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Las prácticas monopólicas en la prensa gráfica: una respuesta pendiente

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¿Por qué no se incluyó a los medios gráficos?, preguntó la Corte Suprema de Justicia al gobierno nacional durante la sesión pública en la que se jugaba la suerte de 2 artículos clave de la Ley de Servicios de Radiodifusión.
Las prácticas monopólicas en la prensa gráfica: una respuesta pendiente
Respuesta: “Por razones políticas y constitucionales. Se consideró que los medios gráficos estaban protegidos constitucionalmente”.
Los medios gráficos independientes refutan cotidianamente esta respuesta: toda la cadena productiva está padeciendo la extorsión de la práctica monopólica.
En primer lugar, porque es monopólica la producción de papel, que beneficia a los grupos concentrados y crea un privilegio que impacta directamente en los costos: la prensa gráfica independiente paga más del doble el papel.
Es privilegiado también el acceso al crédito y fuentes de financiación que impiden a los medios gráficos independientes a acumular stock para evitar los arbitrarios aumentos de precio del papel. Un ejemplo concreto: si un medio gráfico independiente tuviese la capacidad financiera para comprar el stock de papel necesario para toda su edición anual lograría bajar su costo de producto en más de un 50%.
En la práctica, este mayor costo lo paga el lector.
La práctica corporativa afectó también el sistema de distribución y venta en kioscos. Un ejemplo: hoy día los productos del Grupo Clarín y La Nación pagan un 8% menos al circuito de distribución y venta, descuento que obtuvieron por prácticas extorsivas que perjudicaron al sector más necesario y sacrificado de esta cadena: los canillitas.
Pero el modelo de negocios corporativo hizo algo peor: desfiguró todo el circuito. Históricamente, la distribución y venta se financia a través de un porcentaje del precio de cada ejemplar vendido: 50% del precio de tapa.
El modelo de negocios corporativo hace ya una década que tiene una crisis de venta fenomenal: mermó en más de un 50% en los últimos 10 años. Esta crisis -que expresa una más profunda: la pérdida de lectores es proporcional a la pérdida de credibilidad de estos medios- reformuló el modelo de negocios corporativo actualmente basado exclusivamente en las ganancias obtenidas por la comercialización de pauta privada y estatal. En cristiano: viven de la publicidad. La consecuencia es que reconvirtió el circuito de distribución y venta en uno de reparto y exhibición. Es un modelo que necesita copar los kioscos para que los anunciantes vean sus productos. Ni el canillita ni el distribuidor gana nada por sacar a pasear estos catálogos, pero si en el viaje de ida y vuelta se deteriora o rompe un ejemplar, debe pagarlo.
Las prácticas monopólicas en la prensa gráfica: una respuesta pendiente
Así el modelo corporativo logró empobrecer al sistema, y algo peor: endeudarlo. Distribuidores y canillitas denuncian que en los 2 últimos años los grupos corporativos han logrado comprar a precio vil 3 empresas de distribución y casi 300 kioscos de la Capital.
El síntoma más claro de este avance hacia la monopolización del sistema de distribución es la denuncia que la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA) plantea desde hace un año: las revistas culturales que se distribuyen en Capital fueron notificadas de una deuda que habían contraído sin saber cómo ni por qué, y con un nuevo actor del sistema: el Centro de Distribución Rediaf.
Esta deuda, le explicaron a los editores independientes, se originaba en la necesidad de prorratear los costos de estructura del Centro, que recibe y despacha todas las publicaciones hacia los 6.000 kioscos que conforman la red. La medida, aducían, se originaba en una auditoría que había dictaminado el problema y su solución: las revistas independientes debían pagar el costo proporcionalmente a su porcentaje de devolución. Un detalle: el dictamen identificaba claramente que el causante de esta crisis del Centro era otro. ¿Adivinen quién?

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Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

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En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.

Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. 

Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.

Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.

Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.

Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.

El video de 3,50 minutos

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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