra, ni sembrar papas, maíz, zanahorias, entre muchos otros cultivos. Tiene 7 hijos, 14 nietos y 5 bisnietos. Y todavía tiene ganas de luchar: “Sacar a Morales es la única solución, pero no que venga alguien similar, porque sino se sigue perdiendo la confianza en quienes gobiernan. Es lógico que suceda eso: hoy Morales nos quiere quitar la tierra, como otros quisieron hacer lo mismo años atrás”.

Termina otro día más de lucha; de trinchera; de corte de ruta. Pero antes Aurora dice que necesita erradicar prejuicios, tergiversaciones y mentiras que se fueron sembrando en los últimos días. Y en los últimos años. Y en las últimas décadas. “Desde el gobierno y desde sus medios de comunicación comprados nos dicen que estamos por un plan, cuando no es así; estamos acá por la vida, por el agua, porque sin ella no habrá plantas, ni habrá animales y todo será desierto y deriva para las próximas generaciones”. Sigue: “Nos tratan de violentos y es mentira; violento fue el Estado”. Sigue: “Nos dicen terroristas, cuando ese mote le va al gobernador, que está loco, que es un asesino que dio la orden de eliminarnos”. Sigue: “Nos tildan de kirchneristas y no es así. No militamos en el kirchnerismo, militamos por la vida. Lo que pasa es que quieren meter acá más y más empresas chinas que exploten el litio, y no los vamos a dejar”.

El final no es en frase modo bronca; ni es una denuncia certera. Porque Aurora, a toda esa impotencia acumulada, la canaliza y la vuelve canción. Y entonces ya no tiene los ceños fruncidos ni el rostro rígido. Aurora, como el significado de su nombre, sueña un nuevo amanecer, y ese no será, si no es luchando, si no es cantando: “En La Puna somos callados, pero cuando nos joden, nos levantamos; prefiero libres o muertos, pero jamás esclavos”.

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

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Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
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