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Hoy es #FueraBarrick: Por qué marcha Jáchal

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(lavaca.org en Jáchal, San Juan) Pasado, presente y futuro de un pueblo que hace un año gritó “Fuera Barrick” y hoy pide que no se instalen nuevos proyectos mineros en la zona. Lecciones sobre democracia, participación ciudadana y extractivismo, a un año del derrame de millones de litros y una consulta popular que pudo haber cambiado la historia. El WiFi que espía y otras maravillas del pueblo que ahora mismo está marchando para exigir que lo escuchen.

Hoy es #FueraBarrick: Por qué marcha Jáchal

Saúl Ceballos, miembro de la asamblea Jáchal No se Toca


A las 12 de la noche en punto, el silencio de Jáchal explotó: los fuegos artificiales y las bombas de estruendo anunciaron la llegada del martes 13.
Hace 1 año, Miriam no se imaginaba conduciendo un Chancho Móvil para sortear un lechón y así recaudar fondos para el festival de hoy. Tampoco Don Carlos Ibarbe hubiera imaginado, jubilado a sus 70 años, hacer líos en juzgados y municipalidades. Saúl Ceballos, que se candidateaba entonces para diputado, terminó ejerciendo la política, pero junto a sus vecinos. Y Jorge Morales, al contrario, pasó de ser un periodista de radio a concejal para meter la asamblea adentro del Concejo Deliberante.
Muchas cosas pasaron y muchas vidas cambiaron desde el 13 de septiembre del 2015, cuando todos estos nombres y el resto de los 20 mil que viven en Jáchal recibieron el mismo mensaje de Whatsapp: se derramó cianuro sobre nuestro río.
Desde entonces, quienes se conocían de la asamblea del 2004 -previa a la instalación de la mina, anunciando sus desastres- se reagruparon y nuevos vecinos preocupados se sumaron para formar la Asamblea Jáchal No se Toca. Con el correr de los días fueron cada vez más: las mentiras de la empresa, que empezó diciendo que eran 15 mil litros y terminó aceptando 1 millón, avaladas por la justicia y el gobernador, demostraron al pueblo que estaba solo en la búsqueda de verdad y justicia.
Allá va.
Qué pasó ayer
La Asamblea Jáchal No Se Toca tuvo su bautismo de fuego dos días después del derrame, cuando una movilización de más de 5 mil personas – en un pueblo de 20 mil- inundó las calles bajo una consigna contundente: Fuera Barrick. Con el correr de los días la convocatoria fue menguando y las consignas, diluyéndose entre juzgados y despachos políticos. “Todavía no tenemos un informe firmado por el ministro de Minería de San Juan en el que diga cuál es la versión oficial de lo que pasó a un año del derrame”, plantea a lavaca Saúl Ceballos. Con la carpa de fondo que la Asamblea instaló frente a la Municipalidad, enumera lo que no se sabe aún:
“Cuánta fue la solución derramada en el Río Potrerillos; de qué compuestos químicos estaba hecha esa solución; no tenemos bien el detalle de qué se rompió… Nosotros no creemos que haya sido la válvula: eso se ha manipulado para que haya una sentencia que sea la letra definitiva como la única verdad, pero no es así. Todo nos comprueba que hay un ocultamiento sistemático del Estado”.
Jorge Morales no espera más: “No sabemos cómo murió John Kennedy, ¿te van a decir qué pasó en Veladero? Olvídate, no lo vamos a saber. Puede haber sido un accidente, pudo haber sido premeditado: no lo vamos a saber”.
Saúl insiste: “Nosotros necesitamos que haya una voz oficial que nos diga la verdad. Mientras no esté eso, nosotros no vamos a confiar en ningún control que sea administrativo o judicial”.
Para Saúl, el mensaje de la Asamblea se consolidó en función de que no existe información estatal. “La idiosincrasia del pueblo es de no meterse mucho, pero cuando hacemos algún evento, como ayer el Chancho Móvil, la gente sale a colaborar. Ahí nosotros vemos la adhesión”, dice, y remata e invierte la carga de prueba: “Por eso mismo nos negaron la consulta popular”.
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Jorge Morales, periodista y concejal


La inconsulta
Jorge Morales inventó el portal Info Jáchal y condujo durante años un programa en Radio Nacional. Periodista de raza, se lo ve andando de acá para allá, siempre con un auricular en el oído, atento al minuto a minuto. “Sigo escribiendo, pero ya no me da el tiempo para hacer el programa de radio”, relata en la plaza antes de irse a llevar a las nenas al colegio. No le da el tiempo porque, a fines del año pasado, decidió postularse a concejal y hoy es uno de los seis que puede motorizar iniciativas como la que tiene en la mano: “Se declara el 12 de septiembre como el día de la Defensa de las Cuencas”. La declaración que se aprobó en abril, pero que aún no había llegado a los colegios ni a los actos institucionales, tardanzas que no son casuales en Jáchal.
Pero la iniciativa de Morales que estuvo a punto de cambiar la historia del pueblo fue la consulta popular que motorizó a mediados de este año, para que el pueblo de Jáchal pueda votar si quiere o no más proyectos mineros en las cuencas de los ríos. Explica por qué una consulta popular: “El discurso de Gioja es: San Juan me vota a mí, entonces vota la minería. Entonces, vamos a ver si eso es cierto, preguntémosle a la gente. Porque hay mucha gente que vota a Gioja, pero no quiere la minería. Es una locura, pero es así”.
El relato de Morales es imperdible porque demuestra a escala pueblo cómo funciona la llamada democracia: “El acuerdo lo teníamos cerrado, y los apretaron mal a los concejales”, empieza, y hay que decir que su propio partido lo llamó a él para que bajara la consulta: Morales los mandó a su casa, y renunció. “Así que soy un concejal sin partido”, dice con la carpa de fondo, su verdadero respaldo.
Cuenta el trasfondo de los aprietes: “El gobierno hizo una encuesta y la perdió 80/20. Entonces, si mandaban la consulta y la perdían, se metían 11 años de discurso pro minero en el traste”.
La consulta necesitaba de 4 votos para ser aprobada. Había 3 asegurados, y los otros tres, que responden al ex gobernador Gioja, al principio dijeron públicamente que acompañarían la propuesta. “Es más, vinieron a la carpa y se comprometieron”, relata Morales. El entusiasmo duró apenas unos días. “Cuando se enteró Sergio Uñac (el actual gobernador) dice: ´¿ah , sí?´ ¿Ustedes me van a hacer pagar el compromiso político a mí? No, páguenlo ustedes. Ha faltado nomás que llamen a Jáchal Maradona y el Papa para presionar”, dice Morales. “Tuvieron que empezar a desmentirse: bueno… que vamos a estudiarlo… empezaron a decir si era constitucional… Y cuando tuvieron que votar se abstuvieron y nos dejaron sin la mayoría. Bajaron la consulta políticamente porque sabían que la perdían”.
Los nombres y las caras de los tres concejales cambiantes hoy están pegados en la carpa blanca frente a la Municipalidad, bajo el título “Cobardes”.
¿Cómo quedó parada la Asamblea? “Bien. Porque si vos sabés que vas a perder un partido, no lo jugás. Y estos tipos no lo quisieron jugar. De todos modos hubiesen sido más contundentes las urnas. El punto principal es que Veladero se va a ir cuando quiera; pero vienen otros atrás. Uñac anda ofreciendo la cordillera en todo el punto: eso es lo grave”.
Saúl Ceballos reflexiona sobre la consulta truncada: “Uno se va encontrando con los mecanismos de poder político, económico, hasta del poder religioso. ¿Para qué? Para que nos decepcionemos. Después de la consulta popular las radios nos preguntaron “bueno, ¿ahora van a levantar la carpa”? No, ahora vamos a seguir más firmes que nunca”.
Qué democracia
Jáchal y los pueblos del norte de San Juan son pueblos autodefinidos pobres que no solo sufrieron un derrame hace un año, sino que ninguna de las promesas mineras se cumplió en décadas. Los empleados de Barrick no viven en Jáchal y tampoco la empresa hace sus compras en el pueblo. Las regalías mineras no están invertidas aquí. La teoría del modelo extractivo propuesta por Raúl Zibechi se ve clara: Jáchal e Iglesia son los departamentos sacrificados. Dice Morales: “El problema es que hay una estrategia política que nos ha llevado en un embudo a que sea solamente la minería en lo único que podemos trabajar. Nosotros no tenemos rutas, no tenemos calles, no tenemos gas, no tenemos energía como la gente. ¿Quién va a venir a hacer un emprendimiento acá? El gobierno nos ha ido llevando, sacando todo, para que aparezca la minería como la gran salvadora. Esa es una estrategia política desde hace 30 años”.
Compara: “En el conurbano bonaerense es una cosa similar: o agarrás un plan o no tenés nada. A la gente la ponen en una disyuntiva tremenda: yo soy más digno y me cago de hambre. ¿Cuánto te vas a cagar de hambre? Hay que se oposición con la panza vacía. Cuando no tenés para darle a tus hijos, vos decís: ¿hasta dónde sigo con el orgullo? De última si sos solo, te cagás de hambre solo, vivirás con mate. Pero si tenés hijos… Ese es el apriete social más grande que tenés en este pueblo”.
¿Cómo revertir este tipo políticas? “Con gente en la calle. Te van a decir golpistas… Pero en las elecciones te hacen bosta. Ponen el aparato, la guita, la amenaza. Tenés que entrar al sistema para ver que cambiar algo es imposible: o lo cambias con una revolución o intentás ganar algún puesto. Puede ser un camino que hay que seguir: Saúl Ceballos casi lo logra”.
Ceballos fue candidato a diputado en 2015 y, en las PASO, antes del derrame, saco el 4%. “Luego del derrame obtuve 24%”, cuenta. “Pero ahí se notó más el aparato: en mesas de la ciudad ganaba en alguna por 8, diez votos, pero en las zonas rurales perdía por 100. Y ahí es donde vos ves el poder del aparato político: hay que irse con bolsones, me dijo un candidato de otro partido. Bueno, esa realidad no se va a cambiar de un día para el otro. Nosotros estamos esperanzados. Yo no tengo ninguna aspiración política, entonces yo me puse a hacer política acá. Con mis vecinos”.
Futuro sin cianuro
Para Morales la discusión que hay que dar es de qué quiere vivir Jáchal. “Al fin y al cabo uno está en una asamblea no solo para decir ‘Fuera Barrick’, sino para imaginar otro futuro. Y tampoco uno tiene que tener la solución de eso. ‘Bueno dame la solución vos’, te dice  el gobierno. No, para eso te elegí a vos. Cuando yo me sienta mal voy a decir ‘esto no me conviene’.
Se anima a proponer: “Acá hay 4 cultivos buenísimos en calidad, no en cantidad porque no tenemos mucha capacidad de riego, porque el sistema es arcaico. Tenemos la cebolla, el membrillo, el tomate perita y la aceituna. La pregunta es: ¿qué hubiera pasado si inyectaban toda la guita que le pusieron a las mineras o a la agroindustria, a la industrialización de esa materia prima?”.
Don Carlos Ibarbe vive en la zona rural de Jáchal, en Tambería. Hasta allí nos lleva para mostrarnos sus humildes producciones de cebolla, ajo, zanahoria y zapallo. Ibarbe es jubilado y tiene dos hectáreas para comer él, y regalar el resto. “El sistema de riego es muy difícil y no hay ningún tipo de incentivo”, relata, con su cuadernito del INTA con el que aprendió a cultivar sobre la mesa. Para Don Ibarbe, no hay mejor salida que el campo: “La mano de obra de la mina se la han llevado de ahí, y ahí tiene que volver. El campo mueve todo: mueve gente, mueve transporte, y mueve alimentos. La carne, la leche y la verdura vos la sacás del campo”.
Don Ibarbe intenta desde la Asamblea armar un grupo de revoltosos en Tambería, a 10 kilómetros de Jáchal. “Es difícil, el 80% tiene subsidios y no quiere perderlos”, relata y sigue sumando ejemplos: “Para el Día del Niño en Tambería repartieron chocolates y prometieron un playón de deportes. ¿Quién? Minas Argentinas S.A.”.
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Don Carlos Ibarbe vive en la zona rural de Jáchal, en Tambería


Pedidos de año nuevo
¿Qué reclama la Asamblea hoy? Morales: “Que se haga el inventario de la Ley de glaciares”. Ceballos: “Que el juzgado sostenga los monitoreos de agua”. El 12 de septiembre la asamblea presentó una carta documento exigiendo 3 monitoreos de agua y 1 de sedimentos en los mismos puntos de muestreo realizados en diciembre y febrero. ¿Por qué es importante? “Porque en el río Las Taguas, donde desemboca el Río Potrerillos sobre el que fue el derrame, en diciembre no se detectó cianuro y en febrero, sí. Queremos saber cómo está ahora”.
¿Cómo se imaginan el año que viene? Morales: “Va a ser decisivo, porque hay elecciones legislativas acá en Jáchal: a todos los candidatos que vengan, no hay que votarlos. O tal vez puede salir algún candidato de la carpa, aunque es difícil. Gioja va a presentarse como senador, o sea que las propuestas con aparato para ganar son todas pro mineras. Entre las propuestas del gobierno y las de la pseudo oposición van a juntar el 90% de los votos: van a decir que votaron la minería. Nosotros tenemos que revertir eso.
Ceballos: “No me lo imagino. Es más, si me preguntás cómo me imagino la semana que viene, no sé. A nosotros nos han pasado cosas que de un día para otro han cambiado muchísimo”.
Ibarbe: “Va a ser un año más duro, vamos a tener que buscar nuevas estrategias. Si el diálogo no funciona vamos a tener que hacer un trabajo de base, como hacen los políticos: casa por casa. Esperemos que la marcha de hoy nos de energías”.
Wi Fi o espionaje para todos
En Jáchal no hay señal de internet, quizá otro símbolo de la mentira que significa el supuesto progreso minero. “Uno está sujeto a la conexión de celulares”, dice Iván, que tiene dos aerosoles en la mano y está dale que dale pintando banderas y carteles. Hace una pausa para charlar y contar que intentó hacer una transmisión en vivo por Facebook, pero se le cortó al minuto por mala conexión. “Y en los celulares la señal va y viene, no se puede hacer mucho”.
Iván es un joven de menos de 30, integrante de la Asamblea. Nació en Jáchal y estudió en el pueblo hasta que egresó del secundario: “Llega un punto en el que tenés que irte, lo único que hay para hacer acá son los profesorados. Hace 4 años pusieron una sede de la Universidad de San Juan que tiene carreras fantasmas”. Un caso: “Hay una tecnicatura en páginas web, cuando en el departamento no hay Internet”.
¿Y las otras? “Están orientadas más que nada al tema megaminero: por ejemplo, exploraciones y voladuras”.
Iván, para colmo, quería dedicarse a las computadoras. “Soy uno más que se tuvo que ir a causa de eso”. Finalmente se recibió de Licenciado en Sistemas en la Universidad de La Rioja.
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Iván, de las computadoras al aerosol


¿Qué pasa en Jáchal con Internet? “Más allá de que sea un derecho, estamos muy privados comunicacionalmente a nivel global. Hace 5 años se escuchaban radios de la provincia, que hoy en día no podés escuchar; tenés que estar sujeto a las radios que están acá. Y con los diarios lo mismo, llegan muy pocos llegan: el que más llega es el Diario de Cuyo y a destiempo, después del mediodía. Internet puede acercarte mucho más a la comunicación, pero no hay. Y si vos llamás a Claro o Movistar te dicen que hay congestión en las líneas. Obviamente: todos tienen celulares y todos están conectados al mismo tiempo”.
¿Pasa lo mismo en otras partes de San Juan? “Particularmente se nota en el norte de San Juan. En Jáchal directamente hay lugares en los que no hay señal. Eso también te lleva a privarte de muchas cosas, entre ellas, la información: ahí es donde salimos nosotros a batallar como podemos tratando de llegar con la información verídica”.
Por estos días hubo una novedad en Jáchal: la Municipalidad instaló Wi Fi en la plaza principal, anunciada con bombos y platillos. Iván: “Es muy loco: se venía corriendo desde el mes de marzo que llegaba Internet a Jáchal; que habían licitado 3 empresas para el servicio y había ganado una. Ahí se empezó a trabajar el tema de la fibra óptica”.
Ahora en la Plaza pueden verse jóvenes hipnotizados con el celular. Qué hay detrás: “Es gratis y a la vez no es gratis. Porque al conectarte te pide que vos te autentiques en una página de la Municipalidad. Con ese simple paso ya estás otorgando tus datos del dispositivo que tenés conectado. Como si fuese en el banco, ponés tu tarjeta, tu código y sacas 100 pesos: queda registrado. Ahí la pregunta: ¿Para qué está creada esa página? ¿Es para espiar? ¿Es para saber cuántos conectados, o quién conecta? Es jodido el tema. En el campo informático se llama vulnerabilidades, la cuestión de las violación del derecho a la privacidad”.
¿Dónde se supone que van esos datos: a empresas o gobiernos? “Hay un informático en la municipalidad que es el que creó esa página, eso lo sé. Pero hay algo más tremendo: el servicio lo está brindando Interredes, una empresa fuerte acá en San Juan que pertenece a la cámara minera y que tiene como accionista al hijo de Gioja. Más allá de eso, la cuestión es la participación de las empresas más chicas: Interredes está acaparando toda la red de wifi de San Juan”.
 
 

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Volvió Julian Assange: “Me declaré culpable de haber hecho periodismo”

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El fundador de Wikileaks dio hoy su primer discurso público desde que fue liberado tras 14 años de encierro. “Puede que mis palabras fallen o mi presentación carezca de brillo, el aislamiento me ha pasado factura, estoy tratando de aliviarlo y expresarme en este entorno es un desafío”, comenzó disculpándose ante la audiencia. Acompañado de su esposa y abogada, trazó un detallado racconto de lo que representa su caso hoy, haciendo eje en los peligros de la persecución al periodismo y los límites a la libertad de prensa; señaló a la justicia, a la inteligencia y a los poderes “transnacionales” como parte del esquema de amedrentamiento, a favor del ocultamiento de la verdad: “Veo más impunidad, más secretismo, más represalias por decir la verdad y más autocensura”, sintetizó. Resumimos aquí sus palabras incómodas, que volvieron a ver y echar luz.

Por Bernardina Rosini

Estrasburgo, Francia. En el Consejo de Europa y bajo la mirada atenta de los parlamentarios de 46 estados de la organización de derechos humanos de Europa, habló Julian Assange. Es el primer discurso público que realiza desde su liberación el pasado mes de junio, tras 14 años de encierro —primero en la embajada de Ecuador en Londres, y luego en la prisión de Belmarsh, en el Reino Unido—, enfrentándose a la extradición a Suecia y a Estados Unidos.

El escenario elegido por Assange para su regreso a la vida pública no pudo ser más simbólico. El fundador de WikiLeaks es una figura emblema de la libertad de expresión, y lo expresado esta mañana no fue tanto una declaración personal como una advertencia sobre los peligros que enfrentan el periodismo y las democracias hoy.

Sentado junto a Stella, su esposa, madre de sus hijos y su representante legal, Assange expuso con voz pausada pero firme. Esta aparición fue una excepción dentro de su esquema de recuperación: “La experiencia del aislamiento durante años en una celda pequeña es difícil de transmitir. Te quita el sentido de identidad”, dijo Assange. “Tampoco puedo hablar todavía de las muertes por ahorcamiento, asesinato y negligencia médica de mis compañeros de prisión. Puede que mis palabras fallen o mi presentación carezca de brillo, el aislamiento me ha pasado factura, estoy tratando de aliviarlo y expresarme en este entorno es un desafío”, se disculpó ante la audiencia.

Periodismo en el banquillo

Julian Assange no brindó más detalles que aquella mención sobre su encierro. Su mensaje, claro y directo, apuntó más bien al papel del periodismo en las democracias contemporáneas y al ataque sistemático que éste sufrió en las últimas décadas.

“Finalmente elegí la libertad por sobre una justicia irrealizable”, afirmó Assange al explicar por qué aceptó el acuerdo que lo liberó: “Quiero ser totalmente claro: no soy libre porque haya funcionado el sistema. Soy libre porque me declaré culpable de haber hecho periodismo” y detalló: “Me declaré culpable de buscar información de una fuente. Me declaré culpable de obtener información de una fuente y me declaré culpable de informar al público cuál era esa información. No me he declarado culpable de nada más”.

En sus palabras Assange no solo reflejó su lucha personal, sino que también expuso una verdad más amplia: el sistema judicial, que debiera proteger la verdad y la libertad de prensa, se convirtió en un instrumento para silenciar o inmovilizar oponentes. ¿Nos suena?

“Después de años de encierro y enfrentar una pena de 175 años de prisión sin ninguna solución efectiva, no podré buscar justicia por lo que me hicieron debido a que el gobierno de los Estados Unidos insistió por escrito en su acuerdo de culpabilidad en que no puedo presentar una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o incluso en virtud de la Ley de Libertad de Información”.

La intervención de Assange resaltó las fallas fundamentales del sistema legal internacional, que fue utilizado como arma en su contra. “La persecución transnacional es una amenaza real”, subrayó. Los poderosos, según él, han aprovechado los vacíos y contradicciones en las normativas internacionales para perseguir y reprimir a quienes exponen sus crímenes: “Molestamos a uno de los poderes constitutivos de los EE.UU.: el sector de la inteligencia, quienes tuvieron el suficiente poder para forzar una reinterpretación de la Constitución americana. Mi ingenuidad fue creer en la ley; después de todo, las leyes son solo trozos de papel y pueden reinterpretarse por conveniencia política”.

“La criminalización de las actividades periodísticas es una amenaza para el periodismo de investigación en todas partes”, alertó Assange, llamando la atención sobre el peligro que representa este tipo de persecución para la democracia y esperando que su testimonio sirva para visibilizar las debilidades del sistema de garantías existente. Además de señalar los desafíos por delante, Assange compartió su análisis sobre el periodismo y las noticias desde que está en libertad: “La verdad parece ahora menos discernible y lamento todo el terreno que se ha perdido durante ese período de tiempo. Cómo se ha socavado, atacado, debilitado y disminuido la expresión de la verdad. Veo más impunidad, más secretismo, más represalias por decir la verdad y más autocensura”.

La persecución transnacional y el impacto en la libertad de expresión

Julian Assange es más que una figura en el ojo del huracán. Su caso sienta precedentes peligrosos para la libertad de expresión y para la justicia a nivel global. En su discurso ante el Consejo de Europa, Assange denunció la persecución feroz que ha enfrentado, no solo como individuo, sino como un periodista que expuso verdades incómodas. “Ningún individuo tiene la menor esperanza de defenderse de los vastos recursos que puede desplegar un Estado agresor”, afirmó con dureza, señalando cómo su lucha contra el aparato judicial estadounidense revela la fragilidad de las garantías jurídicas cuando un poder decide imponer su voluntad extraterritorialmente.

Assange también reflexionó sobre la naturaleza del periodismo y el rol de quienes buscan la verdad: “Entiendo el debate que hay a la hora de diferenciar a un activista de un periodista. Para mí, la clave es ser siempre preciso. Todos los periodistas deben ser activistas de la verdad”. Este comentario enfatiza la importancia de no solo informar, sino también de actuar con responsabilidad, profesionalismo y precisión en un mundo donde la información se ha convertido en un campo de batalla.

Lo que comenzó como una acusación de espionaje se transformó en una guerra jurídica que desafía los límites del derecho internacional. Assange dejó en claro que la criminalización del periodismo de investigación, especialmente cuando involucra a potencias mundiales, es una amenaza latente. A través de su caso, se desvelaron las inconsistencias y abusos de los sistemas legales, los cuales se tornan herramientas para reprimir voces disidentes en nombre de la seguridad nacional.

La situación que Assange tiene resonancias directas con los procesos de lawfare que afectaron a figuras políticas América Latina, y la violencia creciente contra periodistas críticos del gobierno de nuestro país. El uso de herramientas legales como mecanismo de persecución política y judicial para silenciar voces críticas interpela nuestra actualidad. En su intervención, Assange también subrayó la necesidad de una respuesta colectiva: “Es vital estar juntos para hacer frente a las amenazas a la libertad de prensa”, en un llamado a la unidad frente a la creciente represión a nivel global.

La advertencia de Assange no debiera diluirse: los derechos de quienes exponen la verdad están bajo ataque, y las democracias que no los protegen se arriesgan a morderse la cola. La criminalización del periodismo no solo pone en peligro la libertad de expresión, sino que erosiona los pilares de sociedades abiertas e informadas.

Lo que está en juego es el futuro del periodismo y su capacidad para desafiar el poder: eso es lo que, una vez más, nos dejó claro Assange hoy.

Gracias.

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Crónica de una causa armada: condenaron por “usurpación” a 7 integrantes de una comunidad mapuche

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Después de agradecer a la Gendarmería, “que nos facilitó las instalaciones” (ya que las audiencias se realizaron dentro de un Escuadrón de esa fuerza), la Justicia Federal condenó a 7 mujeres de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu por una supuesta “usurpación” de hectáreas pertenecientes al Parque Nacional Nahuel Huapi. La comunidad plantea que se trató de una recuperación que incluso fue homologada por el propio juez Hugo Greca que ahora firmó la condena (y agradeció a Gendarmería). La síntesis de la ausencia de justicia según una de las abogadas: “Tenemos una Justicia armada a medida del poder, que no tiene que ver con los gobiernos sino con los grandes intereses turísticos y de la megaminería”. Pese a la condena, la prisión de las mujeres queda en suspenso. Lo que molesta en el sur, la postura de las condenadas y una causa armada que tiene en el medio otro crimen impune: el de Rafael Nahuel. La voz de una de las acusadas tras la sentencia: “Nos quiere cortar la vida y viene por todo. Acá estamos y acá estaremos nosotras, mujeres y niños, porque eso es lo que más les molesta: que sigamos resistiendo”.

Por Francisco Pandolfi

Unos segundos antes del veredicto, se obsequiaron algunos agradecimientos, verbales y sin pudor.

“Primero a Gendarmería Nacional, que nos facilitó estas instalaciones. También al Comandante Principal García, jefe del escuadrón, y al Comandante Mayor Morales. Nos dieron comodidad, café, agua, nos mantuvieron bien”.

Ahora sí, después de las palabras de juez Hugo Greca (titular del Juzgado Federal de Coronel Roca), las condiciones parecían dadas para la lectura de una sentencia sobre un juicio exprés, que sólo tuvo tres audiencias. Exprés XXL. Exprés al cuadrado. Un juicio oral que arrancó el jueves pasado.

Que continuó el viernes y que finalizó hoy, con los últimos testimonios, los alegatos y con un fallo que se pronunció en un ámbito inapropiado: el escuadrón 34 de Gendarmería, en la ciudad rionegrina de Bariloche. Un salón que estuvo revestido para la ocasión: rodeado de un desmedido despliegue de efectivos de seguridad. 

La causa (armada)

Este lunes se juzgó a siete integrantes de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, por la usurpación de un predio de siete hectáreas del Parque Nacional Nahuel Huapi, en septiembre de 2017. Una rectificación a la palabra “usurpación” la hace la comunidad, porque plantea el quid de la cuestión: no lo llaman usurpación, sino recuperación. “Nos acusan de usurpar nuestro territorio”. Y explican: “Fue parte de una reivindicación ancestral con el objetivo principal de estar en el territorio donde está nuestro Rewe (sitio sagrado de conexión con otras energías) en donde la Machi (guía espiritual y sanadora del pueblo mapuche), se levantó hace siete años en la lof Lafken Winkul Mapu”.

En ese proceso de recuperación, el 25 de noviembre de 2017 fue asesinado uno de los integrantes de la comunidad: Rafael Nahuel recibió un disparo por la espalda, del grupo Albatros de la Prefectura Naval. Por ese crimen fueron condenados cinco prefectos a 4 y 5 años de prisión.

Antes de comenzar el juicio, desde la defensa que llevó adelante la Gremial de Abogados y Abogadas, habían anticipado: “La sentencia ya está redactada y firmada, de antemano. Vamos seguramente a una condena porque todo esto forma parte de una ofensiva instrumentada hacia el pueblo mapuche”. La presunción tenía un basamento evidente: la causa judicial la reactivó el actual gobierno nacional al erradicar un pacto preexistente que reconocía al Rewe como sitio sagrado. El juez Hugo Greca –el mismo que hoy dictó el veredicto– había homologado el acuerdo conciliatorio firmado en junio de 2023 entre Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación en ese entonces, y Alejandro Marmoni, expresidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

El fallo

En los alegatos, desde la Gremial exigieron la absolución, apoyándose en los tratados internacionales y las leyes nacionales que amparan los derechos mapuche. Y expresaron que el juez tenía “la oportunidad de aportar al proceso histórico”, así como abonar a “una solución dialogada y pacífica. Si hay condena, el conflicto territorial y de cosmovisión va a seguir”.

Sin embargo, luego de los agradecimientos a Gendarmería se escuchó “la condena de dos años de prisión cuya ejecución se dejará en suspenso” a Martha Luciana Jaramillo, María Isabel Nahuel, Yéssica Fernanda Bonnefoi, Romina Rosas, Mayra Aylén Tapia, Joana Micaela Colhuan y Gonzalo Fabián Coña, por considerarlos coautores penalmente responsables del delito de usurpación.

Crónica de una causa armada: condenaron por “usurpación” a 7 integrantes de una comunidad mapuche
El juicio se desarrolló dentro de un escuadrón de la Gendarmería Nacional. Foto Alejandra Bartoliche

La farsa actual

Gustavo Franquet es uno de los abogados defensores. Desde Bariloche le dice a lavaca: “Esta condena compromete internacionalmente al Estado, por violar todo tipo de tratados y convenciones nacionales e internacionales, inclusive la Constitución Nacional. Que los condenen por usurpación es negar su realidad de pueblo originario, es negar su propia existencia, es negar sus derechos particulares. Con esta resolución se ponen del lado colonialista, así que por supuesto que vamos a apelar, y si es necesario iremos hasta la Corte Suprema”.

Una de sus compañeras, Laura Taffetani, agrega sobre la resolución del juez Hugo Greca: “El juicio fue una farsa y forma parte de esta nueva versión de la Campaña del Desierto que venimos denunciando hace años. En las audiencias quedó claro el desequilibrio que hubo entre la querella de Parques Nacionales y la Fiscalía en comparación a nosotros. Todo lo que pidieron ellos fue todo lo que el juez condenó, excepto el tema del Rewe. El fiscal había pedido que los miembros de la comunidad no pudieran ir al lugar sagrado, y eso el juez no lo aceptó”. 

En relación a lo que muestra la condena: “Tenemos una Justicia armada a medida del poder, que no tiene que ver con los gobiernos sino con los grandes intereses turísticos y de la megaminería”.

Después de la sentencia, en la puerta del cuartel de Gendarmería se improvisó una ronda donde hablaron las mujeres mapuche, en medio de un viento bien patagónico  –de esos que no entienden de primaveras: “Aunque nos hayan condenado en suspenso, esta lucha no se termina acá, hay que seguir por el Rewe, por todos nosotros y por nuestros pichis (pequeños)”, dice María Nahuel. La Machi Betiana Colhuan Nahuel –que era una de las acusadas pero en la primera audiencia fue absuelta porque era menor en 2017–, continúa, con énfasis: “Esta lucha viene de nuestros ancestros y la continuaremos. No nos vamos a rendir, seguiremos firmes hasta que dejemos esta tierra. Otras comunidades se levantarán y vamos a resistir desde los distintos territorios”.

Romina Rosas fue la última en tomar la voz y en dar su propia sentencia: “No tenemos que bajar los brazos pese a que el winka (blanco invasor) nos quiere cortar la vida y viene por todo. Acá estamos y acá estaremos nosotras, mujeres y niños, porque eso es lo que más les molesta: que sigamos resistiendo, con nuestra verdad y con nuestras palabras”.

Crónica de una causa armada: condenaron por “usurpación” a 7 integrantes de una comunidad mapuche
Las mujeres detenidas, fuera del escuadrón, prenden el fuego.

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Comenzó un vergonzoso juicio a 7 mujeres de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: “La condena está escrita de antemano”  

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El gobierno nacional – con Patricia Bullrich como figura estelar de la persecución mapuche- vuelve a la caza de la comunidad que supo iniciar un proceso de recuperación de tierras en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Barrido un acuerdo preexistente entre el Estado y la Lafken Winkul Mapu, que había sido homologado por la justicia, impulsa un juicio que comenzó hoy para condenar por “usurpación” a siete mujeres. Increíblemente, o no, el proceso ocurre dentro de un cuartel de Gendarmería, fuerza que hoy montó un show para amedrentar a las mujeres, sin lograrlo: en esta nota, las imágenes del vergonzoso operativo, y de la dignidad mapuche. “La sentencia ya está redactada y firmada, de antemano”, asegura a lavaca uno de los defensores de la comunidad . “Vamos seguramente a una condena porque todo esto forma parte de una ofensiva instrumentada hacia el pueblo mapuche”. El recuerdo de Rafael Nahuel, y el genocidio que continúa. 

Por Francisco Pandolfi. Foto de portada: Eugenia Neme. Fotos de la audiencia de hoy: Alejandra Bartoliche

Comenzó un vergonzoso juicio a 7 mujeres de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: “La condena está escrita de antemano”  

Foto: Alejandra Bartoliche

La causa judicial la reactivó el actual gobierno nacional, que barrió un acuerdo preexistente que sí reconocía el Rewe como sitio sagrado. 

Los efectivos de Gendarmería empiezan a llegar a raudales, por dos motivos concretos.

1-El lugar: el Escuadrón 34 de Gendarmería Nacional.

2-El contexto: hoy comenzó el juicio oral contra la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu por la usurpación de un predio en Villa Mascardi.

La conexión entre el punto 1 y el 2, aunque sorprenda, es que efectivamente el juicio se desarrolla dentro del cuartel de Gendarmería.

El por qué de la decisión se impone como pregunta. 

La respuesta de las autoridades: “Por seguridad”.

No hay que ser muy observador para notar la desproporción de las fuerzas esta mañana, en la antesala del inicio de la primera audiencia: decenas de gendarmes, por un lado. Por el otro, las siete mujeres acusadas de la comunidad.

Antes de comenzar el juicio, Gustavo Franquet, de la Gremial de Abogados y Abogadas que defienden a las personas imputadas, le dice a lavaca: “La sentencia ya está redactada y firmada, de antemano. Vamos seguramente a una condena porque todo esto forma parte de una ofensiva instrumentada hacia el pueblo mapuche”.

Las otras dos audiencias que conforman al Juicio Oral serán mañana viernes y el lunes 30. No serán en el Juzgado Federal de San Carlos de Bariloche, como dice la transmisión online por donde se puede ver lo que pasa en la sala.

Serán, también, en el Escuadrón 34 de Gendarmería Nacional. 

Foto: Alejandra Bartoliche

El contexto

Martha Luciana Jaramillo, María Isabel Nahuel, Yéssica Fernanda Bonnefoi, Romina Rosas, Mayra Aylén Tapia, Joana Micaela Colhuan, Gonzalo Coña y Betiana Colhuan son integrantes de de la Lof Lafken Winkul Mapu y están acusadas de usurpar un predio de siete hectáreas del Parque Nacional Nahuel Huapi en septiembre de 2017. En ese proceso fue asesinado Rafael Nahuel, uno de los integrantes de la comunidad: el 25 de noviembre tras un disparo por la espalda de un efectivo del grupo Albatros de la Prefectura Naval. Por ese crimen fueron condenados cinco prefectos a 4 y 5 años de prisión (https://lavaca.org/notas/crimen-de-rafael-nahuel-condenan-a-los-prefectos-a-4-y-5-anos-de-prision-pero-la-familia-apelara/).

La comunidad mapuche no la llama usurpación, sino recuperación. Y plantea que aquella recuperación “fue parte de una reivindicación ancestral”. 

Lavaca viajó al lugar y entrevistó a estas mujeres, quienes narraron largamente cómo este proceso es una  reivindicación ancestral basada en el reconocimiento del Rewe. 

El Rewe es un altar, un sitio sagrado de conexión con otras energías en donde la Machi, guía espiritual y sanadora del pueblo mapuche, se levantó hace siete años en la lof Lafken Winkul Mapu. La Machi se llama Betiana Colhuan Nahuel y desde su Rewe atendía a quien fuera a curarse. Ella era una de las acusadas, pero hoy fue absuelta porque era menor (16 años) al momento del hecho.

La causa judicial la reactivó el actual gobierno nacional, que barrió un acuerdo preexistente que sí reconocía el Rewe como sitio sagrado. El juez Hugo Greca había homologado el acuerdo conciliatorio firmado en junio de 2023 entre Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación en ese entonces, y Alejandro Marmoni, expresidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

Foto: Alejandra Bartoliche

El comienzo del juicio oral

En la puerta del Escuadrón 34 de Gendarmería, a la salida de la primera audiencia –que se extendió hasta pasadas las seis de la tarde–, el abogado defensor Gustavo Franquet le cuenta a lavaca: “Lo fundamental de hoy fue, que en el momento de las excepciones, de la parte preliminar al juicio, la defensora de la Niñez que intervino de oficio pidió que se sacara a la Machi Betiana de la causa por haber sido menor de edad”. La fiscalía y el juez Hugo Greca estuvieron de acuerdo. 

La mayoría de las declaraciones de hoy fueron de policías federales que intervinieron en el operativo de desalojo. “Y al final estuvo el plato fuerte –dice Franquet–, porque declaró el que era intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Damián Mujica, quien hizo la denuncia contra la comunidad. En la audiencia de hoy quedó claro que desde el primer momento la intencionalidad del Parque fue criminalizar a la comunidad, porque en vez de dialogar con ella como plantea su reglamento interno, hicieron la denuncia penal y la fiscalía ordenó el desalojo violento, que luego terminó con el asesinato de Rafael Nahuel”. 

Franquet hace un silencio y cuenta: “Hoy Mujica dijo dos o tres veces que Rafael Nahuel falleció y no: a Rafael Nahuel lo asesinaron”. 

¿Cómo sigue el juicio? Mañana, en la segunda audiencia, seguirán declarando los testigos y si hay tiempo empezarán los testimonios de las personas imputadas. Para el lunes están previstas las últimas testificaciones, los alegatos y, tras un cuarto intermedio, el juez dará la sentencia. 

Cierra Franquet: “Más allá de lo que dictaminen, de ninguna manera ocurrió una usurpación y hay pruebas de esto. No fue una usurpación: fue una recuperación ancestral”.

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