CABA
Juicio a la ESMA: Nada más que la verdad
El prefecto Héctor Febres, uno de los represores que manejaba la situación de las embarazadas en la ESMA, y por lo tanto de los bebés desaparecidos, comenzará a ser juzgado este jueves 18 de octubre aunque no por ese delito sino por secuestros y torturas. Más de 40 testigos irán a declarar. El ministerio de Justicia les ofreció colocarles pulseras electrónicas por si fuesen víctimas de un secuestro, lo cual demuestra, según dijo a lavaca el abogado Rodolfo Yanzón, que el Estado no sabe qué hacer y “no está en condiciones de proteger a los testigos” pese al lo cual todos van a declarar. “Por mi, y por miles que nunca van a poder hacerlo” expresó uno de los querellantes. En diciembre habrá sentencia.
Veinte años después de las leyes de Punto final y Obediencia Debida alfonsinistas que frenaron las causas por violaciones a los derechos humanos tras los levantamientos carapintadas del luego duhaldista y actual kirchnerista Aldo Rico, por primera vez se podrá retomar la llamada Causa ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) a partir de sólo un caso, por ahora: el del prefecto Héctor Antonio Febres. Ocurrirá en la llamada “Sala Amia”, donde el público observa detrás de un vidrio blindado, y que hace referencia a esa especie de dictadura de la impunidad que el poder judicial demasiadas veces convalida.
Abogados, querellantes y sobrevivientes decidieron impulsar este juicio que puede parecer “pequeño” (si alguien quisiera hablar de pequeños crímenes de lesa humanidad) pero que permitirá revelar una vez más los mecanismos y perversiones del terrorismo de Estado, y acaso condenar a uno de sus ejecutores.
Tupac ESMA
La Causa ESMA es una especie de Tupac Amaru, descuartizada por las trampas de funcionarios del Poder Judicial como forma de garantizar la impunidad de varios de los principales criminales que ha tenido la historia argentina, asalariados en uno de los más paradigmáticos campos de concentración y exterminio.
Uno de los abogados de los querellantes, Rodolfo Yanzón, explicó a lavaca una secuencia que es un modo de contar la historia reciente: “En la Causa 13 contra los ex comandantes (celebrada en 1985) la Cámara Federal planteó la necesidad de seguir investigando no sólo a los jefes máximos, sino a quienes habían cometido los crímenes. Así se abrió la causa ESMA que instruyó el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas”.
Debe recordarse que durante la gestión de Raúl Alfonsín, cundió la superstición según la cual los militares debían hacerse cargo de su propio juzgamiento, teoría que fue derritiéndose en la práctica (y eso posibilitó el Juicio a los ex comandantes). La Causa ESMA en manos del Consejo Supremo tomó algunos casos testigos “lo cual ya implicaba un cercenamiento” dice Yanzón, pero todo se disolvió con los levantamientos carapintadas que llevaron al gobierno de Alfonsín a decretar no sólo el Punto Final (para evitar nuevos juicios) sino la llamada Ley de Obediencia Debida (según la cual los que mataron, torturaron o cometieron otros crímenes aberrantes, lo hicieron sólo cumpliendo órdenes superiores).
Yanzón: “Al anularse esas leyes en 2003, el juez Sergio Torres decidió retomar lo que había iniciado el Consejo Supremo para avanzar con los juicios. Había personas procesadas, otras no, y un gran número de hechos jamás habían sido investigados. Torres planteó enjuiciar a los procesados como Acosta, Astiz, Pernía, Rolón, Scheller, Febres, pero la Cámara de Casación tomó esa causa, la trabó, y dijo que no podría realizarse hasta que ella, la Cámara, resolviese si podía reabrirse o no”.
La Cámara de Casación es casi tan progresista como lo fue el Proceso de Reorganización Nacional, y ha sido vastamente criticada por el propio presidente Kirchner y la Corte Suprema. “Este juicio no es lo que queríamos: sólo Febres y por los delitos cometidos contra cuatro sobrevivientes. Pero tampoco vamos a minimizarlo porque es la consecuencia de más de 20 años de impunidad lisa y llana más el accionar de la Cámara de Casación que se sentó arriba del caso y es la que impide que en esta misma causa estén acusados Alfredo Astiz y Jorge Acosta, por ejemplo”.
La otra posibilidad era esperar a que una Causa Esma mayor llegase a los tribunales, una vez libre de las asentaderas de Casación. “Pero lo que vimos con los querellantes y testigos es que eso puede tardar años, y que el Estado no brinda ninguna condición, no brinda garantías de que se llegue a ese otro hipotético juicio, y por eso queremos que ahora se lleve a cabo éste y luego seguiremos con todos los que hagan falta”.
¿Dónde están los hijos de desaparecidos
¿Qué va a ocurrir en el juicio? Como tratará cuatro casos de secuestro (privación ilegítima de la libertad) y tormentos, no habrá pena de prisión perpetua (pena que se aplica en casos de homicidios probados). Yanzón; “Pero nosotros vamos a pedir el máximo, 25 años, y la posibilidad de probar delitos que permitan la prisión perpetua quizás se de en alguna de las causas posteriores”. Otra cosa que va a ocurrir es que los más de 40 testigos relatarán sus propios casos personales. “Pero además van a contar que Febres, además de haber participado en los grupos de tareas, los secuestros y las torturas, era uno de los encargados de la relación con las mujeres embarazadas que parían dentro de la ESMA” explica Yanzón. “Por esos hechos habrá otra causa en juicio oral, pero es inevitable que este tema aparezca en este juicio. Lo fundamental, es que este hombre sabía cuál era el destino de los chicos que arrebataban a las mujeres. Nada más y nada menos. Hasta el día de hoy nadie lo sabe. Él nunca abrió la boca. Pero tampoco la Armada ni la Prefectura. En algún momento las propias fuerzas armadas y el presidente, como su comandante, van a tener que hacer algo con respecto a esto: brindar información. Febres daría una información vital porque era uno de los que decía, esta chica ya parió, así que va para allá (las y los lectores imaginan qué significa ese “allá”) y este bebé va para tal familia”.
Yanzón acierta en que nunca el poder político, parece haber tenido la decisión de ejercer una autoridad que haga que los militares revelen aquello que ya ha sido juzgado como un crimen institucional (y no un error o un exceso).
“Aunque a Febres no se lo juzgue en este caso por los chicos desaparecidos, la idea es que eso de todos modos salga a la luz”.
Muchas ESMA
Los casos que sí serán juzgados son los de los secuestrados y torturados Alfredo Margari, Carlos García, Josefa Braga y Carlos Lordkipanidse. Este último fue uno de los que pidió la suspensión del juicio (para incluirlo en la causa mayor), al igual que lo hizo la fiscal Mirna Goranski. Yanzón: “Claro que uno querría ese gran juicio, pero es totalmente incierto saber si se hará. Ni el tribunal ni la Corte dieron lugar a esa suspensión planteada días antes, siendo que esto se está llevando adelante desde hace un año y medio. Nosotros hemos considerado que es importante que se vea esa voluntad real de juzgar: que se vienen los juicios”.
Sólo la Tupac ESMA incluye, según el repaso del doctor Yanzón:
- El juicio a Febres,
- El juicio que había iniciado el Consejo Supremo (Astiz, Acosta, y demás),
- La causa por lo sucedido en la iglesia de Santa Cruz: el secuestro de las Madres de Plaza de Mayo Azucena Devincenti, Esther Careaga y Mary Bianco, las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y siete familiares y militantes más que se reunían en esa iglesia que –contra la corriente eclesiástica- cobijaba a las víctimas en lugar de bendecir al crimen organizado por los militares. Horror en idioma argentino: como en este caso sí aparecieron los cuerpos, podrá haber condenas por asesinato.
- El caso del escritor e integrante de Montoneros Rodolfo Walsh.
- El caso de bienes apropiados a los secuestrados, como el del contador Conrado Gómez, de Mendoza.
- El caso de Juan “Jeringa” Barrionuevo, político justicialista de Tierra del Fuego, acusado de desempeñarse en la ESMA como el encargado de administrar inyecciones de Pentonaval, para dopar a las personas que luego eran arrojadas vivas al mar desde los “vuelos de la muerte”.
El solo desarrollo de estos temas permite comprender la magnitud del crimen. “Pero si nos guiamos por tiempos judiciales como los actuales, pensando en unificar eso y tal vez más causas, uno puede imaginarse que el hipotético juicio conjunto es imposible de garantizar con este poder judicial” dice Yanzón.
La pulserita del Ministerio de Justicia
Los testigos, cuenta Yanzón, viven el efecto rebote inevitable tras la desaparición de Julio López. “Cualquier cosa fuera de lo común es para ellos una alarma. Ahora tienen los nervios propios de volver a declarar ante un tribunal, pero lo que hemos hecho es tomar algunas medidas de seguridad para poder estar permanente comunicados por cualquier cosa que necesiten”.
La sensación, tras la desaparición de López, es que no hubo cuidado sobre los testigos: “Y es lo que sigue ocurriendo. En el juicio a Von Wernick por suerte no pasó nada, pero no hubo ninguna protección. Estoy hablando de lo que tendría que hacer y no hace el Estado” dice Yanzón que cuenta una situación ilustrativa del estado de las cosas: “Vino gente del Ministerio de Justicia y les propuso a uno de los testigos: Te podemos poner una pulserita electrónica por si acaso”. Se trataría de un dispositivo electrónico para detectar a la persona, cual las agencias policiales que detectan la localización de autos robados. Esta posible genialidad de los funcionarios fue contestada del siguiente modo: “¿Vos querés que además me corten el brazo para que ustedes no encuentren la pulserita?”
Según Yanzón este diálogo demuestra varias cosas: “Los funcionarios no sé si no quieren, pero no saben qué hacer. Yo creo que estos juicios merecen la atención de la comunidad internacional, y que el Estado tendría que reconocer que no está en condiciones de proteger a los testigos, y necesita una colaboración externa. La ONU, la OEA, la Cruz Roja, otra cosa”. Yanzón recuerda la situación que vivió en Colombia, donde los testigos y amenazados por grupos paramilitares eran protegidos por personal especializado. “Aquí se agrega que a los testigos les decís que los va a cuidar la policía, y no quieren saber nada”.
Para el abogado el otro problema es de ideología y autopreservación de la burocracia. “En el Poder Judicial, el Ejecutivo, en la secretaría de Derechos Humanos, estos juicios generan además un montón de oficinas nuevas y empleos, que luego tienen que justificarse. Si vos revelás que todo eso no sirve para nada, les arruinás esa fuente laboral. Pasó con la Causa ESMA y la del Primer Cuerpo del Ejército. Los jueces estaban chochos porque podían contratar más gente, los empleados chochos porque recibían contratos mejores, todo esto genera poder, empleo, manejo de gente y de dinero, y formas de justificar todo ese movimiento”. Para Yanzón, escéptico sobre estas invenciones estatales, ya hay oficinas de asistencia a las víctimas que son una especie de adorno, al igual que las de protección de testigos.
Teléfonos donde llamar
¿Y sin embargo la gente irá a declarar?
“Sí, muchos incluso sabiendo que posiblemente, y con suerte, tendrán que volver a hacerlo después. Te dicen: si hay que ir mil veces, iremos mil veces. Alfredo Margari dijo: “Tengo la obligación de estar en el juicio, por los que no están. ¿Me voy a ir a mi casa si hay miles de desaparecidos que nunca van a poder hablar? Justamente: tengo que hablar por ellos”.
El juicio se extenderá hasta los primeros días de diciembre, cuando quizás se conozca la sentencia. Todos los datos que requiera el periodismo pueden ser consultados a los propios abogados, a los siguientes teléfonos.
Rodolfo Yanzón: 155 017 0167
Adrián Gómez: 156 398 5499
Flavia Fernández Brozzi: 156 046 9499
Luz Palmas Zaldúa 156 374 6308
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
- CABAHace 4 semanas
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”
- #NiUnaMásHace 3 semanas
Femicidios en julio: la noticia es el horror
- ActualidadHace 3 semanas
Mendoza movilizada: sábado de caravanazo contra la minera San Jorge
- ActualidadHace 4 semanas
Marcha de jubilados: balas y bolitas
- ActualidadHace 3 semanas
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”