Nota
Ojo con los medios: Grupo La Nación
Composición accionaria: Matilde Noble Mitre de Saguier 66%; Bartolomé Mitre 10% y ‘otros’ 24%. En el 2003, versiones periodísticas indicaban que los dueños de La Nación eran los titulares de la banca off shore Barton Corp. La empresa La Nación no ha fijado posición al respecto.
La historia: La Nación fue fundada por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870. «La Nación será una tribuna de doctrina» fue su lema. El matutino tuvo que ganar sus primeros lectores (no más de un millar) compitiendo con otros dos diarios ya establecidos, El Nacional de Dalmacio Vélez Sarfield y La Tribuna, dirigido por los hermanos Héctor y Mariano Varela junto a Juan Ramón Muñoz. La Nación representó desde siempre el poder terrateniente, ligado a la sociedad agro ganadera.
La crisis del grupo: En los ’80, el diario empezó a perder terreno. El descenso progresivo de la publicidad, la caída de las ventas, y un sinfín de hechos históricos empezaron a carcomer los cimientos de la credibilidad del diario mitrista.
En 1992, la viuda Matilde de Saguier (de Julio César Saguier, ex intendente de la Ciudad de Buenos Aires y dirigente de la UCR) aún conservaba un porcentaje mínimo de acciones. Pero en 1994, sus hijos – particularmente Julio – lograron gestionar en Estados Unidos un préstamo de aproximadamente 40 millones de dólares de un banco de financiamiento internacional. Con ello, los Saguier comenzaron a comprar acción por acción a los Mitre. Sólo Bartolomé «Bartolo» Mitre decidió no vender. Así habría controlado al diario la familia Saguier. El hecho es conocido en el ambiente de los empresarios periodísticos. Una versión sostiene que habría sido el Grupo Clarín en realidad el que asistió a los Saguier para hacerse del crédito. La especie se basa en que Ernestina Herrera de Noble tiene un parentesco con ellos. Muy pocas personas conocen los hechos tal como fueron.
Aprovechando ese vacío informativo, en el primer semestre de este año, el semanario El Guardián, vinculado supuestamente al empresario Raúl Moneta, salió a instalar que los Saguier pasaron a componer el directorio de MNMS (Matilde Ana María Noble Mitre de Saguier), al cual se integró en febrero de 1996, la sociedad extranjera Barton Corp con un 50% del capital social (1).
En 1995, Guillermo Schmitt, conocido como «el alemán», un consultor capacitado en rediseños y ‘racionalizaciones’ empresariales se hizo cargo del ajuste, que incluyó despidos y reducciones salariales.
A raíz de un allanamiento que la jueza Servini de Cubría realizó en el diario en junio de 2003, se conocieron algunos detalles de la composición societaria del grupo.
Según trascendió, el 11 de octubre de 1995, Matilde Ana María Noble Mitre de Saguier, viuda y empresaria, nacida el 27 de marzo de 1939, compareció ante el escribano Hugo Crovetto, junto a su hijo mayor, Julio César Saguier, casado y abogado, nacido el 6 de octubre de 1960, domiciliado en Pueyrredón 2068, 10º piso de la ciudad de Buenos Aires, y su otro hijo, Alejandro Julio Saguier, casado y empresario, nacido el 27 de octubre de 1961,.domiciliado en Clay 3082, 9 ° C, para constituir una sociedad anónima con capital social de $ 12.000, representado por 12.000 acciones de $ 1 de valor nominal cada una, que se integró de la siguiente forma:
o Matilde Ana María Noble Mitre de Saguier, 11.880 acciones, un voto por acción.
o Julio César Saguier, 60 acciones ordinarias y un voto por acción.
o Alejandro Julio Saguier, 60 acciones y un voto por acción.
Presidía el directorio, Matilde Mitre de Saguier, el vice Alejandro Julio Saguier, los directores titulares eran Fernán Julio Martín Saguier y Luis María Julio Saguier; los directores suplentes Julio César Saguier, José Luis Olivera, Matilde Florencia Saguier; síndicos: Gustavo Mirko Schlossberg y María Garciarena, esposa de Julio César.
El domicilio de la sociedad que se hizo cargo del control de S.A. La Nación, fue fijado en Juncal 691, 1 er. piso de la Ciudad de Buenos Aires.
El 26 de diciembre de 1995, los accionistas Matilde Mitre de Saguier y sus hijos aportaron a MNMS Holding sus tenencias accionarías en S.A. La Nación:
o Matilde Mitre de Saguier, 2.768.235 acciones ordinarias + 399.547 acciones ordinarias escriturales = 3.167.782 acciones representativas del 16,67%.
o Julio César Saguier, 5.000 acciones ordinarias.
o Alejandro Julio Saguier, 5.000. Valor patrimonial: $ 20.277.427.
El 28 de febrero de 1996, el escribano Crovetto recibió a Alejandro Julio y al síndico titular, Schlossberg, para concretar la participación de la sociedad extranjera Barton Corp como accionista de MNMS Holding S.A. con un 50% del capital social.
Los accionistas aumentaron el capital a $ 40.578.854 (con el dólar a 1 x 1). Matilde Mitre de Saguier, Julio César y Alejandro Julio decidieron no ejercer el derecho de acrecer ni el de suscripción preferente, porque el producido de la integración de capital que hizo Barton Corp., fue para cancelar obligaciones pendientes de la sociedad con Clariden Bank, AG, que por entonces era controlado por el grupo Credit Suisse (CS First Boston).
El 13 de junio de 1997, la asamblea extraordinaria de MNMS Holding, con la presencia de los titulares y del síndico Schlossberg, aprobó un aumento de capital social de $ 40.578.854 a $ 41.546.824 por aportes irrevocables por $ 967.970 efectuados, en partes iguales, por MNMS y Barton Corp.
El 29 de abril de 1998, otra vez se reunió el directorio de MNMS Holding, y designó a Philip C. Blows, en su carácter de mandatario de Barton Corp. y a Julio César Saguier para redactar y firmar el acta correspondientes.
¿Qué se sabe de la compañía Barton Corp.? El 8 de febrero de 1995 se constituyó con sede social en las oficinas de Campbell Corporate Services Limited, The Bank of Nova Scotia Building, PO Box 268, George Town, Gran Caiman. El documento público por el que nació Barton Corp. fue firmado por Delano Solomon, en su carácter de Registrador General y certificado por S. Seales en nombre del Gobernador de las islas Caimán. Su domicilio en la Argentina es Ricardo Rojas, Piso 13, Dpto. A de la Ciudad de Buenos Aires (2).
Decidido a ordenar su irregular relación con la Administración Federal de Ingresos Públicos y la justicia federal que la investiga, Sociedad Anónima La Nación difundió lo que se considera es ‘la historia oficial’ de la transferencia accionaria, default y reestructuración de pasivo que protagonizó en los últimos 10 años.
Hasta donde se sabía -y es uno de los motivos de la investigación de la AFIP y de la justicia federal- el control accionario de S.A. La Nación pertenece a MNMS Holding, una empresa que, a su vez, es controlada en casi un 70% por Barton Corporation, una sociedad offshore, de las caribeñas islas Caimán.
La autoría de la ingeniería juridico-financiera de esta trama fue realizada por el bufete panameño Alfaro, Ferrer & Ramírez, que participó también, a través de su filial en las islas Vírgenes Británicas, de la creación de Cimeco (sociedad de S.A. La Nación, Grupo Clarín y Vocento, de España, que posee el control de los diarios La Voz del Interior, de la ciudad de Córdoba, y Los Andes, de la ciudad de Mendoza).
Uno de los secretos societarios que la justicia no ha logrado develar, al menos de acuerdo a las necesidades de la investigación fiscal, es a quién pertenece la persona jurídica Barton Corporation, representada ante las asambleas de accionistas de S.A. La Nación por la abogada argentina Laura Magali Valladares.
Los dos directores en MNMS Holding, que supuestamente representan a Barton Corporation, son Philip Blows y Christopher Shaw, que han resultado una incógnita para la jueza en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1 de la Ciudad de Buenos Aires, María Romilda Servini de Cubría.
Durante 1994 la familia Saguier había decidido tomar el control de S.A. La Nación pero no contaba con fondos propios suficientes, y entonces obtuvo un préstamo de US$ 40 millones del Clariden Bank, una filial del Credit Suisse Group.
Credit Suisse es un grupo financiero con vastas y complejas relaciones con la economía argentina. Hacía varias décadas que se encontraba vinculado a la Röhm, que lo introdujo en el capital accionario de los ex Banco General de Negocios y el uruguayo Banco Comercial, ambos liquidados e investigados por la jueza Servini de Cubría, y magistrados uruguayos.
Pero, a la vez, Credit Suisse mantenía una relación desconocida para la mayoría de la opinión pública argentina. En su International Advisory Borrad se sentaba como consejero Agostino Rocca, por entonces director ejecutivo de Organización Techint, el grupo industrial más importante de la Argentina, con intereses en más de 20 países.
Rocca falleció en un accidente aéreo en el que también murió Germán Sopeña, quien era considerado, por integrantes de la familia Saguier, el seguro sustituto de José Claudio Escribano como subdirector periodístico del diario La Nación.
Techint mantiene otra relación muy profunda con los Saguier y S.A. La Nación: construyó la nueva torre La Nación, proyecto inmobiliario para el que los Saguier crearon un fideicomiso administrado por Banco Río SCH.
El mensuario Apertura, propiedad de los capitales españoles Recoletos, publicó en su nota de tapa un artículo titulado «La Nación después del default», ilustrado con una fotografía de Julio César Saguier, presidente de S.A. La Nación, quien, según Apertura, «explica cómo logró una quita del 60% de la deuda. Qué papel jugaron Rocca (Techint), Miguens (Bemberg) y Schmidheiny (Fundación Avina)».
La nota la firma Gustavo Sencio, director del mensuario en el que fuera promovido cuando Gabriel Griffa era su director y accionista mayoritario. Griffa fue cofundador de Apertura, cuando era bimensual, junto a Marcelo Longobardi, quien luego se retiró del negocio para dedicarse a la conducción periodística en radio y TV.
Griffa, años después y con negocios buenos y otros no tanto, decidió venderle la revista a Eduardo Eurnekian (quien a su vez la vendió a Recoletos), ya que dijo haber decidido dedicarse a actividades en el Tercer Sector, como se denomina al intrincado mundo de las Organizaciones No Gubernamentales. Explicó que había conocido a un filántropo suizo y atendería sus intereses regionales.
El filántropo se llama Stephan Schmidheiny, un personaje desconocido para la mayoría de los argentinos, pero no para los Saguier.
Schmidheiny es presidente de Anova AG, fue director de Nestlé, y en 1992 fundó World Business Council for Sustainable Development, que realizó ponencias en todas las cumbres sobre políticas ambientales que se han sucedido desde entonces. Él fue el principal asesor del secretario general de la Organización de Naciones Unidas en la Conferencia sobre Desarrollo y Medio Ambiente, en Río de Janeiro, en 1992.
Un año después, Schmidheiny y Agostino Rocca fundaron el capítulo argentino de Fundes, una asociación civil sin fines de lucro que promovería el desarrollo de la pequeña y mediana empresa local.
Sin embargo, Fundes existía en Suiza desde 1984, cuando Marcos Gregorio McGrath, entonces arzobispo de Panamá, convenció a Schmidheiny y otros empresarios que se interesaran en el tema ambiental, tan caro a Panamá por el canal interoceánico.
La actividad de Schmidheiny en Latinoamérica resulta prolífica. Por ejemplo, él fue quien le aportó US$ 500.000 al empresario argentino radicado en España, Martin Varsavsky, un protagonista de la burbuja cibernética de los ’90, para la creación de Educar Chile, y con el compromiso de crear, luego Educar Bolivia y Educar Costa Rica.
Varsavsky interesó a Schmidheiny presentándole su proyecto Educar Argentina, que realizó durante el gobierno de Fernando De la Rúa, por su amistad con uno de los hijos del ex Presidente, apodado Aíto (Fernando Junior). Educar Argentina fue uno de los proyectos más promocionados del llamado Grupo Sushi (pioneros en la comunicación política que hoy realiza el dúo unplugged Los Fernández, en la Casa Rosada). Si alguien sabe qué fue del proyecto Educar Argentina, por favor enviar la información disponible.
En Chile, Schmidheiny había tomado control de la industria forestal y de porciones de la industria maderera, compitiendo con los negocios de las familias Angelini (Arauco) y Matte (CMPC). De pronto controló Masisa y la expandió a la Argentina, Brasil y México.
A través de Forestal Terranova, con ventas por US$ 105,5 millones, avanzó sobre Masisa (a partir de la producción propia de madera, incorpora valor agregado fabricando molduras, puertas y tableros MDF), con una facturación de US$ 309 millones, y cruzó la Cordillera, para establecer sinergias corporativas con otros grupos vinculados a lo forestal como es la industria del papel, donde destaca Papel Prensa, uno de cuyos accionistas es S.A. La Nación.
Recientemente, la mayoría accionaria de Masisa fue traspasada al Grupo Nueva. Schmidheiny más tarde concretó un fideicomiso mediante el cual donó la totalidad de las acciones del Grupo Nueva al Grupo VIVA, sin impacto sobre la administración de Masisa.
Daniel Scioli, vicepresidente de la Nación; Roberto Lavagna, ministro de Economía; y Martín Redrado, vicecanciller, entregaron el año pasado a Masisa Argentina el «Premio a la Exportación Argentina», por 4to. año consecutivo (3).
Deudas: De acuerdo a S.A. La Nación, el 7 de noviembre de 2003 presentó ante la Inspección General de Justicia el balance correspondiente al ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2002, en la que imputó el quebranto producido por la salida de la convertibilidad, dando cuenta de una pérdida neta de $ 236 millones y un déficit de capital de trabajo por $ 342,7 millones.
Los Saguier, imitando lo que hicieron en 1994, buscaron inversores (Carlos Miguens, de la Maltería Quilmes; Paolo Rocca, de Techint; y Schmidheiny), y realizaron un plan de ajuste que incluyó importantes deudas refinanciadas con Papel Prensa -en un cronograma que le resultó difícil de aceptar al ministro Lavagna, informado de lo que ocurre en esa empresa en la que el Estado mantiene 25% de las acciones- y otros proveedores.
Según S.A. La Nación, la reestructuración logró que, a mediados de 2003, la deuda acumulada no pesificable de US$ 140 millones se redujese a US$ 35 millones a pagar en siete años.
La ingeniería financiera incluyó un pago proporcional en efectivo (más de US$ 20 millones), la cesión del crédito que poseía como beneficiaria del fideicomiso financiero Edificio La Nación (o sea que cedió la escritura de su porción del inmueble), pagos refinanciados de los contratos de leasing (por el reequipamiento del taller gráfico) y otorgamiento de espacios publicitarios a sus acreedores (4).
La revista Apertura plantea la duda de si Miguens, Rocca y Schmidheiny ingresarán, en el futuro, como accionistas, capitalizando sus préstamos.
Hasta donde se sabe, Techint es el más formidable lobby que conoce el Estado argentino en todas sus áreas. Techint promovió, a través del Grupo Argentino (que copresidían Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín) y la Unión Industrial Argentina, la devaluación de enero de 2002 que hasta provoca críticas de parte del hoy presidente Néstor Kirchner; amplió el corralito; desajustó los precios relativos para producir un subsidio de las empresas de servicios a las empresas electrointensivas (la siderurgia), y obtuvo enormes ganancias con el otro subsidio de mantener un dólar a un nivel superior al real. (5)
Medios:
– Diario La Nación SA
Venta
Fecha Venta promedio
1993 250.000
1999 200.000
mayo 2003 159.409
mayo 2004 164.958
– CIMECO (Compañía Inversora en Medios de Comunicación (33,4 % Grupo Clarín; 33,3% Diario La Nación; y 33,3% el español Grupo Correo).
Medios: Diario La Voz del Interior (Córdoba); Diario Los Andes (Mendoza)
– Revista Gestión (50 % La Nación y 50% Grupo HSM)
– Revista Rolling Stone (lo comparte con Ediciones La Urraca se desconoce composición).
– Revista Lugares
– Revista Ahora Mamá.
– El jardín en la Argentina.
– Agencia Diarios y Noticias (DyN) (controla Grupo Clarín; La Nación, asociados con El Cronista, Buenos Aires Herald y 13 diarios del interior del país).
– Papel Prensa S.A. (36,9% del Grupo Clarín; 36,9% diario La Nación y 26,2% Estado Nación).
– La Nación on Line (portal)
(1) https://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/diarios/zona_dura/7-10-2003.htm
(2) https://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/diarios/zona_dura/2-6-2003.htm
(3) https://www.weblog.com.ar/2004_05.html
(4) mayo de 2004 Revista Apertura
(5) Edición i, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004.
Nota
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Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar: