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Las detenidas de AMMAR: mujeres sin derecho a la protesta

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En una sala de la Iglesia Evangélica de Flores están participando de un taller de alfabetización. En otro, inician un microemprendimiento de costura. Son integrantes de Ammar Capital, una entidad que nuclea a mujeres en estado de prostitución y que hoy sufre la detención de dos de sus militantes. Fueron arrestadas por policía de civil, el viernes, cuando iban a tomar el colectivo luego de la protesta frente a la Legislatura porteña. La juez caratuló hoy la causa: coacción agravada. Un delito no excarcelable, sancionado con cinco a diez años de prisión. Esta son sus historias.

por Claudia Korol (*)

En el mediodía del lunes nos encontramos en la Iglesia Evangélica de Flores con las mujeres que integran AMMAR Capital (Asociación de Mujeres Argentinas por los derechos humanos), organización que nuclea a mujeres en estado de prostitución, con quienes venimos realizando un taller de alfabetización y escritura. En otra sala de la Iglesia, otro grupo de AMMAR Capital inicia hoy un taller de costura, en el marco de los programas de «formación en nuevos roles laborales».
Entre una y otra actividad, hablamos con Sonia Sánchez representante de la organización, sobre la detención de dos de sus compañeras, producida al finalizar la movilización del viernes contra la reforma del Código de Convivencia. Las detenidas son María del Carmen Ifrain y Marcela Roxana Managua, a quienes policías de civil se llevaron después de seguir al grupo, cuando estaban por tomar el colectivo para regresar a sus casas. Sus compañeras están indignadas y dolidas con la detención. No es fácil pensar en la continuidad de los programas de alfabetización, de costura, con las amigas presas, y con la fuerte y desagradable sensación de que éste es un chantaje bien montado, para frenar la movilización contra las reformas del Código.
Sonia nos dice: «Esto es espantoso. Nosotras simplemente fuimos a luchar por nuestros derechos, y les están haciendo comer esta causa. Fueron «chupadas» al mejor estilo de los militares, cuando íbamos caminando, a las seis de la tarde, para tomar el colectivo para volver a nuestras casas. ¿Por qué tienen que agarrar así a las personas? ¿Por qué les ponen estas causas? Están violando todos nuestros derechos».
Mientras hablamos en el patio de la iglesia, entran nuevas compañeras que traen y buscan información. Una de ellas, fue a visitarlas el viernes por la noche a la Brigada de Investigaciones, donde las detuvieron en el primer momento. El policía que la recibió, intentó amedrentarla. «A usted también la vimos por ahí», la amenazó. «Claro que estuve. ¿Está prohibido movilizarnos por nuestros derechos?».
De la Brigada a Tribunales, de Tribunales a Ezeiza, a la Cárcel de Mujeres. La jueza de instrucción, Silvia Ramond, les colocó la figura de «coacción agravada» a estas mujeres, y a los otros 15 detenidos en la tarde del viernes. Es una figura no excarcelable, por la que pueden corresponder sanciones de cinco a diez años de prisión.

Para que no vuelva a ocurrir

María del Carmen Ifrain está otra vez presa. Conoce bastante de cárceles y prisiones. Una semana antes, cuando junto a Sonia la entrevistamos con Liliana Daunes en el programa de radio de La Tribu Juana Pimienta nos contaba una pequeña parte de su dolorosa historia.
«Todo esto yo lo vivo desde 1978, cuando fue la gran represión, cuando éramos golpeadas en los calabozos, mojadas. Si nos llegaba una apelación de afuera para salir antes, nos picaneaban. Subían los volúmenes de las radios y éramos golpeadas. Nos picaneaban los pechos, éramos arrastradas por los pasillos…Sé lo que es un traslado en los camiones hacia el Instituto San Miguel, lugar en el que nos levantaban a las cuatro y media de la mañana a cortar el pasto con la mano, con unas chinelas de plástico y un uniforme gris. Eso lo viví en mi propia carne y varias compañeras también. ¿Entendés? Nos escupían los alimentos que nos traían de afuera, nos rompían los cigarrillos. A más de una nos obligaban a tener sexo en los baños con los vigilantes. Una simple «francesita» a la carrera para que nos dejaran entrar los cigarrillos. Yo lo viví. Están mis antecedentes ahí, esto es constatable. Tengo cuatrocientas remisiones de 21 días: ¡toda mi juventud presa! Ahora acompaño a las chicas, para que no vuelva a ocurrir eso. Para que no vuelva a ocurrir.»

La cárcel no educa

Las compañeras de AMMAR Capital se sientan en ronda para escuchar la propuesta de formación en nuevos roles laborales. Alguien pregunta. «¿Y cuando aprueben los artículos del Código, cómo vamos a seguir con esto?». «¿Tendremos que hacer recurso de amparo por las compañeras que se reúnan para capacitarse?». Otra compañera dice: ¿Qué va a pasar con las presas? No hay respuestas.

Sonia continúa la explicación: «Ellas son militantes, participamos juntas en todas las marchas. Ahora se están comiendo un garrón. Éste es el país del revés. Menem anoche habló por televisión, es un asco lo que ha dicho, se robó el país, y está en libertad. Siguen castigando a los sectores más vulnerables. Ésta no es la forma de construir una sociedad para todas y todos. Además ellos están provocando la inseguridad. Lo que han hecho el viernes es eso. Pedir mano dura, y poner en la sociedad que nosotras, las travestis, las mujeres en situación de prostitución, los cartoneros, somos los que estamos provocando la inseguridad, y los que no queremos vivir en democracia. En realidad no es así. Nosotras estamos aplicando políticas de inserción social. Microemprendimientos, cursos de alfabetización, de capacitación, de educación. Distribuimos cajas de mercadería, preservativos. Formamos promotoras de salud. Son políticas sociales. Pero lo que nos quieren dar estos legisladores y legisladoras es cárcel. Nosotras no queremos cárcel, queremos políticas sociales de inserción».
«Ya nos están aplicando el Código -agrega Sonia-, porque en realidad lo que están haciendo, es criminalizar la protesta social. Nos están queriendo meter miedo, para desmovilizarnos, pero seguiremos tomando las calles. No es como dice el señor Ibarra, que la gente es violenta, que no quiere vivir en democracia. Nosotras queremos vivir en democracia, pero ésta es una pseudo democracia. Si ellos no quieren ver a las mujeres en situación de prostitución paradas en una esquina, que legislen para insertarnos en la sociedad. Lo único que hacen es castigarnos con cárcel, encerrarnos en la zona roja. No les importa más nada. La zona roja no nos enseña nada, la cárcel no nos educa. Nosotras estamos aplicando políticas de inserción social y ellos nos reprimen. Ése sí es el mundo del revés».

La «caja chica» policial

Una compañera del grupo agrega, para que publiquemos: «Hay varios 0 km. de la policía pagados con nuestro dinero. Porque pagábamos 300 por semana a las comisarías, y 400 por semana al Departamento Central de Policía para poder trabajar. Las más pobretonas pagábamos $ 30 a los patrulleros de la zona. Vuelven a fomentar los abusos, las coimas, a enriquecer la caja chica de la policía. Por eso cuando yo digo que la prostitución es el gran negocio para muchos y muchas, lo es, menos para la mujer que está involucrada. Mauricio Macri, cuando estaba haciendo su campaña, había dicho que estaba mal administrada la prostitución. Muy bien, ya dio el primer paso para comenzar a administrarla. El primer «fiolo» es la policía, pero el segundo fiolo va a ser el señor Mauricio Macri, que quiere administrar bien la prostitución. Seguimos manteniendo a los grandes fiolos ¿me entiendes? Políticos, policía… ¿hasta cuándo?»
Si algo se rompió, con la aprobación de las reformas al Código, es la posibilidad de diálogo y de convivencia en la ciudad. La marginalización de los sectores más vulnerables, la criminalización de la protesta social, son el anuncio de la política que se está legislando, en la que las voces de las afectadas y de los afectados no fueron escuchadas.

Sonia reitera que como organización vienen realizando diferentes propuestas: «Que se siga esta discusión entre los sectores afectados y los ciudadanos y ciudadanas de la ciudad de Buenos Aires, que se siga este debate, a ver cómo podemos llegar a convivir mejor, sin que haya agresiones. Porque la ciudad es para todos y todas. Nosotras estamos en contra de la zona roja, porque discrimina, margina y estigmatiza más todavía a las personas en situación de prostitución».

La organización las educó, y al tomar conciencia de sus derechos, nada fue como antes: «Antes, cuando no estábamos organizadas, que te agarrara la policía y te llevara de los pelos, que te subieran a los patrulleros, nos parecía normal porque creíamos que «estábamos haciendo algo malo». A través de la organización comenzamos a conocer nuestros derechos, y a capacitarnos. A saber que somos mujeres, que somos personas, que somos ciudadanas. Que lo que está mal es la falta de educación, y que eso es responsabilidad del Estado; porque la mayoría de nosotras somos analfabetas, la otra parte tenemos la mitad del estudio. Se aprovechan de nuestra ignorancia. Al organizarnos empezamos a entenderlo. Ahora les va a ser difícil romper con esto, porque vamos a ir enseñando a las compañeras que primero somos mujeres con derechos».

Las mujeres de AMMAR Capital están buscando alternativas a la prostitución. «Nosotras tenemos que sentir libertad interior para decidir qué diablos queremos ser. Aquella que quiere seguir parada en la esquina, la respetamos. Pero que también nos respeten a quienes no sentimos deseos de hacerlo. La mayoría de nosotras cuando salimos a la calle, salimos tapadas, porque por la discriminación que se sufre, vos podés ser fuerte en algunos lados, pero no en toda la vida social. Entonces mientes en tu casa, a tus familiares, en la escuela de tus niños. Por eso digo que somos mujeres NN ante la sociedad, no existimos. Somos mujeres sin rostro. Y ya queremos dejar de ser mujeres sin rostro. Eso es lo que hace nuestra ONG. Fortalecer la autoestima, la identidad. Para dejar de ser NN».

* Claudia Korol es periodista y miembro del Equipo de Educación Popular de la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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