CABA
Entrevista a Michael Hardt
Michael Hardt considera que vivimos el fin del imperialismo, y que lo que hace peligrar al modo actual de poder no es el antiimperialismo, sino la autogestión. Hardt estuvo en la Argentina, visitó la Biblioteca Nacional y la Cátedra Autónoma de Comunicación Social, y se dio tiempo para conversar con lavaca: Bush, Chávez, el Katrina, los chinos y un pronóstico de guerra futura, según el autor de Imperio.
Hardt es fue coautor, con el italiano Toni Negri, de Imperio y Multitud, dos libros de referencia en lo que podría llamarse una nueva forma de pensar la izquierda, de un modo que cuestiona prácticas, teorías y burocracias, cosa que a les ha valido críticas, vituperios y no demasiados nuevos amigos en esos ámbitos, y la expectativa entre quienes postulan formas menos encasilladas de ver la política. Simplificando mucho la cuestión, puede decirse que Negri y Hardt aseguran que cayó el imperialismo al viejo estilo (naciones controlando naciones, gobiernos imperialistas subordinando a otros) y que se está en otra etapa, la del imperio, donde el poder ya no está en una nación o un Estado, sino en una red (económica, financiera, de grupos trasnacionales) de control que ya no es territorial, y que incluso controla a los Estados, constituyendo un nuevo tipo de poder mundial.
Hardt tuvo una carrera universitaria que lo hizo saltar de una licenciatura en Ingeniería, a un doctorado en Literatura Comparada y luego otro en Ciencias Políticas.
-¿Da Vinci?
-(Riéndose) No, la mía más que una formación, ha sido una malformación.
Ingeniería, literatura y ciencias políticas: la construcción, la creación y la aplicación práctica de la imaginación tal vez sean un modo -uno de tantos- de pensar la política en estos tiempos.
-Hace casi un año usted decía, en una entrevista con lavaca, que estaba triste. Bush había ganado las elecciones. ¿Cómo anda ahora el ánimo?
-Estoy mucho mejor. Esa era una situación triste en los Estados Unidos, y difícil para los movimientos sociales. Pero ahora las cosas están mucho mejor. Y quizás en otros países también. En la Argentina no sé, es una pregunta para vos.
-Hoy salió en el diario que el país está en el pico histórico de venta de antidepresivos. Pero la entrevista es a usted. ¿Por qué está mejor la situación en su país?
-La guerra sale mal. El gobierno de Bush es terrible, pero a la vez se siente más débil y su gobierno objetivamente lo está. Entonces, la gente ve mejor que esta era la realidad. Por el momento no hay respuesta de los demócratas ni de nadie. Pero el otro dato es que los movimientos sociales están creciendo. No es un momento de gran actividad. Pero hay situaciones, como la del huracán Katrina en New Orleans, que hace crecer la conciencia de los norteamericanos sobre la necesidad de una autonomía local, y hace comprender mejor cuáles son las estrategias del capital. El huracán muestra la situación de pobreza, de injusticia y división social, mientras los recursos van a parar a la guerra. Creo que eso fue importante. Quizás estoy delirando, pero me parece que es un momento de crecimiento para los movimientos. No existen todavía grandes movilizaciones, pero cambió el ambiente nacional. Y cambió de un modo positivo.
-Pero ¿qué es lo positivo?
-El fracaso militar, económico, político de Bush en Irak, sumado al fracaso interno, creo que muestran que el imperialismo es obsoleto. El fracaso de la guerra es una demostración de la incapacidad imperialista del gobierno de Bush. Él y sus ideólogos tienen verdaderamente una mentalidad imperialista, pero el fracaso de la guerra, el fracaso del ALCA, de la situación interna en los Estados Unidos, muestran que hoy hay que confrontar con una nueva forma de poder. Y para esa confrontación, hay estrategias de resistencia diversa. Por ejemplo no sería tan importante el antiimperialismo de Chávez, sino las prácticas de autonomía en los barrios de Caracas, que son formas más adecuadas de respuesta a las nuevas formas de poder.
-Pero el imperialismo parece ser un poder muy entusiasta.
-No, hoy está fracasando el imperialismo clásico, de una nación que intenta dominar a otras. Es cierto que si el poder mundial fuera verdaderamente un imperialismo yanqui, sería justa y adecuada una respuesta tradicionalmente antiimperialista, a lo Chávez. Pero lo que se observa es que hay otras prácticas que representan una nueva forma de poder y generan también una práctica y una resistencia no tan nacionalista, pero sí de interdependencia local, regional y quizás global. Es por eso que me interesa ese tema.
Me parece importante que se entienda esto entre los intelectuales de izquierda. No sé cómo es la situación en la Argentina, pero en los Estados Unidos es un problema que gran parte de los intelectuales de izquierda, después del 11 de septiembre de 2001, reciclaron el viejo discurso antiimperialista. Y creo que no hay perspectiva para eso. Tenemos que enfatizar otras prácticas que para mí son más importantes, las prácticas de autonomía. Y en América Latina sobre todo, sería útil para los norteamericanos seguir las prácticas de los Sin Tierra de Brasil, los movimientos bolivianos y todos los movimientos que están experimentando con una nueva forma de autonomía, que creo que no es simplemente la vieja reacción antiimperialista.
-Y esas nuevas formas de autonomía ¿Qué son? ¿Qué significan?
-Tenemos muchos ejemplos. Para alguien que está fuera de la Argentina, toda la experiencia de los MTD (Movimientos de Trabajadores Desocupados) fue muy importante. Las asambleas también. Ya mencioné a los Sin Tierra, los zapatistas en México. Lo que todos están haciendo no es pedir al Estado una mediación, sino la creación autónoma de una sociedad que tiene relaciones, claro, con el Estado, pero no queriendo que el Estado los represente. Son experimentos con respecto a la autogestión de los recursos naturales y también humanos y de la sociedad. Es por eso que hablo de autonomía, que me parece un concepto adecuado para esto.
Hay algo que me parece muy interesante. Viajo por distintos lugares, y todos me hablan de autonomía. En Chile, Bolivia, Sudáfrica, México. Yo siempre pregunto: ¿de dónde salió esta palabra, de los zapatistas, de los italianos? No, no, me contestan, eso sale de nuestra propia experiencia. Me llama mucho la atención: hay como vidas paralelas y muchas personas de diferentes lugares que afrontan más o menos la misma situación.
-Y sin conocerse llegan al mismo tiempo a conclusiones similares. Pero esos movimientos, ¿pueden luchar contra el imperialismo? Ni siquiera hablan de eso.
-La autonomía es una arma más fuerte que el antiimperialismo. Si el poder mundial fuera el imperialismo yanqui, sería necesario luchar en el sentido de la soberanía nacional como freno al imperialismo yanqui. Pero no es el imperialismo yanqui. Me parece que tenemos una sobre estimación del poder norteamericano. Entonces hay que afrontar otros enemigos que no son solamente los yanquis. Son los «kirchners» argentinos que colaboran con una red de poderes económicos. Esa red constituye el poder actual. No es un país. Creo que la sobre estimación del poder norteamericano implica una subestimación de otros poderes de dominación que existen hoy.
Entonces, si todos los movimientos realizan una práctica antiimperialista, nos ponemos todos contra Bush, y está muy bien: No al ALCA, no a la guerra. Está muy bien. Pero mi perspectiva es que hay que afrontar también otras redes de enemigos con prácticas que no son unitarias a nivel nacional. A mí me parece que en América Latina también, las grandes experiencias antiimperialistas fueron de unidad nacional. El sandinismo en Nicaragua, Cuba, muchas luchas en la Argentina. Pero como creo que todo ha cambiado, me parece que no solamente no es necesaria ahora una estrategia de unidad nacional antiimperialista, sino que es muy problemática.
Por eso estoy hablando sobre esta diferencia entre una lucha antiimperialista que implica una unidad nacional y otras prácticas que para mí son más concretas, con una red de interdependencia de luchas autónomas que me parecen otra estrategia para un enemigo nuevo y un mundo nuevo.
-Si la idea de unidad nacional ya no se corresponde con este tiempo, ¿cómo es la resistencia frente a estas nuevas formas de poder?
-Cuando se habla de autonomía hay que hablar de asociación, de intercambio e interdependencia, porque si fueran solamente grupos locales autónomos, que no se comunican, sería un desastre. Pero creo que es una práctica que para una nueva generación es evidente: la práctica implica dos cosas, una autonomía de cada grupo, que a su vez tiene una comunicación e interdependencia con muchos otros grupos, pero también relaciones con grupos de otros países. No hablo solo de relaciones materiales sino de intercambio de ideas, y demás, esto implica una mentalidad mucho más abierta que la mentalidad del orgullo de la identidad nacional.
En un sentido quizás es más local, porque hablamos con nuestros compañeros en nuestra localidad, pero al mismo tiempo es una mentalidad capaz de entender toda la red de resistencias que se están llevando a cabo en todo le mundo. Es algo muy complejo, pero es una estrategia entender las conexiones posibles de las luchas que se están haciendo sobre recursos como el agua en Bolivia o Sudáfrica, o en China los campesinos. Significa que es un gran desafío y un gran trabajo para todos entender dos cosas.
Una es que vivimos una nueva forma de poder, que ya no es solamente el poder del imperialismo yanqui, y la segunda es comprender las nuevas posibilidades de intercambio y relaciones que nos refuerzan y que vienen de otras resistencias y luchas que son hermanas.
-Una sensación que puede es que estas resistencias autónomas son defensivas, y que al final no cambia nada porque los que gobiernan se quedan en sus cargos, y hacen lo que quieren.
-Estas prácticas que estamos experimentando, llamémoslas autónomas, como el zapatismo, es cierto que en primer lugar son defensivas. Los zapatistas, por ejemplo, desarrollan una lucha defensiva contra el racismo del estado mexicano, contra las fuerzas armadas, y demás. Pero en 2º lugar y quizás más importante, estas prácticas muestran el desarrollo no solo de una nueva sensibilidad, sino también de nuevas relaciones sociales.
-Relaciones entre las personas.
-Claro. Es una tarea muy difícil, pero en esa lucha defensiva también debe haber una creatividad y una experimentación con respecto a crear relaciones sociales diferentes. Y yo creo que todos los militantes y activistas hoy saben de manera instintiva, que la alegría y luchar no es solo una cuestión de odio por el enemigo, por la policía, por las fuerzas armadas, por el Estado, por los Estados Unidos, sino que también son prácticas de amor, afecto, amistad, con otros compañeros. Hablando así quizás parece sentimental, pero en esas cuestiones se encuentran los elementos de creación de una nueva sociedad. Muy pequeña siempre, pero creo que ese es un pilar para un eventual cambio de la sociedad.
-¿Y este tipo de cambio implica una transformación social?
-No es algo que cambie de un día para el otro. Pero tampoco es que estamos esperando que venga el Mesías a salvarnos. Estamos todos los días luchando con alegría, y no sufriendo hasta que llegue la victoria.
-La victoria de una supuesta revolución que solucione todo en el futuro. Eso es lo que plantea la izquierda de modo clásico, para lo cual postula la toma del poder, y a partir de ahí generar los cambios sociales. Pero usted está en línea con quienes creen que hay que abandonar la lucha por el poder.
-Abandonar esa lucha, pero solo en un sentido: no queremos el poder como es. Yo creo que queremos la potencia de hacer cosas, la potencia de pensar de manera más fuerte, y de luchar de modo cada vez más fuerte. Queremos la potencia, claramente. De alguna manera no me gusta este eslogan de que no queremos el poder. Estoy de acuerdo en el sentido de que no queremos el Estado como es. No quiero tener posiciones de ese tipo. Pero nosotros queremos el poder en el sentido de cambiar la gestión de la sociedad. Queremos la posibilidad de autogestión social. Quizás es otro sentido del poder, más relacionado con la potencia.
-Poder como verbo y no como sustantivo.
-Sí, no queremos ser pasivos frente a lo que ocurre en la sociedad, sino activos.
-Usted mencionaba el caso de Venezuela. Hay muchas expectativas con respecto a Chávez, que es un antiimperialista más clásico: habla mal de Bush y dice que es un asesino genocida mentiroso…
-Que lo es…
-Pero a la vez usted dice que es más interesante lo que ocurre en los barrios: la autogestión, en lugar del antiimperialismo de Chávez.
-No soy especialista, pero tal vez hasta Chávez esté de acuerdo con este punto de vista que planteo: que lo realmente importante no es lo que él hace como líder, sino lo que está experimentando autónomamente la gente en los barrios. El gobierno les da espacio a esos desarrollos. Y en ese sentido Chávez es el parámetro, el patrón de medida para hablar de los gobiernos más o menos progresistas en América Latina hoy.
Porque la clave es si conceden o no un espacio a un desarrollo social autónomo. Entonces, en Venezuela, creo que hay un desarrollo social muy complejo que todavía no se entiende muy bien, pero es cierto que hay muchas posibilidades para organizaciones sociales que están desarrollándose en el espacio que les da el bolivarismo.
Creo que una clave es que no hay que confiarnos en cualquier representación, sea Chávez, Kirchner o Lula. No, la cuestión no es la transferencia de nuestra potencia a un líder, sino aprovechar y beneficiarse del espacio que un gobierno no fascista nos da. Los líderes norteamericanos tal vez no lo entienden, pero creo que para sus intereses, el gran peligro en Venezuela no es Chávez sino los barrios autogestionados. Porque Chávez es algo que se conoce, un enemigo de los norteamericanos como Fidel, o los sandinistas, pero es una vieja imagen: son muy capaces de poder controlarlo.
-Comercian con él.
-Es un baile conocido. Pero creo que lo desconocido, el desarrollo autónomo de una sociedad en su base, es mucho más peligroso para los Estados Unidos.
-¿Por qué puede ser peligroso para el poder del imperio ese desarrollo?
-Tal vez pueda explicarlo con una metáfora. Chávez es como un pugilista, con el que uno puede pelear, pegarse, recibir algún golpe. El desarrollo autónomo es más como un virus que pasa a través de todas las otras sociedades, incontrolable, no identificable. En la época de la globalización los grandes enemigos del poder son los virus que pasan a través de las fronteras.
Ese es el verdadero peligro porque es incontrolable, y porque implica la creación de una nueva sociedad. Por eso es el verdadero peligro, por la posibilidad de crear una nueva sociedad. Esa es la perspectiva de los movimientos actuales: crear una sociedad global que sea democrática. Y ese es el gran peligro para los que tienen el poder.
-Que sea democrática y no representativa. La representación está matando a la democracia. ¿Qué nuevos modos de pensar considera que se necesitan para entender la sociedad de este modo?
-El gran cambio de idea es que me parece evidente que no hay nadie que te vaya a salvar, a representar. Entonces tenemos la responsabilidad y también la potencia de hacerlo nosotros. De ser consciente, claro, de que yo solo no tengo ninguna potencia, y tú solo tampoco. Es evidente que esa potencia existe relacionándonos. Tampoco dándome completamente a los otros, sino trabajando juntos con cierta autonomía, y diferentes perspectivas de criterios.
Hay que ver que la sociedad que tenemos es algo que hemos construido en situaciones difíciles, afrontando dictaduras, etcétera. Pero hemos sido nosotros y los compañeros que tenían la potencia de hacerlo. La sociedad es algo producido. Nuestra naturaleza es algo producido por luchas anteriores. En esa perspectiva podemos ver que tenemos claramente la potencia de hacer una nueva sociedad. No es que el capital ha creado todo el mundo, o las dictaduras, o el capitalismo. No, hemos sido nosotros. Entonces tenemos ese potencial, y hay que realizarlo de otra manera, de manera democrática. Pero la potencia la tenemos. Es difícil verlo hoy porque creo que experimentamos un momento histórico muy difícil, un momento histórico en el cual parece que somos todos impotentes. Pero es un primer paso adelante reconocer en esta situación de impotencia nuestra potencia y la de nuestros antepasados.
Cuando podemos ver que nosotros mismos somos productos de luchas anteriores, hay que trabajar también el modo de producción de la subjetividad. Es la producción de nosotros mismos. Es una perspectiva vertiginosa, pero me parece bastante importante, y no hablo en el sentido de la ideología casi reaccionaria del 68, que decía que la revolución es un trabajo sobre uno mismo. El cambio es una ampliación de la potencia de las personas, como algo colectivo. No hablo de ser más tranquilo, mejor persona, en un sentido individual. Todas las luchas anticapitalistas contra el poder, son luchas por el control de la producción de subjetividad. El trabajo es una gran fábrica de subjetividad. Entonces no es que trabajamos solamente como psicoanalistas, o algo así, es una lucha para cambiar la sociedad capitalista.
(La charla con lavaca continuó y se amplió en la Cátedra Autónoma de Comunicación Social, donde Hardt, ante los integrantes del grupo de estudios, planteó sus ideas, y contestó a nuevas preguntas)
-¿Y eso es posible? Porque muchas de estas experiencias no son registradas por la sociedad.
-Existe un desarrollo clandestino, que no se ve, pero es un desafío intelectual tener una óptica distinta para reconocer las cosas que son invisibles. Cuando son invisibles no quiere decir que no están, que no producen.
Otra respuesta sería que con la óptica vieja, solamente las representaciones, como Chávez, como Fidel, y no vemos el verdadero impulso multitudinario del pueblo. Cuando hoy tenemos esos movimientos que rechazan la representación, hay que tener otra óptica para reconocerlos. El zapatismo es un discurso bastante complejo, los MTD, pero cuando rechazan la representación hay que tener otra perspectiva para entender lo que están haciendo.
Entonces para mí es importante la autonomía de los movimientos, y me parece interesante discutir entre nosotros sobre el desafío de luchar contra un gobierno de izquierda.
-Kirchner emite algunos discursos de izquierda, aunque muchos no consideran que esa posición sea siquiera verosímil.
-Hay un filósofo francés, Gilles Deleuze, que ha sido muy importante para mí. Él decía que no hay gobiernos de izquierda. No es que hoy no hay, y otra vez sí. Plantea que no quiere decir nada que un gobierno sea de izquierda: puede ser a lo sumo un gobierno que le da espacio a las experiencias de lo que estamos llamando de izquierda. Y creo que hay algo que hacer con la representación.
Si la izquierda quiere la representación en el Estado, es un desastre. Pero lo que quiero decir es que Kirchner no es Bush. Por lo tanto lo primario es que los movimientos tengan autonomía respecto del Estado, pero importa quiénes nos gobiernan. Y sobre todo importa entender qué es lo que hacen, si permiten o no ese espacio para los movimientos que buscan autogestionarse.
-Se puede hablar realmente del fin del imperialismo, o es una reformulación?
-Quizás sea una diferencia semiológica, pero para mí es importante señalar una ruptura. Porque creo estamos ante una nueva forma diferente, que no es solamente nacional. Claramente los Estados Nación son dominantes, pero vivimos un nuevo imperialismo en el cual no se trata solamente de que los yanquis controlen todo. Lo que me importa más es cómo podemos hacer y accionar nosotros.
-Cómo ve el posicionamiento de China con su política interna y externa, en el mundo actual?
-Para mí es muy difícil entender. Estuve el año pasado. Fue muy interesante. Yo me estaba interesando mucho por la situación y la perspectiva de los campesinos en China, y en todo el mundo. Quise colaborar para crear una relación entre los Sin Tierra brasileños y los chinos, pero fue muy difícil. Allí puede haber un gran aliado de los movimientos populares de todo el mundo. Yo creo que es importante la conexión entre los líderes de países subordinados en el mundo, como India, China, Brasil. Creo que el rol de estos países más los de América Latina y tantos otros, es convertir el sistema global. No digo hacer algo perfecto, pero sí algo mejor.
En este punto, hay que conocer también la teoría militar norteamericana. Fui invitado al Colegio Militar porque había un congreso para discutir sobre el imperio. Yo les pregunté por qué esa estrategia de ataque actual, sin muchos soldados, con mucha tecnología. Me parece, y se los dije, que ese nuevo modelo es un fracaso completo. Hay muchos militares contrarios a esta estrategia de pocos soldados y muchos tecnología.
-¿Y qué le contestaron?
-Que lo importante no es Irak, sino que dentro de 20 o 25 años deberíamos ser capaces de enfrentar a China. Ese es el horizonte final, porque allí no hay posibilidad de tener bastantes soldados para atacarla. Hay que tener otra cosa. Eso me dijeron. Es horrible, es un film de terror, pero es la mentalidad con que me explicaron las cosas.
-Volviendo a Venezuela, hay quienes consideran que se está asistiendo a una doble revolución: una por arriba, con Chávez a la cabeza, y otra en los barrios bajos.
-Es muy interesante. Estoy muy curioso por lo que pasa en Venezuela. Yo tenía una impresión , no me gustaba el estilo de Chávez, autoritario, militar. Pero poco a poco estoy aprendiendo y me parece muy productivo todo lo que está pasando allí.
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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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