CABA
#JusticiaParaSantiago El mensaje es el mensaje
150 mil personas colmaron Plaza de Mayo al cumplirse tres meses de la desaparición de Santiago Maldonado. En un acto sencillo y contundente, con un breve discurso, Sergio sintetizó el sentido de esta ceremonia: exigir verdad y justicia. “No vamos a parar hasta lograrlo”. Y advirtió: “No cuenten conmigo para sembrar odio”.
Desborda la Plaza de Mayo.
Por Diagonal, hasta el Obelisco.
Por Avenida de Mayo, hasta Esmeralda.
Un veterano cronista de una agencia de noticias calcula que hay 150 mil personas. “Es la cifra que pondría en el cable, si me la dejaran escribir”, dice sin sonreír.
Semejante multitud convocada sin difusión en los medios es por sí sola una muestra de que estamos ante algo extraordinario. No por fabuloso, sino por trágico.
Hoy se cumplen tres meses de la desaparición de Santiago Maldonado, pero también se cumplen 90 días de batalla de una sociedad contra la impunidad.
Esta multitud deja en claro, entonces, su mensaje: exige justicia, exige verdad y exige que el Estado cese su campaña contra la familia Maldonado.
Esos son los tres pilares que construyeron este acto por Santiago que, como las anteriores, consistió en una ceremonia sencilla y contundente: estar ahí.
Desde el escenario se leyó un comunicado de la familia y luego, Sergio Maldonado expresó en un discurso breve, el sentido de esta reunión:
- “Hoy es un día difícil, porque se cumplen tres meses del día que cambió mi vida y la de mi familia.No voy a decir nada sobre la investigación. Parte de la sociedad quiere cerrarla, pero hay que seguir. Una fuerza de seguridad del Estado tiene que dar cuenta de su accionar”
- “A pesar de las teorías falsas y las canalladas de algunos medios, no cuenten conmigo para sembrar odio. Nuestra familia no se sumará nunca al odio, la discordia y la división que algunos sectores pretenden sembrar en la sociedad argentina. Desde el comienzo nuestro único reclamo fue saber la verdad y pedir justicia,sin sacar ningún rédito electoral, como quisieron instalar”.
- “Hoy y cada día vamos a pedir justicia por vos, Santiago. No vamos a parar hasta lograr justicia. En tu memoria reclamamos saber qué te pasó y quiénes son los responsables de tu muerte, de entorpecer, encubrir y desviar la investigación”.
- “No quiero dejar de agradecer a cada persona que vino a esta Plaza y a cada plaza del país.”
El acto terminó después de este breve discurso que lo dijo todo.
En tiempos en que las palabras del poder desbordan por todos los medios, la respuesta es esta Plaza desbordada.
Palabras de a pie
Frente al Cabildo, una carpa pide «Un millón de firmas para que renuncie Bullrich». Una de las mujeres que firmó es Belén, 65 años, jubilada: “Es una de las responsables. No hizo lo que debía hacer teniendo el cargo que tiene. Al contrario: hicieron todo lo posible para tapar, inducir a la gente a pensar de una manera que no es la que iba a llevar al esclarecimiento de las cosas. Una desaparición forzada es lo peor que puede pasar porque remite a la peor época que vivió la Argentina, en la dictadura. Ya tenemos mucho como país con cargar 30 mil. Ahora se suma Santiago. Y hay que decir que se ha producido en un gobierno que ha sido elegido, pero que tiene un signo autoritario. Y el responsable de su desaparición y su muerte es el Gobierno porque ha hecho todo para ocultar la responsabilidad de la fuerza sospechada por esta desaparición”.
Detrás está Valentina, 23 años, estudiante de Historia del Arte, que termina de estampar su firma: “Me parece importante que todo lo que pasó no quede acá. Es aberrante que hoy pasen estas cosas, que haya una desaparición forzada en democracia y que con los medios se intente acallar todo. Quiero justicia. Y por eso firmo: Bullrich encubrió muchísimo. Es nefasto”.
A su lado está Lola, 19 años, compañera de estudios. “Esto no tiene que pasar nunca más. Hoy no es Nunca Más porque volvió a desaparecer alguien en democracia. Es un horror y es angustiante: escuchar a mi mamá o a mi papá contarme estas cosas y vivirlo, hoy, es angustiante. Genera miedo: ¿cómo tu gobierno puede hacer eso? Por eso firmé para que se vaya Bullrich”.
Valentina: “Los desaparecidos son una parte de la identidad de Argentina. Es horrible decirlo, sí, pero en este país no está cicatrizado, es muy fuerte y la palabra desaparecido tiene una connotación enorme. A mí me pone muy triste. Genera impotencia, y no quiero que pase. No puede pasar esto, ni con uno ni con nadie. No puede ser. Es eso: no puede ser”.
Preguntas
Josefina y Sara son dos amigas que vinieron de Luján. Josefina tiene 24 años y está a punto de recibirse en Comunicación en la UBA: “Si no fuera por los medios comunitarios, no nos hubiéramos enterado mucho de lo que pasó. La manipulación mediática es enorme. Es muy difícil saber qué es lo cierto”.
Sara tiene 23: “Me impactó mucho. ¿Cuántas veces has venido a la Plaza a manifestarte por algo y pensar que este pibe estaba haciendo algo por una comunidad, reivindicando sus derechos, y se lo llevan de la nada? ¿Qué onda entonces? ¿A partir de ahora no puedo manifestarme, no puedo decir lo que pienso? ¿Ya no puedo estar en contra de algo, en contra de ciertos intereses? ¿No puedo estar en contra de los más grandes? ¿No puedo manifestarme? ¿Qué onda? Eso genera miedo, porque ahora yo estoy acá y le pregunto a ella si se armará quilombo. Antes no”.
Sara estudia Publicidad en una universidad privada: “De parte de mis compañeros, ningún interés. Dicen: ´Por algo le habrá pasado´, ´hippie roñoso´, ´hippie drogadicto´, ´estaba cortando una ruta´. Todo lo vi en mis compañeros. Mis profesores directamente nunca opinaron. Y eso comunicó mucho: no tienen ningún interés. Primero, es una universidad privada, no van a tocar intereses y segundo, directamente, porque no les interesa. No les importa lo social, si les tocan el bolsillo a otro, si desapareció un pibe. A ese tipo de persona, no les importa nada”.
El aval
Nora avanza por Avenida de Mayo a la altura de Perú. Trabaja en una obra social. “Un horror que otra vez tengamos un desaparecido. Sabemos lo que significa un modelo neoliberal. Llegó el momento que podía pasar. Mucha angustia y desesperación”.
Miriam, jubilada docente, a su lado. “Una tenía la esperanza de que aparezca con vida. Es indignante todo lo que hacen, el cinismo. No paran de mentir sobre la familia que está sufriendo: nadie tiene empatía con el dolor ajeno. Es dramático, también en la sociedad, porque muchos estamos acá, pero a otros no les importa nada. Y es muy triste. Hay un fascismo en esta sociedad que está instalado hace mucho tiempo. Antes decían algo habrá hecho, y eso se vuelve a reciclar. Creo que hoy tienen una autorización desde el Estado a sacar ese fascismo, un aval. Antes se cuidaban, ahora ya no. Gente de mi edad, que capaz vivió la época de la dictadura. Ya veníamos con el racismo, ahora se le sumó el fascismo. Hay que hacer un trabajo cultural muy profundo porque estas cosas están muy enquistadas en la sociedad”.
Nora piensa: “De alguna forma nos equivocamos pensando que ya estaba. ¿Nunca menos, decíamos? Parece que no. Que no vimos. Dormimos, no sé. De alguna forma nos reímos, pensamos que habíamos hecho un logro y no había forma de volver atrás: nos equivocamos. No lo puedo terminar de digerir porque es muy doloroso, pero entiendo que es así: hubo algo que no nos dimos cuenta ni habíamos resuelto”.
El monstruo
Sobre Avenida de Mayo, casi 9 de Julio, está sentado Víctor Cuello, titiritero y poeta, con una marioneta que lleva una foto de Santiago Maldonado. “Vivo el caso con mucha preocupación: estamos asistiendo a un cambio bastante peligroso para la democracia, y sobre todo para las clases más pobres. Estamos viendo un endeudamiento terrible, que está atravesando televisiones y radios, donde solamente lo que uno escucha son bajadas de líneas de corporaciones de empresas, de intereses de multinacionales y etcéteras. La desaparición de Santiago es producto también de los cuidados que tiene este gobierno con los poderosos, en este caso Benetton. Su muerte está unida a esa manera que tiene el Estado de proteger solo a los poderosos. Lo que me duele es la indiferencia de gran parte de la sociedad”.
Bárbara, trabajadora del Estado, 34 años. “Es una atrocidad que cualquier hermano o compañero, por estar luchando por sus convicciones, ideales o pensamientos, pueda terminar como Santiago. Hay mucha complicidad de sectores del poder que encubren y crean esta situación: hay un monstruo gigante de muchos poderes contra una sola persona solo por cortar una calle. Es generacional: a la juventud nos atraviesa muchísimo, tanto el femicidio de Micaela García (la joven de 21 años que militaba en el Movimiento Evita) como lo que pasó con Santiago, por sus ideales. Son casos que nos atraviesan a nosotros como militantes, pensadores e idealistas: nos puede pasar a cualquiera. Y esa es una de las cosas que nos hermanan hoy.”

Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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